Nieve.

Will tenía un muy mal presentimiento.

La última semana había sido particularmente extraña, Pacífica había estado sobre de él, haciéndole mil y un más preguntas acerca de lo que le había confesado el primer día de clases, especialmente cuando Dipper y él habían vuelto a hablar con suficiente regularidad como para hacer tareas y una que otra broma... no era como se llevaban en las cabañas, en donde las conversaciones tenían un nivel más profundo y eran más íntimas, pero al menos ahora hablaban y mucho, y no sólo en la escuela sino que incluso se había encontrado algunas tardes hablando por teléfono con el castaño.

Sin embargo, no podía quitarse del pecho el presentimiento de que algo grande iba a ocurrir, y conociendo su suerte seguramente sería algo malo.

No podía explicarse lo nervioso que se sentía, tal vez porque era la primera vez que vería a Dipper fuera de la escuela y si algo había aprendido en los últimos meses era que siempre que salían en grupo, inevitablemente terminaría a solas con él... involuntaria o voluntariamente (usualmente era voluntario), y siempre, absolutamente siempre terminaban en situaciones comprometedoras, lo cual no era necesariamente malo, pero honestamente temía mucho lo que pudiera pasar.

Sentía que llevaba mucho tiempo guardándose sus sentimientos por él... bueno, tal vez no tanto, un par de meses a lo mucho, pero para él era demasiado, especialmente cuando tenía a Dipper tan cerca de él, era imposible querer decirle y que lo rechazara de una vez por todas, y pudiera seguir adelante... o que en el remoto, pequeño, poco probable caso... ¿él sintiera lo mismo?

Negó con la cabeza, despejando esa idea, no debía hacerse ilusiones.

—¿Vas a venir? —le preguntó su hermano, sacándolo por completo de sus pensamientos y Will asintió.

—Sí, ya voy —dijo bajándose del automóvil.

Dicho eso, él menor siguió a su hermano a través de la calle, quien trataba de no resbalarse en el piso , el cuál estaba ligeramente cubierto de residuos de nieve, puesto que durante los últimos días había nevado ocasionalmente y ese día no había sido la excepción, a pesar de que desde que había salido de su casa no había nevado, sabía que en cualquier momento podría pasar.

El rubio y él habían llegado a donde Mabel les había dicho que se verían, sabían que eran los últimos en llegar y Will se sentía parcialmente culpable por ello, pero no había podido evitarlo y se había tomando un poco más de tiempo arreglándose, después de todo si iba a pasar algo horrible podría verse decente mientras lloraba.

Seguía intentando hacer bromas estúpidas en su cabeza para quitarse la sensación que tenía, que sólo podía describir como nervios... aunque sentía que la palabra le quedaba corta.

Cuando finalmente cruzaron la calle, llegaron a un pequeño restaurant bar, del lugar podía escucharse ruido, pero decidió no darle mucha importancia, especialmente porque en la entrada se encontraba el resto de sus amigos, algunos más irritados que otros.

—Ya era hora —soltó Mabel cuando los vio llegar.

Bill rápidamente saludo a Mason, quien le sonrió tímidamente, Will simplemente saludo a todos, buscando a Dipper con la mirada, pero no lo encontró.

—Perdón —le dijo finalmente a la castaña.

—No importa, pero necesitaba que estén todos para pasar.

—¿Y tu hermano? —preguntó Mason.

—Está adentro —dijo con despreocupación—, ¿entramos?

Will se quedó en silencio, sintiendo su estómago contraerse, al menos eran unos segundos más en paz con su pulso estable antes de encontrarse con él.

Una vez dentro, el ruido se intensificó, pero de nuevo, Will tenía cosas más importantes de las cuales preocuparse, para empezar: debía actuar natural; el resto de los chicos caminaron hasta donde estaban las mesas acercándose más a la fuente del ruido, que ahora podía reconocer con claridad: era música.

El lugar tenía luz tenue y honestamente era muy lindo, había un par de mesas vacías, una de las chicas que evidentemente trabajaba ahí saludo a Mabel cuando la vio.

—Pensé que no iban a llegar —le dijo con complicidad.

—Tuvimos un retraso —respondió la castaña quitándole el peso al asunto—, ¿está lista la mesa que pedí?

—Por supuesto —la chica le sonrió de vuelta, con cierta complicidad que pareció desconcertar a la rubia.

—¿Celosa? —le preguntó en un susurro a su amiga, quien sólo rodó los ojos y le sacó la lengua de una manera infantil.

Mientras la chica comenzaba a guiarlos hasta el origen de la música, Pacífica tomó del brazo a Mabel, quien soltó una risita, entendiendo claramente el actuar de su novia. Probablemente porque se encontraba perdido en sus pensamientos Will decidió caminar un poco más lento quedando al final del grupo.

La música se intensificó y notó la fuente de ella, había una banda tocando música en vivo en un pequeño escenario la cual estaba logrando cambiar la expresión de todos sus amigos, especialmente con los sonidos de sorpresa que emitieron, uno a uno... desde su amiga, hasta su hermano.

Y fue ahí cuando lo vio.

«And autumn comes when you're not yet done...»

En la cima del pequeño escenario... estaba él.

«...with the summer passing by, but...»

Aparentemente el chico que estaba cantando aún no había notado la presencia de los chicos que acababan de entrar ya que estaba demasiado concentrado en su canción, que parecía llegar al clímax de la misma.

«...I don't think I could stand to be...»

La música subía de volumen y Will sentía que no podía moverse, y peor aún, no podía apartar su mirada del chico.

«...where you don't see me.»

Una oleada de emociones lo recorrieron, sintió su piel erizarse en la parte trasera de su cuello, y su estómago revolverse con aún más nerviosismo, mientras la banda seguía tocando y el chico movía la cabeza al ritmo de la música.

Dipper era el vocalista principal del pequeño grupo que estaba tocando.

La canción terminó y el chico finalmente miró hacia al frente, y por un segundo se le borró la sonrisa, notando por primera vez al grupo que recién había llegado, de inmediato miró a su hermana ligeramente irritado, y ella le sonrió ampliamente mientras le saludaba con la mano con algo de burla.

—¿Sabías de esto? —le preguntó Bill a Mason, evidentemente divertido.

Will no escuchó la respuesta, puesto que en ese momento Dipper lo miró, sus miradas se encontraron por un breve momento, pero fue suficiente como para que el más bajo sintiera que podría derretirse ahí mismo, no pudo con la presión y apartó la mirada con rapidez.

