El bono del club.
El lunes siguiente había llegado y el ambiente entre los 7 chicos era ciertamente diferente.
Dipper no se atrevería a decir que eran amigos, ni mucho menos, pero al menos ya no se sentía como un extraño sentado con más extraños y su hermana.
Ya no se sentía tan fuera de lugar en esa mesa y aunque era su último día vetado de la biblioteca, una pequeña parte de él le decía que no tenía porqué realmente regresar ahí en los almuerzos.
Aunque aún no estaba seguro de ello, al menos no todavía.
Llevaba un rato sentado en la mesa y aunque no había participado mucho en la conversación (como siempre), no se sentía incomodo, al contrario, ocasionalmente reía de las cosas que decían, incluyendo las que decía Xólotl, y eso era mucho decir, aunque tal vez se debía a que era la primera vez que las entendía todas.
—Aunque mi parte favorita fue cuando Pino se subió a la mesa —dijo Bill, quien estaba sentado junto al castaño—, Will y él estaban cantando y ya de por sí era divertido, pero cuando se subió y comenzó a gritar la letra, lo perdí.
Toda la mesa soltó una carcajada, incluyendo a Dipper, mientras el rostro del castaño tomaba color.
—¡Eso no pasó! —exclamó de golpe.
—Sí pasó —dijeron los otros 3 chicos.
—Mabel tiene videos de eso —dijo Pacífica con diversión.
—Es cierto, nunca sabes cuándo necesitarás extorsionar a alguien —le dijo con una sonrisa pícara—, también tengo fotos de los chicos haciendo fila de conga mientras Xólotl les daba shots.
—¿Cuándo pasó eso? —preguntó Dipper.
—Después de que jugaramos Uno y antes de que se vomitara Mabel —dijo Xólotl soltando una carcajada señalando a Mabel, quien frunció el ceño.
—Podemos evitar esa parte —replicó frunciendo el ceño—, tengo mucho material de todos, así que si alguien suelta algo del vómito juro que me vengaré.
—No recuerdo hacer la conga —dijo Dipper.
—¿Es en serio? —le preguntó Bill—, si tú y Pino la iniciaron.
—Ahora siento que sólo se están aprovechando de que no recuerdo bien la noche para inventar cosas —dijo Mason.
La castaña en ese momento sacó su teléfono y efectivamente podía verse como los dos castaños encabezaban la fila con Will y Bill detrás, haciendo una pseudo-conga mientras Xólotl les echaba alcohol a la boca desde una silla.
—Vaya —dijo Dipper, recordando que su camisa olía fuertemente a alcohol... y recordaba vagamente que estaba húmeda—, eso explica muchas cosas, aunque genuinamente no lo recordaba.
—Tú y Pines se desataron bastante, aunque luego empezó el drama, al final no supe que fue de ti y como no moriste de un coma etílico —le dijo su hermana.
—Will lo estuvo cuidando —murmuró Xólotl con un tono que Dipper no pudo descifrar.
—Hablando de Will —dijo Bill buscando algo o en éste caso alguien en la cafetería—, ¿dónde está?
—Ahí —habló Paz señalando la mesa contraria.
Todos voltearon a ver.
La sonrisa en el rostro de Dipper desapareció.
Del otro lado del comedor estaba Will estaba sentado junto a una chica pelirroja, durante un segundo al castaño le pareció notar la mirada de Will hacia donde estaban, pero parecía poco probable.
De un momento a otro el chico se sonrojó fuertemente y la chica rió ante eso, mientras reposaba su cabeza en su hombro.
Will sonrió aun con las mejillas sonrojadas mientras reposaba su cabeza sobre la de Joy.
Dipper sintió una roca caer en su estómago y desvió la mirada rápidamente.
Lo sabía, a Will le gustaba Joy.
Era eso a lo que Xólotl se refería, él también les daba máximo 3 meses a que empezaran a salir.
—Que lindos —dijo la rubia.
—¿De que hablas? —Preguntó Bill confundido.
—¿No han notado que Will y Joy han pasado mucho tiempo juntos? —preguntó la rubia.
—Ah sí —murmuró Xólotl.
Dipper sólo podía repetir la escena de Will riendo con la chica en su cabeza, y sentía su corazón encogerse.
—¿Verdad que sí? —cuestionó Pacífica—, creo que a ella le gusta.
—Creo que eso es obvio —comentó Mabel.
—¿Y a él? ¿Le gusta Joy? ¿Creen que haya sido de ella de quién estaba hablando? —preguntó Pines, más hacía al rubio que hacía los demás, cómo esperando una respuesta directa del mismo.
Bill se encogió de hombros.
—No me ha dicho nada, lo cual me ofende muchísimo —respondió ofendido rodando los ojos—, personalmente creo saber quién le gusta, pero no puedo decirlo si no estoy seguro, así que lo siento.
