Cercanía.
Dipper cerró los ojos y respiró profundamente una vez más.
Se acomodó el atuendo que llevaba puesto, un saco semiformal azul marino, una camisa blanca y unos pantalones de mezclilla negros; y posó sus ojos en el pequeño rectángulo envuelto con un moño en su buró. Sin pensarlo mucho lo tomó, lo sujeto durante unos segundos, ¿de verdad eso quería regalarle a Will?
Durante un momento lo dudo, pero después de todo había pasado casi toda una tarde pensándolo y otra nada más para envolverlo apropiadamente, así que sin más lo metió en el bolsillo interior de su saco y salió de su habitación hacia el piso de abajo donde Mabel lo estaba esperando.
—Que guapo —le dijo con una sonrisa su hermana al verlo bajar de las escaleras.
—Tú tampoco te ves mal —contestó el castaño con algo de seriedad.
Mabel rodó los ojos al tiempo que su hermano bajaba el último escalón.
—¿Tanto te cuesta decirme: "Luces hermosa, hermanita"? —Le preguntó frunciendo el ceño.
—¿Si recuerdas que tú eres la mayor?
—Únicamente por unos minutos —le dijo rodando los ojos—, además nadie tiene que saberlo.
Dipper sonrió ligeramente ante eso y miró a su hermana por unos segundos, se había arreglado el cabello en unas ondas y tenía un poco de maquillaje en los ojos, sin embargo, lo que definitivamente resaltaba era el labial rojo que lucía. Además, lucía un vestido azul marino pegado que le llegaba a la rodilla, con los hombros descubiertos y un holán en la parte superior.
—Luces encantadoramente bella, hermanita —le dijo con toda la honestidad que pudo, lo cual hizo sonreír a la castaña—, ¿mejor?
—Mucho —sonrió colocándole una pequeña flor en la solapa.
—¿No crees que es demasiado? —preguntó el chico mirando la rosa en su bolsillo—, después de todo sólo seremos nosotros 7.
—8, la hermana de Mason estará también —recordó la castaña.
—Cierto, pero igual ¿no crees que es demasiado para una reunión de 8 personas?
—Nunca es demasiado el estar bien arreglados, Dipper —le dijo con una sonrisa pícara—, creí que a este punto ya lo sabrías. Además, es la fiesta de tu hombre, debes lucir lo mejor posible para impresionarlo.
El mencionado se sonrojo fuertemente ante ese comentario.
—Eres una estúpida —le dijo apartando el rostro, lo cual provoco una carcajada en la chica, mientras se quitaba la flor de la solapa y la colocaba en un jarrón junto a la entrada.
—Si así lo prefieres —habló encogiéndose de hombros, los cuales destellaban contra la luz de la habitación.
—¿Te pusiste algo en los hombros? —le preguntó con curiosidad.
—Un poco de iluminador —contestó la castaña moviendo el pecho para mostrar como destellaban sus hombros—, también tengo en las clavículas, no iba a usar un vestido con los hombros descubiertos sin lucirlos apropiadamente.
El castaño volvió a reír al tiempo que rodaba los ojos.
—Insisto, ¿no es demasiado para 7 personas?
La chica se miró en el espejo una vez más, asegurándose de que todo estuviera en orden.
—En primera, ya te dije que somos 8 y en segunda: nunca es demasiado, hermanito. ¿Listo? Para que vaya por mi bolso.
Dipper asintió y la castaña se dirigió a la sala.
—¿No es ella la que está saliendo con Xólotl?
—¿Quién?
—La hermana de Mason.
—Ah, sí. Ella misma es —dijo regresando al pasillo que daba a la puerta principal con un bolso de mano.
—Muero por ver la expresión de Pines al verlos juntos —dijo mientras abría la puerta principal.
El castaño le hizo una seña a su hermana para que pasará primero y ella le sonrió en agradecimiento.
—Eso si no se pasa todo el tiempo con Bill —comentó la chica.
