Capítulo 1

¿Mi palabra favorita?, huir.

Siempre huía por instinto. Si se colaba una araña en el baño de mi habitación mi padre me la mataba; si tenía problemas con alguien en el colegio, mi hermana me defendía, y así sucesivamente.

La historia de mi vida, pero ya había salido de la universidad, tenía veintitrés años y vivía sola en Los Ángeles, mientras que mis padres se habían quedado en Pasadena. Estaba relativamente cerca, pero la excusa del trabajo y estar tan pobre como una rata, sumado a no tener relación con ellos, eran motivos suficientes para librarme de compartir un tiempo realmente incómodo con ellos.

Quería a mis padres, pero la relación se había deteriorado cuando mi hermana mayor se había casado y había empezado a tener bebés.

Ella era la perfecta, la que estudió económicas en una prestigiosa universidad y la que manejaba las cuentas de una gran empresa de bioquímica. Tenía un sueldo que la permitía vivir en una maravillosa urbanización elitista, con portero, guarda y de todo.

Yo, era la hija que había venido por un descuido. Mis padres no querían más bebés y cuando mi hermana tenía ocho años, la dieron la triste noticia de que yo venía en camino, ella simplemente no me quiso hasta que cumplí los quince y comencé a guardarla secretos, pero ya ni si quiera eso nos mantenía en contacto.

Conseguí una beca de estudios para la universidad de California, y me fui sin mirar atrás a vivir en el estúpido campus, con una compañera que era de todo menos amable, y a trabajar los fines de semana y parte de las noches en un supermercado y en un puñetero centro recreativo inundado de adolescentes hormonados que me miraban el culo cuando me agachaba a coger los zapatos para los bolos.

Admitiré que no todo era malo, mi mejor amigo Dan vivía cerca, en San Gabriel y como él si me quería, pasábamos la mitad de las tardes juntos, como tocaba hoy.

—Blue te has quedado en babia.

—Pensaba en mi vida en general. —Respondo ajustándome las gafas de sol.

—¿Tú vida?, señor suenas como si hubieras sido una mártir.

Me rio del comentario de Dan, porque tenía razón, a veces era demasiado dramática y bueno, no siempre me iba bien pensando lo peor de todo lo que me rodeaba.

—Mi casero me sube el alquiler. —Bebe de su refresco tan tranquilo.

—¿Y qué vas hacer?, ya pagabas un alquiler bastante alto...

Por su manera de mirarme con una ceja por encima de sus gafas de sol y la sonrisa de medio lado, sabía en lo que estaba pensando, y no podía ser. Yo no podía vivir con Dan, demasiadas cosas habían pasado entre nosotros, - y no en el plano sentimental - como para convivir con él en mi piso.

—Conozco esa mirada Dan, ni de coña.

—Vamos Blue, necesito un sitio para dentro de una semana. Eres mi última opción, sabes que no te lo pediría de no ser necesario.

—¿Y por qué no te vas con él? Gana más dinero que yo y seguro tiene la casa más grande.

—¿Me escuchas alguna vez cuando te hablo? —La verdad es que la mitad de las veces no lo hago—. Se fue a Florida una temporada. Tenía que hacer no sé qué cosas del trabajo.

Cierro mis ojos con fuerza y echo mi cabeza para atrás. No quería dejar a Dan en la calle, era mi mejor amigo y me había aguantado demasiadas cosas, pero tenerle en mi casa implicaba la posibilidad de verle a él, y las ganas de echarme a llorar y matarle iban juntas de la mano como dos hermanas gemelas que van al parque, por no hablar de que le encantaba la música country, y a mí me espeluznaba.

—¿No vendrá pronto?—Miro de reojo a Dan que negaba con la cabeza—. Mierda vale. Pero no quiero oírte en tu intimidad.

—¡Eres la mejor Blue!, te juro que no te arrepentirás.