El otro castaño lo miró desanimado, pero el rubio no dijo nada más.
—Tal vez al fin Willcito tendrá una novia —añadió Paz emocionada—, quien sabe, incluso podríamos tener una cita doble con ellos, cielo.
Mabel miraba con preocupación al castaño y al escuchar aquello se tensó un poco.
—Podría ser cielo, aunque yo no hablaría tan pronto —comentó intentando salirse de esa—, realmente no sabemos si hablaba de ella o no.
—Espero que no —soltó Bill de repente.
—¿Por qué no? —preguntó Xólotl, con curiosidad.
Y por primera vez, Dipper quería oír la respuesta a algo que preguntaba Xólotl.
—Porque no me convence —respondió como si fuera lo más obvio del mundo.
—A ti no te convence nadie para Will —le dijo Pino rodando los ojos.
—Duh, pero fuera de eso —respondió tratando de buscar las palabras para lo que quería decir—. Sólo quiero lo mejor para él, y no sé, no me gritan eso, ¿saben? No es como Paz y Mabel, sabemos que están juntas porque se siente lo mucho que se quieren o tú y la hermana de Pino, porque hasta Pino tiene que admitir que se siente eso cuando están juntos.
—Odio admitirlo, pero es cierto, ¡eso es lo peor de todo! Que te odio y probablemente estés con mi hermana por siempre —dijo en un llanto fingido Mason y Xólotl se sonrojó por el comentario.
A Dipper le pareció tierna esa reacción.
¿Quién pensaría que Xólotl era capaz de sonrojarse?
—El punto es que ellos no me transmiten ese sentimiento —añadió para finalizar—, aunque estéticamente se ven lindos juntos.
—Tendrían bebés bonitos —comentó la mejor amiga de Will.
Dipper quiso vomitar ante la sola idea.
—Pero bueno, supongo que tendremos que verlo, a lo mejor consiguen eso luego —soltó esperando liberarse del tema—, quién sabe.
—Tal vez —respondió Xólotl.
—Pues tú y Shooting Star no lo tenían al principio —le dijo el rubio a su amigo—, digo... recuerdo que durante muchos años ni siquiera se me cruzo por la cabeza que podrían salir y henos aquí.
—Eso es cierto —habló el castaño sentando junto a Bill—, aun recuerdo que me sorprendió muchísimo cuando me contó que estaban saliendo... es algo que nunca vi venir.
—Ni yo —confesó Xólotl, mientras reía tontamente.
—Volviendo al tema —dijo la rubia—, yo los shippeo, genuinamente creo que harían una bonita pareja.
—No, a mí no me gustan —contestó Pines ante ese comentario.
—¿Y tú que piensas Gleeful? —le preguntó Xólotl directamente—, has estado bastante callado en todo esto y sé que hablar de emociones no es lo tuyo, pero ¿qué opinas?
Dipper sintió su alma caerse al piso ante la pregunta, la sólo idea de todo eso lo enfermaba.
Había intentando mantenerse al margen de la conversación por lo mismo.
—Supongo que se ven lindos juntos —murmuró encogiéndose de hombros.
—Eso sí —confesó Bill—, sí se ven bonitos.
—Yo digo que Will se ve bonito junto a ella nada más porque están bonitos los dos, así no cuenta —dijo Mason con desesperación, sin apartar la mirada de su amigo—, apuesto que se vería más bonito con alguien más.
—¿Y a ti que te importa? —le cuestionó el rubio a su lado.
—No pues nada más digo —respondió rendido.
El castaño rodó los ojos, él sabía perfectamente porque lo decía.
—Como sea —comenzó la castaña, intentando cambiar de tema, notando la actitud que tenía su hermano—, entonces ¿cuándo es la próxima reunión?
—No señorita, creo que para ti no habrá una pronto —la detuvo la rubia con rapidez—, todavía tenemos cosas que hablar sobre eso.
—Pero —empezó haciendo un puchero.
—Pero nada, luego lo hablaremos Mabel —le recordó su novia.
—Ash —soltó cómo quejido—, de acuerdo.
Dipper los miró nuevamente, sin poder evitarlo, había algo que lo quemaba cada que los veía, pero por alguna razón no podía dejar de verlos.
Al menos Will se veía feliz.
Tal vez, después de todo si debería volver a la biblioteca.
[...]
Habían cinco chicos que esperaban pacientemente en el club de lectura a que los demás decidieran llegar.
Después de todo, la reunión empezaría pronto, aunque no podían iniciar sin Will y tanto él como Dipper seguían en su especialidad.
—Xólotl, ¿te puedo hacer una pregunta? —le preguntó Mabel y el mencionado asintió—, hay algo que no me puedo sacar de la cabeza, algo que me dijo mi hermano y era que preparas cócteles desde los ¿12?
