Mi tesoro
Sus ojos estaban absortos en la pantalla, mientras Reo lo observaba desde la cama esperando que los levantaras para que notase que lo estaba mirando, contemplaba aquella inocencia con que jugaba videojuegos. Vino a este lugar buscando nuevas emociones, salir de aquella vida aburrida en donde le daban todo lo que deseaba y encontró un sentimiento diferente, uno que acelera su corazon y respiración ¿Dónde habías estado todos estos años? ¿Por qué no lo había conocido antes? Pero eso ya no importaba, porque finalmente lo había encontrado, se había vuelto en una joya de especial cuidado, la persona que siempre deseó tener a su lado. Aunque sus ojos no lo miran totalmente, le alegra que cada mañana, al levantarse puede verlo dormir acurrucado a su lado, es su tesoro más preciado, lo protegerá de aquellos que traten de lastimarlo.
Es por esa misma razón que al ver el puño de Kunigami rozar la mejilla de Nagi, la sangre de Reo comienza a hervir, ignora totalmente a Chigiri que busca darle una patada, la cual esquiva agachándose, la sorpresa del chico de pelo blanco que pelea contra Kunigami delata el furtivo ataque de Reo que consiste en un puñetazo a la mejilla, el amigo de Isagi logra desviar el puñetazo con su antebrazo a costa de darle la espalda a su otro oponente que aprovecha para ir por un ataque a las costillas.
El impacto es frenado por la mano de Chigiri que consigue posicionarse a espalda de su hombre, provoca que Nagi trate de retroceder, solo que le resulta imposible debido a la fuerza de agarre del pelirrojo. Kunigami no necesita ninguna palabra para entender que lo mejor es cambiar de oponente, Reo sigue tratando de juntarse con Nagi, pero la potencia de los ataques de Kunigami le obligan a retroceder.
— Solo devuélvanse al edificio—les dice Reo al notar que la calle ya está sola, todos los transeúntes optaron por caminar por la otra calle para no verse envueltos en el conflicto— no le den en el gusto a Isagi con su berrinche.
Kunigami da un suspiro de resignación a causa del certero comentario— Ciertamente lo que estamos haciendo es imprudente —reafirma su postura de pelea para evitar que Reo se le escape a ayudar a Nagi— pero sí Chigiri quiere apoyar a Isagi, entonces lo acompañaré hasta el final.
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Reo comprende ese sentimiento, la primera vez que conoció a Nagi dentro de Blue Slayer percibió que era diferente al resto, escuchaba a los otros candidatos hablar sobre como deseaban asesinar demonios, enamorar a una chica en apuros, llegar al rango de pilar para vivir de las increíbles ganancias, mientras que Nagi estaba apoyado en una pared de esa blanca habitación sin ventana y que solo tenía una enorme pantalla sobre ellos, jugaba con una tablet, nada de lo que sucedía a su alrededor le importaba ¿Por qué alguien tan desinteresado sé uniría a una causa que requiere comprometer la vida?
Movido por la curiosidad, se acercó al muchacho indiferente que aun estando al lado no se percataba de la presencia de Reo que no sabía por donde empezar la conversación o si realmente era adecuado interrumpirlo, antes de poder tomar una decisión, Nagi despega los ojos de la pantalla tras haber terminado la etapa del juego.
— ¿También quieres jugar? —aunque la pregunta de Nagi suena como una invitación, con sutileza esconde el aparato detrás de su cuerpo.
La pregunta tomó a Reo desprevenido, podía notar que no desea entregar el aparato, sin poder controlarse, comienza a reírse de la pregunta, el resto de las personas en la sala centraron su atención en el chico de pelo morado que se divierte por la pregunta. Nagi no comprendía a que se debe la risa, da por hecho de que no tiene interés en el videojuego, así que regresa a lo que estaba haciendo. Reo simplemente se sentó a su lado mientras observaba la pantalla en que Nagi jugaba, le intrigaba la presencia de aquel joven ¿Por qué ingreso a un lugar tan peligroso como este si solo desea jugar? ¿Realmente podría sobrevivir a un ambiente hostil como Blue Slayer? En tanto reflexionaba en esas preguntas, se percató de que Nagi inclinó la consola en su dirección para que pudiese ver la pantalla con mayor claridad, mientras siguen disfrutando del videojuego la gran pantalla de la sala se enciende.