—Muchas gracias a todos los que nos han acompañado esta noche —dijo el castaño, desviando la mirada del menor de los Cipher—, este será nuestro último número de la noche.

Xólotl le silbó al chico en el escenario mientras empezaba la música y este rodó los ojos.

—No te pongas celoso, Will —le dijo el de cabello oscuro al chico con burla—, él sabe que es de tu parte.

Will se sonrojó ante eso, ¿a qué se refería con eso?

«I just sort of always feel sick without you baby»

Dipper evitó con todas sus fuerzas mirar a Will mientras cantaba los siguientes versos, intentando concentrarse, ¿pero cómo podría?

Él nunca había creido en el destino, pero definitivamene creía en la mala suerte, especialmente porque la suya definitivamente debía ser la peor... ser hermano de Mabel, esa fue la primera de sus desgracias, porque estaba seguro que todo esto era obra de ella.

Apartó la mirada del público al tiempo que intentaba concentrarse en su número, que para su mala suerte era una canción de amor... o algo así, de saber que el resto del club estaría ahí, seguramente habría cambiado todo el setlist... o cancelado toda la presentación, y realmente no quería sonar cursi, pero con su presencia aquí, era imposible no pensar en Will mientras cantaba.

Y eso definitivamente no era bueno.

«Ain't I fallen in love?»

Tampoco quería sonrojarse en frente de las personas que lo veían, pero tampoco pudo evitarlo.

A este paso Will sabría que estaba enamorado de él para la media noche...

Definitivamente iba a vengarse de Mabel.

Dipper decidió que se concentraría en eso luego, ahora debía terminar su número, así que intentó concentrarse en tres cosas: continuar con su presentación, no desafinar y definitivamente NO MIRAR A WILL.

Will por otro lado no podía apartar la mirada, se veía tan confiando, tan artístico, tan jodidamente irresistible.

—¿Necesitas una cubeta? —le preguntó la rubia en un susurro mientras el castaño seguía cantando.

—¿Para qué? —preguntó desviando la mirada.

—Para toda esa baba —respondió con sorna.

Will se sonrojó nuevamente... él no... no estaba babeando.

«Baby we ought to... fuck»

Bill y Xólotl soltaron una carcajada, mientras que Mabel y Mason le gritaron un "woo" burlón, Dipper intentó contener una sonrisa y un sonrojo incómodo ante la inmadura reacción de sus amigos.

«It's love like a tongue in a nostril, love like an ache in the jaw...»

Will intentó recordarse lo que ya sabía: "Dipper estaba fuera de su alcance, no era momento para empezar a ilusionarse".

El castaño no pudo más... y lo miró.

Por un momento, sintió que nada más estaban ellos dos en ese lugar y no pudo evitarlo... canto cada palabra del último verso, mirándolo únicamente a él.

«You're the first day of spring with a septum piercing, Mister Sweet Dreams, TN»

¿Por qué había cambiado la última oración? Se preguntó Dipper mientras terminaba la canción, y la respuesta era clara: porque obviamente era idiota y aparentemente quería que lo descubran.

Se dio un golpe mental y se dijo a sí mismo que: no volvería a cantar cerca de Will, realmente le hacía tomar decisiones estúpidas.

El menor de los Cipher miró al castaño y su corazón palpitó con rapidez... "Dipper estaba fuera de su alcance"... se repitió por milésima vez, incluso si había una pequeña voz en la parte de atrás de su cabeza que le decía que tenían algo y que todos los momentos que tenían no eran algo que sólo él sentía, pero no podía evitar escuchar la voz más alta gritarle que ponga los pies en la tierra y que recordará que eso no iba a pasar.

Pero aún podía mirarlo... y hablarle... y decirle que había sido una presentación maravillosa, ¿verdad?

—¿Quién diría que el robot cantaría canciones de amor? —bromeó Bill, golpeando ligeramente a su hermano.

—Estoy bastante segura de que es un setlist —dijo Mabel, en defensa de su hermano, intentando protegerlo de él mismo.

—Igual, es curioso —continuó Bill, encogiéndose de hombros—. No creí que tuviera en él... eso para poder cantar algo así.

—¿A qué te refieres? —preguntó su hermana a la defensiva.

—Sentimientos —contestó sin más el rubio—, incluso parecía que estaba enamorado.

Mabel lució preocupaba por un instante.

—Duh, es parte del acto —dijo la castaña con excesiva obviedad grabada en su voz, tal vez no había sido tan buena idea traerlos.

Mientras los chicos continuaban con su plática, Will no podía despegar los ojos de Dipper. Su voz inundaba sus oídos incluso aunque había terminado y una sensación cálida se extendía por todo su estómago.

Dipper nuevamente miró a Will, y por un momento quiso creer que la canción era para él.

—Gracias por su atención, que disfruten el resto de su velada.

La música paró, y se escucharon unos breves aplausos del resto del publico, mientras que sus amigos aplaudieron y vitorearon a todo pulmon, incluyéndolo.

Dipper le sonrió a Will desde el escenario, y bajó por un costado junto al resto de su banda, que el menor apenas notaba que se trataba de dos chicas y otro chico a quienes no conocía. El castaño se despidió rápidamente de su banda y caminó hasta donde estaban ellos, Will notó como Mabel estaba cerca del castaño e hizo su camino hacia ellos.

—Eres una maldita —le dijo con severidad al tiempo que abrazaba a su hermana.

—Suéltame —le contestó Mabel apartándolo de ella—, estás todo sudado.

—Es el precio del arte —bromeó mientras la chica le rodaba los ojos—. Además, creo que me lo debes.

—Me lo agradecerás un día —le susurró mientras el menor de los Cipher llegaba con entusiasmo.

Will abrazó al castaño sin pensarlo, el otro chico lo rodeó por reflejo y lo abrazó con fuerza aunque se veía algo confundido por la repentina acción del chico y ambos se quedaron así por apenas unos segundos, hasta que se dieron cuenta de que su abrazo había tardado un poco de más y se separaron sonrojados, con todas las miradas de sus amigos clavadas en ellos.

—Lo hiciste muy bien —le dijo Will, intentando disimular—, ¿por qué no me habías dicho? —mientras le daba un golpecito juguetón en el hombro.

Dipper soltó una risa.