—Efectivamente —respondió con una sonrisa orgullosa.
Mabel lo miró incrédula, como si no pudiera ser posible.
—¿No es ilegal? —cuestionó tratando de ser sutil y fallando gravemente.
—No es como si los bebía, ¿qué te pasa? —contestó el chico riendo—, mi tío ama hacer cócteles y me enseñó a hacerlos desde los 12, pero jamás me dejo tomarlos, evidentemente era muy joven, además como todo buen mexicano mi primera gota del alcohol fue a los 15, en la fiesta de 15 años de mi prima.
Todos rieron ante eso, al menos no era tan malo como sonaba.
—Además técnicamente es ilegal lo que hicimos el viernes, nadie aquí es mayor de 21 —añadió Bill.
—En México la edad legal para tomar es 18 —dijo Xólotl con una sonrisa—. Y casi todos tienen eso.
—Pero no estamos en México, ¿o sí? —respondió Mason.
—Aún así, cuenta como semi-legal para mí —dijo librándose de la culpa.
—Igual no hicimos nada malo o irresponsable, nadie manejo o algo así —comentó Mason, intentando justificar lo del viernes... más para él que para nadie más—, nadie se expuso a un verdadero peligro ni nada.
—Hablando de exponerse a peligros —se metió de la nada Bill, empezando con bastante molestia—, alguien estaba fumando, ¿verdad?
En ese momento, la puerta se abrió por pura fortuna, interrumpiendo la escena que estaba por crear el rubio.
—¿Quién es el capitán del club? —preguntó el profesor que entró por la puerta.
—Mason Gleeful —respondió el otro Mason con rapidez, casi como por reflejo.
—Díganle que el bono del club ya está disponible para que vaya por él —le avisó el único adulto ahí.
—Yo le comento cuando llegue —contestó con formalidad.
—Este año en vista que tienen más miembros se les aumento el presupuesto —les dijo animado—, sabía que éste club lo lograría algún día.
—¡Genial! —exclamó el castaño emocionado.
Y sin decir nada más, el maestro abandonó la habitación, dejando 4 rostros expectantes hacía el castaño.
—¿Qué fue eso? —inquirió Bill con curiosidad.
—¿De qué hablas? —respondió con confusión el chico.
—¿A qué se refiere con "bono"? —cuestionó el rubio.
—¿Hay algo que no nos hayas dicho? —terminó Xólotl.
—No, no es algo que les incumba —le respondió como si nada al chico—, pero si tienen que saber, es una cantidad de dinero que se le otorga al club para los materiales como libros, sillas, mantenimiento, y si alcanza, para una excursión programada a algún lugar relacionado con el club.
—¿Y es mucho? —preguntó con bastante interés Xólotl.
Fue ahí cuándo el castaño notó las sucias intenciones de Xólotl.
—No lo sé, Gleeful lo administra —mintió el castaño antes de dirigirse a las chicas—, por cierto, ¿sabían que las nutrias duermen abrazadas para no perderse?
—Pino... —empezó con un particular tono Bill y una deslumbrante sonrisa.
El mencionado tragó con fuerza.
No.
Xólotl y Bill miraron al castaño con una idea en mente y el castaño necesitaba la ayuda de Dipper para librarse de ambos.
[...]
A pesar de lo que había presenciado en la cafetería, cuando salieron de su especialidad y Will se le acercó para que vayan juntos al club... Dipper se sentía tranquilo.
Después de todo hacía muchos años atrás que había aceptado que nada pasaría con Will y que eventualmente un día lo vería salir con alguien más.
Y al fin estaba pasando.
Así que simplemente se había tragado sus sentimientos y seguido adelante, como había aprendido hacer hace años y no dejaba de hacer desde entonces.
Sabía que no era algo muy sano, pero le funcionaba. Al menos no terminaba llorando en la noches como otros adolescentes... no, él solo escribía diarios de amor para liberar sus emociones contenidas.
Él definitivamente era peor.
Desvió ese pensamiento de su mente al tiempo que la clase daba por concluida, el profesor se había extendido por unos 10 minutos más, lo cual no le molesto, después de todo era su clase favorita.
Realmente adoraba esa clase... cuando no debía hace trabajos con su bina.
Will se acercó con una sonrisa a su asiento.
—¿Vamos? —le preguntó parándose frente a la banca del castaño.
—Seguro —Dipper asintió con seriedad—, por cierto, deje tu ropa en mi automóvil, ¿quieres ir por ella ahora o te la doy al salir del club?
—Al final esta bien —respondió el chico notando el tono del mayor.
—De acuerdo —finalizó Dipper.
Will ya se había acostumbrado a esa frialdad por parte del castaño, sabía que siempre que iniciaban una conversación sería así y mientras más hablarán más se soltaría. No entendía porque era así, creía que se debía a que no estaba acostumbrado a hablar con tantas personas, así que no lo presionaba y trataba de entenderlo lo más que podía.
