Capítulo 17: ¡Especial de Chespin!

-Pokémon y los personajes le pertenecen a sus respectivos dueños-

Esto es vida. Estoy relajandome en una silla de playa viendo a mi Esposa y a mi hijo Tamaki jugando a unos metros delante de mí. Estamos en el crucero privado de mis suegros, quienes estuvieron de acuerdo con que sea secuestrado y casí violado.. PERO hoy estoy aquí... viendo lo risueño que es mi hijo, un Eevee como su madre...

Me pregunto en qué terminará evomucionando.. ¿Un Umbreon como su abuelo? ¿Un Flareon como su tío? ¿Un Sylveon como la escritora?

Uy, ¡qué futuro le estoy deseando! De seguro si evoluciona a un Sylveon la loca escritora lo i
descarría en el mal camino de las drogas y el acoso sexual...

-¡Ey! ¡Yo también te puedo escuchar y lo que dices duele!- una voz sonaba de algún lugar...

En fin, veo a mi familia acercarse a mí sonriendo. Abrazo a mi pequeño cuando saltó hacia a mí, su madre se quedó viendo la escena y soltó una risilla. Esa sonrisa seguía siendo tan hermosa como cuando nos conocimos. Igualmente, la sonrisa de mi hijo me da mucha felicidad, tanto.. tanto que no lo puedo describir.

El sol va bajando poco a poco y se esconde en el horizonte.

-Papá- pregunta el pequeñín -¿A dónde se va el Sol?-

Leafeon mira hacia el horizonte viendo lo hermoso que resulta la puesta del Sol. Entonces sé qué decir.

-Bueno, verás; el señor Sol tiene que darle luz y calor a más gente. Pero para despedirse, nos da esta hermosa vista..- volteo al Eevee para que vea el espectáculo. Sus ojos se hacen grandes como globos inflandose.

-¡Guaau!- exclama mientras sigue observando cada detalle hasta que se oscurece por completo.

-¡Mira!- le dice la tipo planta señalando el estrellado cielo nocturno.

El niño rápidamente levanta la vista y se ríe observando el tintineo de la infinidad de estrellas. Veo yo en sus oscuros ojos esa infinidad.

"Te quiero"

"Déjame en paz, no me comprendes"

"Papá, lo siento, ayudame"

"Les quiero presentar a ella, mi.."

Salgo de ese trance y me siento desubicado; pero recupero mi cordura.

-Mamá, papá; ¡los quiero!- nos reímos con tan sólo escucharlos.

-No crezcas nunca- le susurro. Él se ríe inocentemente cuando lo abrazamos. No sabe el verdadero significado de esas palabras. Y la verdad; poco importa.

[...]

El día acabó para el pequeño Tamaki, pero para nosotros la noche es joven. Adentro del yate hay una pequeña fiesta. Bajamos hasta ahí después de dejar al pequeño dormido. La música en vivo era calmada y relajada, bueno; conociendo las "tradiciones" de esta gente, la mayoría de los Pokémon ya eran padres...

Poca gente estaba bailando, la mayoría sólo estaba hablando con su pareja en las muchas mesas arrimadas a los lados para que hubiera una pista de baile.

-Oye, ¿ves a Akane?- me pregunta Leafeon.

Eso me hizo dudar y ver alrededor. Se me ocurrió hacerle una broma y le dije.

-Con esa cantidad de hijos, deben estar exhaustos, ¿no crees?

Ella me da un golpecito en el hombro, sé que no le gusta ser grosera con la gente; pero después veo como no se puede aguantar la risa.

-¡JAJAJAJAJAJAJA!- soltó un risa que llamó la atención de todos.

Yo me reí con ella; supongo que sí, la risa es contagiosa. Cuando se da cuenta de que todos la estaban observando; se encoge de hombros y se sonroja.

Se ve tan bonita con ese rojo en sus mejillas, que le doy un beso ahí. Veo que sonríe y se tranquiliza.

Llegan los meseros y nos dejan una canastita de frutas, dos copas y cómo no, vino. Justo el que le gusta, lo sé porque es azul clarito. Que sepa escribir no signifoca inmediatamente que sepa leer..

Observo cómo sirven el vino alzando la botella hasta donde alcanzan y les aplaudo. Luego veo a mi querida Leafeon comiéndose una manzana. Pensé que se había cansado de ellas; bueno, sólo le dejaban comer eso antes de dejar el huevo de Tamaki.

Nos miramos un rato. Cuando captó por qué la veía así me contesta alzando la fruta.

-Creo que es la costumbre.

El señor que hizo esto posible se levanta de su asiento sonando su copa.

-¡Oh! Es el brindis- me informa ella, mostrandome cómo sostener la copa.

Aún teniendo patas sostiene mejor la copa. Creo que se supone que está levantando su meñique... tratando de encajar, levanto mi último dedo mientras que aprieto el cuello de la copa con los demás para que no se caiga. ¡Esto es difícil!

Dice algunas palabras que no alcanzo a oír pero de todas maneras alzo la copa después de que termine.

