Brahmans y ghouls
Antes de empezar el capitulo quiero darle las gracias a ignacio._.art, el mismo que hizo la mayoría de los dibujos para esta historia, en darme la idea para este capítulo y profundizar más en los personajes.
Recuerden que sus decisiones más adelante pueden cambiar la forma de ser de mina, los dibujos como siempre pertenecen a ignacio._.art.
En el peligroso y destrozado yermo en una ubicación desconocida pero algo lejos de la civilización y mucho tiempo antes de que mina saliera del refugio se podía ver a un niño de aproximadamente 7 años apoyado en una cerca mirando con mucha atención a los brahmans que estaban en lo suyo, hubiera seguido un rato más así de no ser porque la voz de una mujer llamó su atención.
"Kosei, ven a comer hijo la comida ya esta lista"- dijo la mujer que se estaba acercando al joven kosei.
"Ok mamá"- fue lo único que dijo con una sonrisa mientras se acercaba a su amada madre... una ghoul.
La ghoul solo le sonrió para acariciarle el rostro y tomar la mano de su hijo para después ir directos a su casa a comer, al llegar pudo ver a su padre sentado y esperándolos con una sonrisa.
El padre de kosei era un granjero y comerciante, se dedicaba a criar y cuidar a sus brahmans además de irse a la ciudad para poder vender lo que cultivaba.
Su madre no siempre fue una ghoul aunque lamentablemente no recuerda como era su apariencia antes de que le pasara eso, era una mercenaria como casi todos ahi, era buena con las armas y en encontrar cosas para vender.
Sus padres se conocieron cuando su padre contrato a su madre y algunos más para cuidarlo en sus viajes, la madre aunque no lo parecía era muy amigable y no tardaron mucho en llevarse bien hasta que con el tiempo la relación fue mejorando hasta que terminaron enamorándose y el resto se cuenta solo.
Su madre le contó que en una de sus "aventuras" después de el naciera tuvo un encuentro con unos ghouls salvajes resplandecientes, algunos se acercaron bastante a ella al punto de lograr lastimarla en varias partes y debido a la radiación que tenían ni siquiera el rad-away serviría para evitar su transformación aunque pudo mantener la cordura hasta el día de hoy, para su suerte y la de su familia ella era segura para estar cerca ya que no tenia radiación.
A veces kosei iba con su padre a la ciudad donde aprendía como comerciar con los demás y cuando estaba en su casa como cosechar y cuidar a los animales.
Con su madre aprendió algunos consejos sobre como tratar con las amenazas, armas y entorno.
Cuando kosei ya tenia la edad suficiente para usar las armas siempre tenía a su madre al lado de él para decirle como debía disparar, postura, mantenimiento y demás.
Acompañaba a su padre ahora armado a la ciudad pero gracias a su cuidado y curiosidad lograba encontrar buenas cosas para vender, su padre se había dado cuenta que kosei había aprendido muy bien como comerciar así que a veces lo dejaba atender a los posibles clientes pero nunca lo dejaba solo, aun era bastante joven.
Un día cuando kosei tenía al menos 20 años y la edad suficiente para ir solo a la ciudad estaba comerciando como siempre hasta que unas personas que sabía de donde venían se acercaron a el... la Hermandad del Acero.
Kosei solo suspiro antes de atenderlos- "buenas tardes ¿les interesa algo de lo que ven?"- Pregunto con algo de amabilidad.
"Para nada, escuche atentamente civil hay rumores de que usted está conviviendo con uno de esos asquerosos ghouls que infectan nuestros terrenos, usted sabe más que nada que deben ser eliminados y/o reportados para ir nosotros personalmente ¿los rumores sobre eso son verdaderos?"- Pregunto el miembro de la Hermandad.
Kosei al verlos detenidamente noto porque el interés repentino hacia el, eran novatos qué querían llamar la atención de sus superiores de alguna manera, además al ser casi de la misma edad que el le dio la idea.