—Porque no quería que eso pasara —contestó señalando al resto de sus amigos que se habían hecho a un lado para darles espacio.

—Oh —contestó Will—, eso tiene sentido, aun así pudiste decirme.

—No hubieras podido guardar el secreto —le dijo burlón.

—¡Claro que sí! —replicó a la defensiva.

—Odio estar del lado de Gleeful —dijo Bill, metiendose a la conversación—, pero eres TERRIBLE guardando secretos.

—No es cierto —respondió ligeramente ofendido y Dipper soltó una risa que sólo tenía cuando estaba con él.

El menor de los Cipher estaba increíblemente nervioso, pero no podía evitar llevarse así con Dipper... había llegado tan lejos como para alejarse por su mal presentimiento al fondo de su mente.

Así que simplemente se comportaría como lo había hecho la última semana, enterrando su temor de ser rechazado por lo que quedaba de la noche.

—Veo que trajiste a todo mundo —le comentó a su hermana, acercándose al resto del grupo—, lástima que no hacen descuentos a excursiones escolares.

—Tan carismático como siempre —comentó Xólotl.

—Te traje algo para que te cambies —le dijo su hermana—, vamos a cenar aquí, ¿te nos unes?

—Supongo que no tengo otra opción —contestó algo divertido—, hay una mesa por ahí lo suficientemente grande para todos, iré a cambiarme y ver unas cosas con los chicos y los veo ahí —respondió tomando la ropa que le dio su hermana y se fue.

—¿No le dijiste que íbamos a venir? —le preguntó Will a Mabel.

—Por supuesto que no, Willy —le respondió con diversión—, de ser así, probablemente hubiera cancelado.

Pacífica rió ante ese comentario, mientras comenzaban a caminar hasta la mesa que era de hecho la que Mabel había "reservado" para ellos, era una mesa alargada, con 4 sillas de un lado y 4 del otro.

Su hermano y Mason fueron los primeros en sentarse, uno al lado del otro, obviamente. Xólotl se sentó junto al rubio y del otro lado Mabel y Pacífica se sentaron junto a Will.

—¿Por qué no vino tu hermana? —le preguntó la castaña a Mason.

—¿Por qué importa? —inquirió.

—Porque me agrada más que tú —respondió con una sonrisa—, además, yo pregunté primero.

—Cada día entiendo más a lo que Dipper se refería con que eres imposible —soltó el castaño sentado junto a Bill—, pero si tanto te importa, está castigada porque Xólotl y ella llegaron tarde la semana pasada.

—¡Fue un malentendido! —aclaró Xólotl—, además...

Will se desconectó por completo de la conversación, no podía dejar de pensar en la mala sensación que tenía, todo estaba yendo bien... después de todo, ¿qué tan malo podría ser? Tal vez, estaba exagerando... como siempre.

Unos minutos pasaron, en los que todos platicaron de la presentación, en la que el menor de los Cipher decidió mantenerse aparte, principalmente porque no quería decir algo estúpido.

Y porque seguía repitiéndose la misma pregunta en su cabeza... ¿Dipper había sentido eso que él en el último verso? ¿Realmente había algo ahí o estaba todo en su cabeza?

El castaño caminaba de regreso a la mesa y Will salió de sus pensamientos, notando que habían dos chicas junto a él, las reconoció de inmediato, eran la baterista y la bajista que habían tocado junto a él, quienes parecían estar comentándole algo tonto que hacía que reprimiera una sonrisa y fingiera estar irritado. La más bajita de las dos, reía. Nunca había visto esa expresión en su rostro, y se sintió ligeramente...

—¡Que no estoy celoso! —escuchó gritar a Mason—, por última vez Bill, no estoy celoso, ¿por qué estaría celoso?

Bill lo miró con seriedad, pero al parecer un castaño salvaba al otro castaño, supuso Will, porque justo en ese instante, Dipper llegó a la mesa, junto a las chicas de la banda.

—Chicos —dijo rodando los ojos a los que estaban en la mesa sentados—, ellas son... mis amigas y estaban insistiendo en conocerlos.

—Oh... ¿con que ellos son tus amigos de la escuela? —preguntó molestándolo ligeramente una de ellas.

—No —respondió a la defensiva.

—Él sí es —señaló Xólotl a Will.

—Él es su novio —agregó Mason.

—Ah —continuó la misma—, tú debes ser Will.

Dipper miró a la chica como si quisiera asesinarla y ella se dio cuenta de lo que había dicho, por su lado Mabel soltó una carcajada, obviamente.

Will por otro lado no supo cómo reaccionar, especialmente cuando sintió 8 pares de ojos sobre él... incluyendo los del castaño, así que apartó la mirada con rapidez sonrojado.

—Mucho gusto —contestó sin más.

—Muy graciosa —le dijo Dipper a su amiga rodando los ojos.

—¿Vas a poder el próximo viernes? —preguntó la más baja intentando cambiar de tema.

—Preferiría discutir mis horarios luego, sin mi hermana presente —continúo, con fingido fastidio.

—¡Eso explica a tu club de fans! —soltó la chica como si le hubieran entregado la revelación más grande del mundo—, ya sabía que no podrías haberlos invitado a que te vean...

—Por supuesto que no, jamás hubiera permitido que te conocieran, a ella tal vez, pero dios los libre de ti, además no alcancé la nota de la última estrofa, ¿crees que querría que vieran eso? Tengo una reputación que mantener —dijo con un tono juguetón.

Will sintió su corazón derretirse, ¿por qué tenía que ser tan lindo?

—Yo creo que lo hiciste bien —soltó sin pensar, hablando por primera vez en un buen rato, ganándose otra vez todas las miradas de la mesa, arrepintiéndose de lo que había dicho casi inmediatamente.

La más bajita soltó una risita.

—Gracias —contestó aclarándose la garganta, ignorando el resto de las miradas también—, me alegro.

—Yo estaría más preocupado por la reputación que perdiste —dijo Bill, desviando la atención  de su hermano—, ¿canciones de amor? ¿En serio?

Dipper rodó los ojos.

—Alternativas —dijo una de las chicas—, son canciones de amor alternativas.

—De acuerdo —contestó sin más el rubio, rindiéndose.

—¡Chicas! —les gritó otra chica del otro lado del lugar.

—Perdón —se disculpó—, nos habla la jefecita, ¿en un rato nos ayudas a desmontar?