Veo como todos, hasta Leafeon, se toman el vino e instintivamente me lo echo todo en un trago. Nunca he tomado antes. Menos vino.

Siento cómo todo el líquido viaja a través de mi garganta hasta mi panza y la oigo llorar. A mi lado, veo que ella sólo tomó lentamente un poco del vino.

Cuando deja la copa en la mesa, me ve. De seguro me veo terrible ahora. Todo se le aclara cuando miró la copa vacía.

Todo se me vino abajo. Mal chiste. Pero sí, me acuesto al no poder seguir sentado y cierro mis ojos. Siento a una cálida mano acariciar mi cabeza.

Y me engulle la oscuridad.

[...]

Hay una.. luz. Veo a una luz. Oh, espera.

¡Es un maldito foco ahorrador!

Me despierto en mi cama. Miro el reloj y me doy cuenta de que estuve 'out' veinte minutos. También hay un peso sobre mí, pero rápidamente veo que es Leafeon roncando. Vaya, el aliento de alcohol es fuerte.

Aplaudo dos veces y el foco explota en miles de pedazos. Poco funcional, pero al menos ahora podremos dormir.

Cierro los ojos pero no consigo dormirme. A oscuras los minutos parecen horas. Sin embargo, sigo pensando en Clemont. Nl lo he visto desde ese día.

¿Por qué me preocupo? Es un tipo inteligente. Y guapo. ¡Hey! No piensen mal; uno debe saber reconocer que alguien es guapo. En fin.

-Debe estar bien.- me convenzo y me duermo. Mañana regresamos a tierra firme y de seguro será un relajo como cuando nos subimos.

[...]

Me despierto con la típica alarma con la que los empleados nos despiertan.

Al abrir los ojos veo que todo ya está listo para que nos vayamos. Eso es a lo que yo llamo conveniente conveniencia.

Pero lo que no había notado era que Leafeon y Tamaki ya no estaban. Me alarmé un momento; pero la persona que entró aclaró mis dudas.

-¡Chespin! ¿Qué hacías aquí? Tenemos que irnos para que limpien.- me explicó mi suegra mientras yo sonreía rascandome la cabeza.

Me siguió regañando todo el camino hasta que me reuní con mi esposa e hijo. Los dos estaban con un sombrero de paja.

La tipo planta se rió cuando me vió. Me moría de verguenza, pies también mi hijo se estaba riendo como Sylveon-chan cuando vacía las pastillas del dolor de cabeza.

-Oh, perdón. Mi culpa. Te veías taaan cansado y a la mera hora se me olvidó.

Suspiré frustrado.

-Al menos dormí bien.

-Y hoy dormirás mejor- dijo Leafeon en voz baja. Bueno, creo que eso dijo. No entendí al momento a qué se refería. Aunque eso sí; las camas del crucero son incómodas.

Después de eso, nos fuimos en una limosina (esta gente es rica a más no poder) y llegamos a la casa. Nuestra casa.

Al abrir las puertas recuerdo aquella primera vez que entré siendo virgen. Buenos recuerdos.

Mis suegros se fueron a su habitación y nosotros esperamos en la puerta. Noté que había un empleado que llevaba las maletas de los señores en un carro de hotel. Me pregunté si alguien nos iba a llevar nuestra maleta; bueno, lo hicieron cuando fuimos así que es lógico que lo hagan también ahora.

Poco me esperaba que Sylveon-chan entrara vestida de maid llevando la maleta.

-Necesitaba un trabajo a medio tiempo- me contestó indiferentemente.

[...]

Estabamos viendo el tercer episodio de la octigentésima trigésima séptima temporada de mi novela favorita. Incluso Sylveon-chan estaba atenta a la televisión. No era de extrañar, era un capítulo estreno bastante bueno.

Hasta ahora el borracho hermano de María Alejandra del Socorro que tiene 81 años y es dueño de un fraccionamiento quiere desalojar a todo el vecindario porque es malvado. Y en esas casas viven gente que es pobre pero noble, que le dona mucho dinero a la Iglesia. Pero que el cura es mujeriego y se gasta todos los fondos en prostitutas. En eso, liga a la hija del narcotraficante Gerardo del Valle. Ahora el cura le debe conseguir hacer un favor que no sabemos que será hasta la siguiente semana.

-¡Uy! Olvidé algo en la estufa.- dijo Sylveon chan antes de lanzarse por la ventana.

-Esa exclusa es muy vieja. - comentó Tamaki, quien se despertó con el ruido.

-Sí, dudo que haya dejado algo en la estufa. Ni siquiera sabe cocinar.- añadió Leafeon mientras cerraba su agenda.

Pude notar en ese breve momento lo que tenía planeado para la noche. Será mejor que tome mucha agua antes de que me deje seco, literalmente.

=Barra Espaciadora de Gran Calidad=

Eso fue todo seres humanos. Aquí Sylveon de nuevo al mando del teclado.

De las cosas que quiero comentarles es que esto lo hice al ver los 6k lecturas y recordar que Chespin fue un personaje muy importante en esta historia. (+ alguien quisiera ver qué pasó con él.)

Chao~

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