➵ Prólogo

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En un rincón apartado de las colinas de Green Hills, donde las sombras de los árboles danzaban al compás del viento, una Esmeralda del Caos latía con una energía oscura e incontrolable. Su resplandor, antes sereno y puro, ahora parpadeaba con tonos carmesí y negro, una evidencia de su corrupción. 

Shadow estaba frente a ella, con el ceño fruncido. Había enfrentado el poder de las Esmeraldas en el pasado, pero esta vez era diferente; la esmeralda parecía resistirse por completo a ser controlada por algún portador.

—Esto va más allá del control  común de la energía caos... —murmuró el erizo negro, con voz grave y cargada de tensión. Confundido, lanzó una mirada a la poderosa gema—. ¿Qué pudo corromperte de esta manera?

Un destello de luz azul irrumpió en la escena, seguido de una ráfaga de viento que agitó las hojas cercanas. Sonic The Hedghehog llegó con su característico carisma, derrapando ligeramente antes de detenerse. Sus ojos verdes brillaban con determinación, pero la seriedad en su rostro delataba que comprendía bien la gravedad de la situación.

—Shadow, sabía que te encontraría aquí — dijo a modo de saludo, al tiempo que se acercaba a donde estaba la esmeralda — ¿Qué está pasando? Esa cosa está fuera de control.

Antes de que el erizo ébano pudiera responder, un destello color cian iluminó el lugar como un relámpago. Silver aterrizó suavemente, rodeado por una energía psíquica que chispeaba en el aire. Su postura era cautelosa, pero sus ojos reflejaban urgencia y preocupación.

—He sentido esta anomalía a kilometros de distancia—comentó, avanzando hacia ellos sin despegar su mirada de la gema corrupta—. No sé qué ocasionó esto, pero...si no hacemos algo rápido, las consecuencias podrían ser catastróficas. Nunca antes había sentido energía caos tan alterada.

Shadow se giró hacia los otros dos, tomando una decisión rápida para intentar minimizar los daños en caso de que la energía concentrada intentara generar una explosión.

—Voy a usar el Chaos Control para estabilizarla. Necesito que me cubran si algo sale mal.

—¿Cómo que si "algo sale mal"? —preguntó el erizo azul con su característico tono sarcástico—. Pensé que la forma de vida perfecta tenía control total sobre este tipo de situaciones.

Silver lo miró fijamente, con expresión seria.

—No es momento para bromas, Sonic. Esto es peligroso—comentó el de mirada ámbar, su tono cargado de reproche.

La tensión en el ambiente era palpable. La gema corrupta parecía reaccionar a su conversación, emitiendo un leve zumbido mientras brillaba inestable. 

No tenían tiempo que perder....

Shadow asintió, con la molestia todavía marcada en sus facciones. Sin embargo, sabía que no era momento de pelear con su eterno rival; ese enfrentamiento podía esperar. Ahora, su prioridad era salvar la situación antes de que fuera demasiado tarde.

Con un gesto decidido, indicó a ambos erizos que se posicionaran a su lado. Sonic y Silver obedecieron, dejando de lado sus diferencias mientras el peligro latente los obligaba a actuar en conjunto, como un equipo.

Shadow levantó las manos, concentrado. La luz del Caos comenzó a envolverlo con intensidad creciente. Al principio, parecía que todo iba según lo planeado, pero pronto un rugido profundo y ominoso emanó de la Esmeralda, como si esta resistiera sus esfuerzos.

Un destello cegador iluminó el lugar, obligándolos a entrecerrar los ojos. La onda de energía que los atravesó fue brutal. Un intenso dolor recorrió sus cuerpos, como si una descarga eléctrica invadiera hasta la última célula de sus sistemas. Al mismo tiempo, una sensación extraña de ligereza los sucumbió, como si sus cuerpos y mentes estuvieran desconectándose de la realidad.

Shadow se tambaleó, sintiendo cómo su percepción se volvía desordenada, como si los límites entre el espacio y el tiempo se distorsionaran frente a él. Sonic apretó los dientes, luchando contra la sensación de vacío, mientras Silver intentaba mantener el equilibrio, jadeando por el impacto.

—¿Qué demonios fue eso? —gruñó el héroe de ojos verdes, tratando de recuperar el control de su cuerpo.

Shadow, aún afectado, trató de enfocarse, pero algo en su entorno había cambiado. El aire a su alrededor se sentía diferente, desconocido y perturbador.