—¿Entendiste el tema de hoy? —le preguntó con tono amable intentando soltarlo un poco—, porque yo no.
Dipper rió ligeramente mientras se levantaba de su asiento y Will sonrió con orgullo, hacerlo reír en los primeros dos minutos era definitivamente un nuevo récord para él.
—¿En serio? —le cuestionó con curiosidad.
—En serio, supongo que es porque no le preste mucha atención a la clase de hoy —habló mientras ambos salían del salón encaminándose al club—, me estaba quedando dormido, ¿me pasarías los apuntes de hoy?
—Seguro —le dijo el castaño sin dudarlo—, y puedo explicarte el tema si lo necesitas.
—¿Lo harías? —inquirió el chico.
Quiso contestarle "por supuesto, lo que sea por ti, William"; pero se limitó a decir simplemente un:
—Seguro, te daré la libreta apenas lleguemos al salón —le comentó algo inquieto, dandose cuenta de que podría ver su letra, tratando salirse de eso—, para no tener que deternernos y sacar mis cosas aquí, a menos que prefieras que te la de ahora.
—Gracias —le contestó con una sonrisa—, me la puedes dar en el club, no te preocupes.
—¿Te parece si te envió audios en la tarde? —preguntó Dipper, pensando que podría fingir olvidar darle la libreta, escribir todo en su computadora y pasarle los apuntes con los audios—. Explicándote, claro.
—Sí, me parece perfecto —dijo el más bajo—. Muchísimas gracias Dipper, te debería la vida.
—No es nada, Will... aunque siendo honesto, se me hace algo raro que te estuvieras quedando dormido, creí que te gustaba esta clase —le confesó el castaño.
—La adoro, pero —Will bajo el volumen de su voz y se acercó al castaño, sorprendiéndolo—, ¿te puedo contar un secreto? —susurró en un tono casi juguetón.
—Seguro —respondió confundido.
—Anoche me desvele viendo una serie —soltó como si se tratara de un pecado innombrable.
Dipper rió ante eso, Will era demasiado adorable.
—No te rías —le dijo el chico—, soy un monstruo, hace mucho que no me desvelaba tanto, pero tenía que acabar la temporada.
—¿A qué hora te dormiste? —le cuestionó con diversión.
—A las 4 —contestó mientras bostezaba—, apenas pude levantarme en la mañana.
—Ya lo creo —respondió el castaño sonriendo ligeramente.
—Y tengo unas ojeras horribles —añadió Will.
—No se te notan —soltó sorprendido volteando a verlo.
—Están debajo del corrector —respondió el más bajo.
—No sabía que usabas maquillaje —contestó con incredulidad el chico.
—Sólo a veces y sólo corrector... y rubor... y humectante de labios con color.
Dipper rió suavemente ante aquella curiosa respuesta.
—Eso explica porque te ves tan bien todo el tiempo —soltó sin pensar e intentó aclararlo sintiendo algo de calor en sus mejillas—, o sea, no digo que necesites del maquillaje para verte bien, pero para alguien que se desvela tantas noches como tú, es raro que nunca te haya notado ojeras.
—Exactamente —dijo Will algo sonrojado—, deberías intentarlo.
—¿Estás insinuando que tengo ojeras? —contestó con falsa seriedad.
—No —dijo rápidamente apenado—, lo que quería decir, que si tuvieras ojeras podrías intentarlo, pero no tienes e incluso si tuvieras no te ves mal, sólo lo sugería.
Dipper volvió a soltar una risa ante su nerviosismo.
—Lo sé, sólo te estaba molestando.
—Eres malvado —dijo frunciendo ligeramente el ceño.
—Sólo contigo, eres muy fácil de molestar —respondió con diversión.
—Eso me dicen todos —dijo haciendo un pequeño puchero.
—Bueno... también a veces con Pines —contestó un poco más perdido en sus pensamientos—, pero volviendo al tema, ahora entiendo porque siempre tienes las mejillas ligeramente sonrojadas y porque nunca tienes los labios secos.
—Precisamente, es un muy buen truco... —dijo al tiempo que señalaba con su dedo su sien.
—Créeme, lo sé —le comentó el castaño—, he visto a Mabel maquillarse y puede empezar luciendo como que no ha dormido en tres semanas y terminar viéndose como una modelo... pero no le digas que dije eso, luego se le sube mucho el ego.
—Promesa —contestó mientras abría la puerta del club—, aunque yo creo que lo más importante es el cuidado de la piel...
—¡Gracias al cielo estás aquí! —gritó Pines apenas se entraron con extremo alivió—, ¡diles que no!
—¿Qué no, qué? —preguntó Will, probablemente acostumbrado a la situación de ambos chicos molestando al castaño.
