Ova 2: GroundZero

P.O.V. BAKUGOU KATSUKI

Era un día cualquiera en la Academia U.A, pero para mí, Bakugou Katsuki, la vida estaba a punto de tomar un giro inesperado, había notado a Mina Ashido desde hacía tiempo, su energía y su sonrisa siempre iluminaban el ambiente, y aunque nunca lo admitiría en voz alta, me atraía

Pero, hasta ese día, no había hecho nada al respecto

Todo comenzó después de un entrenamiento intensivo, Mina y yo nos quedamos más tiempo del usual, y mientras recuperábamos el aliento, la conversación se desvió hacia terrenos más personales

-Bakugou, ¿Alguna vez te has enamorado?- me preguntó Mina, con una sonrisa juguetona

-¿Qué clase de pregunta estúpida es esa?- respondí, tratando de mantener mi actitud ruda, aunque sentí un calor inusual en las mejillas

Mina rió suavemente -No necesitas contestar si no quieres, solo pensé que... bueno, tú y yo... tal vez podríamos ser más que amigos-

Mis ojos se abrieron de par en par. No podía creer lo que estaba escuchando. Mina, la chica más animada de la clase, me estaba confesando sus sentimientos, no era típico de mí dudar, pero en ese momento, las palabras se atoraron en mi garganta

-Mina, yo...- comencé, pero ella me interrumpió, acercándose y tomando mi mano

-Está bien, Bakugou, yo también siento algo por ti, y creo que podríamos intentarlo-

No supe cómo responder de inmediato, pero finalmente asentí -Sí, intentémoslo-

A partir de ese momento, todo cambió entre nosotros, salir con Mina era como un respiro de aire fresco, su energía era contagiosa, y aunque nunca lo admitiera en voz alta, me hacía feliz

A medida que pasaban los días, nos volvíamos más cercanos, compartiendo no solo momentos de entrenamiento, sino también nuestros sueños y miedos

Una tarde, después de las clases, nos encontramos en el parque cercano, el sol comenzaba a ponerse, bañando el lugar con una luz dorada

-Es bonito, ¿verdad? -dijo Mina, sentada a mi lado en un banco

-Sí, supongo que sí -respondí, mirando el horizonte

-¿Sabes, Bakugou?- continuó ella, girando para mirarme -A veces pienso en cómo será el futuro, me pregunto si siempre estaremos así, juntos, luchando y creciendo-

-¿Qué quieres decir?- pregunté, mirándola a los ojos

-Quiero decir que me gusta estar contigo, me gusta cómo me haces sentir, Bakugou, cuando estamos juntos, todo parece posible- Mina hablaba con sinceridad, sus ojos brillando bajo la luz del atardecer

Fruncí levemente el ceño, reflexionando sobre sus palabras, nunca fui el tipo de persona que se detuviera a considerar el futuro sentimentalmente, sin embargo, con Mina a mi lado, todo parecía diferente, ella tenía esa habilidad única de suavizar mis bordes sin hacerme sentir débil

-No tengo ni idea de cómo será el futuro, pero sé que quiero estar contigo ahora- confesé finalmente, sintiendo una calidez reconfortante en mi pecho al ver su sonrisa crecer

Mina se inclinó hacia mí, apoyando su cabeza en mi hombro, era un gesto simple pero cargado de significado. La cercanía física no me incomodaba como antes; de hecho, con ella me sentía en paz

-¿Te gustaría entrenar juntos mañana? -propuso Mina, rompiendo el breve silencio mientras jugueteaba con mi mano

-Por supuesto. No se te ocurra dejarme atrás, Ashido- respondí con una sonrisa torcida, sintiéndome más cómodo al dejar que mis emociones fluyeran sin restricciones

Nos quedamos allí por un rato más, disfrutando de la tranquilidad del parque y la compañía del otro, el sol ya estaba casi oculto en el horizonte cuando Mina se puso de pie, extendiéndome la mano