—Seguro —Dipper dijo sin más—, no es como si tuviera otra opción.

—Podrías conseguirte una nueva banda, ¿qué te parece? —contestó y el castaño soltó una risa ligera.

—Lo consideraré —respondió.

—Disfruten su cena chicos —dijo la más bajita antes de irse—, fue un placer Will —agregó con una risita.

El mencionado se sonrojo ligeramente, intentando no reaccionar a lo que había pasado, aunque por dentro estaba muriendo... ¿cómo supieron que era Will? ¿Acaso Dipper lo había mencionado? ¿Acaso lo habría mencionado de manera romántica? ¿Era eso mucho pedir?

Probablemente, porque lo más seguro es que todo era un malentendido... uno que lo ilusionaba, y no debía ilusionarse.

Como siempre en la mesa en la que estaban había dos lugares disponibles, uno junto a Mason y uno junto a Will, Dipper miró ambos y antes de que Mason pudiera hacer alguna tontería para que no se pudiera sentar junto a él, simplemente camino y se sentó junto a quien quería.

De un momento a otro, el castaño estaba en la silla al lado de Will.

Este último sonrió por lo bajo, lo miró y el castaño lo miró de vuelta, ambos se sonrieron con complicidad.

¿Qué tal atrevido era de su parte creer que el castaño podría sentir algo por él?

Y por décima vez desde que entró al restaurant, tuvo que recordarse que no debía ilusionarse... que difícil era y eso que apenas era el inicio de la noche.

—¿Listos para ordenar? —preguntó la mesera, sacándolo de sus pensamientos.

[...]

La cena había procedido sin más incidentes, y al parecer el nerviosismo inicial de Will había desaparecido casi por completo una vez que todos en la mesa habían empezado a platicar, especialmente con Dipper... no podía recordar porque había estado tan nervioso al principio de la velada, ¡oh cierto! Su mal presentimiento, bueno ahora ese era casi inexistente.

E incluso Dipper se veía tan cómodo en la mesa, donde todos bromeaban, reían y conversaban como si fueran amigos de toda la vida.

¿Quién diría que unos meses los haría tan unidos?

Dipper, seguramente no.

Tenían chistes internos, recuerdos en común, se pedían favores... ¿eso era tener amigos? Porque (aunque el castaño JAMÁS admitiría en voz alta) le encantaba.

Llevaban un par de horas ahí, la mayoría de los que estaban ahí ya habían terminado y en general sólo estaban platicando mientras Xólotl y Will terminaban lo que habían ordenado como postre, aunque en defensa de Xólotl, había pasado como 20 minutos hablando, intentando convencer a Dipper de que participara con él en el concurso de billar que habría en el restaurant en el que estaban el mes siguiente... y lo más raro de todo, es que eventualmente Dipper había aceptado.

Aunque tal vez no era tan raro, cuando tomabas en cuenta que sólo aceptó después de que Will hubiera dicho que sería genial volver ahí y apoyarlos.

Dipper no podía decirle que no a eso.

Y bueno Will, él simplemente era lento comiendo.

El lugar estaba cada vez más vacío y había unas mesas que ya se estaban levantando, pero ellos seguían sin preocuparse por eso.

Dipper miró a su lado, ahí estaba Will, riendo de algo que Bill había dicho, que había provocado que Mason rodara los ojos con una sonrisa... esos dos al parecer estaban teniendo un buen día... o al menos uno sin peleas y eso era mucho decir.

Will lo miró de vuelta, sonriendo.

—¿Tú qué opinas? —le preguntó al castaño.

Eso lo sacó de sus pensamientos.

—¿De qué cosa? —cuestionó confundido.

—De lo que dijo Bill.

—Ni lo intentes, Will —se burló Xólotl—, estaba demasiado concentrado mirándote que ni siquiera sabe de qué estamos hablando.

Will se sonrojó ante eso.

Dipper simplemente decidió ignorar el comentario... no era mentira, pero no le daría la satisfacción de darle la razón.

—No lo negó —murmuró el castaño, mientras Dipper le lanzaba una mirada asesina.

—Bueno, Will... ¿qué me decías?

—Nada —le contestó aun sonrojado—, ya no recuerdo —rió tontamente.

—Seguro —murmuró su hermano con sarcasmo.

El resto de la mesa cambió de tema.

—Por cierto —continuó Will inclinando su cuerpo hacia Dipper—, ¿desde cuando eres parte de una banda?

El castaño se sonrojó fuertemente, había logrado evadir las preguntas relacionadas a eso con los demás, pero definitivamente no podría con Will.

—Unos meses —respondió acercándose inconscientemente hacia él—, no tiene mucho realmente que empezamos a tocar en lugares así.

—Que genial —le dijo con total sinceridad colocando su barbilla en su brazo que se apoyaba de la mesa, mientras que se inclinaba hacia a él también—, aunque nunca te imagine en algo así.

—¿Y en que me imaginabas? —le preguntó en un tono coqueto.

Will se sonrojó furiosamente ante eso.

—En un recital —contestó con una sonrisa—, tocando algo pretencioso como una sinfonía o algo así —se burló coquetamente.

—¿Crees que soy pretencioso? —preguntó inclinándose más cerca de él.

—No dije eso —respondió Will apartándose un mechón de cabello y poniéndolo detrás de su oreja.

—Claro que sí.

—Dije que te imaginaba tocando música pretenciosa —le dijo acercándose ligeramente, mientras le ponía la mano en una rodilla y la empujaba juguetonamente—, pero si el saco te queda.

Dipper soltó una carcajada, terriblemente sonrojado por el contacto de Will.

—¿Verdad, Will? —le preguntó el rubio a su hermano, sacándolo de su burbuja con Dipper.

—¿Qué cosa? —se volteó intentando ubicarse en la conversación.

—Que te puedes cortar un dedo y tienes que seguir cocinando en Masterchef.

—Ah sí —respondió estremeciéndose—, yo no podría, esta semana me corté y tuve que parar de cocinar, aunque probablemente no duraría mucho porque no sé hacer pan chino.

—Ay no —le dijo Bill soltando una carcajada—, perdona, sabes que amo tu comida, pero no hagas pan chino nunca más... no es lo tuyo.

Will rió también.

—¿Te cortaste? —le preguntó Dipper, con algo de preocupación.

