>61<[O.S; Final del maratón Pt. Nº2]


Alas.
[Kai Chisaki]

Hacía falta un one shot de un villano...
No?

»Acción 1«

Observaste el hilo de sangre que llegaba poco a poco al suelo creando un fino charco con cada gota que caía. Ignoraste todo eso para mirar al frente y encontrarte con los ojos que te habían vuelto completamente, se veían tan cálidos por fuera, pero si sabias leer las miradas, te podías dar cuenta que ese hombre era cruel, pararía que no tuviera sentimientos, pero si los tenía... Simplemente que muchas personas no sabían entender la manera en la que algunas personas podían manifestarlos.

Lo peor de todo era que ese hombre fue el único que te dio un verdadero hogar, el único que te dio una razón para seguir viviendo. Él era alguien que había hecho que tu corazón volviera a latir, y tú eras el engranaje que faltaba en el corazón del pelimarrón para hacerlo arrancar cada día, sin ti el no era nada y tú sin el eras un completo desastre, se complementaban el uno al otro.

—¿Estás bien? No has mejorado nada en tu estilo de pelea... No te quiero forzar pero sabes que si no mejoras no meteremos en más problemas... Nunca sabemos cuando esos estúpidos "héroes" pueden venir a atacarnos.—se acercó a ti volviéndose a colocar sus guantes para no causar accidentes.

Saco de su chaqueta un pañuelo y te lo paso por la pequeña fisura que tenías en el borde de tu labio, justo donde te había golpeado.

—Yo estoy bien... Pero te deberías preocupar más Eri-chan está en buen estado... Sabes que no estoy de acuerdo en la forma en la que la tratas aún... Eres su papá.—tomaste su mano que estaba limpiándote y la alejaste un poco para mirarlo a los ojos.

—Ella está bien... Terminamos las pruebas de hoy, y le pedí a Chronostasis que la tuviera contenta mientras llegábamos del entrenamiento... A ti tampoco se te olvide que ella te ve como una madre—después de decir esto, acerco sus labios y beso la herida que ahora solo tenía algunas manchas de sangre seca, después de esto subió rápidamente su tapabocas.

—Pero tú la conoces desde que es una bebé, no puedes forzarla... Sé que ella es la clave de esta misión, pero trata de ser más cuidadoso con ella... Es solo una niña—La verdad era que no te gusta estar en contra de él, porque aunque estuvieran en una relación, él seguía siendo tu superior y eso demostraba irrespeto.

—Tú me prometiste que me acompañarías en el momento en el que el mundo de las singularidades se destrozara a nuestros pies... Sin importar el método... ¡Tú me lo prometiste!—Kai miró hacia sus pies ignorando tu decidida mirada.

—Y lo sé.. ¡Pero no es justo! Ya estamos a punto de llegar a la cima... No tienes que seguir con esto, ya tienes la manera derramó at un Quirk de una persona, no tienes por qué seguirla tratando así...—suspiraste pesadamente—Si lo que te preocupa es que no estemos en ese momento... Déjame decirte que es algo absurdo, Eri y yo estaremos ahí para ti... Pero no puedes obligar a que una persona esté a tu lado si la sigues tratando así, ten más consideración con ella...

Le regresaste el pañuelo blanco y saliste de la sala de Prácticas para poder pasar por el cuarto de Eri e ir a saludarla.

Antes de llegar, le diste algunos reportes a tus subordinados, los avances y las deficiencias que estaban teniendo en esta semana, y cómo podían solucionar todos y cada uno de los problemas que tenían, de igual manera tenias trabajo de campo y no podías hacer todo el papeleo sola, por eso Chisaki te había asignado algunos subordinados para que te colaboraran en esa clase de labores.

Pasaste por un pasillo levemente iluminado saludando a los guardias que estaban al frente de una pequeña puerta blanca, la cual estaba decorada con algunas flores de papel y uno que otro dibujo. Los dos hombres robustos solo se hicieron a un lado y te dejaron pasar como si nada.

Cerraste la puerta con cuidado de no hacer mucho ruido, ya que sabías que podías asustar a la niña. Notaste que ella estaba sentada en uno de los bordes de la cama mientras jugaba con algunas de sus muñecas y peluches.