-Vamos, te acompaño a casa- dijo con una dulce determinación en su voz

Asentí y tomé su mano, permitiéndome disfrutar del contacto sin la necesidad de apartarme, caminamos juntos en silencio por un rato, dejando que el peso de nuestras palabras se disipara en el aire fresco de la tarde

Cuando llegamos a mi departamento, Mina se detuvo frente a la puerta y se volvió hacia mí, sus ojos brillaban con una mezcla de complicidad y afecto

-Gracias por hoy, Bakugou, nos vemos mañana, ¿De acuerdo?- dijo con una sonrisa tierna

-Claro, Ashido, mañana será otro día de entrenamiento intensivo -respondí con mi típico tono desafiante, pero no pude ocultar una sonrisa propia

Mina se inclinó hacia mí y me dio un beso rápido en la mejilla antes de darse la vuelta para irse, observé cómo se alejaba, sintiéndome agradecido por tenerla en mi vida de una manera que nunca había imaginado

Cerré la puerta con cuidado y me recosté junto a ella, dejando escapar un suspiro de satisfacción

Los días siguientes transcurrieron con normalidad, o al menos eso creía yo, Mina y yo continuamos nuestra rutina de entrenamiento y nuestras salidas ocasionales al parque o a tomar café después de clases, cada momento con ella se volvía más precioso, más significativo

Sin embargo, una tarde, algo cambió

Habíamos quedado en encontrarnos en el café que solíamos frecuentar después de clases, llegué puntual como siempre, pero noté algo extraño en la forma en que Mina me recibió, su sonrisa parecía forzada, sus ojos evitaban encontrarse con los míos, intenté ignorar la sensación de inquietud que comenzaba a apoderarse de mí

-¿Pasa algo, Mina? -pregunté con cautela, mientras tomábamos asiento en nuestra mesa habitual

Ella suspiró, jugueteando con la servilleta entre sus manos antes de finalmente levantar la mirada hacia mí

-Bakugou, necesito hablar contigo- dijo en voz baja, su tono era serio y distante, lo cual contrastaba drásticamente con su usual alegría

El presentimiento que había estado tratando de ignorar empezó a materializarse en mi pecho como un peso pesado, asentí con gesto serio, preparándome para lo que estaba por venir

-He estado pensando mucho últimamente y...- Mina comenzó, pero se detuvo, como si las palabras se le atragantaran en la garganta

-¿Qué pasa, Mina?- insistí, luchando por mantener mi voz firme a pesar del creciente nerviosismo

-Katsuki, lo siento mucho...- susurró finalmente, desviando la mirada hacia la mesa

Mi corazón se detuvo por un momento, lo que sea que estuviera a punto de decir, ya podía sentir el amargo sabor de la devastación

-He estado viéndome con alguien más... con Kirishima- confesó Mina en un susurro apenas audible

La habitación parecía dar vueltas a mi alrededor mientras luchaba por procesar sus palabras. Kirishima, mi amigo cercano, alguien en quien confiaba

Y Mina, la persona que creía que me hacía feliz, admitiendo haberme engañado

-¿Por cuánto tiempo?- logré articular finalmente, aunque mi voz sonaba más fría de lo que esperaba

Mina se mordió el labio, evidentemente angustiada por mi reacción

-Lo siento, Katsuki, empezó hace algunas semanas... yo... yo pensé que podía sentir algo por él también, y...-

Mis manos se cerraron en puños sobre la mesa, sentí una mezcla de rabia, traición y un dolor punzante que parecía desgarrarme por dentro, tragué saliva, luchando por mantener la compostura

-¿Y no pensaste que deberías decirme algo antes?- mi voz sonaba más ronca de lo normal, cargada de una amargura que no podía contener

Mina parecía al borde de las lágrimas, extendió la mano hacia mí, pero retrocedí instintivamente

-Katsuki, por favor, entiende... lo siento tanto, no quería lastimarte- susurró, su voz quebrándose