—Una cortadita —respondió mostrándole la palma de su mano, donde tenía una pequeña herida, el castaño la sujetó entre sus dos manos, provocando que Will se sonrojará nuevamente.

—¿Cómo te pasó? —le preguntó sosteniendo la mano del menor de los Cipher más cerca de su rostro.

—Cortando cebolla —dijo encogiéndose de hombros.

Dipper lo miró y lo soltó con gentileza.

—Debes tener más cuidado.

Will sólo atino a asentir, totalmente sonrojado por el contacto.

Dipper no podía creerse nada de lo que estaba pasando... ¿era él o Will definitivamente le estaba coqueteando?

Era él.

Era imposible que Will (¡Will, la persona de la que llevaba enamorado años!), le estuviera coqueteando, ¿verdad?

El castaño lo miró nuevamente, intentando encontrar una respuesta a su pregunta en el rostro de Will, pero le parecía indescifrable, el de cabello azul lo miró de vuelta, y por un instante sintió que nada más estaban ellos dos en el lugar, ¿se lo estaba imaginando todo? Todo se sentía tan surreal.

—Casanova —gritó la baterista desde el escenario, Dipper rodó los ojos, pero la miró—, es hora de recoger los instrumentos —el castaño se levantó, pero antes de que pudiera hacer algo más, la chica agregó—, dile a Will que nos ayude... necesitamos manos extra.

Will obviamente había escuchado eso.

—No le hagas caso —dijo el castaño desestimando lo que había dicho su "amiga".

No entendía cómo es que siempre terminaba rodeado de gente que lo molestaba con Will, era como si quisieran que lo descubrieran... o de nuevo, su mala suerte manifestándose.

—No me importa ayudar —contestó el chico al tiempo que se levantaba.

—No es necesario —respondió Dipper en un tono amable.

—Lo sé, pero quiero ayudarte —le dijo con una sonrisa.

Ambos se vieron unos segundos, el castaño sabía que Will no iba a desistir, así que decidió aceptar.

—De acuerdo —respondió Dipper, algo nervioso—, gracias.

—No hay de qué.

Ambos se levantaron, ganándose un par de miradas detrás de ellos, que obviamente decidieron ignorar.

—Perdona si ella está siendo molesta —dijo el castaño apenas empezaron a caminar hacia el escenario donde estaban empezando a guardar un par de instrumentos—, no tengo ninguna excusa decente por su comportamiento, así que sólo lo siento.

Will se rió ante eso.

—No te preocupes —contestó con una sonrisa amigable—, he estado en la posición que estás mil veces... a veces los amigos sólo son molestos.

—O los hermanos —comentó lanzándole una mirada a su hermana riendo junto a su novia.

—Dímelo a mí —respondió con una sonrisa.

Al acercarse la chica estaba dando instrucciones a los demás.

—¡Y cuidado con las cajas! —les recordó—. El piso está resbaloso por la nieve y no queremos tener un accidente ahora.

Y así estuvieron por un rato, recogiendo un par de cosas del escenario mientras Will y él se lanzaban una que otra broma coqueta, aunque claro, ninguno admitiría estarlo haciendo. No tardaron mucho en subir todo a la camioneta de una de las chicas, y la otra se había ido con su novio unos minutos antes. En esos momentos se encontraban sólo ellos tres en el callejón que estaba a un lado del restaurante.

—¿Quieres? —la chica le ofreció un cigarro antes de subirse a la camioneta.

—No —le respondió amablemente—, de hecho, ya lo deje.

—¿Y eso? —le preguntó con curiosidad.

Dipper se encogió de hombros.

—Sólo lo hice.

La chica lo miró con curiosidad.

—Que bueno, porque son muy malos —dijo al tiempo que encendía el suyo.

Will rió ante la ironía, no era la primera persona que conocía que hacía eso.

—Bueno —continuó la chica—, los dejo, tengo que llegar a casa antes de que sea más tarde o mis tías me van a matar.

Will estaba nervioso, a pesar de que su mal presentimiento se había disipado casi por completo, no podía quitárselo de encima y menos si iba a quedarse ahí con el castaño... a solas.

¿Que tal si pasaba algo desastrozo?

—Nos vemos el próximo viernes —dijo Dipper parado junto a Will.

—¿Entonces si podrás?

—Por supuesto —le respondió, mientras la chica subía a su camioneta.

—Genial —contestó la chica—, pensé que me contestarías por mensaje, creo que te está invitando venir a su manera, Will.

El mencionado se sonrojó ligeramente mientras le sonreía a Dipper.

—Ya vete —le dijo a la castaña—, por mucho que me gustaría que te castiguen, necesitamos una baterista la siguiente semana.

La chica soltó una risa.

—Me lo cuidas Will, es un buen chico —dijo mientras prendía el motor—, pero es terco como una mula.

—Lo sé, creéme que lo sé —respondió con una sonrisa—, fue un placer.

—El placer fue mío —gritó mientras manejaba fuera del callejón—, por cierto, aprovechen, no es el callejón de los amantes por nada.

—No puedo creer que le sigas diciendo así a este basurero —le gritó el castaño a la chica, mientras esta desaparecía por la calle.

Se quedaron ahí y ninguno ofreció regresar adentro del edificio, a pesar de que Will tenía mucho frío... no quería separarse del castaño, ni entrar con los demás, Dipper se giró a verlo y finalmente, un par de ojos azul eléctrico se encontró con un par de ojos azul cielo.

Durante unos segundos se quedaron en silencio, mirándose fijamente, ninguno se atrevía a moverse o mirar a otro lado, era como si estuvieran en una especie de trance el uno con el otro, acercándose ligeramente hasta estar cada vez más cerca.

Hasta que Will tembló, después de todo había estado nevando intermitentemente por varios días ya, y Dipper soltó una risita.

—¿Tienes frío? —preguntó con ternura.

El chico se sonrojó ligeramente.

—Algo —admitió, temiendo que el castaño le sugiriera entrar.

—¿Quieres mi chaqueta? —le ofreció y Will sintió su corazón palpitar con fuerza.

—No es necesario —contestó, a pesar de que se moría por tenerla.

Dipper se quitó su chaqueta sin pensarselo dos veces.

—Pero el terco soy yo —le dijo rodando los ojos mientras se la entregaba.

—Gracias —contestó sonriendo.

Eso era una buena señal, ¿no? Había preferido darle su suéter antes que entrar, eso significaba que ambos querían quedarse ahí.