—No tú —dijo el chico—, tú —continuó señalando a Dipper—, diles que no pueden usar el dinero del bono.
—¿Qué? —cuestionó confundido.
—Se dice mande —corrigió Xólotl—, no seas grosero.
Dipper rodó los ojos, ignorándolo.
—¿Cómo se enteraron del dinero del bono? —le preguntó al castaño.
—El profesor paso a avisar que ya está disponible y que podías pasar a recogerlo —explicó con rapidez.
—Perfecto —dijo el castaño—, ya era hora.
—Nosotros merecemos una parte —interrumpió el rubio.
—Seguro, ¿qué más? —le contestó con evidente sarcasmo.
—El señor dijo que les aumento el presupuesto por el incremento de estudiantes en el club, así que merecemos una parte —respondió Xólotl completando lo que Bill quería decir.
—El dinero es para el club, les recuerdo que les permitimos que usen el espacio sin nada a cambio —les detuvo antes de que siquiera lo intentarán.
—Puede ser, pero Bill y yo queremos ir a esquiar, con ese dinero finalmente es posible —comentó Xólotl.
—En primera, ni siquiera sabes cuánto dinero es, en segundo, ese dinero es para el club y en tercero, no me importa lo que tú y Bill quieran hacer —les respondió con severidad.
—Pero —dijo extendiendo el sonido de la "o" lo más que pudo—, queremos ir a esquiar todos, como grupo, es costoso, pero si donarán una parte, tal vez sería posible, no tiene que ser mucho, podría ser la excursión que hagamos como club.
—No se puede, el dinero es para cosas relacionadas con el club, lo siento, sólo se puede usar para material escolar —contestó el castaño con severidad—, la excursión tendría que ser relacionada con el club e ir a esquiar no tiene que ver con la lectura.
—¿No podemos usar ni una parte? —Preguntó Xólotl—, apuesto que ustedes se han quedado algo alguna vez digo dudo que lo que les den sea poco y no veo muchas cosas aquí, honestamente.
Y ese comentario pareció prender el foco del rubio.
—¿Con eso te compras tus figuritas? —preguntó Bill de la nada hacía el castaño que estaba a su lado.
—¿Qué figuritas? —soltó Pacífica, confundida.
—Mason tiene una colección de figuras bastante costosa, de Star Wars, Comics, El señor de los anillos y esa clase de cosas —explicó Bill.
—No es cierto —dijo el mencionado.
—¡DE AHÍ COMPRASTE EL CASTILLO DE VICTORIA! —gritó Mabel, dándose cuenta de las acciones de su hermano.
—Claro que no —negó con seriedad.
—¡Sí, sí, sí! —continúo la castaña sin comprarle la mentira a su hermano—. Ahora todo tiene sentido, sabía que no habías ahorrado nada.
—Que no, el dinero del club es usado para cosas del club —repitió empezando a preocuparse de que los descubrieran—, y ambos usamos ese dinero de manera responsable.
—Y, ¿qué me dices de esa caja? —preguntó Xólotl.
Demonios.
—¿Qué caja? —soltó fingiendo demencia.
—La caja que esta al fondo del salón llena de cosas de nerds, como comics y figuritas, pero tiene escrito "Club de lectura" —le dijo el chico.
—No es cierto, tiene libros y algunas cosas que sirven para cuando hay reuniones del verdadero club —contestó Dipper.
—Por favor, Bill y yo la revisamos desde el primer día —respondió burlón—, ni siquiera lo intentes.
—Eres un metiche —le soltó Pines.
—Eso no es ningún secreto —le respondió a la defensiva—, no tiene nada de eso, ya deberían parar con sus mentiras, eso no es de Diosito.
—No estamos mintiendo.
—Entonces asumo que no les molestara si la revisamos —continúo Bill con una sonrisa burlona.
Dipper miró con severidad al rubio, sabía que lo estaba retando y lo estaba retando con argumentos, ¿qué era peor que eso?
Pero, no podía permitirlo, no podía dejarlos revisar la caja porque eso revelaría que efectivamente habían gastado cierta parte del dinero en cosas no relacionadas al club.
Dipper miró al otro castaño con desesperación y grito: —¡Toma la caja!
Mason obedeció, tomando la caja en brazos y salió corriendo con la caja del salón, y Dipper corrió detrás de él.
—Toma las llaves de mi auto y pon la caja en la maletera —le dijo con desesperación—, por cierto, hay un bolsa de plástico en el maletero, ¿me la traes?
El chico asintió y salió caminando con bastante rapidez hacía el estacionamiento mientras el otro se quedó sosteniendo la puerta para evitar que los siguieran, aunque realmente nadie lo hizo.
Por otro lado, dentro del salón estaban los otros chicos buscando la manera de conseguir que los castaños accedieran a la idea.
