Revelación.

Dipper despertó un poco más tarde de lo que le agradaba.

Sin embargo, podía entender la razón por la cual eso había sucedido, anoche había bebido un poco más de la cuenta, no lo suficiente como para quedar mal como aquella ocasión en el cumpleaños del menor de los Cipher, pero si tenía un poco de dolor de cabeza y se sentía un poco mareado.

No paso mucho cuando algunos recuerdos de la noche anterior pasaron por su cabeza y no puedo evitar sonreír, Will y él definitivamente eran algo.

Aun no sabía con exactitud describir qué eran exactamente, pero al menos sabía que no había sido algo de una noche, que el chico aún no se había arrepentido y que, al parecer, estaban en la misma página sobre querer continuar lo que tenían, lo cual era suficiente para él.

Con un bostezo, se incorporó, estaba en un colchón inflable en una de las habitaciones extra de Xólotl, y aunque no era ni la mitad de cómodo que su cama, al menos no era el piso, como era el caso de Mason, quien estaba recostado boca abajo envuelto en unas cobijas.

—¿Estás vivo? —le preguntó Dipper.

—Mmm —gimió incómodo—, supongo.

Dipper sabía que después de que él había dejado de beber, su compañero de cuarto había seguido, así que era fácil deducir que estaba en peor estado que él, además de que se imaginaba que había tenido una noche complicada, después de todo había entrado a la habitación casi una hora después de él.

El castaño de ojos marrones se sentó, un poco adolorido debía admitir, no recomendaba en absoluto dormir en el piso.

—¿Qué paso con tu camiseta? —Mason abrió los ojos asustado, ¿qué tenía su camiseta?—. ¿Por qué esta al revés?

—Ah eso —balbuceó como si nada—, porque me dio calor en la noche y me la quité, pero luego me dio frio y me la volví a poner en la oscuridad, duh, supongo que no me di cuenta.

Dipper rio ante eso, el castaño siempre sabía que inventarse para salirse de esa clase de preguntas, aunque no siempre eran efectivas.

—Si tú lo dices —respondió rodando los ojos.

Mason se empezó a quitar la camiseta para acomodársela, pero se detuvo abruptamente y prefirió irse al baño, Dipper no le dio importancia alguna a eso y por su lado se fue al comedor, donde había algo de ruido.

Xólotl estaba bailando con su novia mientras cocinaban el desayuno con lo que Dipper creía que era salsa de fondo.

Will estaba viendo algo en el pecho de su hermano, quien tenía la playera levantada, el chico solo rio mientras su hermano se bajaba la playera.

Ver a Will sonriendo ampliamente mientras comía, hizo que el castaño quisiera ir y abrazarlo, pero aún no estaba seguro que tan "secreto" sería lo suyo, que a él realmente no le importaba que supieran, sólo no había querido que les arruinaran esa noche, pero decidió nada más caminar hacia el lugar que quedaba libre junto a él.

—¿Cómo no tienen dolor de cabeza? —cuestionó Mason, quien entraba con la camiseta ya acomodada—, ustedes bebieron más que yo, pero yo siento que me va a explotar.

—Practica —respondieron Xólotl y su hermana al mismo tiempo mientras se detenían.

Xólotl seguía bailando mientras volteaba unos cuantos panqueques, después de unos minutos Mabel y Pacífica salieron de su habitación y se sentaron con ellos.

—Xólotl está haciendo panqueques —dijo la castaña—. Y yo estoy haciendo unos huevos revueltos, siéntense.

—Gracias —respondió Dipper mientras se sentaba junto a Will.

—Pueden empezar a comer, aprovechen mientras están calientes —dijo la chica—, mi cuchurrumin está haciendo más, así que no se preocupen por eso.

El menor de los Gleeful le sonrió con complicidad a Will, quien le sonrió con la misma mirada traviesa, que a su vez cargaba bastante calidez.

—¿Dormiste bien? —le preguntó el castaño a Will.

—Así es —respondió mientras asentía con la cabeza, mientras continuaba comiendo.

—Yo también —agregó Xólotl metiéndose a la conversación mientras les dejaba más panqueques en la mesa—, por si te interesaba.

Su novia le dio un golpe en las costillas, mientras rodaba los ojos ante las acciones de su pareja.

—Entonces ya están saliendo, ¿o qué? —dijo Xólotl distraídamente.

La burbuja de Will y Dipper se rompió en un instante, Will comenzó a atragantarse, no se esperaba que los descubrieran tan pronto...

—Por dios Will —dijo Pacífica—. ¿estás bien?

Will no dejaba de toser y Dipper decidió darle un vaso de agua para calmarlo.

—Gracias —Will tomó un sorbo y volvió a atragantarse, escupiendo toda el agua que tenía en la boca.

—Iug —soltó Mabel sin pena alguna.

—¿Estás bien? —le preguntó Dipper.

Will seguía tosiendo, totalmente avergonzado, claro, por supuesto, sólo el escupía frente al chico que le gustaba el primer día que le correspondía, grande Will, gran manera de hacerlo querer huir de ahí.

Bill no paraba de reír ante la situación en la que se encontraba su hermano menor.

—¡Bill no ayudas! —le regañó Mason.

—¡No puedo evitarlo! —contestó entre risas mientras el castaño rodaba los ojos.

—Perdón —dijo Will entre su tos—. No sé qué me paso.

—Los nervios del amor —comentó Xólotl, pero todos decidieron ignorarlo.

Poco a poco comenzó a calmarse mientras se sonrojaba levemente, no podía creerse que en serio ese tipo de cosas le estaban pasando justo ahora.

—Perdón, no le escupí a nadie, ¿verdad? —cuestionó avergonzado.

—No —contestó Dipper con preocupación—, ¿estás bien?

—Sí, ahora sí —respondió con las mejillas rojas por la vergüenza.

—De acuerdo.

—Entonces, como iba diciendo —continuó Xólotl mientras se sentaba a comer—, ¿desde cuándo están saliendo?

—¿Por qué crees eso? —preguntó Dipper tratando de mantener la calma y desviar la atención de Will.

—Amigos, yo no quería exponerlos así, pero ya que preguntas —comenzó con diversión—, es evidente que el beso de anoche no fue su primer beso, muy confiado, muy cómodos, muy coqueto, no sé, muy sospechoso todo.

—No sé de qué hablas —respondió Will, sonrojado hasta las orejas.

—Entonces, ¿se besaron la vez del muérdago o en las cabañas? —preguntó con sorna.

—¿El muérdago lo dejaste a propósito? —inquirió el castaño, dándose cuenta de las intenciones del chico.

—Claro que sí, necesitaba echarles la mano para lo de los tres meses, ¿entonces lo aceptan, fue con el muérdago? —dijo orgulloso.

—No, sólo que tuvimos que quitarlo antes de irnos del salón —explicó sin más.

—¿También ustedes lo van a negar? —preguntó Xólotl decepcionado—, que aburridos.

Dipper decidió que tendría que hablar con Will sobre eso... en otro momento.

