El monstruo en su interior

Cuando Bachira tenía 12 años, su madre y él se toparon con un demonio en un solitario pasaje, parecía estar escondiéndose de alguien, seguramente debía ser de un cazador de demonios. Al notar que ellos estaban en el callejón, el demonio se alteró rotundamente, si uno de ellos dos gritaba quedaría al descubierto de sus predadores, así que sin titubear se abalanzó en contra de ambos.

El instinto del muchacho le llevo a empujar a su mamá hacia un lado para que el golpe del demonio pasara entre ambos, el hijo tenía clara la situación mientras la mamá miraba sorprendida la respuesta de su niño sin prestar atención alguna a la amenaza presente.

Bachira saco un palo de entre la basura del pasaje, con el grosor del objeto no creía ser capaz de vencer a ese monstruo del que solo había escuchado en las noticias, tampoco tenía tiempo para pensárselo demasiado, ya que nuevamente se encontraba bajo ataque. El demonio buscaba capturarlo por la garganta para estrangularlo, a lo que el chico respondía usando el trozo de madera para obstruir la trayectoria, al capturar el palo, aquel demonio dejó lucir una sonrisa de orgullo.

— Debiste abandonarla —dice mientras ejerce una fuerza en el madero tan grande que consigue romperlo, no puede evitar reírse ante la expresión de pavor del niño— ustedes pagaran por lo que me hizo ese cazador de mierda.

En cuanto se alista para dar un golpe de gracia en contra de Bachira, la madre del niño lo golpea por la espalda con una bolsa de basura, aquello cambia la atención del demonio hacia la madre del adolescente que vuelve a tratar de golpear con la bolsa de basura al demonio, pero sin el factor sorpresa resulta inútil y aquella arma poco convencional acaba destrozada.

— ¡Huye Bachira! —la madre siente como la bolsa pierde peso y, por lo tanto, su nivel de utilidad para pelear.

El hijo ignora la súplica de su progenitora, salta a la espalda del demonio que antes actuaba con precaución y ahora se deja llevar por la vigorizante superioridad que tiene sobre los dos humanos, con su mano sostiene el antebrazo de Bachira y lo presiona hasta que se escucha un crujido, aunque ya no está siendo asfixiado por el humano, se rehúsa a liberar el brazo que presiona, arroja a Bachira desde su espalda contra el suelo quitándole el aire de los pulmones.

— ¡Bachira! —la mujer corre en el rescate de su niño, pero es enviada hacia atrás por una patada en el estómago que la deja sin respuesta en el suelo, más allá de retorcerse del dolor, la madre ve como el demonio levanta a su hijo del brazo— Dej... —tose del dolor— déjalo.

— Claro que lo voy a dejar —prepara su puño para abrir el estómago del adolescente— pero antes quiero ver que tan roja es su sangre y como sabe —retrocede su brazo con gran excitación ante la idea de ver aquellos ojos perder su vitalidad.

El dolor de la fractura del brazo nubla la mente de Bachira al punto que un instinto se sobrepone a su conciencia, aprovecha la antelación al ataque del demonio para usar su otra mano y clavarle los dedos en los ojos, consigue liberarse para nuevamente con la misma mano que le lastimo la vista busca darle un puñetazo al rostro cargado de un salvajismo y un sentido del deber hacia su madre, conecta una serie de puñetazos como si fuese un látigo, su respiración cortada por la sensación de dolor provoca que surja un dolor en el costado del estómago.

Al detenerse la breve ráfaga de ataques, la situación regresa a como inicio todo, las heridas de los ojos del demonio se han regenerado y los golpes ni siquiera presentaron un verdadero daño. Con un escupo al suelo, la amenaza muestra cierto fastidio ante la situación, para ser solo dos humanos estaban causando demasiados problemas— Siempre es lo mismo con ustedes, los humanos, aun siendo tan miserables, se niegan a dejar de existir —prepara una postura para embestir y arrasar a los dos.

Bachira se posiciona delante de su mamá dispuesto a dar el choque final, su madre aún no es capaz de levantarse, aunque sabe lo que les depara, una sonrisa aparece causando que por un momento el demonio titubee sobre lo que está por pasar ¿Podría ser posible que el humano tuviese un plan para vencerlo? Niega con la cabeza, convencido de que está siendo paranoico, concentra la fuerza en sus piernas y sale despedido hacia adelante, solo que para su sorpresa la cabeza no le acompaña.

Los ojos de Bachira están atónitos ante lo rápido que sucedió todo, consternado se cae al suelo para sentarse, su cuerpo empieza a temblar por ante lo cerca que ha estado de la muerte, su madre lo abraza para decirlo que está todo bien, mientras delante de ellos se encuentra una figura desconocida con el cuerpo totalmente cubierto de ropa, unos gruesos guantes y una máscara que solo le deja ver el pelo.

— Déjame ver tu brazo —solicita el misterioso salvador con un tono serio.

Aquel fue su primera vez sintiendo el verdadero terror y la emoción de enfrentar algo que va más allá de su entendimiento. Ahora, estando de pie frente a Barou, aquella herida de su antebrazo comienza a latir, advirtiéndole del peligro al que se enfrenta ahora mismo.

— Déjate de mierdas, cabeza de calabaza —le ordena Barou— si te rindes ahora la golpiza será más suave.

Bachira le da una sonrisa desafiante al comentario— No sabía que el rey tenía un lado generoso, aunque rechazo la oferta.

Bachira toma la iniciativa del ataque con una serie de puñetazos que Barou es capaz de ver con claridad, así que evade balanceando su cabeza mientras trata de hallar un patrón de apertura en los ataques, ciertamente la variedad de combinaciones de golpe lleva a que tenga que dar un paso hacia atrás antes de verse consumido por un mar de ataques, aquello molesta al apodado rey, mientras Bachira se concentra en preparar la segunda oleada de golpes consciente de que Barou no es capaz de contraatacar.

En el segundo asalto, el joven, que busca conseguir tiempo para sus amigos, retoma la descarga de combinaciones de golpes, solo que para su sorpresa su oponente decide no esquivar sino más bien interceptar los ataques, generando cierto desconcierto que aun así no rompe su concentración, pero sí reduce su velocidad de ataques, lo que genera aquella apertura que su oponente está buscando, el rey consigue adentrarse en la ofensiva para conectar un golpe con su característica fuerza, pero Bachira logra mover la cabeza consiguiendo que solo su cabello resulte cortado, dando varios pasos atrás comienza a dimensionar y recordar la potencia de los golpes del autoproclamado "Rey de Blue Slayer".

— ¿Qué sucede calabaza? ¿Decidiste regresar a la habitación? Ya es demasiado tarde para retractarse —Barou recorta la distancia con una sola zancada y Bachira es incapaz de mantenerla, así que debe recurrir a un intercambio de golpes optando por apuntar hacia el abdomen, al ser el golpe más sencillo de acertar Barou endurece la zona, solo que el golpe resulta ser un amague que se redirecciona hacia la barbilla del enviado de Ego, el súbito impacto lo envía hacia atrás con cierta perdida de equilibrio.

Es en ese instante donde, por primera vez, Barou se fijó con atención en la expresión de su oponente, la amplia sonrisa que cruza su rostro, los ojos abiertos ante la euforia de la pelea, Barou Shouhei se dio cuenta en ese momento de que Meguru Bachira, era un monstruo en el cuerpo de una persona.

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