—No es justo —dijo Xólotl haciendo un puchero, frunciendo el ceño y cruzando los brazos—, yo quiero ir a esquiar.
—Veo muy difícil que acepten —le comentó la rubia.
—Bueno —empezó Bill algo sospechoso—, yo podría intentar convencer a Pino.
—Eso no es mala idea —dijo la castaña.
—Pero Dipper es el que no se va a quebrar —interrumpió Xólotl.
—Tal vez si Will se lo pide ceda —sugirió Mabel con excesiva inocencia.
—¿Por qué yo? —preguntó el chico, confundido.
—Porque eres el que mejor se lleva con él —explicó la castaña con obviedad.
—Además nadie te puede decir que no —agregó Xólotl pellizcándole una mejilla—. Eres demasiado adorable para que te nieguen algo.
Will le apartó la mano con fastidio.
—Pues... podría intentarlo, aunque honestamente dudo mucho que acepte.
—Pero no perdemos nada con que lo intentes... —insistió Mabel, sabiendo que si Will le preguntaba definitivamente iba a acceder y realmente, ella también quería ir a esquiar—, y ya si la persuasión no funciona tal vez tenga una o dos cartas bajo la manga para usar como chantaje, como dije en el almuerzo... nunca sabes cuando tienes que extorsionar a alguien.
—Me agrada como piensas —le dijo Xólotl—, Bill tu podrías hacer lo mismo con Pines.
El rubio lo miró de mala manera.
—Sólo era una sugerencia —contestó el chico, acobardándose de su sugerencia.
Ambos castaños entraron por la puerta, uno luciendo bastante más agitado que el otro, pero ambos con un semblante tranquilo.
—USEMOS EL DINERO PARA IR A ESQUIAR —gritó Xólotl apenas entraron al salón.
—No se puede —dijo Mason con severidad.
—Pino, ven aquí —le llamó Bill con una sonrisa.
Y Mason no pudo evitar hacerle caso alejándose de todos con el rubio.
Dipper se acercó a Will y le entregó la bolsa que el otro castaño le había traído de su automóvil.
—La lavé y la planche.
—No era necesario, pero muchas gracias —le dijo con una sonrisa.
En eso Dipper volteó a ver a Mason.
Al principio sólo se podía ver al castaño parado junto al rubio de espaldas mientras discutían unas cosas, cuchicheando y compartiendo secretos, pero Dipper sabía que el castaño estaba cediendo, sabía que si lo dejaba con el rubio lo convencería y le sería imposible no donar el dinero, pero no sabía como alejarlo de él sin llamar la atención.
—Ahora va a pasar sus brazos alrededor —murmuró Xólotl a las chicas.
Y efectivamente Bill pasó sus brazos alrededor de Mason.
Al diablo la atención, si ellos estaban jugando sucio no sería sutil.
—¡PINES! —gritó el líder del club—. REUNIÓN DEL CLUB... ¡del verdadero club! Afuera.
El castaño lo miro sorprendido... en realidad, todos lo miraron sorprendido.
—¡Ahora! —le repitió con aun más autoridad.
Mason asintió y ambos salieron del salón con rapidez.
—¿Qué crees que estás haciendo? —le preguntó Dipper.
—Nada —le contestó—, sólo estaba escuchando sus argumentos... algunos suenan bastante convincentes, tal vez sí deberíamos donar una parte.
—No —contestó con severidad—. Pines, no caigas por sus trucos por favor, creí que eras más listo que esto.
—¿De qué hablas? —cuestionó dudoso.
—Bill está usando tu tonta atracción hacia él como truco para que aceptes —le contestó como si fuera lo más obvio del mundo, y lo era.
—Yo no me siento atraído por él —negó con rapidez.
—Ahórrate el cuento, Pinocho, no me interesa —le interrumpió con severidad—, ¿acaso ya olvidaste tu figura de Darth Vader de colección?
—No —contestó el castaño, ignorando el comentario—, no iba a caer, lo juro.
—No podemos aceptar donar el dinero y lo sabes —le recordó.
—¿Ni una parte? —preguntó el chico.
—No, ya hicimos los cálculos y sabes que no nos alcanzaría a menos que donáramos nuestra parte y eso significa que te quedarías sin tu figura y Victoria sin su nuevo árbol.
—¿No crees que mimas mucho a esa gata? —le cuestionó.
—¿No crees que ya tienes demasiadas figuras de Star Wars?
—Esta es de colección —le explicó.
—Y mi princesa sólo merece lo mejor.
—De acuerdo, tienes razón —dijo rindiéndose, sabía que cuando se trataba de su gata, era imposible razonar con él—, sólo digo que es difícil mantenerse firme y decir que no.
—No, no lo es —le dijo con severidad—, sólo debes decir que no y ya.