—Cállate Xólotl —dijo Bill, quien lo miró con dureza, el mencionado se encogió de hombros y continúo cocinando.

Mason, quien se había sentado junto al rubio le sonrió, pero ninguno dijo nada más.

—Hablando de dudas existenciales —empezó Mabel, ganándose una mirada de su novia, quien sabía por dónde iba todo eso—, ¿desde cuándo no eres hetero? —Le preguntó a Xólotl.

—¿No les conté de mi despertar sexual de Navidad? —Preguntó con emoción.

—No —respondió Mabel confundida.

—Supongo que se me olvido ya que cuando volvimos de las cabañas no hablamos hasta que volvimos a clases —trató de explicar Xólotl—, y luego como que se me paso.

—Bueno, Dipper y yo tuvimos todo un drama en nuestra casa y dos semanas horribles, así que tenemos una justificación de porque desaparecimos —contestó la castaña.

Will se preocupó por eso, pensaba que sólo no había hablado con él por lo que había pasado en las cabañas, ¿pero había pasado algo más?

Todos en el lugar los miraron preocupados.

—Oh, bueno, no fue tan horrible —continuo la castaña, notando la preocupación de sus amigos—, sólo muy caótico, medio traumático y terminó con ambos en terapia.

—Gran manera de arruinar el ambiente Mabel —le dijo Dipper.

—Como sea —soltó la castaña—, volviendo al tema, ¿Xólotl?

—Ah sí, como decía —comenzó con una sonrisa—, estábamos en casa de mi cuchurrumin, pasando la primera parte de la noche ahí antes de ir a la reunión en mi casa, cuando nos pusimos a platicar y fue muy gracioso, porque Bill dijo que él no se veía besando a una chica y me llamo la atención, porque yo siempre creí que las personas se podían imaginar a sí mismas besando o estando con chicas o chicos, pero que la sexualidad se definía porque preferías a uno.

—No —le dijo Mabel con obviedad—, definitivamente yo no me imagino besando a un chico, nunca, que asco.

—¡Exacto! —continuó Xólotl con su explicación—, yo siempre pensé que a todos nos pasaba eso, pero pues que preferíamos uno, y yo prefiero besar chicas, pero no me opongo a besar chicos... y pues creo que realmente soy bi.

Will río al escuchar aquello, sintiéndose bastante identificado.

—Así me paso a mí —comentó Will—, sólo que aún no estoy seguro de que soy.

—Tú eres Dippersexual —se burló Xólotl.

Will se sonrojó intensamente sin esperarse aquella respuesta por parte del chico.

—No sé ni porque lo intento —dijo frustrado.

—No lo negaste —le dijo el de cabello oscuro—, ya oíste Dipper.

El mencionado sólo se rio, debía admitir que era divertido ver a Will todo sonrojado porque lo molestaban con él.

—Déjalo en paz, Xólotl —le contestó el castaño, porque aunque le encantaba ver a Will así, sabía en su interior que debía defenderlo—, o te voy a dejar a tu suerte en el concurso de billar.

—Esa amenaza para silenciar la verdad —comentó, ganándose una mirada de seriedad por parte del castaño—, sólo porque realmente quiero ganar.

—Volviendo al tema otra vez —preguntó la castaña—. Entonces, ¿te puedes imaginar besándote con un chico?

—Sino estuviera 100% en mi relación, podría ser —respondió Xólotl.

Xólotl se quedó pensando algo de manera muy seria por unos segundos, llegándole una idea completamente revolucionaria a la cabeza.

—¿Y si es un chico? —soltó Xólotl.

—¿De qué hablas? —preguntó Pacífica.

—¿Qué tal si hemos estado enfocado esto mal todo este tiempo? ¿Qué tal si no es autora, sino autor? Digo, habiendo tanta gente LGBT+, incluyéndonos, podría ser un chico quien tenga el crush con Will —dijo Xólotl y Dipper jamás había perdido su sonrisa tan rápido—, digo sólo aquí tenemos a alguien.

Dios, era su fin, ¿verdad?

El castaño sintió su corazón palpitar con rapidez, pero a diferencia de las veces anteriores, no era de emoción, eran de terror puro, sentía que podría desmayarse en cualquier segundo.

—Eso tendría sentido —contestó el otro castaño procesando la idea del chico—. Eres un genio.

¡No! No lo era, era todo lo contrario, de un momento a otro la gran mañana de Dipper acababa de tornarse una completa pesadilla.

Pacífica y Mabel se miraron un instante con una mirada de preocupación en su rostro.

Will ya había considerado eso anteriormente, pero lo había descartado sin siquiera comentarlo, aunque suponía que podrían investigarlo.

—Podría ser —contestó Will, algo incómodo.

Algo que no les había dicho a los demás era que realmente ya no estaba tan interesado en encontrar a la persona dueña del diario, después de todos estos meses, sentía que seguramente ya lo había dado por perdida, además de que tampoco estaba seguro de que quisiera romperle el corazón, una cosa era encontrar a la persona enamorada de él cuando no le gustaba nadie y estaba disponible, incluso había considerado que, dependiendo las circunstancias, podría haberle dado una oportunidad.

Pero ¿ahora? Ahora sólo sentía que sería incómodo para todos, incómodo para él porque definitivamente tendría que rechazarla o rechazarlo, puesto que no había manera de que alguien pudiera hacer que superará los intensos sentimientos que tenía por Dipper, incómodo para la persona porque se enteraría que el club sabría que tenía un crush con él y que lo estaba rechazando por Dipper y finalmente, incómodo para Dipper quien tendría que ver todo eso.

Simplemente se le hacía demasiado dramático ahora que tenía algo con el castaño y no estaba seguro que tan buena idea era el seguir con eso.

Pero suponía que todavía podría intentarlo.

—Podemos investigarlo en la siguiente sesión, si quieren —continuó, pero realmente no le dio mucha importancia.

Dipper se había vuelto una estatua, silencioso y con una expresión seria, había perdido por completo la sonrisa que le había estado dedicando y eso era justo lo que se quería evitar.

Will le tomó la mano bajo la mesa y le sonrió.

Dipper notó el gesto y se preguntó porque el chico de cabello azul había hecho, ¿acaso ya lo había descubierto? ¿Estaba asegurándole que no lo cambiaria por el dueño del diario o ya sabía que era el dueño del diario?

—Entonces —dijo intentando cambiar de tema—, ¿quién fue el primero en vomitar anoche?

—Pino —contestó inmediatamente Bill—, fue muy gracioso.

El rubio continuó contando una parte de la noche, que Dipper y Will se habían perdido por estar afuera en la terraza.

Dipper no estaba seguro, pero a pesar de tener la mano de Will entrelazada con la suya, sentía que, en cualquier momento, su peor pesadilla se haría realidad.

[...]

Dipper se miró una última vez por el espejo retrovisor antes de bajarse del automóvil.

Agradecía infinitamente que Mabel no estuviera ahí, porque seguramente se burlaría de él por haberse revisado el cabello por centésima vez esa mañana, no podía evitarlo, estaba por ver a Will después de todo.