—¿Puedo sentarme contigo?—Le preguntaste amablemente esperando la respuesta de la menor.

—¡_______! Qué bien que estés aquí...—la peli blanca se levantó rápidamente para ir a abrazarte.

Te agachaste un poco para poder aceptar el gesto, pero un retorcijón se hizo presentes cuando viste que las marcas de las inyecciones que tenía en sus antebrazos estaban moradas de nuevo, sin embargo, podías notar que había subido de peso a diferencia de cuando habías llegado. Recordabas a esa niña escuálida y llena de vendas, te recordaba mucho a ti misma, la verdad era que ninguna de las dos tenía una apariencia muy saludable, pero eso con el tiempo fue a,binando para ustedes, pero aún no tanto para Eri, con la cual seguían haciendo numerosas pruebas y experimentos.

—Otra ves tienes los brazos morados... ¿Te duelen mucho?—Le preguntaste haciendo que estirara sus brazos para observarlos bien.

—No... No me duelen mucho, hoy no me inyectaron... Son heridas viejas, hoy solo me dieron suplementos para que no tuvieran que llevarme al doctor—La pequeña te sonrío, mientras que te tomaba de la mano guiándote al mismo sitio donde estaba jugando.

—Sabes que debes echarte al menos la crema que te regale para esos moretones, Eri...—Dejaste de hablar ya que la niña había metido una galleta en tu boca.

No viste de que era, te diste cuenta del sabor cuando empezaste a saborearla, era de chispas de chocolate.

—¡Están deliciosas! ¿Las hiciste tú?—preguntaste acomodándote para poder organizar de nuevo sus juguetes.

—No... El Chronos-san me las compro cuando acabamos las pruebas—Te respondió la niña sonriendo.

Jugaste con ella un poco antes de volver al trabajo, habían hecho demasiadas cosas, la peli blanca te había maquillado y te había hecho un peinado muy extraño, el cual de igual manera le agradeciste, también jugaron algunos videojuegos, y al final viste que el cansancio se hacía presente, y viste que ya se estaba empezando a rascar los ojos.

La ayudaste a colocarse la pijama, ella escogió un cuento para que le leyeras antes de irse a dormir, pero te diste cuenta que no se había cepillado los dientes así que la llevaste a rastras al baño para que se lavara la boca.

—Eres una cochinaaaa~ no te ibas a lavar los dientes~—la molestaste un rato—Sé que no te guste pero tienes que hacerlo a menos de que quieras que te salgan caries.

Ella asintió mirándote con algo de espuma en la boca, cuando termino, la volviste a llevar a la cama para terminar de leerle el cuento, pero para cuando te habías percatado la niña ya se encontraba respirando profundamente con los ojos cerrados, indicando que estaba dormida.

La arropaste le acercaste uno de sus peluches favoritos, el cual abrazó inconscientemente, le diste un beso en la frente antes de apagar las lámparas y salir del cuarto.

»Acción 2«

Una áspera pero melodiosa voz te llamo desde fuera de la puerta de tu habitación, sabias perfectamente quién era, nadie podía pasar el sistema de seguridad que dirigía a tu habitación a menos que fuera Chisaki.

—¿Puedo pasar?–Preguntó tocando la puerta suavemente.

—Déjame terminar de cambiarme, ya solo me falta la camisa...—Respondiste mientras buscabas una camiseta en una de tus gavetas.

—Como si fuera algo que no haya visto antes.—Escuchaste como se quejó.—Te tengo buenas noticias, pero te esperaré.

Terminaste de arreglarte y te colocaste tu chaqueta para después abrir la puerta y encontrarte con Kai, el cual extrañamente tenía su tapabocas abajo.

Ya sabías la repuesta de que por qué su voz no sonaba tan grave. El peli negro se sentó en uno de los bordes de tu cama y te miro fijamente.

—Ya no le haremos más pruebas a Eri.—Soltó de la nada, dejándote totalmente sin palabra.

—¿Es cierto? Eso quiere decir que ya podrá salir como una niña cualquiera, no?—Le respondiste con una gran sonrisa en tu rostro, la cual no duraría mucho por la repuesta que te brindó Chisaki.

—Ya no la necesito más, podemos dejara,a en un orfanato o algo así, ya tenemos todo lo que necesitábamos...— Un ruido seco sonó por toda la habitación, haciendo que Kai fuera interrumpido, y ese ruido era a causa de que un gran palmada de tu parte había aterrizado en su rostro.