—No lo sé... pero estamos en problemas —respondió con sinceridad, mirando a la Esmeralda que ahora parecía más inestable que nunca.

—¡¿Qué está pasando?! —gritó Silver, llevándose las manos al abdomen mientras caía de rodillas, su rostro reflejaba el intenso dolor que lo recorría.

—¡No lo sé! —contestó Sonic, su cuerpo ya estaba convulsionando por el impacto de la energía que parecía desgarrarles desde dentro—. ¡Shadow!

El llamado quedó sin respuesta. El erizo de vetas rojas estaba inmóvil, su figura rígida y sus ojos entrecerrados, como si estuviera atrapado en un combate interno contra la corrupción que lo invadía. Parecía estar al borde del colapso, pero su voluntad luchaba por mantenerse firme.

El entorno seguía cambiando y la Esmeralda rugía con más fuerza, pulsando en un ritmo irregular que resonaba en sus cabezas como un eco ensordecedor.

Silver apretó los dientes, intentando levantarse, pero su cuerpo no respondía. Sonic, jadeando y esforzándose por mantenerse de pie, volvió a mirar a Shadow.

—¡Vamos, maldición! —gruñó, con una mezcla de preocupación y frustración, no muy común en él—. ¡Si no hacemos algo, esto nos va a destruir a todos!

Shadow finalmente abrió los ojos. Su mirada carmesí estaba llena de dolor, pero también de determinación. Soltó un pequeño grito, tratando de contener la energía dentro de sí mismo por unos segundo más.

—No... dejaré que esto... nos consuma —murmuró entre dientes, mientras se preparaba para un último intento desesperado de mantenerlos con vida.— Chaos...Control...

Cuando la luz finalmente se disipó, el silencio reinó por un breve instante, roto solo por un jadeo colectivo. Sonic, Shadow y Silver permanecían en el suelo, intentando recuperar el aliento, sus cuerpos aún temblando por el impacto final.

Lentamente, sus miradas se encontraron. En sus ojos no había alivio, sino un desconcierto palpable, una mezcla de horror e incredulidad que hablaba más que cualquier palabra expresada.

 Algo estaba mal. Muy mal.

Sonic fue el primero en intentar levantarse, pero al apoyar las manos en el suelo notó algo extraño. Sus movimientos se sentían torpes, como si su cuerpo no le respondiera de la forma habitual. Miró sus manos... y sus ojos se abrieron de par en par.

—¿Qué demonios...? —murmuró, con un temblor en su voz que no podía disimular.

Shadow, a su lado, notó lo mismo. Al levantar un brazo, lo que vio no era suyo. La incredulidad en su rostro rápidamente se transformó en una expresión de pura furia contenida.

Silver, tambaleándose mientras intentaba ponerse de pie, miró a ambos y luego a sí mismo, soltando un jadeo ahogado.

—Oh no... —susurró, con voz llena de pánico.

La verdad era innegable. No estaban en sus propios cuerpos

Shadow, ahora en el cuerpo de Sonic, se tambaleó al ponerse de pie y sintió un mareo que casi lo hace desmayarse otra vez. Sonic, atrapado en el cuerpo de Silver, observó sus manos con asombro, moviendo los dedos como si quisiera confirmar que realmente le pertenecían. Silver, por su parte, se llevó una mano a la frente, ahora en el cuerpo de Shadow, sintiendo no solo el dolor físico, sino también la gravedad de la situación.

—Esto tiene que ser una pesadilla o un chiste, ¿verdad? —murmuró Sonic. Aunque sabía perfectamente que aquello no tenía nada de gracioso, pero aun así, su mente se negaba a aceptar la realidad—. ¡Porque esto no nos puede estar pasando!

—No, no lo es —respondió Silver, con la voz grave y amenazante de Shadow. El sonido lo hizo estremecer; jamás pensó que algo tan intimidante pudiera salir de su garganta—. Y cuanto antes lo solucionemos, mejor.

—¿Silver? ¿Eres tú en el cuerpo de Shadow? —preguntó el cobalto. Su mirada era un reflejo de su confusión—. Soy Sonic... yo ahora estoy en tu cuer...

—¡Cállense los dos, par de idiotas! ¡Necesito pensar en un plan! —vociferó Shadow, aunque su tono carecía del impacto habitual.

La voz de Sonic, ligera y despreocupada por naturaleza, hizo que las palabras sonaran más como un berrinche infantil que como una orden autoritaria. La frustración de Shadow creció al darse cuenta de que incluso su furia perdía fuerza en el cuerpo del erizo azul.