Una persona delgada aparece en la pantalla, sus ojos tienen un negro idéntico al vacío detrás de unos lentes cuadrados, con un corte de cabello como cuenco los recibe con una expresión de indiferencia.
— Hola, hojas sin afilar, mi nombre es Ego Jinpachi, bienvenidos a Blue Slayer, desconozco las razones por las que decidieron unirse al cuerpo de cazadores de demonios, pero tengo claro que están acá para aniquilar a los demonios que atormentan Japón—la expresión de Ego se tornó en disgusto— pues váyanse ahora.
Los presentes en la sala se veían confundidos, algunos comenzaron a reclamar hacia la pantalla mientras Nagi sigue jugando y Reo trata de mantener la atención en ambas situaciones, se hace extraño que el encargado de reclutar no quiera a las más de 40 personas que están en la sala.
— Tal como oyeron —dijo Ego, mientras se acomodaba los lentes— prefiero tener 5 personas capaces que este tropel de inútiles que solo se estorbara en una pelea contra un demonio, así que les garantizo que no todos permanecerá, son libres de retirarse antes de acabar muertos.
Escuchar la palabra muerte trajo dudas entre ellos, aunque todos conocían los riesgos de cazar demonios, ninguno había interiorizado morir, unos pocos comenzaron a mirar la puerta de salida, todavía estaban a tiempo de abandonar. La imagen de Ego se hizo a un costado para dar espacio a un contador de 30 segundos que todavía no arranca.
— Dentro de 30 segundos la puerta se cerrará—les advierte Ego— y un demonio caerá desde el techo, deberán ser capaces de mantenerse con vida durante un minuto ¿Están preparados para su primera prueba?
Aquellos que titubeaban comenzaron a reclamar indignados ¿Cómo los expondrían a semejante peligro sin entrenamiento alguno? En medio de los reclamos, el suelo se abrió para dar paso a un pedestal repleto de katanas. Los determinados a permanecer sacaron una para defenderse, unos pocos abandonan la habitación, Reo toma una tanto para él como para Nagi. El contador comienza a retroceder, todos desenfundaron sus armas, mientras que Reo no consigue que su compañero sostenga la de él.
— Oye —le hablo Reo, que aún sostenía la katana de Nagi— están por liberar a un demonio en esta sala, tenemos que defendernos.
— Me queda poco para terminar el nivel, encárgate de eso —los ojos de Nagi seguian inyectados en la pantalla mientras trataba de derrotar al jefe final.
En la pantalla solo quedan diez segundos, las manos de los ahora 32 candidatos a cazadores de demonios tiemblan, unos pocos han pasado su vida sin ver a un demonio en persona, otros comienzan a revivir el pánico de sobrevivir a uno, ya van quedando cuatro segundos. Reo dejó de tratar de que Nagi presté atención y desenfunda su arma, solo ha escuchado de la fuerza de los demonios en televisión, es su primera vez viendo a uno en persona.
La pantalla se apaga en cuanto el contador llega a cero, tal como advirtió Ego, una parte del techo se desliza para que un demonio caiga en la sala de prueba.
Entre todos ellos quedo una chica de apariencia extremadamente humana, aun así ninguno bajó la guardia. Reo desde la distancia puede sentir una presencia extraña en ella, algo oscuro proviene de su interior, en un comienzo cree que todos pueden sentirlo, pero al ver como unos pocos bajan la guardia comprende a lo que se refería Ego sobre tener una tropa de inútiles.
— Oye, pelo morado —dijo Nagi mientras aún trata de vencer al jefe del juego— ella es demasiado peligrosa, todos acá vamos a morir.