—En serio pensé que ya habías cambiado... ¿Por qué? Kai, yo te amo, te adoro, y te he brindado apoyo incondicional cuando se trata de todos tus proyectos... Pero no puedo aceptar que trates a tu propia hija de esa manera...—lo miraste lastimada. Esperaste a que dijera algo, pero el solo se quedo viendo el suelo.

Levantó su rostro mirándote con esos oscuros que te hacían tan feliz, pero a la vez te hacían sufrir tanto, odiabas que se metiera en problemas y él lo sabía a perfectamente, pero habías notado que en estos últimos días el no era el mismo, sabías que había algo que lo perturbaba, tal vez esa era la razón por la cual raramente no te había dirigido la palabra. Lo más raro era que el todos los días te dejaba una pequeña carta en la que escribía "Te amo" en diferentes idiomas, pero últimamente no lo había hecho, y no querías decirle nada porque no sabias cuál sería su reacción ante eso.

Volteándose ignorando totalmente lo que dijiste, se dirigió a la puerta para poder salir de la habitación. Rápidamente tomaste su muñeca y lo jalaste hacia ti, para poder abrazarlo por su cintura. Acurrucando tu cara en su chaqueta balbuceaste algunas palabras, pero que el pude empate ser a la perfección.

—No quiero que sigas así... Yo siempre he querido lo mejor para ti... Para todos, no quiero verte así... Tan distante y frío... Odio que sufras en silencio, por favor no sígasela escuchar estas palabras Kai sintió ese revoloteo en el estomago que sintió el mismo día en el que te conoció.

Obviamente el recordaba ese día como la pala a de su mano, ¿cómo olvidaría el día en el que conoció aquella persona que había robado su corazón, que sin importar todos los defectos y errores que estaban presentes en su vida había dado todo por el? No en verdad que no lo haría. En ese mismo momento se sintió tan miserable por casi irse y dejarte sin decir nada.

El pelinegro bajo su rostro mirándote a los ojos, con sus manos cubiertas por aquellos guantes blancos acarician tus mejillas, alzando tu cara para dejar un tierno beso en tu frente, para luego observarte de nuevo y posar un lento y apasionado beso en tus labios.

—Lo siento, perdóname por haberte hecho preocupar... No era mi intención...—Bajó sus manos para devolverte el abrazo.—Juro que te lo compensaré... Fui muy injusto.

Tú solo aceptaste ese cálido abrazo, tú sabías que él no era malo, solo que no conocía la manera de como expresarse. Él no era malo, Chisaki Kai podía ser un Indolente para muchos, pero las personas que lo conocían en verdad, sabían que el no era nada de lo que decían.

Era algo triste que las personas nunca se coloquen en el lugar de aquellos a los que hacen llamar "Villanos", cuando no saben el dolor, ni el sufrimiento por el cual han pasado. Sí, no se podía negar que algunos métodos eran inhumanos, pero para una persona llena de apatía hacia la sociedad de héroes, no lo era.

»Acción 3«

Te levantaste con un leve dolor de cabeza mirando a los lados encontrándote con un gran desorden de sábanas y de ropa.

Buscaste tu teléfono viendo la hora, no era muy tarde. Te sentaste en un borde de la cama, envolviéndote con un manta debido a que no llevabas nada puesto. Viste a tu derecha encontrándote con el adormilado rostro de tu amante.

Acercaste una de tus manos a su cabello azabache, ya lo acariciaste levemente, para después ponerte rumbo al baño. El cual fue un intento fallido, ya que una mano había jalado de la sabana haciendo que je cayera al suelo dejándote en toda tu gloria. El causante de esto, estaba observándote de pies a cabeza con una sonrisa en su rostro.

—¿Por qué te levantaste tan temprano?... Aún es temprano...—No respondiste nada ya que estabas ocupada cubriendo tu rostro con ambas manos, ya que el estaba desnudó también.—Jajaja... Deja de hacer esas cosas... Ahora tienes vergüenza, pero anoche no tenias ni una pizca cuando te atrevías a pedir más...

—¡No sigaaaas!—Tomaste una almohada del piso y se la tiraste en la cara.

