Primera reunión.

—Entonces... supongo que debería explicar las reglas que tendremos —habló William con timidez.

La primera reunión de aquel particular club había iniciado y para ser honestos, era evidente que los chicos ahí presentes no eran los mejores amigos del mundo. La incomodidad podía sentirse plasmada en cada centímetro de la habitación.

Cuando todos entraron al salón de lectura, cada uno se acomodó en una de las múltiples sillas que se encontraban ahí, y Will se dispuso a empezar y establecer ciertas... reglas.

—¿Reglas? —Preguntó el mayor de los Cipher—, creí que íbamos a leer y hacer chistes.

—¿Qué? —le preguntó su hermano confundido—. ¡No! Eso es exactamente lo opuesto de lo que vamos a hacer.

—Le quitas lo divertido a todo —dijo el rubio cruzándose de brazos.

—A lo que iba... —continuó mientras rodaba los ojos—, esto... supongo que no es del todo convencional, pero como me imagino que todos sabrán, es para devolver un objeto perdido.

—En realidad, a mí nunca me dijeron de qué va todo esto —dijo el castaño con seriedad, tratando de fingir demencia—, a mí sólo me pidieron el salón.

—Eso es cierto —dijo Bill antes de preguntar—, ¿qué hace Gleeful aquí?

—Soy parte del club de lectura y si quiero estar en el salón puedo estarlo, Cipher —contestó con brusquedad—, la verdadera pregunta aquí es ¿qué haces aquí?

—Estoy ayudando a mi hermano, inútil —respondió con la misma actitud—, ahora cállate y déjalo hablar.

Will soltó un suspiro de frustración.

—Como iba diciendo... para los que no saben, el otro día encontré esto —dijo sacando un libro de color azul, con algunos grabados en dorado y unas letras en una fina caligrafía escritas en la portada, que parecían aleatorias—, es un diario.

—¿De quién? —Preguntó Dipper, mientras sentía cada parte de su piel erizarse.

—Esa es la cuestión —le respondió Will—, no sé de quién es, no tiene nombre o algo por el estilo, además de que algunas partes parecen estar cifradas y no hay mucho que decir del diario, además de que —el chico se sonrojó fuertemente antes de continuar—, que la persona que lo escribió... está enamorada de mí.

Dipper sintió su corazón caerse al piso en ese momento y su estómago contraerse con fuerza, entonces ya no podría decir que era suyo y llevárselo como si nada, Will sabía que el dueño tenía sentimientos por él y eso sólo quería decir que lo había leído... la pregunta era: ¿qué tanto?

Los nervios invadieron su interior, pero se mantuvo ahí con su expresión seria, el ceño fruncido, y las piernas y los brazos cruzados.

Toda su expresión corporal gritaba seriedad y negación.

Por dentro se moría.

—¿Y eso como lo sabes? —Preguntó el otro castaño sentado junto al rubio—, digo, ¿lo leíste?

—No exactamente —contestó el chico aun ligeramente ruborizado—, abrí el libro para buscar un nombre y poder devolverlo, pero cuando lo abrí sólo me encontré con un fragmento... y sí, estoy seguro de que se trata de mí y que no lo estoy imaginando, dice y citó: "William Cipher realmente me gustaba y eso me aterraba... y me consumía por dentro.".

—Eso es demasiado especifico —dijo Mason.

—También es intenso —dijo Pacífica—, digo "consumirse por dentro" es bastante pasional.

Dipper trataba de contener todo el sufrimiento interno que estaba teniendo en ese momento.

Eso no era algo que alguien debía leer... ¡menos comentar! Eran sus pensamientos más profundos y ridículos, él solo deseaba que se terminara su tortura.

—Entonces, si el libro tiene cosas sobre ti —dijo Bill apartando la vista del castaño junto a él—, me imagino que debe haber algo entre las páginas que te digan quién es, ya sabes... como momentos que compartieron o situaciones en específicas, si lo lees podrías saber de quién es.

—Lo sé —dijo Will.

—A menos que sea un acosador que nunca te ha hablado en la vida —comentó Xólotl, pero todos decidieron ignorar su comentario.