Me puse de pie abruptamente, sintiendo como si el mundo se hubiera desmoronado a mi alrededor, no podía soportar estar más tiempo en ese lugar, ni enfrentar la mirada de Mina en ese momento

-No quiero escuchar más, Mina.... Solo... solo vete, vete y nunca me vuelvas a ver- dije con voz entrecortada, evitando mirarla directamente

Ella se puso de pie también, con lágrimas en los ojos

-Katsuki, por favor...- comenzó a decir, pero la interrumpí

-¡LARGATE! -grité, sorprendiéndome a mí mismo con la intensidad de mi voz

Mina se alejó, su rostro lleno de angustia y remordimiento, me quedé allí, sintiéndome vacío y traicionado, todo lo que había construido con Mina, todos esos momentos felices y esperanzadores, se desvanecieron en un instante.

Los días que siguieron a la traición fueron un borrón de rabia y desesperación, sentía que la oscuridad me consumía lentamente, robándome cualquier vestigio de esperanza que alguna vez tuve, en lugar de intentar sanar, dejé que el odio se convirtiera en mi nueva motivación

Pasaron semanas antes de que algo finalmente rompiera mi frágil control, estábamos en una misión con la clase, una de las tantas donde los villanos habían empezado a atacar más frecuentemente

Esa vez, sin embargo, todo salió terriblemente mal

El villano, un hombre con la habilidad de manipular las sombras, nos emboscó en un almacén abandonado, mientras todos luchábamos, vi a Mina caer al suelo, herida

Algo dentro de mí se rompió al verla así, pero no era preocupación, era una furia incontrolable

-¡Bakugou! Ayúdame- gritó ella, el dolor evidente en su voz

Me acerqué, mi rostro una máscara de enojo y desprecio -¿Por qué debería? Tú me traicionaste, Mina-

-¡Por favor! No es el momento para esto- suplicó, lágrimas cayendo por sus mejillas

La miré con frialdad, recordando cada momento de traición -Tal vez deberías aprender lo que se siente ser abandonada-

Giré sobre mis talones, dejando que la oscuridad del villano la alcanzara, escuché su grito de dolor y desesperación, pero no me detuve

No podía

La ira me había transformado en algo más

Después de la misión, cuando todos se recuperaban, Kirishima me confrontó

-¡Bakugou! ¿Qué demonios te pasa?- gritó, su voz llena de rabia y angustia

-¡No te metas en mis asuntos, Pelos de incendio!- le respondí, mis ojos llameando con una furia que ni siquiera yo entendía por completo

-¡Esto no es sobre ti, Baku-bro! ¡Es sobre Mina! ¡Podrías haberla salvado!- insistió, acercándose peligrosamente

-¡Ella no merece ser salvada! ¡Me traicionó, y tú también! ¡No eres mi bro!- Escupí, empujándolo hacia atrás con fuerza

Kirishima cayó al suelo, pero su mirada no se quebró -Lo que estás haciendo no es justicia, Bakugou, es venganza, y te estás perdiendo a ti mismo en el proceso-

-No me importa- susurré, sintiendo una calma helada invadir mi ser -Si eso significa que nadie volverá a traicionarme, lo haré, no me importa en lo que me convierta-

Los días se convirtieron en semanas, y mi corazón se endureció aún más

Los profesores empezaron a notarlo, preocupados por el cambio en mi comportamiento, pero no me importaba, solo quería ser el más fuerte, el más temido, para que nadie pudiera herirme nuevamente

Una noche, mientras entrenaba solo en la oscuridad, sentí una presencia detrás de mí

Era Aizawa, el profesor que siempre había creído en mí, aunque nunca lo demostrara abiertamente

-Bakugou- dijo, su voz inusualmente suave -Sé lo que pasó, pero esto no es el camino-

-No sabes nada- respondí, sin girarme para mirarlo

-He visto a muchos héroes perderse en su oscuridad- continuó mientras el sostenia las gafas que el utilizaba -Pero también he visto a muchos encontrar su camino de regreso, no tienes que hacer esto-

