Day 6/Omegaverse/Serokami
Aquel dulce olor a mantequilla cautivaba sus sentidos, y no tenía ni una sola idea del porqué, ya que hasta hace poco aquel olor no le gustaba para nada, y solamente significaba una cosa.
Postres.
No le gustaban los postres, prefería mil veces una jugosa naranja a comer aquellos postres tan empalagosos, y el que aquel olor le pareciera exquisito era extraño.
Entró al cuarto de su mejor amigo, el cuál estaba repleto de aquel olor tan hipnótico como asqueroso.
No lo entendía.
Se recostó en la cama de aquella habitación, volviendo a sentir esa fragancia impregnarse en sus sentidos, confundiéndolo; aquel olor nunca fue de su agrado, y sin embargo ahí estaba, embriagándose y perdiéndose en aquel aroma.
Cerró los ojos, se dedicó a inhalar y deleitarse.
Sabía que su mejor amigo era un omega, y sus bonitos rasgos no decían lo contrario, al igual que aquel puto olor que comenzaba a marearlo, pero, ¿por qué aquel olor dejaba de parecerle desagradable? Incluso ahora podía sentirse en las nubes solamente por aquel olor.
Tan exquisito.
—¡Hey, no te duermas!— abrió los ojos de golpe, y se sentó para ver al rubio lanzarle un libro a la cara, se quejó.
—No dormía, carajo— quitó el libro para volver a lanzarlo al contrario, quien lo atrapó en manos.
Comenzaron una pequeña rutina de estudios en aquella habitación que lo estaba confundiendo, pues el olor a mantequilla lo adormecía, como un estúpido calmante, uno que quería oler con más intensidad.
Respiró hondo, comenzando a sentir como el calor se acumulaba en sus mejillas...
Sacudió la cabeza en un intento de distraerse, y llevó inmediatamente sus manos a su nariz en un intento de apaciguar el olor, puesto que, sabía perfectamente que le pasaba a los alfas que encontraban tan apetitoso el aroma de un omega.
Sí, apetitoso, porque tenía ganas de comer.
—Sero, ¿estás bien?— aquella voz que de pronto le pareció de ensueño lo sacó de su nube, viendo como el rubio le veía con una ceja alzada.
—Tu olor...
—¡¿Te esta asqueando?! Déjame abrir las ventanas— y salió corriendo con dirección al balcón, para que que el cuarto se llenase de aire fresco, por otra parte, el azabache salió con dirección a este para tomar aire.
Se apoyó en el borde, inhalando el aire puro de la tarde, el cual comenzaba a provocar que sus cabellos danzaran.
—Lo siento, amigo, sé que no te gusta el olor a mantequilla— escuchó su voz en un tono algo algo forzado, por lo que volteó para verlo rascarse la nuca, avergonzado y con el señor fruncido —No pensé que te daría tanto asco...
—¿Qué? No, no, no, no, comenzó a ser muy fuerte...— muy fuerte... ese olor no debía ser tan fuerte —¿estás seguro de que no estás entrando en celo?
—¡No!— gritó el rubio totalmente sonrojado, y sin embargo una vez se dio cuenta de lo que dijo se puso más nervioso... Comenzaba a ver a todas partes menos en los ojos del azabache.
Feromonas.
Fue lo único que se le vino a la mente, mientras admiraba a su sonrojado amigo, quien aparentemente intentaba calmarse, mientras él, intentaba buscar otra posible solución al intenso olor... Pero no la encontraba.
—¿Qué insinuas?
—¿Feromonas? Kaminari, ¿te encuentras bien?— no podía, por Dios, su mente solamente jugaba con la nueva atracción a su mejor amigo... Nada que ver.
—¿Eh? ¡Oh, sí! Últimamente andan muy locas, y no pasa puedo controlar bien— soltó rápidamente, rascándose la nuca y sonriéndole, como siempre.
—¿Estás tomando algo para controlarlo?
—Pues... No.
