Sentí como mi corazón dio un vuelco al escucharla decir aquella frase "jamás dejaría que nada te pasara" y aún después parecía que su voz seguía repitiéndola en mi cabeza. Nos quedamos algunos instantes así, solamente viéndonos, y por alguna extraña razón sabía que era verdad, que si estaba a su lado ella me protegería... quizá se debiera el vínculo que había creado hace poco.

Moví un poco la cabeza para despejar esa curiosa sensación. No solo ella era una vampira, bastante peligrosa de por sí, sino que además trabajaba para la Unión, y yo sabía que en cuanto mi madre o Elías se enteraran las cosas se pondrían peliagudas.

—Emm... y dime ¿vas a la escuela? —preguntó de pronto, quizá para cambiar de tema.

—No tal cual. Iba cuando era más niña pero... —Scar me miró con una gran sonrisa, como si intentará no reírse—. ¿Qué?

—Lo lamento.

—Dime de qué te ríes —insistí.

—Lo siento, es solo que... Aún eres una niña Agnes —su respuesta no pudo dejarme más sorprendida.

—¡Claro que no! Ya tengo 19 años —exclamé ofendida, con lo que Scar no pudo contener más las carcajadas—. ¡No te rías! Tú no debes tener más de veinte años.

—Mi linda Agnes, yo llevo existiendo más de setenta años —contestó entre risas, entonces caí en cuenta de lo que significaba que ella fuera una vampira.

—¡Oh cierto! Lo olvidaba... El punto es que yo no soy una niña.

—Claro, claro. Lo siento, es solo que tienes una apariencia muy joven, Agnes. Mejor continúa platicándome de tu escuela

Suspiré, aún algo molesta pero dispuesta a olvidarlo.

—Te decía que desde que salí de la secundaria, en lugar de seguir en una escuela normal, entré al grupo de estudio de los alquimistas

—¿Un grupo de estudio?

—Sí, es un grupo donde los alquimistas más antiguos y sabios se encargan de enseñarnos todas las artes alquímicas

—Ya veo, sí he oído de algunas cosas al respecto. Y platícame, ¿hay muchos chicos de tu edad en ese grupo?

—No muchos, en realidad solo somos Damaris y yo. Los más cercanos son Elías y su grupo que nos llevan como cinco años.

—Ya veo... —comentó pensativa.

—¿Y qué hay de ti? ¿Vas a la escuela o algo así?

—Bueno, en Escocia iba a la escuela, cuando era humana claro. Ahora solo entreno... con un grupo de amigos.

—¿Amigos? —pregunté antes de darme cuenta, ¿por qué me preocupó eso? Ni yo lo supe.

—Sí, Drágon y Dust son mis compañeros de entrenamiento.

No pude contener una risa aunque intenté ocultarla con la mano.

—Bueno, si sus nombres son como tú "Scar", no estoy muy ansiosa de conocer a "Drágon" —dije entre risas, ella también sonrió.

—En realidad, su apodo deriva de su apellido. Sería genial que algún día los conocieras, son bastante agradables.

¿Cómo iba a conocer a unos miembros de la Unión? Nos habían enseñado que ellos eran un grupo de asesinos despiadados. Las únicas personas que los alquimistas odiaban más que a ellos eran a los mismos traficantes. Aunque esa imagen de asesina cruel no encajaba del todo con la chica protectora y amable que tenía frente a mí. Una parte de mi mente insistió en recordar que, no bien la había conocido, ella había matado a un usuario.

—No sé sí... —comencé, aunque no supe cómo continuar.

—No te preocupes, yo solo me refería a conocerlos como amigos. Pueden ser muy simpáticos —Suspiró.

—Claro, yo solo... —su mano acarició de pronto mi mejilla, no lo vi venir pues había desviado la mirada.

—No debes preocuparte por nada. Ya me ocuparé de todo —susurró—. Aunque, por el momento, creo que lo mejor es que me vaya.

—¿Estás segura? Aún debes reposar un poco más para que la herida termine de cerrar.

Ella sonrió de nuevo y yo pensé en lo que había dicho ¿había sonado desesperada? No lo creía, solo estaba preocupada por que terminara de curarse correctamente.

—Prometo seguir todas tus recomendaciones. Y siempre puedes volver a revisarme después.

Aquella sonrisa enigmática me hizo preguntarme a qué se refería. A fin de cuentas era lo mejor para ella, los alquimistas podían no ser tan afables con los miembros de la Unión; eso me hizo recordar:

—Tus cosas, no es seguro que las saqué en este momento, mamá está en la cocina y Elías no debe estar lejos.

—No importa, me las puedes dar después —dijo, aunque más sonaba como una pregunta.

—¡Claro!

—Pero a cambio...

Antes de que pudiera reaccionar Scar estaba justo frente a mí, con una mano rodeaba mi cintura pegándome a su cuerpo y sentí cómo la otra mano se enredaba en mi cabello, tirándolo un poco para hacer que levantara mi rostro.

Sentí su aliento frío sobre mis labios y cerré los ojos. Mi corazón latía a mil por hora y no sabía si era por la confusión, el temor o la expectación, sin embargo no hice nada por evitarlo. Debía confesar que se sentía bien estar así, a pesar de ser la primera vez que estaba tan cercana a un vampiro o a quien sea que no fuera de mi familia, esperaba sentir sus labios sobre los míos.

Era cierto que hasta el momento solo había tenido algunos besos fugaces con un chico de la secundaria, nada tan real como esto y yo quería que pasara, en ese momento no pensaba en que ella era de la Unión y yo una alquimista, que ella tenía muchos más años que yo y que probablemente yo no fuera para ella más que una niña que la había ayudado; no, en ese momento lo único que pasaba por mi mente era el deseo de probar sus labios, de saber qué se sentía besar a una mujer, a una vampiresa. Mis manos comenzaron a cobrar valor para rodearla por la cintura...

De pronto mi cabello cayó libre a mí alrededor y Scar ya no estaba junto a mí.

Abrí los ojos confundida, ella estaba frente a mí con la liga de terciopelo entre sus manos.

—A cambio yo me quedaré con esto —me dijo con seguridad.

Yo solo alcancé a asentir mientras veía como ella se daba la vuelta y se dirigía a la puerta.

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Hola mis queridos lectores

¿Qué les ha parecido la historia hasta el momento? ¿Han contenido la respiración al igual que Agnes y que yo misma al leer esa parte?

En este capítulo hemos podido conocer un poco más de la vida de Agnes, aunque aún nos falta un detalle importante ¡Su familia! 

¿Creen que Scar está interesada en su vida o solo hace tiempo para quedarse más con ella?

Nos leeremos en el siguiente capítulo ¡Sean felices!