Finalmente, me di la vuelta, mirando a Aizawa a los ojos -Ellos me traicionaron, no puedo perdonar eso-

-Perdonar no es para ellos, Bakugou, es para ti, para que no te destruyas a ti mismo en el proceso- dijo, su mirada llena de una tristeza que nunca había visto en él

-Tal vez ya es demasiado tarde para mí- murmuré, sintiendo por primera vez en mucho tiempo un atisbo de la persona que solía ser

-Siempre hay una oportunidad para cambiar- dijo Aizawa, dándome una última mirada antes de alejarse

Las palabras de Aizawa se quedaron conmigo, pero no lograban apagar la furia y el dolor que sentía

Me encontraba en un callejón oscuro, buscando una pelea para liberar mi ira cuando todo cambió, una luz cegadora me envolvió y, de repente, el mundo a mi alrededor se desvaneció

Desperté encima de lo que parecia ser una cama, me sentia cansado, ya no traia mi ropa, estaba desnudo

-¿Como? Que?- Dije confundido

De pronto las sabanas se comenzaron a mover, al moverse vi a una niña pelirroja, lo próximo que paso fue que esta grito y me trato de golpear en el estomago, me habia dejado sorprendido por que su expresión de enojó parecia mas la de una bestia con sus ojos rojos, ella comenzó a hablarme en un idioma desconocido para mi, no lo entendia para nada

Al querer salir de ahi, de pronto vi una pequeña luz verde, en el costado de mi estomago casi me cortan a la mitad, todo estaba oscuro, no podía ver nada

Sentí un dolor agudo y lacerante en el estómago, como si una hoja afilada hubiera perforado mi piel. Me tambaleé, tratando de mantenerme de pie mientras mi visión se volvía borrosa, la chica pelirroja me había atacado con una fuerza sorprendente, y la luz verde que había visto antes parecía emanar de una espada que ahora sostenía

-¿Qué demonios...? -murmuré, mi voz apenas un susurro debido al dolor. Trató de levantarme, pero mis fuerzas estaban desapareciendo rápidamente

La chica siguió gritándome en ese idioma extraño, su rostro una mezcla de confusión y enojo

Intenté comunicarme, pero las palabras no salían, en ese momento, escuché un montón de pasos apresurados que se acercaban, lo próximo que vi fue a un hombre de dad avanzado con barba, este me piso la cabeza

Parecía tener un grupo de soldados usando lo que parecía ser armaduras de un estilo medieval, ellos me arrastraron, momentáneamente quede inconsciente

Lo que me desperte fue cuando agua fue tirada encima de mi, eso me hizo despertar y vi al mismo hombre, yo estaba encadenado con las manos en el techo, ese hombre tenia un latigo en sus manos

-Asi que intentaste meterte a mi mansión, te metiste en el cuarto de mi nieta Eris... He intentaste abusar de ella- En ese entonces no entendia ninguna palabra que decia, asi que no tenia forma de entender lo que me decia ni mucho menos porque estaba ahi o de que se me acusaba

El tomo su látigo y comenzó a golpearme

**ZAZ**

El sonido del látigo cortando el aire resonó antes de impactar contra mi piel desnuda, el dolor era insoportable, como si mi carne ardiera con cada golpe

Mi mente se esforzaba por comprender la situación, pero el idioma desconocido y la brutalidad de la situación me dejaban perdido y aturdido

El hombre continuó hablando, su voz llena de odio y desprecio, no entendía sus palabras, pero el mensaje era claro: estaba siendo castigado

La chica pelirroja, Eris, observaba desde un rincón, su mirada una mezcla de molestia y rabia

Intenté decir algo, cualquier cosa, para detener el castigo, pero mis palabras se ahogaron en gritos de dolor

Los soldados alrededor del hombre me miraban con desprecio, no había piedad en sus ojos, solo una fría determinación de hacerme sufrir, sentí la sangre correr por mi espalda y piernas, cada golpe del látigo abría nuevas heridas, y mi visión comenzó a nublarse por el dolor