—¿Pero? —Pregunto el rubio, conocía lo suficiente a su hermano como para saber a dónde se dirigía con eso.

—Pero Will no quiere invadir la privacidad de la persona —le respondió Pacífica.

—No creo que sea invasión de la privacidad si habla sobre ti —dijo Bill—, tienes como el 50% de derechos de leerlo.

"Cierra la maldita boca" Pensó el menor de los Gleeful.

—No, no tengo el derecho de leerlo —dijo Will y Dipper no puso sentirse más aliviado—, ninguno aquí lo tiene y lo dice textualmente: "Sólo espero que nunca nadie encuentre esta cosa y la lea..."

Gleeful estaba analizando todo lo que estaba pasando, al menos sabía que había leído la primera hoja... al menos la primera visible, lo cual quería creer que no decía demasiado.

—Bill tiene razón, sería más fácil que lo leamos y ya, así sabríamos quien es —dijo Xólotl.

—No es por ser grosera, pero ¿a ti quien te incluyo en esto? —Preguntó Mabel.

—Ehh... ¿yo? —Respondió el chico como si fuera lo más obvio del mundo.

—El punto aquí es que no lo leeré, ninguno de nosotros lo hará —dijo Will mirando a su hermano, sabiendo a la perfección qué es lo que diría, Bill cerró la boca rendido—. Miren, lo único que quiero es devolver esto, la persona que lo haya escrito debe estar buscándolo y teniendo los nervios de punta, ¿se imaginan perder algo así? No me interesa saber qué está escrito aquí porque no tengo la autorización para leerlo.

—¿Qué tal si lo dejo ahí para que encontraras y leyeras porque no tiene el valor de decírtelo? —Preguntó Mason—, digo, ¿no es demasiada coincidencia que precisamente tú lo encontrarás?

"Maldita sea Pines..."

—Si la persona hubiera querido que lo leyera hubiera dejado una nota o algo, ¿no? A menos que haya aparecido mágicamente en la mochila de Will, dudo que esa persona se lo haya dejado porque sí, y lo más seguro es que esa persona tiene la peor suerte del mundo —dijo Mabel, intentando ayudar a su hermano, quién estaba paralizado por los nervios—. ¿Dónde lo encontraste?

—En la biblioteca —respondió Will.

—¿En la biblioteca? —Preguntó Dipper, regresando finalmente a la conversación.

—¿Y por qué no le preguntas al bibliotecario? —habló el otro castaño.

—Lo hice y me lo devolvió —explicó el chico parado delante de todos—, él fue quien se dio cuenta que era un diario.

—Yo digo que lo leas —dijo Xólotl—, el que se lo encuentra se lo queda.

—No, no es así... no tengo el permiso explícito de leerlo, nadie de aquí lo tiene ¿alguna vez han escuchado hablar del consentimiento? Si no te dicen que sí, es un no... en ninguna parte dice que sí lo puedo leer, así que, si quieren ayudar tienen que tener muy en cuenta eso... la regla número uno es que nadie lo puede leer.

—¿Y cómo vamos a averiguar de quién es? ¿Por el titulo? —dijo Pacífica.

—No —respondió—, cómo leí la primera página en busca de algún nombre o algo y no creo que haya nada demasiado extremo en ella, esa es la única parte que podremos leer y sacar pistas de ahí... en todo caso de que nos quedáramos en un callejón sin salida por mucho tiempo podremos considerar tomar en cuenta la segunda y así, ¿está claro?

—Para eso vamos a leerlo de una vez y ya.

—¡Que no! —Will alzó la voz, sorprendiendo a todos menos a los rubios—. Quiero devolver el libro con la menor invasión de privacidad posible, ¿de acuerdo?

Dipper adoró cada instante de ese momento. Will realmente era cautivador.

—Sí capitán —se burló su hermano.

—Tambien hay una primera página —continuo Will, ignorando al rubio—, pero es texto cifrado, evidentemente.

—¿Qué dice? —Preguntó Mason—, déjame ver.