— ¿Qué? —le contestó Reo, sorprendido de que a pesar de estar pendiente del juego, aún era capaz de comprender la situación— así que también sabes que las cosas no están bien—trataba de que sus manos no temblaran, pero su instinto le gritaba que debían huir de allí, solo que con la puerta cerrada resultaba imposible.
Uno de los candidatos que era incapaz de sopesar el peligro que tenían enfrente guarda su arma y se aproxima a la niña— Tal parece que ese imbécil nos estaba jugando una broma —aproxima su mano para tocar el hombro de la niña— ¿Qué te parece si te regresamos con...?
Un grito de dolor rebotó en toda la habitación a la vez que la mano del candidato cae al suelo, sin tardar un segundo lo sigue el dueño de la mano que desparrama sangre al suelo mientras el resto de los presentes miraban aterrados o vomitan ante lo que acaba de suceder. Reo contiene las ganas de vomitar, sus piernas comienzan a temblar ante semejante violencia ¿Realmente serían capaces de sobrevivir un minuto?
Nagi levantó la vista un breve momento para comprender la razón del pánico de todos, en menos de un segundo volvió a fijar la atención en su pantalla— Oh... eso debe doler, jamás debió guardar su arma, oye ¿Has peleado con espadas antes?
Reo no fue capaz de contestar la pregunta, estaba demasiado concentrado en no perder la compostura mientras veía como otras personas morían traspadas por las manos de la demonio, desnucados o rogando por sus vidas, no habían pasado 15 segundos y de los 32 candidatos ya solo quedaban 17, este grupo era capaz de esquivar a duras penas los ataques de la demonio, uno de ellos trató de tomar la ofensiva, consiguiendo apuñalarla en el estómago.
Todos celebran la primera estocada propinada mientras Nagi aún centrado en el juego, se limita a comentar— Eso es inútil.
La chica toma la cabeza de su agresor y la gira en 180° grados, el cuerpo cae al suelo, ella se quita el arma del estómago como si fuese una astilla y todos presencian como el agujero empieza a regenerarse, gira su cabeza para mirar el reloj, todavía le quedan cuarenta segundos para matarlos a todos— Más vale que ese maniático cumpla su palabra y me deje salir de aquí.
Aprovechando que un no superan el shock emocional de lo que acaban de presenciar, la niña aprovecha para asesinar a otros cuatro candidatos mas, la sangre ronda por toda la sala causando que otros dos resbalen, detalle que ella no desaprovecha y tambien los aniquila, en tan solo cinco segundos ya solo quedan diez personas en la sala, algunos comienzan a llorar aterrados de lo que esta sucediendo.
La siguiente victima es un muchacho de lente y cabello negro, el cual consigue evadir con total comodidad el primer ataque, busca responder tratando de cortarle el brazo su agresora pero ella retrocede antes.
— Veo que tenemos a uno que realmente no quiere morir —comenta la demonio con sumo interes en lo que acababa de suceder.
— Mi nombre es Tsurugi Zantetsu —se posiciono con la katana para volver a pelear mientras el resto de personas le brindaron espacio— solo un idiota se dejaría matar.
El resto de los presentes toman algo de confianza al escuchar las palabras de Zantetsu y tambien se disponen a enfrentar a la demonio, sin contar a Reo y Nagi en este momento son 8 vs 1, si trabajaban de modo coordinado tenian una posibilidad de acabarla.
Al mirar nuevamente el reloj, la niña pudo comprobar que le quedaban treninta y cinco segundos— Ya va siendo hora de que me tome las cosas en serio —su rostro se torno grisaceo y unas marcas aparecieron en él al igual que en sus manos.
