🕸️ Mensaje🕯️
Historia escrita para Halloween y día de muertos. Con derecho de autor basado en una leyenda.
Imágenes y personajes pertenecen a sus respectivos creadores, sólo fueron tomados para la creación de la historia.
"Gritad! gritad! que el desgarro de tu alma, será más fuerte y permanente que el de tu sangre, . . . la favorita del señor del averno"
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Kagome despertó agitada, estaba segura que nuevamente se encontraba en aquel lugar oscuro y húmedo, tratando de controlar la respiración agitada y el retumbar de su corazón en los oídos, pero un movimiento en la puerta llamó su atención. La manija se movía lentamente como si alguien quisiera entrar . . .de pronto, la ventana se abrió con estruendo dejando entrar la lluvia por las ráfagas de viento helado que inundó la habitación. Un grito angustioso se atoro en su garganta, como si una mano invisible le apretara . . . asfixia . . . y el más puro terror, la recorrió por cada parte de su ser. La puerta se abrió lentamente con un chirrido espeluznante, sabía que algo, se encontraba de pie, ahí afuera . . . queriendo entrar. La chica, con ojos desorbitados y lágrimas bajando por sus mejillas a causa de la desesperación, temía . . . con infinito terror . . . que lo que fuera que se encontrara fuera de la puerta . . . si lograba entrar . . . la atacaría. De algún modo, algo le decía que aquello no era de éste mundo . . . Y era sin duda algo espeluznante. Cuando estaba a punto de abrirse la puerta por completo, se escuchó un grito de mujer. kagome despertó tosiendo, desesperada por alcanzar aire. La ventana se azotaba con el viento y la lluvia, kagome lloraba desconsolada intentando respirar, y con el corazón desbocado por la desesperación, el viento helado le caló hasta los huesos y cómo pudo, se levantó descalza para cerrar el ventanal. Por Dios! Todo fue un sueño! Más bien una pesadilla que aún no alcanzaba a entender. En tanto corria las hojas de la ventana tratando de cerrarlas, algo alcanzo a llamar su atención. En la oscuridad, la silueta de una mujer se perfilaba a las puertas de la entrada de la hacienda. De pie. . . en medio de la lluvia, su largo cabello hondeaba con el viento. Lo más extraño, era como parecía que su cabello estaba seco, y su ropaje, un vestido blanco que se mantenía extrañamente quieto . . . y la miraba . . . Con unos ojos que aunque no distinguía color en ellos . . la miraba fijamente. Un escalofrío le recorrió al darse cuenta que lentamente, levantaba un brazo, y señalaba hacia el cementerio . . . Kágome estupefacta, sin dar crédito a lo que sus ojos miraban, intento abrir de nuevo la ventana para poder asegurarse de lo que veía no era su imaginación. Pero unos toques en la puerta la distrajeron, volteando para escuchar con atención pues no estaba segura si le estaban jugando una broma pesada. Volvió de nuevo la vista a la ventana pero . . . ya no estaba. Limpio sus ojos húmedos por la lluvia que cayó en su rostro estaba tan nerviosa y asustada que probablemente todo hubiera sido su imaginación. Entonces, escuchó la voz de su padre que era quien tocaba, se llevó la mano al pecho con alivio al ir a abrir, de pronto, se percató que la veladora que encendía todas las noches al retrato de su madre, se encontraba encendida. Extraño, ella se aseguraba de apagarla para evitar algún accidente.
~ kagome, hija, ¿estás despierta?
Kagome se obligó a reaccionar, pues se había quedado de pie mirando la veladora. Corrió las cortinas y se puso la bata encima con rapidez antes de abrir, Naraku sonreía cuando abrió, pero al ver el rostro pálido y los cabellos húmedos de su hija se asustó.
~ Pero qué . . . hija! ¿ qué pasó?
La tomo de las manos dándose cuenta de que estaban heladas, y al mirar sus grandes ojos azules asustados la tomo entre sus brazos. Instintivamente recorrió la recámara con la mirada buscando la razón del por qué se encontraba así. Sus ojos se toparon con el retrato de su esposa iluminado por la luz de la vela, la cual mandaba sombras extrañas por toda la habitación que se encontraba inusualmente fría. La chimenea estaba apagada, la ventana cerrada y a pesar de eso había agua en el piso. Entonces, también se percató de que kagome estaba descalza. Inmediato la levantó rápidamente en brazos y la llevó a la cama arropandola, camino hacia la puerta para llamar a la servidumbre, pero la voz asustada de su hija lo hizo volver.
~ No te vayas!!!
Regreso al escuchar la voz asustada de su hija y se sentó a su lado. Los grandes ojos de su kagome miraban asustados hacía la ventana. Qué habría pasado?
