Capitulo 52.
Ya después de unos instantes Bakugou regresó a la habitación y notó que Ryūko estaba tapada hasta la cabeza.
— ¿Que te pasa? Ya te traje el agua para que te tomes tu medicina — Le dijo Katsuki.
— Nada, ya voy — Ella se destapó estando aún avergonzada por lo de hace rato, tomó el vaso con agua y la medicina pero le incomodaba un poco la mirada fija del chico explosivo en ella — Ya me la tomé — Dijo avergonzada tapándose otra vez hasta la cabeza pero este tomó la sabana.
— ¿Por que te tapas hasta la cabeza? — Le preguntó.
— Por nada, solo tengo frío.
— ¿Estás segura?
— Si, solo me duele la cabeza por la fiebre.
— Esta bien...— Bakugou soltó la sabana dejando que ella se tape con ella, él se quedo mirándola un rato, Ryūko estaba algo sonrojada y un poco avergonzada pero su asombro fué más cuando vió que él levanto la sabana otra vez — Déjame espacio, enana.
— ¿Que? — Preguntó confundida.
— Que me dejes espacio que yo también me quiero acostar — Le dijo.
— ¿¡Aquí!?
— ¡Si, aquí! — Se subió a la cama acostándose en ella quedando frente a frente de Ryūko quien estaba acostada de lado al igual que él — ¿Por que me miras así? — Preguntó él.
— No por nada — Dijo nerviosa a lo que Bakugou colocó su mano en la frente de Ryūko para verificar su temperatura.
— Ya te bajo un poco la fiebre, la medicina está funcionando — Ella no dijo nada solo lo seguía mirando mientras él tenía su mano en el rostro de Ryūko pero ahora acariciando la mejilla — Eres una maldita enana berrinchuda — Dijo sonriendo engreído.
— Y tú un tsundere pervertido y papanatas sin remedio — Dijo ella haciendo pucheros enojada.
— Mirá quien lo dice, enana incitadora — Dijo burlón.
— ¿¡Incitadora yo!? — Se quejó ella.
— ¡Así es! — Y en ese momento el chico explosivo se subió encima de ella sin aplastarla mientras que tomó a Ryūko sorprendida.
— ¿¡Que haces!? — Preguntó ella.
— Te digo incitadora por que lo eres, maldita enana berrinchuda — Sonrió.
— ¡No lo soy! — Bakugou se acercó a ella oliendo su cuello poniendo nerviosa a Ryūko.
— Claro que eres incitadora — Susurró estando cerca de su cuello, él se quedó observando las marcas que le hizo hace rato — Y estas marcas son la prueba de ello.
— C-claro que no — Respondió nerviosa evitando verlo.
— Claro que si, por que me vuelves loco al igual como me sacas de quicio a veces y me incitas a hacer estas cosas.
— Tú también me sacas de quicio con tu tsunderismo, baka.
— ¿Solo eso? — Sonrió ladino.
— ¿Como que solo eso? — Preguntó ella confundida.
Él la miró de frente notado la expresión de confusión en ella mientras él sonreía con picardía.
— ¿Que si solo eso provocó en tí? ¿Sacarte de quicio? ¿O también te incito a otras cosas?
— ¿A que te refieres? — Dijo más nerviosa por la forma en que el cenizo la observaba.
— No te hagas la inocente yo se que en realidad no querías que me detuviera hace rato.
— No es verdad — Respondió ella avergonzada.
— Eres una maldita mentirosa, Ryūko.
— Claro que no... — Ella desvío la mirada.
— Tu expresión te delata ya que se te esta pasando la fiebre debes estar consciente ahora, dime...¿Yo también te incito a estas cosas?
— N-no... — Respondió.
— Anda dime yo se que quieres besarme, que piensas en mí y te gusta que sea pervertido contigo pero eres peor de tsundere que yo admítelo.
— ¡C-claro que no Katsuki!
— Mentirosa...— Se acercó a besarla de forma brusca, Ryūko colocó sus manos en el pecho del rubio para alejarlo pero él tomó sus manos y las coloco arriba de la cabeza de Ryūko tomándola de las muñecas mientras seguía besándola.
— Katsuki... — Susurró ella apenas él se separó de sus labios.
— Anda, solo dime — Insistió.
— ¿Decirte que? — Al responder con eso Katsuki la volvió a besar de una forma más intensa, Ryūko forcejeó ya que quería que la soltara de las muñecas.
— Katsuki suéltame...— Exigió avergonzada.
— No hasta que me digas que tu también querías.
— No es eso, yo...es solo que yo...— Él no dejo que siguiera ya que le dió un pequeño y suave beso en los labios.
— Ya, esta bien, si no quieres decirlo no lo...— Dijo él de manera tranquila pero ella lo interrumpió.
— Te amo...— Dijo ella estando demasiado nerviosa y lo miró a los ojos rápidamente diciéndo aquello.
Bakugou se sorprendió por esas dos simples palabras, no se lo creía pensó que se imaginó que ella dijo eso mirando a Ryūko serio y algo confundido.
— ¿Que dijiste? — Le preguntó.
— Que yo...te amo, Katsuki. — Ella seguía mirándolo.
— ¿Enserio? — Sonrió.
— Si pero...no es que no quisiera que continuaras hace rato es solo que no creo estar lista para eso aún — Dijo ella ahora avergonzada desviando la mirada algo triste, él al ver eso se acercó a darle un beso en la mejilla.
— Esta bien maldita enana, si es eso no te presionaré a hacerlo si no estas lista — Ryūko lo miró estando avergonzada pero sorprendida — Aunque no se si pueda controlarme, además... — Él se acercó a su cuello dando pequeños besos hasta llegar al oído de Ryūko — Yo también te amo enana berrinchuda — Ryūko se sorprendió por ello, luego Bakugou se acomodó en la cama donde estaba acostado hace un momento pero acercó a Ryūko abrazándola.
— ¿Es enserio, Katsuki? — Preguntó ella.
— Claro que si, Ryūko — Dijo serio pero con una leve sonrisa en su rostro mientras atrajo a Ryūko hacía él, ella pasó sus brazos por su espalda para también abrazar a Katsuki acurrucada en su pecho — Anda duerme que tienes que descansar para que te mejores pronto.
— Esta bien, Katsuki... — A los pocos minutos ella se quedo dormida, él la abrazaba mientras la veía estando dormida.
Se veía indefensa, su rostro ya no estaba tan rojo como hace unos instantes, la mirada roja no se apartó del angelical rostro de la peliazul.
El cenizo pensó que desde que la conoció ya había hecho algunas cosas que iban más allá de cómo actuaba normalmente, la chica influyó en él sin esfuerzo alguno, ni siquiera ella tenía esas intensiones cuando llegó a la academia.
Pero ya han pasado por situaciones locas y complicadas, que Ryūko le dijera las palabras "Te amo" era algo que lo hizo sonreír de satisfacción, él quería que ella lo viera de ese modo...y lo logró.
Los pensamientos de Katsuki eran complicados al ser alguien de carácter explosivo y agresivo solo la mayor parte de el era así y poco se veía que con la chica dragón pudiera llegar a ser...blando.
Lo único que hizo ahora fue abrazarla, acomodándose para dormir un poco.
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