—No hay de qué —respondió al tiempo que Will la tomaba y se la ponía, sintiendo el calor que Dipper había dejado en ella.

—¿Tienes frío? —cuestionó, preguntándose si había hecho bien en tomarla.

—No realmente —contestó Dipper encogiendose de hombros—, tal vez un poco en las manos.

Will no solía ser muy atrevido o muy valiente, y definitivamente eso era algo que no haría usualmente, pero incluso él sabía que no aparecían oportunidades así todos los días, y con todos los nervios del mundo extendió su brazo y sujetó sus manos del castaño entre las suyas.

—¿Mejor?

Dipper se sonrojó fuertemente.

—Algo —contestó con una sonrisa, mientras terminaba de entrelazar sus dedos.

El chico se sintió aliviado, al menos no había cometido una estupidez.

Sus miradas se encontraron una vez más, como había sucedido unas mil veces antes, pero esta vez era diferente, había algo ahí, lo sabían, no tenían que pronunciarlo, pero ambos sabían... que lo que estaba pasando ahí no estaba en la imaginación de ninguno, era real, era mutuo y definitivamente era especial.

Había alguno que otro automóvil pasando por la calle a un lado que hacía escándalo y estaba también el ruido dentro del restaurant, y aun así lo único que ambos podían escuchar era el palpitar del corazón del otro.

Will sentía los dedos de Dipper entre los suyos, y los presionó con fuerza. 

El castaño sonrió ante eso y se inclinó ligeramente hacia él. El más bajo no podía creerlo, ¿estaba pasando de verdad? ¿Dipper de verdad estaba a tan pocos centímetros de... besarlo?

El castaño se sentía sorprendido, ¿acaso estaba soñando? ¿Will, el chico del que llevaba media vida enamorado... realmente estaba a un pequeño movimiento de sus labios?

Dipper sentía que su corazón podría escaparse de su pecho justo ahí, jamás creyó que Will podría verlo de esa manera, casi como si le estuviera suplicando porque lo besara y de verdad que quería, el castaño apartó su mirada de aquellos ojos azules cielo y le miró la boca, aquella a la cual nunca se permitía mirar por mucho tiempo por temor a hacer alguna tontería.

Soltó una de sus manos y quiso acariciar sus labios con su pulgar, pero se detuvo y simplemente tomó la barbilla de Will y no supo de donde saco la voluntad, pero apartó la mirada su boca y miró nuevamente al chico a los ojos, forzándolo a que lo vea de vuelta.

Era la milésima vez que Dipper lo miraba en su vida, en un principio era lo único que había podido hacer: observar, y desde lejos, y durante mucho tiempo, Will le había parecido inalcanzable. 

Se había acostumbrado tanto a ver esos ojos desde el otro lado de la habitación y a verlo sonreír a otras personas, pero ahí estaba, a unos centímetros de su rostro y era como si lo estuviera viendo por primera vez... porque definitivamente nunca había visto esa sonrisa, ni esa mirada en Will con nadie más.

El presentimiento de Will estaba en lo correcto, algo grande definitivamente iba a pasar, él era el equivocado, porque eso era definitivamente lo opuesto a malo.

Sin poder resistir un momento más, Dipper se inclinó un poco más y con un movimiento de su pulgar empujo la barbilla de Will hacia la suya.

En ese momento ligeros copos de nieve comenzaron a caer sobre ellos, como si fuera la escena más cliché de alguna película romántica, pero a ninguno le importó en lo más mínimo.

Ambos sintieron la calidez de los labios del otro, era apenas un roce, sutil, suave, pero cada momento que pasaba, se besaban con un poco más de intensidad y cada uno podía sentir un torbellino de emociones a raíz de ese contacto.

El castaño sentía que podía explotar ahí mismo, cada centímetro de su cuerpo sentía el calor que emanaba de Will... a pesar de que se había imaginado ese momento un montón de veces, la sensación no era algo que pudiera describir, incluso teniendo su diario, no podría plasmar lo bien que se sentía besar a William Cipher.

Dipper sentía que se había equivocado, porque definitivamente tenía la mejor suerte del jodido mundo.

Por otro lado, el más bajo no podía creer que estuviera pasándole aquello, ¿Bill, Joy y Paz? ¿Todos tenían razón? De verdad que era muy ciego, porque la manera en la que Dipper lo sujetaba y el cariño con el que lo besaba... definitivamente había algo ahí.

Después de unos momentos, se separaron, los dos con una sonrisa de enamorado que ninguno podía disimular, Will se mordió ligeramente el labio inferior intentando contener su sonrisa, pero era evidente que no podía y Dipper soltó una risa nerviosa.

El de ojos azul claro quiso decir algo, pero era la primera vez que estaba sin palabras.

El castaño tampoco sabía muy bien qué decir después de eso, principalmente porque no podía creer lo que acababa de pasar, el crush de su vida lo correspondía, ¡y mejor que eso, lo había besado! Realmente no sabía que estaba pasando, pero no desperdiciaría ni un segundo de ese momento.

Ambos sólo se quedaron viendo por unos momentos más, con la delicada nieve cayendo sobre ellos, y Dipper le quito un copo que le había caido en la nariz con el pulgar, provocando que se sonrojaran aun más.

Will rompió el silencio.

—¿A qué se refería tu amiga? —preguntó sin apartarse ni un centímetro de Dipper.

—¿Con que? —preguntó de vuelta con una risa contenida.

—Con lo del callejón de los amantes —continuó el de cabello azul, sin estar muy seguro de porque cambiaba de tema, tal vez para controlar todos los nervios de su estómago, después de todo, era un hablador cuando estaba nervioso.

—De una tontería que inventó —contestó apartándose ligeramente de Will, sin soltarle la mano—, desde que la otra chica y su novio se besaron aquí en una de sus primeras citas y ella los encontró, no deja de decirle así.

—¿Entonces mucha gente se besa aquí? —preguntó Will, mordiéndose el labio nuevamente.

Dipper soltó una risa.

—Lamento informarte que sí, siempre hay parejitas besándose aquí.

—Supongo que nos agregamos a la lista —bromeó alejándose un poco con aire juguetón.

Dipper se sonrojó ante eso.

—Podría decirse.

—¿Alguna vez has visto a alguna pareja tú? —preguntó con curiosidad.