Sin que ninguno pudiese reaccionar la cabeza de uno de los candidatos salio por los aires, al lado del cuerpo se encontraba la niña, que de un modo que no podian explicar habia aumentado su velocidad de movimiento, aun con ese inconveniente Zatetsu trata de cortarla pero solo golpeo el aire, su enemigo acababa de dar un salto para evadir el corte, se predisponia a dar una patada para brindarle el mismo destino que la victima que el anterior, solo que la intuicion de Zantetsu hace que se agache para salvar su vida, la fuerza de la patada arroja una onda de viento que todos son capaces de escuchar. Con veinticinco segundos aun la valentia vuelve a desaparecer en el resto de los que apoyaban a Zantetsu, los cuales con las piernas entumidas son incapaces de evitar ser asesinados.
Solo quedan dieciocho segundos y tres candidatos siguen con vida. Zantetsu vuelve a su posicion de pelea sin idea alguna de que hacer al respecto, Reo respira hondo y se prepara tambien para pelear, mientras que Nagi sigue jugando.
— Oye —reclama Zantetsu— dile al de pelo blanco que se deje de jugar y ayude.
— Mete en tus asuntos imbecil —le reclama Reo— solo tenemos que resistir menos de veintesegundos, estaremos bien—claramente no lo iban a estar, pero decirlo le hacia sentir un poco mas seguro de la situacion.
La chica no es capaz de pasar por alto que Nagi siga jugando a pesar de la carniceria que ha sucedido en este breve periodo de tiempo. Reo se percata de que la atencion se ha fijado en donde se encuentra pero no sabe que el verdadero objetivo es Nagi, aun asi se predispone a pelear por su vida y avanza para atacarla, la demonio lo ignora totalmente y busca a Nagi que se percata del intento de asesinato hacia su persona, se mueve hacia un lado a la vez que se escapa de sus manos la tablet que termina con la pantalla quebrada en el suelo.
La chica se sorprende de haber sido esquivada, pero no tiene tiempo para dar una reaccion cuando el reloj todavia se mueve en su contra, asi que vuelve a dar un golpe contra Nagi que se encuentra tirado en el suelo, para terror de ella el chico consigue desviar el puñetazo con una patada. Zantetsu aprovecha la apertura para cortar a la demonio que bloquea con todo el brazo provocando que la katana se atasque. Reo se rehusa a quedarse de brazos cruzados, clava su arma en la patorrilla de la demonio para reducirle el movimiento.
El reloj ya marca diez segundos, Nagi se levanta, toma distancia con una expresion desinteresada en su rostro, nada de lo que esta pasando le genera reaccion, ni lo sobrenatural que es la muchacha, la sangre por todas partes o los cadaveres de las personas, nada de eso es importante, solo que realmente pueda encotrar algo que lo divierta en este mundo tan monotono.
La demonio prefiere retomar el ataque contra Zantetsu pero este retrocede sin quitar el arma del brazo de ella. Reo saco la katana y busca la otra para lanzarsela a Zantetsu, de ese modo ambos podrían seguir batallando.
— Quedate lejos de esto —le ordeno Reo a Nagi— no tienes un arma para pelear.
— ¿Un arma? —Nagi bajo la mirada a sus manos.
La demonio nota ese descuido en el muchacho de pelo blanco asi que retoma el plan de acabar con su vida, se quita la katana del brazo para usarla. Tanto Reo como Zantetsu corren en auxilio de su compañero, pero en su interior saben que no son competencia para igualar la velocidad de ella. Nagi vuelve a mirar hacia enfrente, da un paso hacia adelante a la vez que con su mano izquierda captura la muñeca que abalanza la katana, luego golpea el codo con la palma derecha para fracturar la articulacion, sabe que no tardara en regenerarse asi que libera la muñeca izquierda para darle un golpe de palma en la barbilla que deja a la demonio totalmente mareada.
Ella cae al suelo tratando de recuperar los sentidos, confundida por la manera en que todo da vueltas y no es capaz de ponerse de pie solo puede ver como Nagi recoge el tablet para inspeccionar la pantalla rota, luego miro el contador, solo quedan tres segundos, todo es inutil, había estado tan cerca de conseguir su libertad, el tiempo se acaba y su cabeza explota.