—Ya empiezo a hacerlo Dan. El desfile de chicas que van a pasar por mi casa va a ser inmenso.

—Oh, ¿te refieres al paseo de la vergüenza? —Asiento terminando mi bebida—. No, ya no es tan amplio. La consulta no me permite usar las artes así que mi mercado se ha visto mermado. —Vuelve a sonreír como un loco—. Pero tu...

—Ni se te ocurra, quiero que siga siendo mi mejor amiga.

Tiro el envase de mi bebida y me dispongo a caminar hasta mi apartamento. Aun no se ha venido Dan a vivir conmigo y empiezo a arrepentirme, solo hay un baño y la habitación de invitados no es que sea demasiado grande, pero no puedo dejarle en la calle.

Abrazo su cintura con mis brazos cuando noto que él me acerca por los hombros y besa mi cabeza. Es curioso cómo se forja una amistad.

Conocí a Dan en un campamento de verano con quince años. Era la primera vez que me iba a dormir a una puñetera tienda de campaña y también fue la última. Odié cada segundo en el que mis padres me dejaron allí para, según ellos, sociabilizar porque mi grupo de amigos era reducido. Tres chicas conmigo cuatro y era reducido, que querían, ¿que tuviera veinte?

Me metieron en una tienda de campaña con dos chicas que no conocía de nada, y que eran todo lo contrario a mí. Guapas, rubias, esbeltas...vamos lo que es una maravilla con quince años. Yo era demasiado alta, con el pelo demasiado moreno y los ojos demasiado marrones. Pero si tenía algo que ellas no, curvas. Tenía unas piernas largas y musculadas, unas caderas decentes para mi edad, que no es lo mismo que tener trasero, y un vientre plano, porque pecho no tenía demasiado, aunque había crecido después de ese momento.

—¿Qué piensas Blue?, estas muy callada.

—Pensaba en cómo nos conocimos en el campamento.

—Joder, ¿enserio?, me acerqué a ti en la piscina porque estabas sola tomando el sol.

—No quería hacer amigos, la gente me daba igual.

—Menos yo. —Sonríe acercándome más a él —. Fue mi mejor campamento. Conseguí a la mejor chica del lugar, aunque sea como amigos.

Le doy un suave golpe en el abdomen y me abrazo más fuerte a él. No tenía ni idea de cómo era convivir con Dan, pero en el fondo me encantaba saber que estaría allí para mí en cualquier momento del día.

                                                                                                           (***)

Que me gustaba dormir era una realidad. Que me había dormido y era probable que llegara tarde al trabajo también.

Paso el control de seguridad de Kersy marketing, y corro al ascensor para llegar a mi planta en los cinco minutos que me faltaban antes de que sea mi hora. Corro hasta el final del pasillo, y abro la puerta de mi despacho mientras intento controlar la respiración. Había conseguido llegar medio minuto antes de mi hora.

Me derrumbo sobre la silla y comienzo a hojear la agenda del día mientras mi ordenador se enciende. Reuniones, reuniones y más reuniones. Joder, tenía que explicar cómo íbamos a hacer la campaña de publicidad para una nueva película que se estrenaría en pocas semanas, y la campaña para dos libros nuevos que iban a publicarse.

Levanto la cabeza mientras oigo como alguien llama a mi puerta. Sabía quién era sin necesidad de que asomara su cabeza castaña.

—Te traigo tu café. —Cierra la puerta tras ella y me deja una taza en la mesa.

—Eres la mejor Harper.

—Te he visto correr. Tienes que decirme como lo haces con unos tacones de diez centímetros y una falda de tubo.

—No es ningún secreto, pasitos cortos muy rápidos y evitar caer...

La frase se queda a medias cuando la puerta del despacho se abre de golpe para dejar ver a la maravillosa jefa de departamento.

—Blue, ¿lista?, hoy es un gran día, tres presentaciones para cobrar una gran cantidad de dinero.