—Dios ¡¿y qué va a pasar si un alfa quiere sobrepasarse por eso?! ¡Tienes que atenderte!— joder no, sería horrible que se sobrepasen con él ¡por supuesto no lo permitiría!
Caminó hasta quedar frente a el rubio, el cual se encontraba sonrojado y mirando el piso hasta que sintió como la mano ajena tomaba su muñeca.
—Iremos a la enfermería ahora mismo— y se detuvo, ya no olía a aquel aroma que alguna vez considero repugnante, y sin embargo, volteó a ver al de ojos ámbar quien se había quedado tieso, como cuando le habían descubierto una jugarreta.
Estaba cerca de él, y no olía tanto como cuando estábamos dentro, de hecho, apenas y alcanzaba a notar su aroma.
Frunció el ceño, comenzó a olfatear como buen can al acecho, era extraño que no oliera igual de fuerte que hace unos momentos, usó el agarre en la mano contraria para acercar al omega a él.
Ahí estaba ese aroma, más leve, pero igual de embriagador.
Sintió como el más bajo comenzaba a temblar, tan tierno.
Se agachó lo suficiente para quedar a la altura del pecho del contrario, oliendo sus ropas, encontrando el olor impregnado ahí, más fuerte, se permitió cerrar los ojos para disfrutar del aroma... Tan embriagador.
De nuevo, sentía como aquel aroma hipnotizante le seducía.
Comenzó a subir, el estúpido olor comenzaba a hacerse más fuerte en la zona del cuello, por lo que dejó que su nariz se paseara por toda la piel expuesta del chico, que ahora se encontraba entre sus brazos.
Dulce olor a mantequilla, daban ganas de comerlo.
El rubio temblaba bajo suyo, tan frágil y sumiso, tan cooperativo.
No importaba si mordía un poco ¿cierto?
Lamió aquella zona, escuchando un jadeo en respuesta, mientras que el aroma se hacía más intenso... Quería morderle.
Eso hasta que sintió como le golpeaban la cabeza.
—¡Ay!— gritó cayendo al suelo, viendo como su agresor tenía un bonito cabello rojo y un ceño fruncido, que le veían con decepción y con un sartén apuntándole en señal de que no se acercara.
Oh, y también tenía un cubre bocas puesto.
—¡Aléjate, animal!
—¡Puta madre Kirishima! ¡dolió, joder!
—¡Cállese y quédese quieto!— gritó una vez más, para después voltear a ver al rubio y darle OTRA mirada de decepción.
Y también un sartenazo.
—¡Duele!
—¡Te dije que no usaras tus feromonas con el cabrón! ¡Primero te declaras y luego tienes sexo! ¡NO AL REVÉS!— gritó amenazándolo, ahora al rubio con el sartén, quien tenía cara de perro arrepentido y ojitos llorosos.
Si fuera Kirishima ya se hubiera arrepentido.
Pero espera... ¿Qué? ¿Declararse?
Principalmente, ¿por qué demonios Kirishima estaba ahí?
—¡¿Y qué con eso?! ¡Sexo de declaración!— ¿eh?
—¡¿Y qué si te rechazaba?!
—¡Pues al menos tendré sexo con él!
—¡Puta madre, son mejores amigos! ¡Así no funciona!
—¡¿Y QUÉ?! ¡MUY MI PUTA METODOLOGÍA!
—¡NO USES PALABRAS QUE NO SABES QUÉ SIGNIFICAN SOLO PARA QUEDAR BIEN! ¡ESTO NO ESTÁ BIEN!
—¡QUE MUY MI PUTO PROBLEMA!
—¡HIJO DE TU PUTA MADRE! ¡Y YO PREOCUPÁNDOME POR TI! ¡CHINGA A TU MADRE!
A todo el caso... ¿Qué estaba pasando?
Ya se estaba pasando de largo y ya casi termina el día :v
Mami kiri vino al rescate <3
:v Y sí, el cabrón de Denki usó sus feromonas para atraer a su amor uvu <3
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