En medio de la tortura, mis pensamientos regresaron a Mina y Kirishima, la traición que había sentido palidecía en comparación con el sufrimiento físico que ahora experimentaba

Irónicamente, una parte de mí deseaba estar de vuelta en la Academia U.A., enfrentando sus miradas de desaprobación, en lugar de este infierno

Los golpes del látigo finalmente cesaron, pero el dolor persistía, me dejaron colgado allí, mi cuerpo temblando y cubierto de sangre

El hombre se acercó y me miró fijamente a los ojos, aunque no entendía sus palabras, su expresión dejaba claro que esto era solo el comienzo

Pasaron lo que parecieron horas antes de que los soldados volvieran, me descolgaron de las cadenas y me arrastraron a una celda oscura y húmeda, el suelo estaba cubierto de paja sucia, y el aire olía a humedad y descomposición

Me dejaron allí, tirado como un animal herido, sin ninguna explicación

Los días siguientes fueron un borrón de dolor y desesperación, los soldados venían regularmente, trayendo escasa comida y agua, olía asquerosa y sabia horrible, pero también más castigos

A veces era el látigo, otras veces eran golpes con palos o simples puñetazos. Mi cuerpo se convirtió en un mosaico de moretones y cortes, cada movimiento era una agonía.

A medida que pasaba el tiempo, comencé a perder la noción de los días. El aislamiento y el constante dolor erosionaron mi voluntad. Pensé en escapar, pero mi cuerpo estaba demasiado débil para intentar cualquier cosa. La rabia y la desesperación se mezclaban en mi mente, formando un torbellino de emociones que me mantenía al borde de la locura

Una noche, en medio de uno de mis sueños febriles, la puerta de mi celda se abrió, la luz de una antorcha iluminó la figura de una mujer con cabello rojo, de aspecto curvilíneo, este no la entendí cuando me hablaba... Pero no era necesario entender que queria de mi, en sus manos ella tenía una especie de botella de porcelana

Alzo mi barbilla y abrió mi boca haciéndome tomar todo su contenido... Era un afrodisíaco

Sentí un calor abrasador recorrer mi cuerpo, como si el líquido que me obligó a tragar se hubiera encendido dentro de mí, cada músculo, cada nervio, parecía arder con una intensidad casi insoportable, mi respiración se aceleró, y aunque mi mente trataba de resistirse, mi cuerpo comenzaba a responder de formas que no podía controlar

Era como si hubiera una batalla interna en la que no tenía control alguno sobre el resultado

La mujer de cabello rojo sonrió con malicia al ver mi reacción, sus ojos brillaban con una mezcla de triunfo y lujuria, sin decir una palabra, se acercó más, sus movimientos eran lentos y deliberados, como un depredador que se acerca a su presa, mi corazón latía con fuerza en mi pecho, y el sudor cubría mi frente mientras luchaba contra la confusión y el deseo que se desbordaban dentro de mí

Intenté moverme, pero las cadenas que sujetaban mis manos al suelo limitaban cualquier intento de escapar, la mujer deslizó una mano por mi pecho desnudo, recorriendo las cicatrices y heridas abiertas con una suavidad que contrastaba violentamente con el dolor que me había infligido anteriormente

Su toque provocaba sensaciones encontradas, y a pesar de mi mente gritándome que me resistiera, mi cuerpo respondía de formas que me avergonzaban

"Shhh" susurró la mujer, con su voz goteando veneno y promesas, no entendía las palabras, pero el tono era claro, era una mezcla de calma y dominación, como si supiera exactamente el efecto que tenía sobre mí y disfrutara viéndome luchar en vano contra ello

El afrodisíaco continuaba su trabajo, amplificando cada sensación, cada roce, mi mente se tambaleaba al borde de la locura, incapaz de reconciliar la furia y el odio que sentía con el deseo que se encendía dentro de mí, contra mi voluntad, traté de apartar la mirada, de pensar en cualquier otra cosa, pero su presencia lo llenaba todo, haciendo imposible escapar