~ No me iré al menos hasta que venga alguien a acompañarte. Sabes, tu prometido acaba de llegar no hace mucho, y le estoy dando la bienvenida.
El rostro de kagome se iluminó con una sonrisa trémula. Sesshomaru Estaba ahí! pero como!? Se supone que llegaría hasta dentro de una semana. Naraku al ver el cambio en su asustado rostro con la sola mención de su prometido, decidió seguir bromeando.
~ Creo que quiere asegurarse de que no te vayas a arrepentir.
Las palabras de su padre la tranquilizaron mucho, Naraku al ver que se encontraba más tranquila sonó la campana que daba a la cocina para llamar a una de las chicas, y que encendiera la chimenea, secara los pisos y trajesen más mantas. El lugar estaba terriblemente frío, incluso se veía el vaho de su respiración, quizás era porque había llovido por días y la humedad además del clima que imperaba por esas fechas, vísperas de día de muertos, siempre anunciaban los primeros fríos del invierno por llegar. En cuanto Sango llego, él se despidió con un beso a su hija en la frente. La chimenea ardía con el fuego vivo, estaba todo limpio y seco y sango se acostó al lado de kágome, comenzando a tararear la nana de cuna que solía cantarle de niña. kagome por fin pudo conciliar el sueño Sango volvió a colocar el rosario al lado de la almohada de kagome y se acomodó cubriendo bien a su prima, la habitación estaba cálida de nuevo. Se preguntaba que estaba pasando con Aome,¿ porque tenía pesadillas? y ahora, no quería admitirlo pero todo aquello ya la estaba asustando. Porque por alguna razón, algo le decía que en algún momento ocurriría alguna desgracia. Quizás estaba dejándose llevar por la supersticiones de los trabajadores de la hacienda, o simplemente era algo que hacía algún tiempo se sentía que flotaba en el ambiente y no sabía que nombre darle. Una especie de zozobra que ya comenzaba embargarle, y cada vez más . . . la llenaba de miedo.
En lo alto del cerro, una luz resplandecía desde aquella cueva cubierta por la maleza, los árboles que camuflajeada en la entrada de la misma. Una sombra oscura . . . un fantasma para muchos, terminaba con un ritual, una hoguera chisporroteaba formando sombras macabras y sobrenaturales a todo lo ancho de la misma. Imágenes siniestras parecían danzar al ritmo de las llamas que llegaban hasta la parte alta de la cueva. El fantasma recitaba oraciones, oraciones en un dialecto antiguo. Terminado el rito, una carcajada espeluznante Y terrible pareció completar la macabra misión. La sombra oscura sonrío, mostrando la desdentada expresión de aquel fantasma.
~ Está hecho yo cumplí . . . tendrás tu sangre . . . y yo obtendré mi venganza!!
Gritos desgarradores y otra carcajada se escucharon haciendo eco en la oscuridad de lo más profundo de la caverna. Unos ojos amarillos, brillantes como las brasas ardiendo, se encendieron al apagarse por completo las llamas de la hoguera, ya tenía lo que esperaba . . . pronto, habría más.
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Al día siguiente se celebraría la boda de Hakudochi con Rin. Decidieron no esperar, tampoco avisaron a nadie, ni al patrón. Hakudochi temía que está vez, el patrón quisiera demandar su derecho, el se iría con Rin a un poblado cercano para pasar su noche de bodas. Ya lo había hablado con su abuelo y Koga, quien acepto ser su padrino y lo apoyaba. La señorita kagome también se casaría en unos días y esperaba obtener la dispensa para Hakudochi por no avisar sobre el casamiento al patrón. Incluso, hablaría con la señorita Sango, quien tenía bastante influencia con el señor de Vargas para que intercediera y no lo castigaran. Estaba retrasado, quedó de verse con Ayame en las caballerizas y se demoró por qué no salía la cuenta de los costales de frijol, maíz y trigo. Debía contar con exactitud pues de eso dependían las raciones que se les obsequiaban a los peones en la navidad. Una hectárea de flores fue regalada por el señor de la Vega a su futura nuera para adornar el día de la boda la hacienda. Kagome considero que sería un despilfarro, y un desperdicio ver morir tanta hermosa flor. Así que decidió donar las tres cuartas partes para que los trabajadores de la hacienda adornarán el cementerio de la hacienda y las tumbas de sus muertos en honor de su madre. Esa era la razón de porque muchos de los peones le tenían aprecio a la hija del patrón.