—Buen punto.
—O molestándote con Will —Dipper hizo una mueca mientras cerraba la puerta tras de él—, es muy obvio. De verdad, si Will no se da cuenta por el diario, terminara dándose cuenta por los comentarios idiotas que hace tu amigo.
—Ya te dije que no es mi amigo —dijeron los dos al unísono y el castaño la miro de mala gana mientras caminaban a la cochera.
—Si ya sé, no es tu amigo, perdón, pero si es muy obvio, sólo porque Will es verdaderamente denso y todos los demás miembros del club están ocupados en algo más o... bueno, creo que es mejor que no pensemos en eso.
La chica se paró junto al automóvil del castaño, que técnicamente era de los dos, pero que honestamente siempre él conducía... principalmente porque Mabel adoraba ahorrar tiempo arreglándose en el coche, a excepción de ciertas ocasiones, como esa.
Dipper abrió el automóvil.
—Recuerda que aún tenemos que pasar por el pastel —dijo la castaña.
El chico asintió al tiempo que se subía al coche, cuando su hermana entro sentándose en el asiento del copiloto, lo miró con detenimiento.
—¿Estás nervioso? —le preguntó la chica preocupada.
—Angustiado.
—Otra manera de decir que estás asustado —replicó con cierta burla inocente.
Dipper volvió a verla de mala manera.
—No me veas así, sabes que tengo razón —le dijo tomándolo de la mano—, y sabes que no tienes que hacerte al fuerte conmigo, te conozco Dipper y sé cuándo algo te altera, así que dime, ¿qué es?
El castaño frunció los labios, pero apretó la mano de su hermana entre la suya.
—Supongo que estoy preocupado, no quiero que me vean robándome el diario —soltó finalmente—, hay tantas cosas que pueden salir mal, para empezar, ni siquiera sé en donde esta exactamente.
—Probablemente en su cuarto —le contestó en un intento de darle una solución.
—Pero tengo que entrar a escondidas, lo cual me hace sentir algo culpable, él ha respetado mi privacidad con el diario y voy a romper la suya para robárselo.
—Es un caso desesperado, no cuenta.
—E incluso si todo saliera bien y pudiera robarlo, sólo seremos nosotros 8 los sospechosos.
—No importa si eres un sospechoso cuando tengas el diario de vuelta, porque no habrá manera de conectarte a él, incluso si pensarán que eres tú, no tendrían ni una manera de comprobarlo al 100%, además la principal y única evidencia real estará eliminada, no me sorprendería que si lo consigues el mismo pseudo club se desintegrará.
Dipper volvió a hacer una mueca y finalmente Mabel junto todas las piezas, soltándole la mano a su hermano por la sorpresa.
—Y tampoco quieres eso —afirmo la chica dándose cuenta de algo muy importante—, te gusta pasar tiempo con Will en el club, ¿verdad?
Dipper se sonrojo ligeramente y bajo la mirada.
—Si sabes que puedes seguirle hablando sin la necesidad de estar ahí, ¿no?
—Pero no lo haré —contestó con severidad tomando el volante con una mano y con la otra a punto de encender el automóvil—, sabes que si el club se desintegra le voy a dejar de hablar.
—¿Cuándo vas a crecer y aprender a manejar tus emociones como una persona adulta? —le regaño su hermana—. Huir de Will no te hará superarlo y mucho menos conquistarlo.
Dipper no contestó a eso, simplemente arrancó.
—Vámonos ya, se nos hará tarde y tu novia quería ponerle las velas al pastel antes de que llegará Bill —respondió un poco a la defensiva.
—Dipper... —susurró la castaña, pero sabía que él castaño no hablaría más sobre el tema.
Mabel lo miró con tristeza, "un día esa actitud iba a cambiar", se dijo a sí misma por milésima vez.
[...]
Recién acababan de llegar y sentía que sería una pésima noche.