Mientras se inclinaba hacia mí, sus labios rozaron mi oreja, enviando escalofríos por mi columna vertebral, podía sentir su aliento caliente, y el sonido de su risa suave, burlona, perforaba la poca cordura que me quedaba

Intenté apartarla, pero mis fuerzas me traicionaron, y mis intentos de lucha solo parecían animarla más

Ella sabía que me había quebrado, que estaba atrapado no solo físicamente, sino también dentro de mi propio cuerpo, traicionado por él

Cada segundo que pasaba en esa celda oscura se sentía como una eternidad, una prueba de resistencia donde mi voluntad y mi humanidad estaban siendo erosionadas, arrancadas pedazo a pedazo

Finalmente, cuando mis fuerzas se agotaron por completo, la mujer se apartó, dejándome solo en la oscuridad, mi cuerpo aún temblando por la experiencia, cerró la puerta con un último vistazo de satisfacción en su rostro, dejándome con el eco de mis propios pensamientos, que ahora eran un caos de humillación, furia y desesperanza

El afrodisíaco seguía corriendo por mis venas, pero ahora, en la soledad de la celda, solo quedaba la sensación de haber sido utilizado, de haber perdido un poco más de mí mismo

Y mientras el eco de sus pasos se desvanecía en la distancia, una oscura resolución comenzó a formarse en mi mente

Ya no quedaba lugar para la compasión o el perdón, la única opción era sobrevivir, a cualquier costo, y vengarme de aquellos que me habían llevado a este infierno

Todo se convirtio en una rutina, en las mañanas me alimentaban y luego azotaban, en las tardes ese viejo venia personalmente a golpearme mientras su pequeña mocosa miraba con una gran sonrisa, en la noche esa mujer volvia y me daba mas de ese liquido, transformando la prision de mi cuerpo en un campo de batalla donde las brasas de mi orgullo se enfrentaban a una desesperación avivada por el sufrimiento

El silencio de la celda, interrumpido solo por mi respiración agitada, se sentía opresivo, como si las paredes mismas se cerraran lentamente alrededor de mí, cada golpe que había recibido, cada herida, cada toque profano, se mezclaban en mi mente, formando una tormenta de pensamientos oscuros y caóticos que amenazaban con consumir lo poco que quedaba de mí

El tiempo dejó de tener sentido, lo que antes habría sido un día común en la Academia U.A., ahora se sentía como una vida pasada, un sueño distante del que nunca podría despertar

Recordé a Mina, a Kirishima, y a todo lo que me había llevado a este infierno, las emociones se entrelazaban, confusión, rabia, un deseo ardiente de venganza, pero también un anhelo desesperado de paz, de un final para este tormento

Mis fuerzas flaqueaban, y cada movimiento se volvía un recordatorio de mi impotencia, la sangre se había secado en mi piel, formando costras que tiraban con cada respiración, intensificando el dolor que ya era casi insoportable, el aire rancio de la celda apenas proporcionaba alivio a mis pulmones, y la oscuridad era una manta sofocante que parecía absorber cualquier esperanza

Las horas se deslizaban como sombras, sin ningún sentido del paso del tiempo, estaba atrapado en un ciclo de agonía, donde los recuerdos de mi vida anterior se desdibujaban, suplantados por el constante martilleo de la tortura física y psicológica, cada vez que cerraba los ojos, veía el rostro de la mujer, su sonrisa maliciosa, la forma en que había disfrutado de mi debilidad

El odio burbujeaba dentro de mí, un fuego que me quemaba desde adentro, alimentado por la traición y el sufrimiento

A pesar del dolor, un pensamiento persistía, un pensamiento que me aferraba a la cordura que me quedaba: 

Escapar.... Aunque mi cuerpo estaba al borde del colapso, mi mente, rota pero no completamente destruida, comenzó a trazar planes, mis manos, ensangrentadas y encadenadas, se aferraban a la última chispa de resistencia que quedaba en mi interior