Zantetsu cae al suelo totalmente consumido por el estres de lo que acababa de vivir. Mientras que Reo queda de rodillas con las manos temblando, mira las manchas de sangre en la katana, trata de asimilar lo que acaba de vivir, esto es ser un cazador de demonios, su vision al arma resulta siendo interrumpida por una tablet con la pantalla quebrada.
— ¿Puedes repararla?
Reo levanta la cabeza sin tener claro lo que realmente quizo decir con eso— ¿Quieres que repare la pantalla del tablet?
— Eh, si —afirma con algo de incomodidad—si me ayudas a repararla te prometo que tambien te dejare jugar con ella.
Reo no puede contener la risa ante la peticion ¿Quien rayos era esta persona que tenia en frente? No habia olvidado la manera increible en que enfrente la situacion contra la demonio, aun quería saber que lo trajo a convertirse en un cazador de demonios— Esta bien —suelta la katana para tomar la tablet— me encargare de que la reparen —ya no necesita encontrar aquello emocionante, despues de todo, acababa de conocer a la persona mas interesante del mundo— mi nombre es Mikage Reo ¿Cual es el tuyo?
— ¿Yo? —pregunta señalandose a si mismo— Seichiro Nagi, un gusto conocerte ¿Cuando crees que la tablet vuelva a estar reparada?
Reo junto fuerzas para ponerse de pie— De seguro Ego nos podra ayudar con eso.
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Los patadas de Chigiri no dejan que Nagi pueda pensar con claridad, algunos se escapan de sus desvios y acaban rozandole pero nada que no este bajo los calculos del chico de pelo blanco, tras tantos ataques comienza a percatarse de que todas las patadas requieren de que el muchacho regrese a un postura base antes de atacar, con eso en mente quiere decir que podría anticipar el momento adecuado en que saldría la siguiente patada y de ese modo capturarla. Continua esquivando los ataques, solo que debido a que ha retrocedido demasiado la vereda se le esta terminando, en cuanto viene la siguiente patada debe apostar para capturarla, ve que la pierna comienza a extenderse en una patada horizontal hacia sus costillas asi que respira hondo para recibir el golpe, Nagi mueve los brazos para capturar la pierna que esta por extenderse solo que su timming queda a destiempo, Chigiri consigue percatarse de lo que intenta asi que transiciona de una patada horizontal a una frontal que conecta en la boca del estomago de Nagi.
El chico de cabello blanco cae de rodillas sin aire, pero aun tiene suficiente consciencia de la situacion para comprender que lo que sigue es una patada de hacha hacia su cabeza, con ambos brazos cubre su cabeza para amortiguar el impacto. Tras fallar, Chigiri retrocede satisfecho de ver que Nagi esta claramente afectado por su golpe, pero no quiere confiarce y acabar sorprendido por algun agarre de ese genio.
— Sabes Nagi —dice Chigiri mientras da unas patadas al aire para amedrentarlo— sería mejor que te quedases alli y nos dejaran ir con Isagi.
— ¿Quedarme en el suelo? —una ligera sonrisa aparece en su rostro— al fin esto se volvio divertido.
En el fondo de su corazon, Nagi sabe que Ego tenia razon cuando lo visito para reclutarlo, de no haberse unido al cuerpo de cazadores de demonios, su vida seguiria siendo aburrida.
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— No tiene por que ser ahora —dice Isagi, con la esperanza de que Niko deje de intentar detenerlo— dejame ver a mis padres y cuando vuelva tendremos nuestra pelea de revancha.
— No será lo mismo—Niko saca una katana de su mochila, mientras se queda con la que tiene en la cintura— quiero una pelea en la que des todo para derrotarme, asi que deja de tratar de negociar y ponte en guardia.
Los jovenes sacan sus celulares para grabar lo que esta sucediendo, no todos los días alguien se encuentra con dos personas que estan al borde de enfrascarse en un enfrentamiento con katanas. Isagi mira el cartel que indica la llegada del tren, faltan 4 minutos para que el tren llegue.
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