Rebelion
Kunigami y Chigiri comenzaron a salir de la cocina con cuchillos en mano, y Bachira se preparó para dar el primer paso. Sin embargo, Isagi se anticipó al arrojarle el cojín. Mientras Bachira bloqueaba el objeto, Isagi aprovechó la oportunidad para ganarle la espalda, rodeó su cuello con el brazo y lo tomó como rehén.
— No tenemos por qué pelear —comentó Isagi mientras mantenía a Bachira bajo control— Solo quiero verificar que el traslado de mi familia resulte bien.
Kunigami planeaba avanzar, pero Chigiri se lo impidió. — Es por esto que no te permiten ir —dijo Chigiri mientras dejaba el cuchillo en el suelo— Ego está haciendo lo mejor para todos nosotros, debes confiar en él.
— ¿Confiar en él? —respondió Isagi indignado— En estos dos años jamás lo hemos visto en persona. Todo lo que hace es aparecer en pantallas o hablarnos por el celular. ¿Realmente creen que le importamos?
Bachira tocó suavemente el brazo de Isagi para pedirle el turno de hablar, así que redujo la fuerza con que presionaba, después de todo no parecía planear oponerse. — No sé si confío realmente en Ego, pero todo lo que tenemos nos lo ha conseguido él, así que claramente se interesa por nuestro bienestar.
— Somos sus armas —rebatió Isagi— Lógicamente se preocupará de que estemos en condiciones óptimas para cazar demonios. En cuanto hagamos algo que vaya contra sus órdenes, sucederá algo como esto.
— Estás exagerando, Isagi —respondió Kunigami, aun sosteniendo su cuchillo y preparado en caso de que su amigo intente lastimar a Bachira— Y aunque tuvieses razón, te superamos en número. Acepta las cosas como son y espera sentado aquí mientras se resuelve todo.
— Kunigami tiene razón —apoyó Bachira, quien giró levemente el cuello para mirar el televisor, notando que el segundo tiempo del partido ya había comenzado— ¿Puedo ir a sentarme a ver el partido? Luego podemos retomar lo que sea que estemos haciendo.
— No es momento para bromas —aclaró Isagi— Mis padres están en peligro, no puedo quedarme mirando un partido de fútbol mientras sepa que un demonio podría estar en camino para cazarlos —comprendió que retener a Bachira no llevaría a nada, así que lo liberó para que fuera a ver el partido— Si estuviesen en mi lugar, también acudirían al rescate.
— ¿Entiendes que Ego podría expulsarte por desobedecerle? —preguntó Chigiri, esperando que su amigo comprendiera la gravedad de lo que estaba tratando de hacer. Le hizo una señal a Kunigami para que se quedara donde estaba, mientras él caminaba hacia Isagi— Hemos estado juntos en esto desde el primer día, cuando nos denominaron Team Z. No puedes darle fin a tu vida de cazador de demonios de esta manera. Tienes que recapacitar.
El ambiente tenso parece ceder cuando Bachira, Kunigami y Chigiri deciden apoyar a Isagi en su decisión de ir a proteger a su familia. Isagi siente una mezcla de gratitud y determinación ante la lealtad de sus amigos. No obstante, no quiere ponerlos en peligro innecesariamente.
— No necesitan exponerse de ese modo —les dice Isagi, señalando la cámara de vigilancia—. Podemos fingir que los derroté, así no se arriesgarán a ser expulsados por desobedecer.
Bachira corre emocionado hacia la puerta para abrirla, pero se detiene al escuchar las palabras de su amigo. Mirando a Kunigami y Chigiri, quienes asienten con aprobación, le responde:
— Deja de preocuparte por nosotros, Isagi. —Bachira tiene una sonrisa firme en el rostro— Empezamos esto juntos y lo terminaremos de ese modo. No estamos dispuestos a dejarte enfrentar esto solo.
Isagi se conmueve ante la solidaridad de sus compañeros. Sabe que esta decisión los pondrá en una situación peligrosa, pero también sabe que, como equipo, tienen una fuerza inquebrantable.
— Está bien, entonces iremos juntos —acepta Isagi, sintiendo la camaradería y el apoyo de su equipo—. Pero recuerden que la prioridad es proteger a mi familia y asegurarnos de que estén a salvo. No sabemos qué nos encontraremos, así que mantengamos la calma y actuemos con cautela.