Como repuesta él te la volvía a lanzar junto a una manta gruesa, haciendo que quedaras como un fantasma— Ya, ya estás cubierta ¿ya estás feliz?—Habló entre risas.

Quitándote la manta de encima, te dirigiste furiosa hacia la cama y le empezaste a golpear con la almohada, odiabas cuando se comportaba como un así, pero a la vez esas pequeñas situaciones te alegraban el día.

Él te quiero de encima donado te por la cintura empezando te a hacer cosquillas por todo tu abdomen, tú solo le golpeabas los brazos mientras pataleabas y lloriqueabas, soltando sonoras carcajadas.

—¡Ya! Cállate y detente...—Le dijiste entre risas—Eri... nos puede escuchar jajaja... ¡Detenteee!—El reaccionó rápidamente a las palabras que dijiste, estabas en lo cierto, así que algo a penado y con un leve sonrojo en el rostro se sentó a tu lado.

—Lo siento... No pude evitarlo, es que te veías muy linda..—Te sonrío, mientras tomaba su ropa interior y se la colocaba—Deberías sonreír más, podría ser mi nueva arma secreta... Hipnotizarías a todo el mundo—Se levanto y tomó sus pantalones del suelo y sacaba un papel de uno de los bolsillos, para después colocárselos—iré a levantar a Eri, y  a preparar el desayuno... Te veo abajo.

Antes de salir dejo el pequeño papel en tu mesa de noche y salió de la habitación, ibas a ignorar eso para irte a bañar, pero la curiosidad te ganó, y lo abriste.

"Prepara tus maletas,
Encárgate de empacar todo,
Iremos a dar un muy largo viaje.
사랑해♥️."

Una sonrisa de oreja a Oreja se asomó en tu rostro, pensabas que no las volvería a hacer, pero al parecer estabas equivocada.

Te levantaste de la cama emocionada, con la mejor energía del mundo, alistándote para bañarte y prepárate para el largo día que vendría.

»Acción 4«

—Baby Shark Dudu du du dudu~—cantabas alegremente con la pequeña niña albina que tenias a un lado, ya habían pasado dos horas desde que el viaje en el auto había empezado.

Pero antes de ir en tal espacio reducido dieron un pequeño viaje en avión, el cual había durado al rededor de tres horas, pero para ti había sido al yo corto ya que te la habías pasado todo el viaje hablando animadamente con Eri.

Estabas muy feliz, pero había algo que te estaba preocupando, por qué tan repentinamente Kai había hecho planes para hacer unas vacaciones, sabiendo que estaba tan cerca de cumplir su misión, se te hacía muy raro que el hiciera algo así, pero preferías no hablar sobre eso en ese momento, ya que él pelinegro estaba manejando, y no quería distraerlo, y tampoco querías preocupar a Eri.

—No sabías que conocías todas esas canciones infantiles,_____—Sonrío mirándote por el retrovisor.

Ti le sonreíste y le respondiste amablemente—Mi música varía mucho, no creas que solo escucho las que tú me has escuchado cantar, pueden haber tristes, felices, Tal vez Metal, rock, pop, y... Pues hasta canciones infantiles.

Los dos rieron juntos, mientras él te regalan un pequeño guiño, y tú seguías cantando con la niña que al parecer estaba un poco cansada, podías notar que tenía sueño así que bajaste el volumen de la música con al intención de que durmiera un poco antes de llegar a su destino.

Aprovechando de que Eri estaba recostada en tu regazo, le preguntaste a Kai cuál era su motivo para un viaje tan repentino.

Chisaki suspiró pesadamente—¿sabes? Lo que me dijiste hace unos días... Tuvieron un extraño efecto en mí, me sentí mal por Eri... Quiero ser una buena persona, _____, alguien al que Eri pueda admirar, tanto como tú lo haces,y sé que no he sido un santo , pero quiero hacer lo posible para cambiar... Por eso, decidí abandonar los 8 preceptos.

Lo observarse totalmente sorprendida, buscando alguna señal de que fuera una broma, pero te diste cuenta que no en su cara no había nada de gracia hacia aquello que había dicho.