—Sí, una veza... —le dijo acercándose nuevamente a él—. De hecho, esa vez, se veía algo linda la escena.

—¿En serio? —Preguntó Will juguetonamente.

Dipper asintió con algo de timidez.

—¿Cómo fue?

—Bueno... estaban ahí —señaló un muro a un lado de ellos—, uno de ellos estaba contra el muro.

—¿Ah sí? —preguntó Will reposando su espalda contra la pared, de la misma manera coqueta con que estaba hablando desde hacía un momento.

Dipper asintió acercándose a él, siguiéndole el juego.

—Y la otra persona estaba frente a él —le dijo sintiendo su corazón martillar con fuerza al tiempo que se paraba frente a Will—, con las manos a los costados de su cabeza.

—Ajá —dijo mientras miraba a Dipper, invitándolo a colocar sus manos en posición, el castaño lo hizo.

—Y la otra persona lo sostenía de la cintura, con ambas manos —Will, totalmente nervioso, puso sus manos en la cintura de Dipper, sonrojándose por completo.

El más alto sintió su corazón martillear con más fuerza ante eso.

—¿Así?

Dipper asintió en silencio y cerrando los ojos se inclinó nuevamente hacia Will, quien había sujetado con fuerza la cintura del castaño y lo acercó hacia él.

Durante unos segundos se quedó rozando sus labios, a un milímetro de besarlo de nuevo, pero sin hacerlo realmente, y cuando Will se acercó un poco más Dipper se separó con una sonrisa coqueta, dejando al más bajo con las ganas.

El más alto soltó una risa seca ante eso.

—Eres malvado —le dijo el chico, sin abrir los ojos ni moverse, el castaño sonrió.

Y se acercó nuevamente, provocándolo unos segundos, hasta que lo besó de nuevo, tomando por sorpresa a Will.

Si le hubieran contado a Dipper cuando perdió su diario, que todo llevaría a eso... lo hubiera perdido apenas escribió la primera línea, porque eso era lo mejor que podría pasarle y le estaba pasando.

Se separaron por un momento y se miraron nuevamente, ambos con las mejillas sonrojadas y una sonrisa tonta en sus rostros.

—Qué poco romántico —dijo Will una vez que se separaron nuevamente.

Dipper lo miró con confusión, a él le parecía muy romantico todo, de hecho, con la nieve y el ambiente.

—Le dijiste basurero a este lugar hace unos minutos.

Dipper rio ante eso, eso era cierto.

—Hace unos minutos no te había besado aquí.

Will se sonrojó nuevamente, mientras el castaño unía sus labios nuevamente. El de cabello azul sonrió a medio beso.

—No sabes cuanto he esperado por hacer esto —le dijo Dipper una vez que se separaron.

Will le sujetó una mejilla, con ternura.

—¿Cuánto? —le preguntó con curiosidad, sorprendido ante eso, no podía ser tanto, ¿verdad?

—Mucho —el castaño sujetó la mano que Will había puesto en su mejilla y la beso por un instante—, créeme, más del que te imaginas.

—¿Entonces... te gusto? —le preguntó con genuina curiosidad, que lo desconcerto, ¿no era obvio?

Dipper soltó una risa mientras rodaba los ojos juguetonamente separándose ligeramente por la acción.

—Creo que eso es bastante obvio, William —contestó acercándose nuevamente—. Literalmente te estaba besando hace como unos minutos.

—Puedes besar a alguien sin que sientas algo —replicó apartando la mirada, avergonzado.

—William —habló sosteniéndole la barbilla para que lo vea, dándole una mirada que Will podía jurar que nunca había recibido.

—¿Ajá? —preguntó tontamente.

—Sí —le dijo con toda la sinceridad que pudo expresar en palabras—, por supuesto que sí.

Will soltó un suspiro de alivio.

—Bien, porque... —empezó, nervioso—, es mutuo—soltó con rapidez, casi como si fuera un secreto que no se atrevería a pronunciar sino fuera por la respuesta del más alto, por miedo al rechazo.

Lo cual no era mentira, Will temía que incluso ahora, Dipper se riera y le dijera que era broma... incluso si era un miedo algo irracional, el castaño sería incapaz de eso.

Dipper sonrió de la manera más genuina que alguna vez había sonreído, y Will sintió ese miedo disiparse, al tiempo que sentía su corazón derretirse de ternura y le sonrió de vuelta.

Y sin dudarlo un segundo más, se acercó a él.

Besándolo esta vez él al castaño, con todo el cariño que pudo, intentando conservar ese momento por siempre, incluso si todo resultaba mentira al día siguiente, al menos tendría el recuerdo de ese instante... el instante en que el castaño lo sujetaba con ternura mientras se besaban una vez más.

—¿Entonces qué hice para dejar de gustarte? —soltó Will de la nada, una vez que se separaron.

Realmente que era un hablador cuando estaba nervioso.

—¿De qué estás hablando? —preguntó el castaño, confundido.

—De lo que dijiste —continuó el chico con seriedad pero el más alto no parecía entender—, en las cabañas, dijiste que ya no te gustaba y pensé que había hecho algo para que eso pasara.

Dipper río con ternura y quiso abrazar a Will con todas sus fuerzas, ¿cómo podía existir alguien como él?

Sin pensarlo mucho lo rodeó con su brazo, abrazándolo lentamente, mientras que el chico dejó sus brazos en su pecho del castaño, sintiendo el calor que emanaba su cuerpo, no entendía como podía estar tan cálido con el frío que había, sin suéter y cubierto de pequeños copos de nieve, pero ahí estaba.

—¿De verdad después de mi confesión fue lo primero que se te vino a la cabeza?

—Sí —le dijo sin un gramo de diversión, preocupado ante la nula respuesta de Dipper.

—Will, para empezar —comentó con algo de diversión, sin soltarlo—, ¿quién dijo que dejaste de gustarme?

—Tú —contestó con rapidez a la defensiva, apartándose un poco de él—, hablaste en pasado, dijiste que te "gustaba", o sea, de ya no.

¿Cómo se atrevía a insinuar que no lo había dicho? Esa era la principal razón de porqué había dejado de hablarle un tiempo, no podía creerlo.

Dipper rió ante su lógica, sólo Will podría llegar a esa conclusión... eso explicaba muchas cosas, especialemente de porque no le hablo después de eso, Will creyó que lo había rechazado, ¡como si eso fuera posible!