El grupo sale de la habitación, sabiendo que están desafiando la autoridad de Ego y que deberán enfrentar las consecuencias de sus acciones. Pero para ellos, proteger a sus seres queridos y enfrentar cualquier amenaza es más importante que obedecer ciegamente las órdenes de una organización.
Con paso decidido y corazones valientes, los cuatro amigos se embarcan en su misión, enfrentando juntos el peligro que se avecina. El destino de Isagi y su familia está en sus manos, y están dispuestos a enfrentar cualquier adversidad que se presente para asegurar su seguridad. Unidos como equipo, enfrentarán lo desconocido y demostrarán que la verdadera fuerza reside en el lazo de amistad y confianza que comparten como cazadores de demonios.
El ascensor se detiene en un piso intermedio antes de llegar a la planta baja. Las puertas se abren y se revela a Barou Shouei, un cazador de demonios de alto rango y reputación en Blue Slayer. Su mirada fría y determinada deja claro que no tiene intención de dejarlos pasar.
— ¿Qué mierda están haciendo aquí? —pregunta Barou con una voz tranquila pero cargada de seriedad—. Les dijeron que debían dejar al imbécil encerrado
Bachira, Kunigami y Chigiri se colocan en posición de combate, listos para enfrentarse a Barou si es necesario. Isagi se adelanta y se pone frente a ellos, dispuesto a dialogar.
— Entendemos las órdenes, Barou, pero necesito asegurarme de que mi familia esté a salvo —responde Isagi con firmeza—. Confío en que entiendes lo que significa proteger a quienes amas.
Barou frunce el ceño, como si todo ese palabrerío de la preocupación por el resto fuese a importarle. Él también es un cazador de demonios y comprende la importancia de la lealtad a la organización. Ademas, no podria importarle menos lo que le suceda a otra
— Y una mierda —dice Barou finalmente—, estás poniendo en peligro todo que te asusta que mami y papi estén en peligro, regresa a la sala.
El ambiente se carga de tensión mientras los cuatro cazadores de demonios se enfrentan a una encrucijada. Isagi sabe que enfrentar a Barou no será fácil, pero no puede dar marcha atrás. Sus amigos están dispuestos a apoyarlo en esta misión y él está decidido a proteger a su familia a toda costa.
— Si insistes en detenernos, tendremos que pasar por encima de ti, Barou —advirtió Isagi, preparándose para lo que viene—. No queremos pelear, pero no nos detendremos
Los demás cazadores de demonios se sorprenden ante la audacia de Bachira que toma la ofensiva antes que todos. Isagi intenta detenerlo, preocupado por su amigo, pero Bachira se mantiene firme en su decisión.
— ¡No, Bachira, no puedes hacer esto solo! —exclama Isagi, acercándose para intervenir.
— Déjame hacerlo, Isagi —responde Bachira con una sonrisa decidida—. Sé que no es la mejor idea, pero si puedo mantener al rey de los perros ocupado, ustedes tendrán más tiempo para llegar sin tener que lidiar con refuerzos.
Kunigami y Chigiri miran a Isagi, y aunque están preocupados, también comprenden que Bachira está dispuesto a asumir la responsabilidad de enfrentar a Barou por su cuenta.
— te lo encargamos Bachira —dice Kunigami, tomando la mano de Chigiri en señal de que tienen que seguir adelante—. Si no puedes vencerlo, basta con que lo mantengas ocupado.
Bachira asiente, agradecido por la confianza y el apoyo de sus amigos. Se prepara para enfrentar a Barou en una pelea que sabe que será difícil. Mientras tanto, Isagi, Kunigami y Chigiri aprovechan la distracción para salir del ascensor y dirigirse hacia la casa de la familia de Isagi.
La mirada de determinación de Bachira se enfrenta a la frialdad de Barou. La batalla está a punto de comenzar, y el destino de ambos cazadores de demonios se entrelaza en un enfrentamiento que pondrá a prueba sus habilidades y su valentía. Mientras tanto, Isagi y sus otros dos compañeros se apresuran hacia el hogar de Isagi, esperando llegar a tiempo para supervisar el traslado.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top