Sango regresaba de las clases de bordado y tejido que impartía a las muchachas casaderas. Kagome fué la de la idea pero no tenía el permiso de su padre para convivir de esa manera con las hijas de los peones, así que, entre Sango y ella crearon un espacio al fondo cerca de donde se sembraban las hortalizas, y de las caballerizas. Hoy se le fué el tiempo terminando el faldón del vestido de novia de Rin que era la parte que faltaba para terminar, mañana se casaría y ése, sería su regalo. Kagome contribuyó sin saberlo con la tela y los adornos del vestido, era un secreto lo de aquella boda aún y cuando muchos estaban apoyando a la futura pareja. Bankotsu le había regalado una hermosa mantilla de encaje a Sango, ella se la prestaría a Rin, según la costumbre. Se acomodó el rebozo pues el viento en cuanto caía la tarde era bastante fresco, estaba por atravesar la parcela y escucho ruidos, cómo pasos sigilosos tras ella y un murmullo extraño diciendo su nombre.
«Saaaaangoooo.»
Sin dejar de avanzar volteó hacia los lados pensando que era una de las muchachas llamándole. No vió nada así que siguió avanzando, el ambiente se tornó helado de un momento a otro su respiración se podía percibir al salir vapor de su nariz y boca, ¿en qué momento llegó el frío? Se tapó la cabeza lo mejor que pudo, debía ser que regaron las hortalizas que quedaban para los guisos de la boda por eso estaba tan frío. Volvió a escuchar su nombre y una silueta se vió pasar rápidamente por detrás de la chica, ésta vez los vellos de la nuca se le erizaron, con una sensación como si la jalaran, Sango tenía en éste punto la respiración acelerada, de su boca salía el aire caliente llenando de vapor su rostro, un miedo atroz la invadió por completo obligando a sus pies a casi correr, volvió a escuchar su nombre seguido de un lamento y una canción que estaba segura conocía muy bien.
«Saaaangoooo . . . Ayuuudaaalaaa»
Ésta vez lo escucho tan claro como si se encontrara a su lado. Levantó su vestido dispuesta a correr, en cuanto aceleró el paso se detuvo en seco pues justo frente a ella se encontraba un espectro que, aunque descarnado con las vestiduras desgastadas supo con exactitud de quién se trataba. Su respiración se detuvo, quiso gritar ante la espectral aparición pero ni un sonido salió de su boca, su piel fría se puso lívida , no podía moverse y sus ojos asustados casi salían de sus cuencas. Aquella figura espectral se acercó a ella como si flotara extendiendo los brazos huesudos y las manos descarnadas a su rostro, Sango cerro los ojos. Podía sentir las manos de aquella aparición en su rostro, además de la pesada respiración en su oído . . . No podía moverse. Sango se encontraba petrificada ante la clara imagen del espectro de su tía frente a ella . . . Susurrándole una especie de mensaje al oído.
« Aleeejaatee deee Laa Peeerrlaaa . . . Dolooor yyy mueeeertee essspeeeraaan siiii teee queeedaaassss . . . Poooorr fffaaaavvoorr reeezzaa pooor miii niiiñaaaa»
Claramente sintió el frío beso en su frente y la sombra desapareció poco a poco, Sango con los ojos abiertos ya hiperventilaba por el impacto de aquella terrorífica presencia que con las cuencas vacías y las manos descarnadas le sonreía con ternura compasiva hasta desvanecerse frente a los ojos aterrados de la chica, la cual ya no pudo soportar más y colapso desvanecida sumiéndose en la inconsciencia.
Koga y Ayame salían de las caballerizas presenciando el momento en que una figura espectral se alejaba de la sobrina del señor Naraku. Corrió en cuanto la vió desvanecerse perdiendo el sentido, trato de llegar a ella para evitar su caída, pero se encontraban bastante lejos, al llegar al lugar le extraño el frío que se sentía en ese lugar, miro para todos lados pensando si lo que presenció con Ayame fué producto de su imaginación o realmente había pasado.
Ayame salió tras él sin creer aún lo que acababan de presenciar, koga examinaba el daño por el golpe y constató que respiraba Ayame lo miraba asustada sin atreverse a preguntar por lo que ambos presenciaron, solo dijo unas palabras santigüadose.
~ Era una anima!! Jesucristo sacramentado!! . . .Koga.
El administrador la interrumpió mirando para todos lados con cautela.
~ Ni una palabra de esto a nadie Ayame!!, bastante tenemos con los cuentos de La llorona y de un caballo negro que se aparece por el cerro y el camino real, yo investigaré con mi tía y con los peones a ver si ellos saben algo.
Levanto a Sango con cuidado y Ayame lo siguió a la casa grande koga no diría nada solo que la encontró así en el camino ya luego que ella explicara lo que quisiera.
CONTINUARÁ . . .
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