"Xtfpahm Mmhwir jmfxjvw oalms hmdf yo nbmuv awetai.Y, gsecce vlcsv iji ejs fcu pg bnsgg fye jectu gwytovsbinki ep yp.Hlry ikd weimb fhe elndmjp.Wasmb boi llnse mc leiqbyi -yfv bkwlprtv metixs-, zalms fye yectuqgz ecxsss ee pbd gmktac gdpwej hvcurll 10 axsk, eirf rvywe zhbseedw hrfmlxs ebcrs.Q, hebze ulgfaln, ayw tp tvrjl fsk vjyw epw hvvnzmsk f deputw qli klgek oalms kmsks fy upybior wc xoue nt pmvh.Povg hsbii uzxs wzo, cetxe qli fdneth tyxsa c pvvetxeelndi wcemfvboi hw ll.—NK" 

Estaba junto a una dedicatoria, "For beauty lives with kindness", que parecieron ignorar.

—Bueno, lo de abajo parecen iniciales —Dipper se preocupo ante ello—, sin embago, debe estar cifrado como el resto del texto, así que ni me molestaría en intentar con eso hasta que lo resolvamos.

El castaño se relajo, no había manera de que descifraran eso, sin tener que descifrar el título primero, sintió un poco de alivio en su ser, porque además las primeras páginas no eran tan delatadoras... creía.

—De acuerdo —le respondió su hermano sacándole la lengua.

—Lo siguiente, es que el único objetivo de hacer esto, es devolverlo... NADA más, no bromas, no burlas o comentarios despectivos, ni uno sólo —continuo el menor mirando a Bill y a Xólotl.

—¿Lo dices por nosotros? —Preguntó ofendido Xólotl.

—Sí —contestó Will.

—Nosotros nunca hacemos nada malo —dijo Bill.

—Si lo hacen estarán vetados, ¿les quedo claro? —le preguntó el chico a su hermano.

—Está bien...

—Eso va para todos —continuó Will—, pero creo que con los demás no es necesario la advertencia.

—Oíste Mabel —dijo la rubia.

—Me ofendes, ya te dije que me tomó esto con seriedad —respondió su novia.

—¿Entonces seremos como un club de detectives reuniendo pistas para devolver el diario? —Preguntó Xólotl.

—Exacto —Will le sonrió—, ¿alguna pregunta?

—¿Puedo ir al baño? —preguntó el de cabello negro.

—Pues sí quieres —contestó el menor de los Cipher.

—No, no quería, solo quería saber —respondió finalmente.

—Bueno... —empezó Will—. ¿Alguna otra pregunta?

—¿Como vamos a empezar? —Cuestionó Mason.

—Reuniendo todas las pistas que podamos de lo que tenemos —dijo Pacifica.

Dipper debía admitir que se sentía demasiado conmovido con la reacción de Will con respecto al diario, y con sus reglas... incluso sin saber que era de él, lo estaba protegiendo.

Aunque claro, lo haría por cualquiera.

—Gleeful —le llamó el otro castaño—, has estado muy callado, ¿todo en orden? —preguntó burlón.

—No Pines, simplemente me parece que tienes que ser bastante estúpido para perder algo tan personal como eso, eso es todo —soltó de mala manera, tratando de disimular.

—Los accidentes pasan... todos hemos podemos cometer errores... no deberías ser tan duro —le dijo Will.

Y su ser entero se derritió ante eso.

—Como sea —replicó cruzándose de brazos—, entonces... ¿por dónde empezaremos?

—Deberíamos establecer que días vamos a reunirnos para esto, ¿no? Porque no creo que nos veamos diario —dijo Bill mirando mal a Dipper.

—Yo pienso que martes y jueves, después de clases, además de que son los días que supuestamente tenemos el club de lectura de igual manera... a menos que solicitemos más, pero creo que con esos dos bastará —habló el castaño sentado junto a Bill.

—Mabel y yo salimos temprano los martes —dijo Pacífica.

—Cielo, podemos esperar juntas.

—De acuerdo —respondió la rubia.