"Los rumores son falsos, solo vivo con mi padre que es granjero y vivo lejos de aquí... ahora les vuelvo a preguntar ¿quieren comprar algo de aquí? Si no es así por favor váyanse porque asustan a mis posibles clientes"- dijo algo molesto kosei porque odiaba que se refieran de esa manera a los ghouls ya que era como si insultaran a su madre.
El líder de ese pequeño grupo solo soltó una pequeña risa para después irse de ahí caminando con el resto, kosei solo rodó los ojos y prosiguio con los suyo como si nada hasta el final del día, se quedó a dormir ahí y a la mañana partió para su hogar sin notar del peligro cerca suyo.
"Mamá, papá ya llegue"- dijo kosei mientras sacaba la carga del brahmán que había llevado para entrar después en su casa donde sus padres centraron su atención en el.
"¿Como te fue hijo? ¿Tuviste algún problema?"- eran las primeras preguntas que su padre siempre le decía a su hijo cuando llegaba.
"Algo por el estilo, los idiotas de la Hermandad del Acero ayer me preguntaron si estaba viviendo con ghouls cosa que yo negué, parece que alguien lanzó ese rumor contra mi posiblemente otro mercader de la zona que no tiene idea de nosotros"- dijo como si nada kosei.
Al oír eso sus padres se miraron entre sí preocupados- "lo lamento hijo, se que están arriesgando sus vidas debido a mi condición, si no fuera por esto siempre te acompañaría y no tendríamos que preocuparnos por la Hermandad del Acero"- dijo algo triste la madre mientras se tocaba el rostro con una de sus manos.
"Ay mamá deja de decir eso, lo tuyo no fue tu culpa sino algo que le pasa a algunos, no te culpes por eso ¿de acuerdo?"- dijo kosei algo molesto de que su madre se sintiera culpable por algo que no fue su culpa.
"Oigan oigan ya basta ¿si? ¿Por qué no mejor...?"- su padre no pudo terminar la pregunta porque repentinamente una bala entró por el costado de su cuello haciendo que por reflejo lleve sus manos a la zona donde fue herido.
Para kosei y su madre por unos segundos todo se movió en cámara lenta mientras miraban como su ser querido caía al suelo hasta que se pusieron a cubierto, kosei rápidamente se acercó a su padre desesperado haciendo presión en la herida para intentar que no se desangre mientras que su madre solo pudo verlo por unos segundos para agarrar su rifle qué tenía cerca, prepararlo y empezar a devolver los disparos.
Kosei estaba desesperado mientras miraba como su padre abría y cerraba su boca de vez en cuando mientras no dejaba de mirarlo, parecía que quería decirle algo pero a los pocos segundos murió frente a él aún con los ojos abiertos.
Kosei gritaba desesperado mientras sacudía el cuerpo de su padre intentando en vano que haga algo pero nada, quebró en llanto y su madre al ver eso no dijo nada... fueron sus acciones las que decían como estaba ahora mismo.
Salió por la puerta dándole una patada para abrir fuego a los invasores mientras caminaba rápido, debido a su condición de ghoul recibir algunos disparos no le afectaban tanto y gracias a que los atacantes se exponían al disparar caían muertos al suelo, no eran tantos como pensaba contaba por lo menos 6, 2 vivos teniendo en cuenta que el resto ya estaba muerto.
Cuando le dio a uno de los ultimos que parecía estar llamando su atención corriendo hacia una cobertura no dudo en jalar el gatillo y darle en la pierna derecha haciendo que caiga y grite de dolor, pudo escuchar el grito de la otra persona diciendo el nombre del que hirió pero no le dio importancia y se acercó a su próxima víctima para verlo mejor y... por un momento dudo de jalar el gatillo.
Era un joven que parecía tener la misma edad que su hijo, al ver el resto de los cadáveres noto que casi todos parecían tener la misma edad, le suplicaba por favor que no lo matará mientras extendía uno de sus brazos por piedad, la ghoul en su momento de duda bajo el arma y... El ruido de un arma siendo disparada hizo que su cabeza se moviera hacia adelante dejando ver un agujero en su frente para acto seguido caer al suelo.