La mañana siguiente había llegado, y después de casi haber tenido una crisis el domingo en la tarde por la nueva teoría de que el autor era un chico, finalmente se había calmado, todavía podía resolverlo, todavía podía recuperar el diario sin que nadie se entere que es él.

Aun no sabía cómo y probablemente era él mismo entrando en negación para poder seguir disfrutando de sus momentos con Will antes de que lo mande al diablo por ser el autor, pero estaba extrañamente tranquilo.

Dipper había estado ansioso todo el fin de semana, había besado a Will, ¡a Will! El chico del que llevaba enamorado media vida... y no sólo eso, le había dicho que le gustaba, habían hablado de que era mutuo.

Estuvo tan ansioso que literalmente su hermana lo había abofeteado para que recuperara la razón antes de salir de su casa esa mañana.

"No hagas nada estúpido, no te pongas nervioso, no menciones el diario y NO arruines todo," Le había dicho su hermana en la mañana "tienes que actuar confiado, porque seguramente Will estará muerto de los nervios y si ambos están así ninguno le hablara a ninguno, así que cálmate y ve por él"

Camino hasta la puerta de los Cipher y antes de que pudiera tocar, la puerta se abrió de par en par, mostrando a un rubio parado en la puerta con una mochila en los hombros y unos lentes de sol en la mano, y eso le recordó un fragmento de su diario.

«Todo mundo encontraba atractivo al mayor de los Cipher, y al principio no podía entender porque era él el que se llevaba todos los suspiros de amor y no su hermano.

Will es hermoso.

Sin embargo, hoy mientras leía mi poema favorito de Shakespeare, finalmente me he dado cuenta del motivo de que pase desapercibido, Will es definitivamente lindo, pero no de la misma manera que Bill.

Me di cuenta que, es una de esa clase de bellezas que no muchos notan y, los que lo hacen no se atreven a perturbar.

La belleza de Will no cae en algo tan simple como lo físico, y aunque creo que incluso en ese ámbito es lindo, su verdadera belleza va más allá... está en su manera de hablarte con sabiduría, está en sus ojos dulces... está en la amabilidad y gentileza que tenía siempre conmigo.

Porque la belleza vive con amabilidad, después de todo.»

—¡Will, tu novio ya está aquí! —gritó el rubio, sacándolo de sus pensamientos.

El estómago se le revolvió, hacía mucho que no recordaba algo del libro... todo esto le estaba afectando de más, pero debía mantener la calma, podía seguir pretendiendo que esa cosa ni siquiera existía, con tal de disfrutar sus últimos momentos con Will, pero incluso con la más reciente sugerencia de Xólotl le era imposible no pensar en eso.

Decidió ignorar todos los malos pensamientos, no ahora, podría sufrir en la tarde por todo eso, pero ahora debía estar bien y tranquilo, no iba a arruinar su mañana con el menor de los Cipher.

—Es bastante impuntual la mayoría del tiempo, pero ya te acostumbrarás —continuó Bill mientras se ponía sus lentes de sol, ¿eso significa que incluso Bill los veía a futuro?

Dipper sonrió ligeramente, eso le daba un poco de esperanza.

—Hola —saludó al rubio.

—Hola —respondió Bill ligeramente sorprendido—, ya me voy, pero puedes pasar si quieres, sólo te advierto que si sabe que estás cómodo seguramente se tarde más.

El castaño soltó una pequeña risa.

—Lo tendré en cuenta, gracias —contestó entrando a la sala—, por cierto, lindos lentes.

—Gracias —respondió algo confundido, pero decidió no hacer comentarios y siguió su camino hasta su propio automóvil.

—¡Ya voy! —gritó una voz desde arriba, con algo de desesperación, Dipper sonrió ante esto.

Will estaba muriendo de los nervios en su habitación mientras se arreglaba el cabello con rapidez.

Aunque no eran los nervios usuales que lo paralizaban y lo hacían sentir mal. Estos nervios eran entre buenos, expectantes y emocionantes, pero tampoco iba a mentir, dentro de él aún estaban los usuales nervios, porque se moría de miedo, pero un poco menos que antes.

Will tomo una gran bocanada de aire, sí, estaba muy, muy nervioso, sentía que en cualquier momento se pondría a temblar de los nervios, su estómago estaba revuelto y, sentía su corazón latir con fuerza, pero no iba a mentir una parte de él estaba muy emocionado, ¡estaba a punto de ir a la escuela en el automóvil de Dipper! Así que, con decisión, se miró una vez más en el espejo y salió de su habitación.

Cada vez que estaba por ver a Dipper, volvía a sentir las mariposas que había tenido la primera vez que se habían besado.

Dipper estaba en la sala, cuando escucho a Will bajar las escaleras se levantó y fue a saludarlo, el más bajo le dedico a él con una sonrisa tímida.

Honestamente, se moría por hablar con el castaño.

Con todo el valor que pudo reunir, siguió caminando, pretendiendo que con cada paso que daba no sentía que iba a explotar.

Hasta que finalmente llegó hasta él.

En ese momento, Dipper Gleeful le sonrió y sus miradas se encontraron por un momento, antes de que Will entrará en pánico y apartara la mirada, sintiendo su rostro enrojecer por completo.

—Will —le saludó el castaño.

—Hola —contestó el mencionado.

—¿Te levantaste tarde? —preguntó Dipper y Will no tuvo más opción que mirarlo de nuevo y se sorprendió muchísimo, no sólo por el hecho de el castaño no se veía nervioso o preocupado o algo de ese estilo, sino que, además, se veía mejor que nunca, con una sonrisa a la que no estaba acostumbrado ver.

El más bajo sintió sus rodillas temblar.

—Sí —contestó el de cabello azul—, ¿es demasiado obvio? —el castaño soltó una risa.

Se veía tranquilo, tal vez un poco más alegre que lo usual, pero nada particularmente raro, ¿por qué estaba tan normal? ¡Él estaba muriendo por dentro! Y, a decir verdad, por fuera también.

—Un poco —le dijo acomodándole un mechón de cabello rebelde detrás de la oreja.

—Entonces —empezó el menor de los Cipher, sin estar muy seguro de que preguntaría y se quedó en silencio.

—¿Entonces? —Preguntó el castaño después de que el más bajo se quedará en silencio por un rato.

—Entonces, ¿cómo amaneciste? —Termino por soltar de los nervios.

Dipper sonrió con ternura, ¿Will estaba nervioso? La sola idea lo hacía sonreír más, de verdad no entendía como podía tener tantos sentimientos por él y que finalmente, después de tanto tiempo, fueran mutuos.

Inlcuso se le lograba olvidar todo el asunto del diario.

—Bien —contestó con algo de diversión—, ¿y tú?

—Pues... he tenido mejores mañanas —respondió Will, evidentemente nervioso—, pero también he tenido peores, supongo.

—Will, no tienes que estar tan nervioso —le dijo finalmente, acercándose a él—, no te voy a morder... a menos que quieras —continuó sonriéndole pícaramente.