—¡¿Shadow está en mi cuerpo?! —exclamó Sonic, con una mezcla de dramatismo e indignación. Luego, llevándose una mano a la cara, añadió—. ¡Genial! Ahora me saldrán arrugas por tener el ceño fruncido todo el tiempo.

—¡Esto no es un maldito juego, Sonic! 

Silver cerró los ojos y tomó aire profundamente, intentando no perder la calma.

—Chicos, por favor, ya basta —pidió el más joven de los tres, con la voz tranquila, aunque ver su propio cuerpo siendo utilizado por Sonic lo hacía sentirse ofuscado— No tenemos tiempo para discutir. Necesitamos enfocarnos en reparar esto.

La tensión seguía alta, pero era claro que, si querían encontrar una solución, tendrían que aprender a trabajar juntos bajo esas extrañas y complicadas circunstancias.

Sonic, todavía fascinado y algo horrorizado por su nuevo cuerpo, observó sus guantes futuristas y las chispas psíquicas que a veces saltaban entre sus dedos.

—Bueno, si esto significa que puedo usar tus poderes, tal vez no sea tan malo, Silver.

El mencionado frunció el ceño, si actuaba de ese modo casi parecía una buena imitación del verdadero Shadow.

—No te atrevas a intentar nada, Sonic. Esos poderes no son un juego.

—¡Oh, por favor! —respondió el contrario, haciendo un gesto despreocupado—. Si tú puedes manejarlos, seguro que yo también puedo con algo de práctica.

Antes de que el chico del futuro  pudiera replicar, un grito familiar resonó desde la colina.

—¡Sonic! ¡Silver! ¡Shadow! ¿Están ahí?

Los tres erizos giraron al unísono hacia el origen del sonido. Reconocieron la voz de Tails al instante, quien venía en el Tornado junto con Amy. Ambos parecían aliviados al ver a los tres erizos juntos, aparentemente ilesos. 

Sonic, con su entusiasmo habitual a pesar de casi morir minutos atrás, hizo un ademán hacia Silver y Shadow.

—Bueno, ¿cómo vamos a explicar esto? Porque estoy seguro de que va a ser interesante de contar.

El Tornado aterrizó suavemente, levantando una nube de polvo que se disipó con rapidez. Amy saltó del avión y corrió hacia los chicos, seguida de Tails, que parecía analizar cada detalle del entorno con su mirada inquisitiva.

—¡Gracias al cielo! —exclamó Amy, deteniéndose justo frente al trío de erizos—. Pensamos que algo terrible había ocurrido cuando sentimos esa explosión.

El zorro se quedó en silencio por unos segundos, inclinando la cabeza mientras observaba los alrededores. Aunque la atmósfera seguía cargada de energía caos, no había señales visibles de destrucción: ni fuego, ni cráteres, ni ningún indicio que confirmara que allí casi ocurría una posible tragedia.

—Esto es extraño... —murmuró el de dos colas, mientras su mirada se posaba en los tres erizos—. Hay algo que no se siente del todo bien.

Finalmente, se volvió hacia Sonic, o más bien hacia el cuerpo de Sonic, con una mezcla de curiosidad e intriga.

—¿Qué está pasando aquí, Sonic?

El erizo mencionado (en el cuerpo de Silver) levantó una mano, tratando de tranquilizar a su amigo.

—Tails, Amy, escuchen... esto va a sonar completamente loco, yo soy Sonic pero... no soy yo. Bueno, sí soy yo, pero no estoy en mí.

Amy lo miró, perpleja.

—¿Qué?

Silver (en el cuerpo de Shadow) dio un paso adelante con una expresión seria que parecía aún más intimidante debido a su nuevo rostro.

—Lo que Sonic está tratando de decir —añadió, con un tono grave— es que, de alguna manera, los tres hemos intercambiado cuerpos.

—Espera, ¡¿qué?!—dijo Tails, dando un paso atrás.

Shadow (en el cuerpo de Sonic) resopló, cruzándose de brazos.

—Lo que oyeron. Esa Esmeralda corrupta nos hizo esto. Ahora estoy atrapado en este cuerpo ridículo —espetó, levantando una mano como si señalara a su propio torso, con todo el afán de ofender a su rival azul—, y si paso un minuto más escuchando esta chillona voz cada vez que abra la boca, perderé la paciencia.

Amy miró a Sonic, luego a Shadow, y finalmente a Silver.