No sabía cuánto tiempo más podría aguantar, pero una cosa era segura: no moriría aquí

No permitiría que esto fuera mi final, con cada latido de mi corazón, con cada respiración dolorosa, me obligué a recordar quién era, quién solía ser, y quién aún podría ser, si lograba salir de este infierno

Luego, ya sea cosa de suerte, pero durante un tiempo, dejaron de venir, no se que estaba pasando, pero durante muchas noches. nadie volvio, pero ni siquiera para darme de comer... Cosa que pense que ahora solo querian que muriera de inanicision

Si ese era su plan, una lastima, algo que ni yo sabia que pasaria, pero por lo visto, mi cuerpo desarrollo una especie de resistencia, una adaptación salvaje a las condiciones extremas a las que había sido sometido

Mi cuerpo, debilitado y herido, comenzó a cambiar, a transformarse de maneras que ni siquiera yo entendía completamente, sentí que mi quirk, esa chispa feroz de poder que había definido mi identidad, estaba reaccionando, evolucionando bajo la presión del dolor y el sufrimiento, era como si cada célula de mi cuerpo estuviera luchando desesperadamente por sobrevivir, desencadenando algo nuevo, algo más oscuro y más peligroso

Los primeros signos fueron pequeños, apenas perceptibles en medio de la constante agonía. Un calor interno comenzó a acumularse, no como el ardor del afrodisíaco que me había sido forzado a ingerir, sino algo más profundo, algo que crecía en mi núcleo, mis heridas, antes abiertas y supurantes, comenzaron a cerrarse lentamente, con un calor abrasador que las cauterizaba desde adentro, la sangre que había empapado mi piel y la paja de la celda se evaporaba en un leve humo, y aunque el dolor no desapareció, algo cambió en su naturaleza: 

>"Se volvió un recordatorio constante de mi determinación"<

Mi mente, que había estado al borde de la locura, encontró un enfoque, un punto fijo en la tormenta de pensamientos y emociones que me atormentaban, ese punto era la venganza. Ya no era una simple noción o un deseo pasajero; se había convertido en mi única razón para seguir respirando. No importaba cuán destrozado estuviera mi cuerpo, no importaba cuántas veces me hubieran humillado o quebrantado

Mi odio ardía más fuerte que nunca, y con cada latido de mi corazón, el deseo de destruir a aquellos que me habían arrastrado a este infierno se afianzaba más profundamente en mi ser

Finalmente, una noche, mientras el silencio opresivo de la celda parecía más espeso que nunca, sentí que algo dentro de mí había alcanzado su punto de ebullición, era como si una fuerza primigenia estuviera empujando desde dentro, buscando liberarse, las cadenas que me sujetaban comenzaron a calentarse, el metal crepitando y chisporroteando bajo el aumento de temperatura

Pude sentir cómo la energía de mi quirk, esa explosión incontrolable que siempre había canalizado a través de mis manos, ahora se extendía por todo mi cuerpo, fusionándose con mi voluntad inquebrantable de sobrevivir y vengarme

El metal se volvió incandescente, y con un grito gutural, tiré con todas mis fuerzas. Las cadenas, que habían sido mi prisión durante tanto tiempo, cedieron con un estallido ensordecedor, sus eslabones fundidos cayendo al suelo en trozos humeantes

Me desplomé sobre mis rodillas, jadeando por el esfuerzo, pero con una nueva energía corriendo por mis venas

Ya no era simplemente Bakugou Katsuki, el estudiante de la Academia U.A. caído en desgracia

Me había convertido en algo más, Yo... Ya no...