Will se sonrojo fuertemente por eso si poder creerse lo que el castaño le había dicho, pero Dipper solo soltó una risa por lo bajo.

—¿Por qué me haces esto? —le preguntó con dramatismo, apartándolo ligeramente—, ¿no ves que no sé ni que decir y encima me dejas sin palabras?

—Perdón —respondió el castaño—, no pude evitarlo.

—Eres de lo peor.

—Espero que no lo digas en serio.

—Eso es imposible —le dijo sintiéndose ligeramente más relajado.

—Tenía mis dudas —continuo el castaño—, contigo nunca se sabe.

—¿Conmigo? —replico Will, exagerando—, déjame decirte que yo soy claro como el agua, ¡tú! Tú eres el que es más difícil de leer que el inglés antiguo y créeme, que es muy complicado, lo sé porque leer los poemas del libro que me regalaste es difícil.

—No es tan difícil —le contestó Dipper—, si quieres te puedo enseñar unos trucos.

—No gracias —contestó ligeramente ofendido—, no lo necesito.

El castaño rio ante el comentario del más bajo, intentado esconder lo ansioso que se había puesto. Cuando le había dado el libro, no recordaba que citaba todo un fragmento en su diario, casi podía escuchar a su hermana diciéndole que era un idiota.

—Eres muy lindo —le dijo el castaño, cambiando de tema, de verdad no quería pensar en el diario ahora y definitivamente no quería a Will pensando en los poemas.

"¿Cómo podía decirlo tan casualmente?" Se preguntó Will.

Lo que el menor de los Cipher no sabía, era que el castaño estaba en la misma situación que él, sólo que, a diferencia de él, Dipper era mejor disimulando... después de todo había tenido muchos años para practicar.

Fingir que su corazón no latía a mil por hora por estar tan cerca de Will era un día normal para él, aunque a decir verdad ahora que le podía decir lo que quería, su corazón estaba peor.

—Muchas gracias, aunque realmente me siento un desastre me arregle como en 10 minutos.

—No se nota.

—Gracias —le contestó algo sonrojado—, tú te ves increíble.

Aunque si algo debía admitir el castaño, es que no estaba para nada acostumbrado a ser correspondido, así que cuando Will le dijo aquello, no pudo evitar sonrojarse fuertemente.

—Gracias —contestó mientras se daba la vuelta, dispuesto a esconder su rostro.

—¿Te sonrojaste? ¿Por mí? —le dijo en tono burlón.

—¿Nos vamos? —respondió tratando de cambiar de tema, Will rio conmovido.

—Seguro —le contestó, mientras le tomaba la mano.

Por su lado, Will sentía que sus nervios excesivos desaparecían lentamente, aún tenía el estómago revuelto, pero al menos ahora podía decir una oración completa.

El más bajo lo miro reír y no pudo evitar pensar en lo lindo que se veía...

—Además, no sé de qué hablas —dijo Will ganándose una mirada de confusión por parte del castaño—. Bill cree que todo el mundo sabe que me gustas.

Dipper entendió que el chico había regresado al tema anterior.

—Mabel dice algo similar sobre mí.

—¿Qué dice? —preguntó con curiosidad.

Ambos salieron de la casa mientras Will buscaba sus llaves para cerrar la puerta, por lo cual tuvo que soltarle la mano.

—Que desde el espacio alguien podría adivinar en que estoy pensando cuando estoy contigo.

—¿Y qué es lo que estás pensando? —Pregunto Will con curiosidad.

—¡Espera! No cierres —soltó el rubio.

Quien al parecer había regresado, interrumpiéndolos.

—Olvide algo adentro —explico a su hermano.

—Luego dices que por mi culpa siempre llegamos tarde.

—Yo tengo TDAH, ¿cuál es tu excusa? —contestó sacándole la lengua.

—Como sea —respondió Will riendo—, ya nos vamos, pero luego dices que no lo usas de excusa.

—Sabes a lo que me refiero —dijo sacándole la lengua—. Nos vemos en la escuela.

El rubio entro a la casa y subió las escaleras corriendo, en busca de lo que se le había olvidado.

—¿Me decías? —dijo Will mientras se giraba hacia Dipper nuevamente.

Dipper se sonrojo nuevamente y le tomo la mano.

—Pienso en hacer esto... o esto —dijo antes de depositarle un cálido beso en los labios.

—Pues yo no me había dado cuenta —contestó Will con una sonrisa atontada.

Dipper rio ante la escena, el chico era adorable. El castaño se dio la vuelta e iba a empezar a caminar hacia su auto, cuando algo lo detuvo.

—Hay algo que quiero preguntarte antes de irnos —dijo el más bajo que no se había movido de su lugar.

—Seguro —respondió Dipper—, dime.

—El viernes acordamos en no decir nada —soltó con una expresión un poco angustiada—, ¿eso quiere decir que será una relación secreta?

—No, me refería a no decir nada ese día —respondió Dipper—, sólo no quería que esos tontos nos arruinaran la noche con sus comentarios ya viste como se puso Xólotl sólo con vernos hablar, pero no quiero que sea secreto, ¿por qué te ocultaría como un secreto?

Will sintió tanto alivio al escuchar aquella respuesta.

Bill murmuró algo detrás de ellos mientras rodaba los ojos con disgusto, saliendo de la casa, Dipper no había escuchado que dijo.

—Qué bueno... porque ya le conté como a tres personas —confesó Will con nerviosismo.

Dipper rio ante eso y lo beso nuevamente, aprovechando que el rubio ya se había ido decidió disfrutar un poco más de tiempo aquel contacto con el chico.

—Me encantas —dijo con una sonrisa.

—El sentimiento es mutuo.

Ambos se dirigieron al automóvil del castaño con las manos entrelazadas y una sonrisa en sus rostros, entre risas y coqueteos el trayecto a la escuela jamás se había sentido tan corto, los dos chicos se bajaron del vehículo y se encaminaron hacia la escuela.

—¿Qué clase tienes ahora? —le preguntó el castaño con interés.

—Biología —contestó Will con una sonrisa—. ¿Y tú?

—Historia —le dijo haciendo una mueca—, no me gusta tener esa clase a primera hora, honestamente prefería el semestre pasado cuando tenía mate primero, pero bueno, si quieres llegar a tu salón a tiempo deberíamos empezar a encaminarnos, en vista de que literalmente es el edificio al otro lado de la escuela.

Will no sabía ni que decir, ¿encaminarnos? Dios, siempre tenía algo que decir y ahora no podía ni juntar dos letras juntas para responder, así que sólo asintió mientras empezaba a caminar.

Dipper lo rodeo con el brazo por los hombros y Will se sonrojo ligeramente. Algunas personas dirigían miradas curiosas al par, pero ambos chicos estaban demasiado concentrados en la conversación coqueta que compartían como para notarlo o darle importancia.

Will se sentía tan cómodo ahí, como si en los brazos del castaño es donde siempre hubiera estado su lugar.