Por una parte te parecía una decisión totalmente admirable, después de todo el era un hombre Joven, el cual podía conseguir un trabajo fácilmente, y no solo por la influencia de su padre, porque sabías que el podía llegar a ser alguien muy carismático (cuando se lo propone), así que ese nos ría un problema, tú tenías todos tus diplomas, bueno al menos hasta la universidad, entonces tampoco sería algo difícil para ti conseguir empleo. Pero lo que te preocupaba era el estado de tus antiguos colegas, los miembros de los 8 preceptos de la muerte, ¿qué pasaría con ellos sin su líder?

—Kai... ¡Eso es maravilloso! Pero... ¿Y los chicos?¿qué pasará con ellos?¿y los ocho preceptos?—Tu rostro era un poema, la verdad era que no sabías cómo sentirte al respecto, muchas emociones te abarcaban en ese momento.

—Deje todo en Manos de Chronostasis... Le hable sobre mi decisión, de igual manera sabes que él es en quién más confió, ¡y me apoyó! Nunca me lo esperé... Lastimosamente no fue lo mismo con los demás... Al principio no les agrado mucho, pero al final terminaron aceptándola, pero no me dejarán volver... No es que sea algo malo, pero si los extrañare, pero es algo que nació desde mi corazón y no pienso dejarlas ahora mismo... no puedo, las necesito, y sé que con esta nueva vida nos irá mejor... Lo hago por el bien de Eri y por el tuyo.—Viste como una pequeña lágrima se resbaló por su rostro, hasta llegar al borde de la máscara, la cual con una mano desató y arrojó por la ventana, Definitivamente, ya no sería necesaria.

Al llegar, viste a tu alrededor observando una linda casa de color blanco,mal cual tenía 2 pisos, con un amplio y limpio pórtico, el cual estaba decorado con un pequeño jardín. La sorpresa dominaba tu rostro en ese instante, el lugar era tan Bello. También te diste cuenta que estaban en otra ciudad, eso era algo completamente comprensible.

El mayor te abrió la puerta del auto, ya que tenías a la albina cargada. Cerró la puerta y abrió el baúl para sacar las maletas.

—Bienvenida a Yokohama, pronto vendrán alguno camiones con otras de nuestras cosas, ya sabes los muebles, sin embargo ya hay algunas camas y escritorios, así que tendremos donde dormir, y todo eso... ¿Te gusta?—al decir esto te abrazo por los hombros.

—Por favor, no preguntes algo que ya sabes, no me gusta, me encanta—Le respondiste con una sonrisa mientras entraban a logran casa y dejabas a Eri en una de las camas de los cuartos del piso de abajo, para poder ir a desempacar.

—Espero que nos vaya bien en este nuevo estilo de vida... ¿Crees que a Eri le guste?—Pregunto algo incómodo.

—¿Por qué no le gustaría? Ya podrá pasar más tiempo de calidad con nosotros, también podrá ir a una escuela como una niña de su edad—Hablaste cálidamente.

El chico sonrió tarando de aguantar esas pequeñas lágrimas de felicidad que se asomaban—Gracias,_____, gracias por darme una oportunidad.

—No, Kai, Gracias a ti por regalarnos a Eri y a mí Alas, con las cuales podremos ir a lugares inigualables, en donde la Euforia estará presente, siempre que estemos juntos, Te amo.—Le contestaste para dejar un corto beso en sus labios.

—Yo también—Te respondió, regalándote un dulce y cálido abrazo.

Fin uwu

AWWWWW, la verdad me sentí muy bien haciendo este, fue muy divertido y empalagoso, tengo que Ey confesar que me gusta el Fluff, pero también me gusta el Angst, también Disculpen si hay algún error ortográfico u-u

Estoy feliz!! Porque muchos de mis tristes favoritos han sacado álbumes estos meses, y pos bueno, más música para escuchar.

Gracias por los 100K de leídos, l@s amo demasiado♥️♥️
si les interesan más Historias Random o Zodiacos se pueden pasar por mi perfil, y de paso pueden seguirme, no sé yo nada más digo, JAJSJAJAJAJA♥️

AGUANTE EL BABY SHARK!!!

Tengo una pequeña gran obsesión con Chisaki, no sé cómo no había hecho un OS de él, espero que les guste, no se olviden de votar y comentar, muchas gracias por leer<33

JAJJSJAJJA Lo amo<33

PLUS ULTRA!!

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