—¿Esto es algún tipo de juego nuevo? Porque si lo es, no es divertido.

—No es un juego, Ames. —respondió el erizo azul, apretando con delicadeza el hombro de la chica—. Créeme, esto es tan confuso para nosotros como para ustedes.

—Bueno... sus comportamientos son... extraños. Y sus expresiones tampoco coinciden del todo con lo que esperaría de cada uno. Así que tiene sentido lo que están diciendo.— comentó el cerebrito del Team Sonic, apoyando a su mejor amigo. 

Sonic sonrió, nervioso.

—Lo ves, Tails, por eso eres el inteligente del grupo. Ahora que ya crees que somos nosotros, ¿puedes ayudarnos?

El zorro en mención, con su mente acelerada por la urgencia, comenzó a caminar de un lado a otro, sopesando las posibles soluciones. Aunque estaba preocupado, su mente acostumbrada a la practicidad siempre encontraba caminos incluso en las situaciones más complicadas.

—Ya veo, la Esmeralda causó esto debido a la Corrupción de origen desconocido, que está alterando la materia a su alrededor. Eso explicaría tanto el intercambio como las inestabilidades en el ambiente.

Amy asintió, ligeramente ansiosa ahora que sabía la verdad.

—Entonces tenemos que proteger la Esmeralda mientras investigas.— dijo la chica, levantando con delicadeza el preciado objeto.—Seguro alguien más intentará llevársela, pero no ocurrirá, pelearemos por ella de ser necesario.

La joya, ahora sin su brillo característico debido a la explosión, parecía una roca apagada, inofensiva a simple vista. Sin embargo, todos sabían que su verdadero poder seguía latente, incluso en ese estado.

—¡Eso es fácil de decir! —protestó Sonic, levantando las manos—. ¡Miren, literalmente no sabría cómo usar estos poderes sin derribar un edificio, menos podría tener un combate decente!

Shadow lo miró con una mezcla de incredulidad y exasperación.

—¿Cómo es que alguien tan impulsivo como tú ha salvado al mundo tantas veces?

—Es un don natural para algunos, ¿sabes? —respondió Sonic con una sonrisa torcida.

Amy levantó las manos. No estaba dispuesta a escuchar una discusión entre ellos en un momento tan crucial como ese.

—¡Basta, ustedes dos! ¡Este no es momento para pelear como niños pequeños!

Sonic y Shadow se callaron de inmediato, aunque no sin lanzarse miradas desafiantes. El erizo albino solto un profundo suspiro, y agachó las orejas por lo horrible que lucía este nuevo conflicto.

Tails, que había permanecido en silencio mientras trataba de pensar en un plan, finalmente intervino.

—Escuchen, chicos, esto es más complicado de lo que parece —expresó el genio del equipo, sosteniendo la joya con cuidado mientras la examinaba de cerca—. Si la Esmeralda causó este intercambio, necesito llevármela para estudiarla. Tal vez pueda encontrar una forma de regresarlos a la normalidad, pero necesitaré tiempo y calma para trabajar en ello.

—No tenemos tanto tiempo, Tails. Si Eggman se entera de esto, intentará usarlo en nuestra contra.— manifestó Shadow de repente.

—Exacto. Por eso nadie debe saber lo que está pasando —añadió con firmeza—. Hasta que lo resolvamos, tendrán que mantener las apariencias y hacer como si nada hubiera pasado. No podemos arriesgarnos a que Eggman lo descubra y decida atacar la ciudad o, peor, alguno de sus aliados intente acabar con ustedes en ese estado. 

Sonic levantó una mano para pedir la palabra antes de hablar.

—¿Mantener las apariencias? ¿Estás diciendo que tengo que actuar como Silver? —preguntó, incrédulo.

—Es exactamente lo que tendrás que hacer —replicó Tails, con una pizca de paciencia en su voz—. Y tú, Shadow, tendrás que parecer más... bueno, más Sonic. Lo mismo con Silver. Todos deben actuar para que nadie sospeche.

Shadow tosió, visiblemente irritado.

—¿Más Sonic? ¿Qué se supone que significa eso? ¿Que tengo que sonreír como un idiota en momentos serios y hacer bromas cada cinco segundos?

—¡Oye! —protestó el erizo en cuestión, entrecerrando los ojos—. No hago bromas cada cinco segundos.

Amy suspiró, colocando una mano en su frente.

—Chicos, no es momento de pelear. Si no pueden hacerlo por ustedes mismos, háganlo por los demás. Si Eggman ataca, todos estarán en peligro.