—Ya llegamos a mi salón —hablo Will deteniéndose en la puerta del salón de biología.

—Creo que aquí llegó yo —dijo el castaño separándose de él.

—Eso parece —dijo el más bajo extrañando la presencia de Dipper alrededor de él—, aunque aún faltan unos minutos para que toquen el timbre, aunque creo que tienes que ir al tuyo.

Dipper se encogió de hombros, aun no se quería alejar de él.

—Puedo llegar en unos dos, así que no te preocupes por eso —Dipper le tomo la mano.

—De acuerdo —respondió Will sonriendo, al menos tendrían unos minutos más juntos.

—Por cierto —empezó el castaño, mientras jugaba con sus dedos—, si todavía estas interesado en ir a... —las mejillas del castaño enrojecieron un poco—, a la siguiente presentación de la banda, debería decirte que se cambió al sábado.

—Oh, está bien —contestó el chico con una sonrisa—, ahí estaré.

—¿De verdad? —el más bajo asintió emocionado—, genial.

—Entonces —continuó Will—, ¿estás libre el viernes?

—Sí, ¿por?

—¿Te gustaría que hiciéramos algo? —preguntó con la mirada hacia abajo.

—Me encantaría —contestó el castaño, Will lo miró a los ojos—, si quieres podemos ver algo en mi casa.

—Genial, estaría bien.

En ese momento, Mason se acercó a ellos, con intención de saludarlos, pero cuando miro sus manos entrelazadas, la quijada casi se le cae al piso.

¿Cuándo había pasado eso? ¿Y por qué nadie le había dicho nada? Claro, había estado ocupado en sus propios asuntos y Xólotl había sido muy insistente con ello, pero no creía que tuviera razón, ¿cómo se había perdido de algo tan importante como eso? ¡Y peor aún, Dipper no le había dicho!

Tanto Will como Dipper notaron la mirada del castaño sobre ellos, pero ninguno apartó su mano.

—Eh, Will —dijo aun sorprendido—, el maestro ya está viniendo.

—De acuerdo ahora te alcanzo —respondió mientras Mason se metía al salón—, ¿te veo en el almuerzo? —le preguntó al castaño frente a él.

—Sí —contestó Dipper, sin querer apartarse de Will—, seguro.

El más bajo dudo por un momento, pero finalmente le dio un beso en la mejilla antes de soltarle la mano y mientras el profesor se acercaba se metió al salón que le correspondía.

Dipper sonrió ante la acción del chico y se dio la vuelta, dirigiéndose al suyo.

En ese momento lo del diario no podría importarle menos.

[...]

A Dipper le había sonado tan irreal pensar que Will estaría nervioso por verlo, pero su hermana nunca se equivocaba y esa vez no había sido la excepción, pero gracias al consejo de Mabel, había logrado empezar con el pie derecho.

Incluso había conseguido una cita extra con él.

Cuando la hora del almuerzo finalmente había llegado, había sobrevivido a toda una clase de literatura con Mason molestándolo, a lo que sólo había podido rodar los ojos, eso era precisamente lo que había querido evitarse el viernes y el sábado.

Y aunque ambos sabían que tarde o temprano tendrían que enfrentarse a sus amigos, no tenían ninguna prisa por hacerlo.

Dipper había pasado por Will a su salón y caminaban juntos hacia la cafetería.

Will soltó una carcajada.

—¿En serio te dijo eso? —preguntó entre risas.

—Te lo juro —contestó el castaño—, me dijo y citó: "no te preocupes, en biología te lo estuve cuidando, Joy no se le acercó mucho" casi le doy un golpe.

Will volvió a reír.

—No puedo creer que en serio creyeran que me gustaba Joy —le dijo al castaño—, menos de él, creí que Bill ya le habría dicho.

—¿Qué te gusto? —le preguntó pícaramente mientras le tomaba nuevamente la mano al de ojos azul claro.

Will no contestó a eso, sin embargo, decidió acercarse más a Dipper y reposar su cabeza en su hombro.

—Puede ser.

—Espero que no sea tu manera de decir que siempre no —apoyando su cabeza en la del más bajo, mientras se sonrojaba un poco.

—Jamás —replicó Will—. No te voy a mentir, una parte de mi piensa que en cualquier momento me lo dirás que lo que pasó fue algo de dos días y ya.

Dipper se apartó un poco y lo miró, Will lo miró de vuelta.

—Créeme, lo mío no es algo de un día —le dijo con seguridad—. Llevo más tiempo del que te imaginas enamorado de ti.

Will se sonrojo ante ese comentario, pero sonrió ampliamente y sin dudarlo un segundo se acercó y lo besó con ternura. Dipper sonrió a medio beso.

Tal vez era un comentario un poco incriminatorio, pero ¿cómo podría negarle a Will la verdad cuando en sus ojos se veía que temía que lo que tenían se esfumara?

Dipper haria lo que fuera para tranquilizar esas dudas.

Se separaron y siguieron caminando hacia la cafetería, cuando finalmente llegaron a la cafetería, caminaron a la mesa donde ya se encontraba Xólotl y Mason, quien estaba escribiendo algo en su libreta mientras confirmaba otras cosas en su laptop.

Bill camino lentamente detrás de él y le cubrió los ojos con una pequeña sonrisa traviesa.

—Bill, sé que eres tú, puedo sentir el calor de tus manos —el rubio sonrió aún más, bastante complacido ante su respuesta y se sentó junto a él, el castaño le sonrió de vuelta.

Todos los vieron unos segundos antes de que Mason se sonrojara, dándose cuenta de lo que había dicho, por su parte Bill tenía las mejillas algo teñidas también, pero su sonrisa nunca desapareció.

Dipper y Will caminaron hacia la mesa donde se sentaron juntos.

—Ya llegaron los tortolitos —dijo Xólotl al notar a Dipper y a Will sentarse.

—¡Ya era hora! —dijo Mason dejando su libreta abierta en la mesa—, ¿cómo están? — intentando desviar la atención de él.

—Bien —respondió Dipper, al tiempo que notaba a Will sonrojarse.

Ninguno negó lo de tortolitos.

—Déjalos en paz —dijo Bill con cierta diversión—, Will jamás se ha metido contigo.

—Perdona Will, eres un efecto colateral de mis interacciones con Dipper —explicó el chico.

—Querrás decir amistad con Dipper —dijo Will.

Dipper lo miró ofendido, sintiendo la traición.

—No somos amigos —dijeron los castaños al mismo tiempo.

—Perdona —le dijo Will a Dipper con una sonrisa juguetona—, fuiste un efecto colateral.

Dipper no podía ni siquiera irritarse por eso.

—¿Otra vez haciéndole cartas de amor a tu novio, Pines? —pregunto Xólotl tomando la libreta que había dejado.

—Muy gracioso —le contestó intentando quitársela mientras intentaba con todas sus fuerzas no decir nada más que pudiera perjudicarle.

El rubio se notó sorprendido ante su respuesta.

—Espera un segundo, tu libreta está vacía —comentó Xólotl mientras el castaño se la arrebataba.