—Apuesto que no te sería tan fácil decir que no si te lo preguntara Will —habló cruzándose de brazos.
—Claro que no, le diría que no también —respondió algo avergonzado—, tengo prioridades.
—Seguro —le soltó con sarcasmo.
—De verdad.
—Seguro campeón —contestó en el mismo tono burlón.
—Como sea, diremos que no y fin de la discusión —aclaró Dipper.
—De acuerdo.
El mayor abrió la puerta y Mason entro al salón antes que él.
—Sería lindo ir a esquiar —comentó Will a nadie en particular.
—¿Tú crees? —preguntó Dipper, Mason lo miró de mala manera.
—Digo, sería interesante ir todos juntos a una excursión —continuo el chico con una sonrisa—, y esquiar suena genial, habría nieve y Xólotl dice que encontró una cabaña bonita, podría ser divertido.
Dipper lo miró con atención.
—Otra reunión —dijo Mason sacando a Dipper del brazo.
Ambos salieron nuevamente.
—Decepcionado, pero no sorprendido —le dijo Mason—, hipócrita.
—Calla —respondió con las mejillas sonrojadas.
—Tú dijiste que no —le dijo con severidad—, no iremos, no les daremos el dinero, tu compraras tu castillo para tu bola de pelos y yo mi figura de Darth Vader edición limita por el aniversario número 40 del quinto episodio.
—Tienes razón —contestó Dipper al tiempo que Mason asentía confirmando su acuerdo—. Diremos que no.
—Exactamente —agregó el chico.
Pines se dio la vuelta para volver a entrar, pero recibió un puñetazo en el brazo antes de eso.
—Auch.
—Eso es por decirle bola de pelo a Victoria de una manera despectiva.
El castaño rodó los ojos.
—Era broma.
—Pues no me gustan tus bromitas, respétala.
—Como sea —dijo abriendo la puerta nuevamente el castaño—, y recuerda:
—No —completó el otro.
Nada los haría cambiar de opinión, cómo había dicho Dipper, habían prioridades.
Ambos entraron con la determinación al máximo, o al menos así fue hasta que vieron a los Cipher mirándolos con ojos de súplica.
—De acuerdo —soltaron los dos castaños al mismo tiempo en señal de rendición.
—Perfecto, entonces necesitamos mínimo 150 dólares para gasolina por carro y me imagino que usaremos dos; más el acceso a la montaña que revise y el que nos conviene serían en total 3,912 por los 8, por otro lado, el hospedaje está 154 la noche, serían 6 entonces como 960, más 800 de comida y bebidas, serían 5,972, ¿cuánto donara el club? —explicó Xólotl y todos se le quedaron viendo sorprendidos—, ¿qué? Hace tiempo que quiero ir.
—No lo sé aún —dijo Dipper—, tengo que hacer cuentas, ni siquiera sé cuanto nos darán esté año.
—¿Un aproximado? —preguntó el chico—, necesito saber para ver si es factible o no.
—No sé —contestó.
—¿Cuánto se quedaron ustedes el año pasado? —le preguntó la castaña.
Los castaños se vieron entre ellos, pero ninguno de ellos quería responder.
—Dipper —le regañó su hermana.
—Quinientos —soltó uno.
—Cada uno —continúo el otro.
—¿Pues cuánto les dan? —preguntó sorprendido.
—Lo suficiente —respondió con simpleza.
—Eres un ladrón.
—¡Sólo somos dos miembros! Es bastante sencillo cubrir las necesidades de un club cuando sólo hay dos miembros —explicó el chico.
—Deberían cerrar el club de lectura y dejarme abrir el de salsa —murmuró Xólotl.
—¿Salsa? —Preguntó Mason.
—¿Qué? Me gusta bailar —respondió encogiéndose de hombros.
—¿Qué hacían antes de que usáramos el club para investigar? —les preguntó Pacífica.
—Leer.
—Ajá —habló Mabel.
—A veces jugábamos rol —comentó Dipper.
—¿Qué es eso? —preguntó Will
—Larga historia, luego te explico —le dijo Bill.
—Como sea, digamos que donan esos mil, en total serían 4972 entre 8, 621, o sea que, cada uno debería dar aproximadamente 620 dólares.
—¿Dijiste 8? —preguntó Mason.
—También llevaría a tu hermana, obvio —dijo Xólotl.
—¿Y los 8 estaríamos en una cabaña?
—La que vi tenía 4 habitaciones, aunque eran matrimoniales... —dijo el de nombre azteca—, pero eso no importa, sólo tenemos que definir la fecha.
—¿Nos iríamos 6 noches?
—Para que valga la pena.
—Podría ser en vacaciones de invierno —dijo Will entusiasmado y sólo por eso, Dipper no se arrepentía de su decisión—, claro si ninguno se queda a la semana de finales podríamos ir y estar de regreso para las fiestas, así que si su familia celebra algo no se interpondrá.