—Está bien —dijo Sonic finalmente, cruzándose de brazos—. Pero no prometo hacerlo sin añadir mi toque personal.

—Por el amor al caos, eres imposible... —murmuró Shadow, con un tono resignado.

—Tails, tienes tu misión. Nosotros nos ocuparemos de lo demás —interrumpió Silver, ya cansado de que sus mayores no llegaran a ninguna parte con sus ridículas peleas. 

—Bueno, podrían usar lo que resta del día para practicar —respondió Amy, con las manos firmemente en las caderas y una expresión decidida—. Si van a pasar algún tiempo en los cuerpos del otro, más vale que aprendan a usarlos correctamente. No podemos permitir que algo tan simple como no saber caminar los delate.

—Oye, no es tan fácil como suena —intervino Sonic, en el cuerpo de Silver, levantando las manos con nerviosismo—. Apenas sé cómo caminar con estas piernas más largas, ¡y ni hablemos de usar los poderes! Estoy haciendo un esfuerzo colosal por no moverme y tirar algo por accidente.

—Lo mismo digo —añadió Silver, atrapado en el imponente cuerpo de Shadow—. Mantener la compostura y esa mirada fría que siempre tiene es... agotador. No sé cómo lo hace.

Amy dio un paso adelante.

No podían rendirse sin antes empezar.

—Bueno por algo se empieza, pero si van a  practicar y aprender a usar sus nuevos cuerpos, lo mejor será que vayamos a mi casa. Allí estarán seguros, nadie los molestará y podrán explicarse mejor entre ustedes cómo funcionan sus habilidades y también, cómo fingir ser el otro para que los demás no lo noten.

Shadow miró a la eriza rosa con escepticismo.

—¿Tu casa? No estoy seguro de que sea la mejor idea...

La heroína lo interrumpió con un gesto firme.

—Shadow, sé que no te gusta la idea, pero no podemos arriesgarnos a hacerlo en público y al taller de Tails van muchas personas a pedir favores. Si alguien más se entera de esto, podría causar pánico. Además, en mi casa estarán cómodos y podrán concentrarse en lo que realmente importa.

Silver asintió lentamente.

—Tiene sentido. Será más seguro y práctico si lo hacemos allí.

Sonic levantó los brazos, resignado.

—Supongo que no tenemos otra opción. Aunque, si rompo algo con estos poderes, no me culpes, Ames.

Amy sonrió con un toque de satisfacción, girándose para guiar al grupo hacia su hogar.

—No te preocupes, Sonic, confío en ti. Ahora, vamos antes de que alguien más venga a investigar lo que pasó aquí.

Mientras se dirigían al Tornado, el ambiente estaba cargado de tensión. Cada uno de los erizos sentía el peso de la situación en silencio, incómodos no solo en sus nuevos cuerpos, sino también con la cercanía obligada. Aunque habían aceptado el plan de Amy, las dudas y el nerviosismo estaban escritos en sus expresiones, incluso si intentaban disimularlo.

Por Chaos, ellos ni siquiera eran cercanos...

¿Cómo iban a fingir una personalidad totalmente opuesta a la suya?

Amy, por su parte, no podía evitar sentirse satisfecha. Al menos por ahora, había logrado que todos trabajaran juntos y avanzaran en la dirección correcta. Sin embargo, lo que no sabía era que la verdadera prueba de paciencia y trabajo en equipo apenas estaba comenzando.

Por más decidida que estuviera, no tenía la menor idea de todo lo que estaba por venir...

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PRÓXIMAMENTE...

Esta historia será corta, tendrá máximo 7 capítulos pero los capítulos serán medianos y aunque en el prólogo no se vio indicio de romance, sí que será el eje principal junto a algunas escenas de acción. Pero sí, también se hará mención a otras parejas y personajes.

Por cierto quiero aclarar que también habrá algo de Silvamy en esta historia, pero no lo puse en el titulo porque dependerá de cómo se van construyendo sus acciones en la trama (nunca he escrito de ellos entonces estoy un poco perdida), pero tendrán sus momentos de dúo.

ADVERTIDOS ESTÁN PARA QUE NO SE QUEJEN LUEGO.

(Igual los main ships son Shadamy y Sonamy así que bueeeeeeeh)

Ponganlo en su biblioteca para que estén pendientes de las actualizaciones. También tengo otras historias en mi perfil por si quieren darle una chequeada.

Muchas gracias por leer 

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