—Ajá —respondió cerrando la libreta con molestia.

—Pero siempre estas escribiendo en ella —continuo el chico sorprendido—. Porque estoy más que seguro que te he visto en más de una ocasión escribir en esa misma libreta.

—Ajá —repitió tratando de ignorarlo.

—¿Cómo le haces?

—Que te importa —soltó irritado.

—Ándale Pines —continuo Xólotl—, dime tu secreto.

—No —le respondió Mason.

—Bill, dile a tu novio que me diga que hace —le dijo a su amigo.

—No es mi novio —aclaró el castaño finalmente con bastante irritación en su voz.

Al escuchar aquello la sonrisa del rostro de Bill finalmente desapareció, alejándose un poco del castaño, Mason noto aquello e hizo una mueca, pero se mantuvo firme, sólo para ver al rubio rodar los ojos y soltar con molestia:

—Debe ser una pluma mágica Xólotl —le dijo el rubio, ignorando el resto de la conversación—. Deja el tema ya.

—Préstamela —le dijo a Mason.

—No —le contestó el castaño con incomodidad.

—Ándale, préstamela —dijo Xólotl emocionado—, podría hacer tantas cosas con eso, como pintarle cosas en la libreta a Bill o copiar en exámenes... sino me la quieres prestar al menos dime como se llama.

—Es una pluma de tinta invisible —dijo Mabel, esperando que con eso el de cabello negro se callara.

—¿Cómo sabes eso? —le preguntaron ambos castaños al mismo tiempo.

—Luego dicen que no son amigos —dijo Bill.

—Es un bolígrafo de nerd, obviamente si Mason tiene uno, Dipper también, lo he visto usarlo mil veces.

Will rio ante eso, ganándose una mirada acusadora del castaño a su lado.

—¿Entonces es eso? ¿Cómo funciona?

—La tinta funciona con rayos UV —explico el rubio.

Dipper se puso ligeramente nervioso, esperaba que nadie sugiriera usar esos rayos en el diario o definitivamente su pequeño momento de felicidad iba a desaparecer.

Pero antes de que pudiera entrar en pánico por haber sido tan tonto como para haber hecho cosas más obvias sobre su identidad con la tinta invisible, sabiendo que solo él y el tonto de Pines la usaban, creyendo que estaba seguro con eso.

—¿Dónde consigues una así?

—Internet —le dijo Dipper a Xólotl, lo cual llamo su atención.

—Genial —contestó finalmente, mordiendo su sándwich.

Dipper agradecido que con eso dejará el tema, pero no pudo evitar notar que Mason se veía bastante frustrado cuando decidió seguir escribiendo en su libreta.

El almuerzo continuó, cada uno platicando con alguien diferente.

Dipper y Will quienes parecían estar en una burbuja mientras "comían" aunque ninguno había tocado mucho su comida, porque seguían ensimismados en su conversación, la cual estaba enfocada en compartir sus opiniones acerca de una serie que habían visto.

—Nunca superaré el final, fue terrible —dijo el castaño.

—No me hagas empezar, establecer algo por tantas temporadas y destruirlo en los últimos 10 minutos es lo peor que le puedes hacer a tu programa, es suicido argumental.

Dipper quiso decirle que lo amaba ahí mismo, al menos ahora sabía que podía quejarse de las cosas que no le gustaban con él sin sentir que lo iba a ver como un amargado.

—No podría haberlo dicho mejor —le contestó mirándolo fijamente.

—¡Will! —gritó su hermano nuevamente, porque aunque ninguno de los dos lo había notado, el rubio llevaba un rato tratando de llamar la atención de su hermano.

—¿Sí? —contestó Will sin apartar la mirada de Dipper.

—¡To! —gritó Xólotl—, ¿entienden? Will-ci-to.

Dipper soltó una ligera risa ante eso, definitivamente Will lo ponía de muy buen humor.

—¿Qué pasa Bill? —continuó Will, rodando los ojos antes el tonto chiste de Xólotl y separando su mirada de la de Dipper a duras penas.

—Sólo te preguntaba si quedan galletas.

—¿Qué galletas?

—Las galletas que trajiste.

—Oh, cierto —Will se volteó hacia Dipper—, hice galletas, ¿quieres una?

—¿Soy el único que nota eso? —Preguntó Mason.

—No —dijo Pacífica riendo de la ternura—, pero te aseguro que esos dos no lo hacen.

—¿Qué cosa? —preguntó Will.

—Yo quiero una galleta —dijo Xólotl.

—Seguro.

Will tomó una galleta y le dio una mordida, y muy dentro de él tuvo el impulso de darle el resto de la galleta a Dipper en la boca. Se sonrojo por completo ante ese pensamiento, dios...

¿Qué le estaba haciendo Dipper a su cabeza?

Dipper no podía evitar sentir el corazón acelerado, sentía que él y Will estaban en una burbuja, el chico lo miraba con una sonrisa que hacía que se le erizara la piel, no sabía que había hecho para ser tan afortunado como para que Will lo vea así.

—No puedo creer que lo nieguen mirándose así —soltó Xólotl, sacándolos de su pequeña burbuja—, yo estoy seguro de que algo tienen y como dije William, menos de tres meses, de la mitad de noviembre a la mitad de diciembre un mes y a la mitad de enero dos, les tomo un mes menos.

—Ese día en la fiesta de Will, ¿te referías a mí? —preguntó Dipper confundido uniendo los cabos gracias a Xólotl.

—Obviamente, era tan obvio que se gustaban, a ti desde el primer día del club y a Will como tres semanas después, me sorprende que no hayan empezado a salir en las cabañas.

—No sé si sentirme atacado o sorprendido, la verdad —dijo Will.

Dipper rio ante ese comentario.

—¿Entonces desde hace cuándo están saliendo? —Preguntó por milésima vez en el día—, ya no lo pueden negar chicos, la evidencia está ahí, uno ¿por qué no llegaste con Bill? Dos, Mason nos contó cómo llegaron tomaditos de la mano, tercero llevan toda la comida haciéndose ojitos y podría apostar que se están tomando de la mano debajo de la mesa, quinto me llegaron rumores de gente que vio a Dipper rodeando a Will con el brazo mientras caminaban por media escuela, seis a mi chikistrikis se le medio escapo y siete yo nunca me equivoco.

Los dos se sonrojaron intensamente, no era mentira nada de lo que había dicho, en especial porque sí se estaban tomando de la mano bajo la mesa, no entendían como era posible que el chico supiera todo eso.

—Vaya, debo admitir que estoy impresionado —dijo Will.

—Ojalá ese empeño le echarás a la escuela —complementó Bill.

—Bueno, pero no han contestado —siguió ignorando los comentarios de los chicos.

Dipper y Will se miraron, no tenían la intención de mantenerlo secreto, pero molestar a Xólotl lo valía y justo en ese momento, antes de que pensaran en una respuesta inteligente, el timbre sonó indicando que el almuerzo había llegado a su fin.

—¿Entonces? ¿Tengo razón?