—No... —le contestó juguetón— yo dije que me rendí... son cosas diferentes.

Oh... eso podía ser cierto... tal vez Will había saltado a una conclusión muy rápida, tanto el día de la cabaña como en ese momento con su mal presentimiento.

—Supongo —respondió, mirándolo nuevamente.

El castaño simplemente tomó una de sus manos, esperando la reacción de Will, quien de repente soltó una risa.

—¿Entonces el día de las cabañas sentías algo por mí? —inquirió el más bajo, queriendo aclarar todas las dudas en su mente.

—Pensé que era bastante obvio —respondió con diversión.

—No para mí.

El más alto sonrió mirando al chico con ternura.

—Esa era la idea, ¿sabes? —contestó el castaño—, he intentado ocultarte lo que siento mucho tiempo.

Will le dio un empujoncito en el hombro.

—¿A qué se debe eso? —cuestionó el castaño.

—A que eres un tonto, si no me hubieras dicho eso, te hubiera besado esa misma tarde —confesó el menor.

Dipper le sonrió tontamente.

—Puedes besarme ahora.

—Y lo haré... —le dijo Will en un tono coqueto—, pero ahora creo que perdimos unas cuantas semanas.

—Ya encontraremos alguna manera para recuperarlas —el más bajo le sonrió con picardía—, no tienes de qué preocuparte.

Dipper le sonrió vuelta, mientras Will lo tomaba del cuello y lo acercaba una vez más a él, besándolo por unos momentos más en los que el castaño lo sujetaba de la cintura, acercándolo a él.

—Aunque —continuó el castaño cuando se separaron, con todo el dolor de su ser—, probablemente deberíamos entrar antes de que los idiotas de nuestros amigos comiencen a preguntarse porqué tardamos tanto.

Will soltó una risa.

—Oh dios no, son capaces de mandar a alguien por nosotros.

—Y estamos en una escena algo comprometedora, ¿no crees? —comentó el castaño, mientras le besaba la barbilla algo subido de tono.

—Algo —contestó Will extendiendo su cuello, invitándolo a que continúe.

Dipper soltó una risa provocadora ante su reacción y se separó de golpe, confundiendo al menor.

—Entonces tenemos que entrar —soltó jugueton, como si no hubiera hecho nada.

Will sintió su estomago revolotear aún más ante eso, deseando con todo su ser que no tuvieran que entrar.

—Supongo —soltó aclarándose la garganta.

—Por cierto... —empezó Dipper.

—No diremos nada por ahora —dijo Will por él, casi como una súplica—, ¿verdad?

—¿Tú quieres? —preguntó el castaño, tomándole la mano.

—No me gustaría arruinar la noche con sus tonterías —contestó mientras entrelazaba sus dedos con los de él.

—Me alegra estar en la misma página —contestó Dipper.

—Bueno, ambos sabemos lo molestos que pueden ser.

—Eso es verdad —dijo el castaño.

—Entonces... última pregunta antes de entrar —Dipper asintió invitándolo a continuar—, ¿es cierto? —preguntó el más bajo, volteando a verlo.

—¿Qué cosa? —comentó Dipper, mirándolo de vuelta.

—¿La invitación?

El más alto se sonrojó ligeramente.

—Por supuesto que sí —le dijo con una sonrisa.

Will le sonrió de vuelta, sintiendo su corazón martillar contra su pecho.

—Aquí estaré entonces.

Ambos se dirigieron hacia la puerta, pero antes de entrar, Dipper jaló a Will y lo besó una vez más, ambos temían que una vez que pasaran por esa puerta... todo acabara.

Sin embargo, la sensación que tenían al besarse, definitivamente empujaba ese pensamiento fuera de su cabeza, eso era algo que duraría más de una noche.

Se separaron y así, sin más, entraron al restaurant, soltándose las manos y pretendiendo que no había pasado nada fuera de lo ordinario. Todos los miraron expectantes, pero ninguno podría adivinar, lo que esas sonrisas significaban.

Ambos se sentaron en sus respectivos lugares y, muy disimuladamente, el más bajo posó su mano en la rodilla de Dipper, el castaño sonrió ante el tacto, deslizó su mano sobre la de él y la tomó.

Will sonrió mientras el castaño comenzaba a mover su pulgar sobre su mano.

Entrelazaron sus manos por debajo de la mesa, lejos de las miradas entrometidas de sus amigos, con el corazón latiéndoles a mil por hora mientras se preguntaban... ¿qué vendría ahora?



¡Hola!

DE VERDAD PERDONEN LA TARDANZA.

Sé que nos tomo un buen de tiempo, pero realmente... realmente quería que este capitulo quedará lo mejor posible así que necesitaba mucha edición, y entre eso y el hecho de que cada cuatrimestre de la universidad me deja menos tiempo, me tomo más del que creí en un inicio. 

Especialmente porque estoy dirigiendo un corto como proyecto de la universidad, y GOD es mucho trabajo, apenas el viernes sali de vacaciones y en cuanto pude me puse a terminar el capitulo y tratare de subir unos más antes de regresar a la escuela otra vez.

Ahora, a lo que realmente importa... ¿cómo están?

Y la pregunta que me muero por hacer... ¿les gustó?

¿Se lo esperaban? ¿Qué creen que va a pasar? 

Aun le quedan muchas partes al fic, así que creanme, no porque esten saliendo significa que esto se acaba.

¿Que pasará con el diario? ¿Los 6 pendejos de sus amigos los van a molestar? ¿Saldran en secreto? ¿Vicky aceptará a Will?

La verdad es que no tienen ni la menor idea de cuanto significa este capitulo para mí, creo que sin duda alguna es mi favorito, siempre he dicho que cuando pienso en Blue Shakespeare, siempre pienso en este capitulo, y tiene una de las primeras escenas que se me ocurrieron para el fic, y a pesar de que tuve muchas dudas mientras los escribia, especialmente porque aun dudaba si era el momento correcto, mientras más lo escribía más me convencia de que sí, no podría haber un mejor momento. 

Las canciones que toco la banda de Dipper son: "Francis forever" de Mistki y "Sweet dreams, TN" de The last shadow puppets.

Muchas gracias por su paciencia, y por no olvidarse de nosotras. 

Les queremos un montóóón, y de verdad que sus votos, mensajes y comentarios nos hacen el mes entero y nos ayudan a sobrellevar el día a día.

Atte: Karla y Tania.

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