El joven pudo ver como el otro integrante había salido de su posición para dispararle, se quedaron mirando por unos segundos hasta que otro ruido de una explosión y ver como la persona que lo ayudo cayó muerto en un tiro en la cabeza.
Kosei con lágrimas en los ojos y lleno de ira había agarrado el rifle de francotirador de su difunta madre para acabar con su asesino, kosei pudo escuchar el nombre de la persona que mato de la última que quedaba con vida, empezó a disparar donde quedaba el último pero la cobertura lo mantenía a salvo, lleno de miedo el último atacante se fue como podía arrastrándose por el suelo dejando un pequeño rastro de sangre hasta que cuando dejo de escuchar los disparos empezó a correr lo más rápido que podía aun con la pierna herida.
Kosei con pistola en mano salió apuntando para todos lados pensando si había más, al ver que no había nadie se acercó al cuerpo de su madre para arrodillarse y abrazarla mientras mojaba su hombro con sus lágrimas, estuvo así por unos minutos hasta que después de dejarla en el suelo con sumo cuidado se acercó a los cuerpos de sus atacantes... eran los jóvenes de antes de La Hermandad.
Kosei ahora se sentía culpable consigo mismo y un odio hacia La Hermandad del Acero había nacido en el, reconoció el cadáver del que lo interrogó así que asumió que este era el líder, junto a cada uno de ellos y una vez terminado los prendió fuego, con sus padres cada cosa que hacía con ellos era un desgarre a su corazón, miles de recuerdo venían hacia el y no dejaba de llorar cuando lanzaba tierra en las tumbas de sus padres.
Si hubiera sido más cuidadoso y prestado más atención esto tal vez nunca hubiera pasado, no podía cambiar el pasado y sería algo con lo que tendría que vivir por siempre pero aun la ira estaba en el y quería encontrar al que se escapo, los primeros días de duelo se quedó en su casa ya que no quería que su ira lo hiciera cometer actos estúpidos se conocía muy bien, una vez más estable emocionalmente se dedico por un tiempo a encontrar al último sobreviviente del ataque para eso hizo lo que mejor sabia y era seguir comerciando con la gente.
Cada pregunta que hacía, cada favor cobrado y cada lugar no lo llevaron por ningún lado, el tiempo pasaba y su meta de venganza sentía que lo consumía más al punto que un día cuando estaba descansado en su hogar se dio cuenta que estaba mal cuidada, sus brahmans habían escapado debido a que nos los alimentaba y las cosechas qué sus padres siempre mantenían estaban muertas.
Kosei suspiro y decidió para si mismo y por amor a sus padres seguir con su vida ya que seguro eso era lo que querían para el pero no quería seguir viviendo en el mismo lugar donde sus padres fueron asesinados, tomo varias de sus cosas y provisiones para abandonar su hogar, le dio un último vistazo para tomarse un momento y después se acercó a las tumbas de sus padres, se arrodillo pero no dijo ni una palabra simplemente bajo la cabeza por respeto por unos momentos para luego levantarse e irse pero un ruido llamo su atención.
Al mirar donde antes estaban los brahmans pudo escuchar y ver a uno pequeño, no parecía ser una cría por el tamaño sino que era uno joven, kosei lo miro con curiosidad y se empezó a acercar lentamente a este.
"Hey amigo... ¿como estas?"- decía kosei mientras se acercaba lentamente al animal, noto que este se puso nervioso por la presencia suya-"wow wow hey tranquilo no voy a lastimarte, todo esta bien ¿de acuerdo?"- dijo con un tono dulce mientras se acercaba más al joven brahman.
Una vez logrado empezó a acariciar las cabezas del animal notando qué le gustaba eso, cuando dejo de acariciarlo noto que parecía más tranquilo- "¿Quieres acompañarme en mi viaje? Te aviso que estaremos siempre en movimiento y no se que nos deparará el destino pero... ¿quieres arriesgarte?"- Pregunto con algo de optimismo kosei.
El animal solo se lo quedo mirando sin entender lo que decía.
"Tomaré eso como un si... creo que te llamare como una de mis bestias favoritas que estaban en mis libros: "dragon" ¿que te parece el nombre?"- dijo mientras seguía viendo que el brahman solo lo seguía mirando.