Ambos se encogieron de hombros como si se hubieran puesto de acuerdo, sin embargo, cuando se levantaron, no se soltaron las manos y así se levantaron para irse, pero, antes de que pudieran alejarse algo los interrumpió, deteniendo incluso el comentario que Xólotl iba a soltar.

—¡Lo tengo! —gritó Mason emocionado, llamando la atención de todos—, ¡al fin descifre el título del diario!

El alma de Dipper cayó al piso, tenía que estar bromeando, ¿no podía tener ni un día de felicidad? ¿Un dia en donde el maldito diario no lo persiga?

—¿Qué?

—A diferencia de lo que este imbécil sugería —continuo Mason con una sonrisa orgullosa—, estaba intentando descifrar el nombre del título, la llave era Cipher.

—¿Como se te ocurrió? —cuestionó Dipper.

—Will Cipher, duh —contestó sonrojándose un poco, pero trato de ocultarlo para poder explicar las cosas—, en fin, eso no importa, estuve probando con su nombre y finalmente lo tengo, lamentablemente el otro párrafo, el que tiene las iniciales, parece tener otra llave, así que todavía no estamos cerca en eso, pero al menos resolví lo de la portada.

—¿Y que dice? —Preguntó Will.

—El título del diario es... Blue Shakespeare.

[...]

Cuando la ultima hora llegó, Dipper había superado un poco su crisis, no había manera de que eso pudiera incriminarlo a menos de que Will lo usara una lampara UV por su cuenta, puesto que él tenía el diario, así que por ese lado estaba tranquilo.

Así que, después de almuerzo, cuando se había separado de Will y había pasado casi dos horas en su coche queriendo morirse o fumar o desaparecer, había decidido no hacer nada de eso, simplemente se había quedado ahí un rato, tratando de procesar los hechos.

Y que supieran el nombre no significaba nada, cualquier idiota pudo haber pensado en eso, ¿no?

Y, aún no habían descifrado la nota del principio, la cual tenía una llave diferente. Sólo tenía que ser cuidadoso y darse el doble de prisa para recuperar el diario, eso era todo.

Finalmente, cuando el final del día llegó, Dipper decidió relajarse o al menos pretender que lo estaba e ir por Will hasta su salón de clases para que se encaminaran juntos al salón del club, puesto que, debido al cambio de semestre, los horarios también cambiaron y por ende los clubs tenían días diferentes, los que esta vez se le habían asignado al club de lectura eran el lunes y el jueves.

El castaño se encontró con el del cabello azul y se tranquilizó un poco, ahora no era momento de sufrir por el diario, era momento de disfrutar su tiempo con Will y vaya que lo haría. No había pasado tantas cosas como para no hacerlo, ¿verdad?

Así que entre coqueteos juguetones se encaminaron al salón del pseudo club de lectura.

Apenas llegaron Dipper le abrió la puerta a Will como de costumbre, este le sonrió y le agradeció al tiempo que pasaba.

Bill y Mason eran los únicos que estaban ahí conversando con bastante seriedad, pero ambos se detuvieron al instante cuando vieron a ambos entrar, y el rubio no dudo ni un segundo más en levantarse y sentarse lejos del castaño para revisar su celular.

—Ya que sólo estamos nosotros... ¿me voy a poder enterar de que me perdí con ustedes dos? —cuestionó Mason intentando ignorar lo que había pasado.

—¿Bill no te ha dicho? —preguntó Will por inercia.

—No tengo por qué —respondió el rubio de mala gana.

Mason desvío la mirada al escuchar su respuesta, Will quiso cambiar el tema debido a la incomodidad generada por los chicos, pero la puerta lo interrumpió, dejando ver a Xólotl quien simplemente se sentó a platicar con Bill.

Después de un rato, llegaron Mabel y Pacífica, quienes se sentaron juntas en un lado del salón.

Los chicos se pusieron en sus respectivos equipos, aunque realmente ahora parecían más excusas para pasar el rato, puesto que Mabel y Pacífica estaban en todo menos pensando en que podría significar la dedicatoria que Will había incluido en las pistas recientemente... lo único que habían averiguado respecto al tema había sido con una rápida búsqueda en internet, al parecer era una frase de un poema viejo al que realmente no le dieron nada de importancia, especialmente porque se distraían a cada rato coqueteándose o platicando de otras cosas.

Dipper y Will estaban en una situación bastante similar, platicando mientras jugaban con sus manos sutilmente. Por su parte, el otro castaño y el rubio parecían cada uno en su mundo, incómodos, con cierta distancia peculiar entre ellos, Xólotl simplemente estaba perdido en sus pensamientos.

—¿Por qué creen que se llamara Blue Shakespeare? —dijo Xólotl rompiendo el silencio después de una sesión de introspección muy larga.

—Blue por su cabello y Shakespeare por William —contestó Dipper casi por reflejo, ¡eso no era ser cuidadoso!

El castaño quiso que la tierra lo tragase cuando sintió todas las miradas del club posarse en él, entre la mirada curiosa de Will y la mirada asesina de Mabel, no podía decidir cuál era peor y con todo su esfuerzo mantuvo la compostura, aunque ni todo su esfuerzo logro ocultar el rubor que subía a sus mejillas.

—¿Qué? —contestó desviando la mirada—. Creí que era bastante obvio.

—Wow, Gleeful eres un genio —comentó Xólotl—, eso en realidad tiene mucho sentido.

Mabel por otro lado estaba totalmente segura de que su hermano era un idiota.

—Supongo —respondió tratando de disimular.

Todo el tema llamo la atención de Will, como si estuviera teniendo algún tipo de deja vú, sentía que alguien más le había dicho algo de Shakespeare, pero no estaba del todo seguro.

—Llevas rato pensándolo, ¿verdad? ¿Celoso de la competencia? —empezó Xólotl dispuesto a molestarlo.

—¿Por qué tan insistente con el tema Xólotl? —le preguntó Will, haciendo que Dipper se relaje al no tener que contestar a eso—, ¿acaso quieres comprobar si está disponible para invitar a mi- invitar a Dipper a salir?

—Me siento muy atacado por esa implicación Will, no por ser bi significa que estoy detrás de todos, sólo soy chismoso y quiero saber si me van a pagar mis 10 dólares porque fueron menos de 3 meses, segundo, ¿por qué tan a la defensiva? ¿Celoso? Y tercero, ¿ibas a decir mi Dipper o mi novio? Y no trates de negar lo último porque no hay manera en la que te puedas salir con la tuya —le respondió con una sonrisa de oreja a oreja.

Dipper río ante eso, él igual lo había notado y por dentro estaba muy feliz de aquel error del chico.

—Saben ahora que lo pienso, entonces no hay heteros en el club —interrumpió Mabel, tratando de desviar la reciente atención hacia su hermano, en un intento de ayudarlo.

—Deberíamos cambiarnos el nombre al LGBT+ club en vez del de lectura, hay más homosexualidad que libros —bromeó Pacífica haciendo reía a más de uno de los presentes.