Me levanté con dificultad, tambaleándome al principio, pero con una resolución renovada, mi cuerpo estaba destrozado, pero no derrotado, cada paso que daba era una promesa de destrucción, de fuego y cenizas para aquellos que se habían atrevido a someterme, sabía que este lugar era un laberinto de horrores, pero también sabía que había una salida, y estaba decidido a encontrarla

Al salir de la celda, noté que la fortaleza estaba extrañamente silenciosa, avancé con cautela, mis sentidos en alerta máxima, percibiendo cada sonido, cada sombra, pasé por salas vacías, corredores desiertos, como si los ocupantes hubieran desaparecido de repente, algo había sucedido, algo que había cambiado las reglas del juego, y estaba decidido a aprovecharlo

Finalmente, llegué a una gran sala, una especie de salón principal, donde encontré a la mujer de cabello rojo, estaba de pie, frente a un enorme ventanal que daba a un paisaje que apenas podía distinguir en la oscuridad exterior, ella me oyó entrar y se giró lentamente, antes de que pudiera hablar puse mis manos en su boca

-Adios- Dije con una sonrisa siniestra e hice una explosión en su cara destrozandole la mandibula

El estruendo resonó en la gran sala, la explosión llenando el aire con un calor abrasador y un destello cegador, la mujer de cabello rojo apenas tuvo tiempo de registrar lo que estaba sucediendo antes de que el fuego y la fuerza de mi explosión la alcanzaran de lleno

Su cuerpo fue arrojado hacia atrás con violencia, como si fuera una muñeca de trapo, y chocó contra la pared de piedra detrás de ella, dejando una mancha oscura en su estela

El sonido de huesos rompiéndose se mezcló con el olor acre de carne quemada y pólvora, creando una atmósfera que, en cualquier otra circunstancia, podría haber sido nauseabunda, pero para mí, no lo era, para mí, era la dulce sinfonía de mi venganza, un recordatorio de que finalmente estaba tomando el control

La mujer cayó al suelo, inerte, su rostro desfigurado en una grotesca mueca de horror y dolor, sus ojos vacíos mirando al infinito

No perdí tiempo observando el cadáver, mi mente estaba en una única dirección:

>"Quien sigue?"<

Unos guardias llegaron con sus armas en mano, yo extendi mi mano y de repente mis explosiones junto a mi sudor viajaron por el aire y los explote por dentro, su sangre cubria mi cara, de pronto un niño rubio con ojos verdes entro y me vio, el trato de escapar

En otras circunstancias.... Tal vez me habria dado igual... Pero... Ahora solo quiero derramar rios de sangre

Al ir contra el, vi como tiro una especie de proyectil hecho de roca a gran velocidad, lo esquive y puse mi pie sobre el... Y solo dije

-Shine- Cuando dije eso el niño se veia muy sorprendido y en mi idioma dijo "Espera"... Sobre decir que no lo espere

Con mi pie lo aplaste sin piedad mientras vi como un collar se le caia en el suelo junto a una varita, las tome solo porque podia y las guarde

Luego vi como ese anciano y la niña pelirroja llegaban y me veian con una expresion de enorme sorpresa

Lo ultimo que se oyo esa noche fue fueron sus gritos de agonia, hubo una chica de tono moreno que me causo problemas... Pero tambien la derrote, aunque no pude matarla, se me habia escapado

Yo estaba saliendo de ese castillo bañado en sangre mientras veia mis manos y recordaba todo lo que hize... Ya no era ningun heroe

Ahora... Soy un monstruo que solo desea hacer que todos paguen... Hasta que pueda volver a mi mundo... A este mundo, le tocara agonizar hasta que pueda volver... Ahora soy...

>"GroundZero"<

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BUENO, QUE LES PARECIO EL OVA DE GROUNDZERO?

ESTUVO BUENO O ESTUVO MALO?

LO ENCONTRARON DIVERTIDO O ABURRIDO?

LES GUSTA LA TEMATICA QUE USAMOS?

LES GUSTA COMO SE EXPLORA EL MULTIVERSO HASTA AHORA?

EL FANDOM DE MUSHOKU ME VA A ESTAR ESCRIBIENDO SUS MIL Y UN MOTIVOS POR EL CUAL PIENSAN QUE ESTO NO TIENE SENTIDO O NO?

NI IDEA

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