—¿Todos de acuerdo? —todos confirmaron de distintas maneras—, bien... estamos listos con eso.

—¿Qué más? —preguntó Bill.

—¿El libro está escrito a mano? —cuestionó Mason.

—Sí —contestó Will.

—Ahí tenemos una pista —continuo el castaño—, podemos buscar quién tiene la letra así.

Dipper se juraba que un día iba a matar a Pines por todo eso.

—Pero para esto tendríamos que compararla... a menos que alguien la reconozca —dijo Mabel.

—Podemos compararla en las firmas de los anuarios del año pasado —dijo Xólotl.

El castaño más alto se relajó, no había firmado ningún anuario, así que no se delataría así.

—Bien, ¿quién es quien tiene más firmas?

—Bill y Xólotl tienen un montón... ¿no? —dijo Mabel, puesto que sabía que no había forma que Dipper hubiera firmado esos—. Sino tienen todas tienen una gran parte de firmas de la escuela.

—Cierto.

—Tráiganlo para el jueves —les pidió Will.

—De acuerdo capitán.

—¿Y por qué no revisamos el anuario de Will? —dijo Mason.

—Porque ya lo hice, en mi casa y ninguno coincide —comentó Will.

Es cierto, Gleeful había puesto únicamente su firma en el anuario de Will y no se parecía a su caligrafía, así que eso lo dejaba tranquilo.

—¿Algo más?

—Supongo que... debería leerles la página... para ver si encuentran un dato o algo que sea útil y que yo haya pasado por alto.

Dipper no quería escuchar eso, el solo quería morirse.

«No era un secreto que William Cipher era lindo. Todo el mundo era consciente de que el hermano menor de Bill el supuesto "galán de la escuela", era lindo. Adorable, tal vez. Nada fuera de lo ordinario. Muchísimas personas en el mundo eran consideradas "atractivas", el concepto era realmente bastante subjetivo en sí, así que, técnicamente Will no era nada excepcional, era cierto que a lo largo del tiempo había tenido a un par de chicas tras él, de las cuales él era completamente ajeno a esto, además de que su odioso hermano tenía más.

Mason hizo una mueca al escuchar lo último, eso era cierto, el rubio tenía un montón de chicas tras de él, cosa que no le encantaba.

Sin embargo... yo consideraba que Will era verdaderamente especial.

Y no sólo por su extraño cabello azul... había algo en todo él, desde aquellos ojos azules, que te cautivaban, aunque no sabía si era por la amabilidad o la dulzura que siempre tenía plasmada en ellos hasta la dulce sonrisa que tenía cada que lo miraba... y lo peor era que no acababa ahí, también estaba la gentileza con la que trataba a todo el mundo, una gentileza que se sentía sólo con estar en la misma habitación que él o tal vez simplemente se debía a que era la persona más buena que conocía, pero me tenía completamente bajo su encanto.

Me gustaba Will.

Más de lo que alguna vez podría decir en voz alta. O incluso escribir aquí. William Cipher realmente me gustaba. Y eso me aterraba y me consumía por dentro. Quería decirle cada día desde que me di cuenta de ello, decirle de mis sentimientos y tal vez así, liberarme de ellos, pero eso, hubiera sido demasiado estúpido.

Es por eso por lo que, mi hermana me dijo que hiciera esto, y así dejar de tener todos estos sentimientos contenidos dentro de mí.

¿Y qué mejor manera de desahogarme sin arriesgar mi orgullo?

Así que aquí estoy, escribiendo en un estúpido libro decorado, mis estúpidos sentimientos hacia el estúpido, lindo y amable chico de cabello azul que consumía mis pensamientos desde hacía años... inclusive a mis terribles esfuerzos por enamorarme de alguien más.

Así que sólo espero que nunca nadie encuentre esta cosa y la lea... y que esto no sea tan patético como creo que es».

Lo era.

Dipper estaba seguro de que era incluso máspatético de lo que pensaba.    

¡Actualización de San Valentín!

Probablemente mañana actualicemos algún otro fic... 

¿Qué les pareció el capítulo? Les queremos.

Atte. Karla y Tania.

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