A excepción de dos.

—No olviden que Mason es hetero —se burló Dipper, tratando de molestar al castaño como de costumbre.

—Así es —respondió incómodo.

Pudo sentir la mirada del rubio clavarse en él, pero trató no prestarle atención.

—¿Entonces van a decirlo o van a negarlo como Mason y Bill? —insistió Xólotl, dispuesto a obtener su respuesta sí o sí.

—Pues... —empezó Will, mientras Dipper le tomaba la mano.

Mason quiso no responder ante la pésima broma del chico, trato fuertemente de no decir nada e ignorarlo, seguir con la conversación y no permitir que el tonto comentario de Xólotl lo afectará, pero simplemente no pudo.

—Yo no estoy negando nada —replicó Pines arrepintiéndose al instante, apretar los labios con fuerza queriendo regresar las palabras a su garganta, pero ya era demasiado tarde.

Bill lo miró con decepción, un inmenso dolor y más grande aún, un extremo cansancio que se alcanzaban a ver perfectamente en sus ojos.

—¿Puedes parar con eso? —Se metió el rubio por primera vez, con el agobio presente en su voz—. Mason tiene razón, no puede ocultar una relación que no tiene.

El castaño lo miró asustado, esa era la primera vez que el rubio reaccionaba así y sus palabras no hacían nada más que dejarlo inquieto, en especial lo último que había dicho.

—Bill yo... —balbuceó torpemente.

El menciono tomó una bocanada de aire antes de mirar a Mason seriamente, quien lo veía con una confusión, con una expresión llena de desesperación y arrepentimiento, suplicando con los ojos de manera silenciosa que no lo haga.

—¡Bill nada! —exclamó el rubio bastante sofocado—, ya estoy harto de esto Mason, ya estoy harto de que esto no mejore, estoy harto de estar atrapado en la misma situación una, y otra, y otra vez después de esa.

El mayor de los Cipher se detuvo unos segundos asegurándose de mirar directamente a los ojos del castaño antes de decir lo siguiente.

—Tú sabes que te amo —dijo con la voz entrecortada—, pero no puedo más con esta mentira, simplemente no puedo más. He entendido que se lo ocultemos a todo el mundo, puedo entender que me niegues frente a la escuela, y puedo entender todo lo que me dijiste, porque lo haces y de verdad que lo entiendo, y no tendría ningún problema en seguir haciéndolo hasta que tu estuvieras listo y te sintieras seguro, pero no entiendo, ni aguanto más que lo hagas frente a nuestros amigos, te puedo asegurar que todos lo saben, o mínimo lo sospechan, e incluso si no fuera así, por dios, Paz lo acaba de decir, somos el club LGBT, nadie aquí te va a juzgar, ni hoy ni en un millón de años, y lo sabes, lo peor de todo es que lo sabes y sabes lo horrible que me haces sentir cada vez que lo niegas frente a nuestros amigos, sabes que al negarme lo único que haces es lastimarme una y otra vez innecesariamente, y yo... no puedo más con esto...

—Yo... —empezó el castaño tratando de buscar palabras para expresar lo que quería, lo que necesitaba decir, pero no podía.

—Terminamos —soltó Bill finalmente, sintiendo como por primera vez en meses podía respirar.

Por el contrario, Mason sentía como el aire dejaba de llegar a sus pulmones, eso no podía estar pasando, todo debía ser otra de sus pesadillas recurrentes, debía ser algún ataque de ansiedad mostrándole cosas que no eran ciertas, algo, lo que fuera que hiciera que esas palabras no fueran verdad, no fueran reales, Bill no podía estar diciéndole eso.

El resto del grupo parecían no querer moverse, ni respirar, ni mucho menos decir algo en esos momentos, todos parecían estar preguntándose si habían escuchado correctamente, si era verdad que estaban viviendo esa escena en carne y hueso.

Bill se esperó unos segundos, viendo fijamente los ojos castaños frente a él, como esperando que este dijera algo, rogando muy dentro de su ser que dijera lo que necesitaba oír, pero cuando eso nunca pasó simplemente suspiró con cansancio, se enderezó y se fue del salón.

Nadie sabía qué hacer, pero cuando vieron a Mason salir corriendo del salón la burbuja que los rodeaba y conmocionaba se rompió. Will fue el primero en reaccionar, sabiendo que es lo que tenía que hacer.

—Voy a ir a buscar a mi hermano —le dijo a Dipper con cierta pena en sus ojos.

—Sí, ve —respondió aún bastante aturdido.

Will salió con rapidez de la habitación en busca del rubio, nadie más pareció querer decir algo, pero Dipper no podía sacarse de la cabeza algo.

—¿Estaban saliendo? —cuestionó el castaño, más para sí mismo que para la audiencia.

Su hermana lo miró con incredulidad.

—A veces creo que eres más idiota que Xólotl —dijo solamente antes de seguir—; lo que me recuerda...

Dipper pudo escuchar como Mabel regañaba a Xólotl, preguntándole cómo era posible que nunca se callara, pero no podía prestarles atención, su cuerpo parecía estar actuando por su propia cuenta, llevándolo fuera del club y en camino hacía los pasillos de la escuela, pero cuando se dio cuenta de lo que estaba haciendo ya estaba en busca del castaño.

Tras varios intentos en otros lugares, al entrar a uno de los baños lo encontró, Mason se encontraba tratando de respirar, de llevar algo de oxígeno a su cerebro, pero el llanto y la desesperación le impedían hacerlo, nada de lo que intentaba funcionaba, ¿por qué tampoco podía hacer algo tan fácil como respirar? ¿Acaso tenía que arruinar eso también?

—Hey... —soltó con suavidad Dipper, tratando de avisar con gentileza su presencia.

Al parecer había funcionado, porque cuando Mason se encontró con el chico, no dudo ni un sólo segundo en correr a abrazarlo.

—Ya, está bien —dijo tratando de darle su apoyo lo mejor que pudo—, aquí estoy.

Dipper podía sentir el cuerpo tembloroso del castaño abrazándolo y no se sorprendió ni un poco cuando notó como su propio cuerpo había decidido corresponder el abrazo del más pequeño.



Holaaaa

Como dije en el capitulo anterior, realmente estamos haciendo lo que podemos para salir de hiatus jaja, pero tengo fe de que será así porque extrañamente tengo más tiempo libre y además, tengo la inspiración a tope.

Entonces, ¿que les pareció? Se que todo es flores y amor hasta el final, pero ya era necesario un poquitin de drama jaja

Pronto vendrán más explicaciones de algunas cosillas, así que quedense al pendiente.

Y bueno, sólo quería pedirles que le manden sus buenos deseos a mi gatito, se llama Xolotito y esta enfermito, Tania y yo estamos haciendo de todo para que se mejore y agredeceríamos los buenos deseos.

Y, finalmente, ¿no son la cosita más bella Dipper y Will enamorados, coqueteandose y felices?

-La novia de Lisa y la novia de Jean (sí estamos enamoradas de las amiguis de Mondstadt)

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