—Estoy lista Shasa. —Me levanto estirándome mi falda de tubo negra.

Observo como me mira de arriba abajo, y yo me miro también mientras Harper mantenía su boca cerrada intentando no reírse de mi jefa, que también era la suya, por cierto.

Miro la punta de mis zapatos color rojo burdeos de terciopelo, subo hasta mi falda negra de tubo que me llegaba justo por debajo de la rodilla y acabo en mi blusa de manga larga y cuello cerrado a juego con los zapatos.

—¿Qué tengo? —Pregunto sin poder evitarlo.

—Nada, supongo que tendrá que valer que asistas así a las presentaciones. —Se gira y comienza a caminar a la sala de reuniones.

Arrugo la nariz mirándola con cierto asco. Llevaba unos pantalones de vestir blancos demasiado ajustados para cualquier cuerpo, una camisa verde de manga corta y unos zapatos de charol negros. Tenía el pelo recogido con una coleta alta que dejaba caer su media melena rubia tapando el tatuaje de su nuca. Por lo menos a mí no se me veían los tatuajes si no quería.

Niego mirando a Harper y resoplo mientras camino detrás de ella con la espalda recta y haciendo que mis tacones suenen. No me gusta llamar la atención, pero todo lo que fuera molestar a Shasa me venía bien, así que cuando iba con ella, era de las pocas veces que no me escondía o intentaba pasar desapercibida.

Me observo en el reflejo de la puerta de cristal de la sala de reuniones y sonrío de medio lado. Me había recogido el pelo que llevaba largo hasta casi mi cintura en un semirrecogido, dejando que los rizos cayeran por mi espalda y el flequillo me quedara abierto en la frente. Me había maquillado con una raya en el ojo discreta y sutil, había aplicado rímel, un colorete débil y me había pintado los labios a juego con los zapatos y la camisa.

—¿Cuándo te cambiaras ese color de pelo?, no es serio. —Bufa Shasa mirándome con una mano en su cintura.

—¿Qué le pasa a mi pelo? —Interrogo arqueando una de mis perfectas cejas.

—Que es medio morado, medio rojo. No es serio.

—Considero que el color de mi pelo no interfiere en mi manera de trabajar. —Pongo mi mejor sonrisa falsa—. Si me disculpas, tengo que hacer una presentación.

Abro la puerta y camino hasta la parte delantera de la sala. Lo primero que veo, es a una chica joven. Demasiado joven, quizá adolescente, acompañada de una mujer que se parecía a ella y que intentaba tranquilizarla, y una cabeza rubia agachada hablando con ellas entre susurros.

Me quedo parada con el pomo en la mano, mientras un escalofrío recorre mi espalda de la base de mi nuca hasta el último dedo de mis pies. El aire salió de mis pulmones y sabía perfectamente porque, o más bien por quien.

Miro la pantalla de mi móvil que vibraba compulsivamente ante los mensajes de Dan, todos ellos iban desde el buenos días futura compañera de piso, pasando por el estoy empaquetando y esta tarde llevaré cosas a tu casa hasta el último; el que llamo mi atención y me tenso como si fuera una cuerda de piano.

Dan: Ha vuelto.

Blue: Lo sé.

Nota: Buenos días!!!! hoy es domingo, domingo de actualización ara todo aquel que quiera darle una pequeña oportunidad a la historia, porque el mercado esta realmente difícil!!!! sois personas extremadamente duras y eso esta muy pero que muy bien.

Ya sabemos por el prefacio que Blue va a tener un momento tenso y también hemos puesto cara a los protagonistas. Tenemos gustos para todos y para todas, aunque recordar que eso es como me los imagino yo, los demás pueden imaginarlos como quieran.

Podéis empezar a imaginar quien viene, quien no viene, (aunque bajo mi punto de vista es evidente), y nada más que decir. Agradecer a todo aquel que se pase un ratito por aquí, y pedir perdón por las faltas ortográficas.



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