—Eso será un problema —comentó Bill apenado—, creo que me iré a final de mate.
—Yo podría ayudarte con eso —le dijo el castaño con una sonrisa antes de detenerse a pensar—, aunque debo decir que 600 dólares es demasiado.
—Puedes meterte a un empleo de medio tiempo —le dijo Xólotl—, aún tienes tiempo para juntarlo.
—No lo sé, descuidaría mucho la escuela... y si ayudo a Bill... —comentó algo desanimado.
—¡Ya sé! —exclamó el rubio—, ¿qué te parece si te pago por ayudarme con matemáticas?
—No lo sé... —respondió de manera insegura—, es mucho dinero.
—Vamos Pino, si me voy a final me haces un reembolso —le sugirió a modo de broma tratando de convencerlo.
—Muy chistoso —le dijo rodando los ojos
—Además, me debes un favor, yo te ayude con historia —le dijo el rubio suplicante—, será como los viejos tiempos...
El castaño se sonrojo ante el comentario.
—Luego hablamos de ésto, pero lo pensaré —le sonrió.
—De acuerdo —le respondió sonriéndole de vuelta.
—Por cierto, Pacífica quería decir algo —dijo la castaña.
—Mabel...
—¿Qué? Es la verdad, y no lo harás por tu cuenta —se excusó la chica.
—Bueno, yo... —comenzó la chica algo nerviosa—, me preguntaba si haremos algo por navidad.
—No soy religioso —dijo Dipper.
—No tienes que serlo para dar regalos y besar a alguien bajo el muérdago —le soltó Xólotl pícaramente mientras miraba a Will.
Dipper se sintió ligeramente incómodo ante eso, ¿acaso sospechaba algo?
—Pues si todos quieren podemos hacer una pequeña reunión en club —comentó Will.
—Podríamos hacer un intercambio —sugirió la rubia.
—Eso estaría cool —respondió Mabel.
—¿No sería mejor tener la fiesta en la cabaña? —preguntó Xólotl—, para que este mi baby.
—Sí —dijo Bill.
—Aun así podemos hacer algo pequeño aquí —continuó Pacífica.
—Podemos hacer el intercambio el ultimo día de clases y tener un pequeño convivio —le siguió Mabel—. Para que no pase desapercibido y hacemos una fiesta bien en la cabaña.
—Está bien por mí —accedió Dipper.
—Perfecto, ya había hecho papelitos —dijo la rubia sacándolos—, por si aceptaban, siempre hay que estar preparada.
Todos tomaron uno de la pequeña bolsa de la chica y Dipper abrió el suyo.
"Curioso" Pensó al ver el nombre escrito en su papelito.
¡Hola chiquistriquis!
¿Cómo están?
Nosotras la verdad hemos tenido una época algo... complicada. Pero actualizar siempre nos hace sentir mejor, principalmente por los comentarios de ustedes diciendo que les gusta o les alegra que actualicemos... es lindo saber que a alguien le gusta nuestras cosas.
Especialmente cuando no tienen ni idea de lo complicado que es encontrar gente que nos escuche hablar de nuestros tontos y TANIA Y YO NO SABEMOS HABLAR DE ALGO MÁS QUE NO SEAN ESTOS 8 TONTOS.
De hecho esta semana nos desvelamos como 3 días pensando en un fic que probablemente no vea la luz pronto, PERO SERA GENIAL. Lo comenzamos a planear y todo jajaja
Fuera de eso.
¿Qué opinaron del capitulo? ¿Les gustó? ¿Creen que les guste ir a esquiar? ¿A quién le dará regalo Dipper? ¿A quien le habrá tocado Will? ¿Que se traerán Will y Joy? ¿Xólotl tendrá su grupo de salsa? ¿Victoria dejará de ser la niña mimada de Dipper? ¿Xólotl sospecha algo? ¿Pino seguira negando que se trae algo con Bill?
Tantas cosas y tanto drama.
Así que ven a penas vamos por la mitad del fic y a decir verdad eso me emociona pero al mismo tiempo me desespera PORQUE YO YA QUIERO QUE LEAN PARTES SUPER COOLS DE MÁS ADELANTE
Pero aun tengo que trabajar en ellas.
Sin embargo, estamos tratando de actualizar más seguido y espero que lo hayan notado... en parte la cuarentena nos ha ayudado a avanzar más que antes y capítulos más largos de lo habitual, como no estoy trabajando ni estudiando tengo muchísimo más tiempo libre para atender a mis nenes.
Así que, pronto habrá otra actualización y déjenme decirles que el capitulo que sigue es DE MIS FAVORITOS uwu
¿Ya mencione que les queremos mucho? Bueno, pues de verdad les queremos mucho.
Atte. Mason y Dipper.
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