Kosei solamente se río un poco para después empezar a caminar, miro de reojo atrás para ver si dragón lo seguía y le dibujo una sonrisa en el rostro ver que si lo estaba siguiendo, nunca pensó que tendría una buena y larga amistad con un brahman que duraría muchos años... ya era de la familia para el.
Volvemos al presente en el momento que kosei fue capturado por La Hermandad cuando ayudó a mina a huir.
Kosei se encontraba en una habitación algo destrozada solo pero siendo vigilado por uno de los soldados que estaban ahí, ninguno decía una palabra y parecía que iba a seguir así un buen rato de no ser porque unos pasos metálicos empezaron a sonar y hacerse más fuertes a medida que se acercaban, se detuvo por unos momentos en la puerta para abrir esta y entrar, kosei ni se molesto en darse la vuelta para ver que o quien era porque sabía que era una servoarmadura el responsable de esas pisadas, dicha persona con la armadura paso al lado de él y se puso enfrente para empezar el interrogatorio.
"Buenas tardes, lamento el tiempo y la situación en la que esta ahora mismo pero debido a la batalla que tuvimos era necesario mantenerlo aquí por su seguridad y la nuestra"- dijo la persona en la servoarmadura esperando respuesta de kosei pero no dijo nada- "bien... mis hombres me han informado que usted no estaba solo, que una extraña mujer de color ¿rosa? Estaba con usted y logró hacer que huyera mediante granadas caseras de humo para hacerle ganar tiempo ¿puedo saber por qué hizo eso?"- Pregunto mientras ponía en la mesa que tenía cerca dichas granadas usadas.
Kosei solo se quedó mirando por unos segundos las granadas de humo pero no dijo nada, puede que nunca lo diga abiertamente pero el odia con todo su ser a La Hermandad pero sabe que no le conviene decir eso.
"¿A dicho algo antes de que yo llegara?"-Pregunto al guardia que estaba cerca de la puerta.
"No ha dicho nada y tampoco se a movido del lugar señor"- dijo de forma rápida el soldado.
La persona con la servoarmadura solo suspiro- "puede hacer esto más fácil para usted y solo decirnos porque estaba cerca de la zona de batalla en ese momento, solo unas palabras me bastan"- dijo con un tono tranquilo y razonable.
A pesar de eso y que tal vez decía la verdad kosei ni se molesto en verlo y tampoco le respondió.
"... envíen este hombre a las celdas y que alguien lo cuide, es peligroso que salga ahora así que se quedara una noche aquí, liberenlo mañana por la mañana con su brahman solo es un simple comerciante no una amenaza"- fue lo único que dijo para empezar a caminar hacia la puerta.
"Si señor"- fue lo único que dijo el soldado para acercarse a kosei, este solo se levantó tranquilamente para ser guiado a las celdas.
Mientras kosei se dirigía ahí, la persona con la servoarmadura estaba caminando hacia su habitación.
Una vez adentro salió del traje para dejar ver a un hombre que parecía tener 40 años de edad, cabello y barba negra con algo de canas, ojos marrones y algunas cicatrices que muestran sus victorias de sus batallas, para la mayoría eran motivo de orgullo y el se sentía así con la mayoría pero no con una.
Se acercó a su cama y subió un poco la prenda de su pierna derecha para ver una herida de bala cicatrizada qué parecía tener muchos años y ser la primera de todas sus cicatrices, paso sus dedos en ella por un rato mientras recordaba la tremenda estupidez en la que se metió ese día, las consecuencias y el dolor que llegaron después.
"Perdóname hermanito..."- fueron las únicas palabras que dijo el hombre mientras dejaba de tocar la cicatriz y se acostaba un rato en su cama para descansar, se lo merecía después de estar al frente de la batalla con sus soldados... no defraudaria a La Hermandad del Acero pero mucho menos a sus hombres y mujeres que lo seguían...
Espero que hayan pasado una feliz navidad : )
El equipo de vault-tec les manda sus saludos.
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