No entendía por qué, pero tenía un terrible presentimiento acerca de esa noche, algo malo iba a pasar y no entendía qué. Sin embargo, decidió ignorarlo y bajarse del automóvil con tranquilidad, después de todo él nunca había creído en esa clase de cosas y probablemente era otra manifestación de su terrible nerviosismo.
Al bajar de su carro, sintió el aire helado de la noche en su rostro y se estremeció ligeramente, sería una noche helada sin duda alguna, lo cual tenía sentido, casi era diciembre y las últimas semanas de otoño estaban por llegar, día con día la temperatura bajaba un poco más, así que había tomado una buena decisión con el saco.
Miró a su hermana para verificar si la chica tenía frío, su ropa estaba bastante descubierta para finales de noviembre, pero Mabel parecía estar en pleno día de verano.
Abrió el asiento trasero para sacar el pastel y comenzó a caminar hacia la casa de los Cipher, puesto que, había dejado su vehículo un poco alejado de la entrada principal para que Will no lo notará, después de todo el chico conocía su automóvil.
Cuando finalmente llegó a la casa, su hermana ya se encontraba en la puerta con su novia, ambas estaban en la puerta esperando por él.
La rubia tenía un pantalón de mezclilla y una playera morada, se veía cómoda y sencilla, no lucía demasiado arreglada a comparación de la castaña, la cual, lucía aún más arreglada junto a su novia.
—¿No crees que estás un poco... abrumadora? —escuchó a Pacífica decirle a la castaña—, sólo seremos nosotros.
—Nunca pierdo una oportunidad de verme bien —contestó Mabel, dándole un beso a la rubia.
—Dipper —le dijo la rubia una vez que se acercó lo suficiente—, justo a tiempo, Bill y Will deben volver en cualquier momento, debo tener justo el tiempo de ponerle la bengala.
—¿Bengala? —preguntó el chico mientras entraba a la casa con el pastel en manos.
—Bueno, es una vela tipo bengala, ya verán, es super linda... —dijo la rubia mientras todos entraban a la sala—, no es muy ecológica, pero pensé que podría hacer una excepción por Will.
Dipper miró la sala y sintió su corazón encogerse, Will y él habían tenido una linda tarde la última vez que estuvo ahí, no quería despedirse de todo eso... sin embargo, decidió no pensar en eso y avanzo hasta el comedor, donde Mason y Xólotl estaban colocando algunos globos alrededor de las paredes, un gran cartel con la leyenda de: "¡Feliz cumpleaños!" estaba pegado en una.
—Decidimos llegar antes para decorar a último minuto —explicó Pacífica a los castaños—, no les avisamos porque sabía que tardarías arreglándote y no te quería apresurar —le dijo a su novia—, además de que tenían que pasar por el pastel y eso, hubo un momento en el que creí que Will llegaría mientras colocábamos los globos o algo así, pero logramos terminar a tiempo.
—¿Y eso que decidieron venir a juego? —Preguntó Xólotl bajándose del banquito donde estaba.
—¿De qué estás hablando? —preguntó Dipper alzando una ceja con incredulidad.
El castaño que estaba junto a Xólotl con un par de globos en las manos soltó una carcajada.
—¡Sí es cierto! —soltó con diversión.
Dipper entonces miró su atuendo y luego el de su hermana... ambos estaban de azul marino.
—Muy gracioso —dijo el castaño rodando los ojos.
—Pues yo pienso que lucimos geniales así —añadió la castaña con demasiada confianza mientras su hermano rodaba los ojos con una pequeña sonrisa.
—Ahora que lo pienso los globos tampoco son muy ecológicos —dijo la rubia más para ella misma mientras fruncía el ceño.
Mabel se acercó a la mesa que estaba en el centro de la habitación que tenía 3 regalos distintos y dejó el suyo, Dipper decidió no hacer lo mismo que ella, no quería dejar su regalo ahí... expuesto. Pines probablemente haría algún comentario sobre él y realmente no estaba de humor para eso, además de que quería entregárselo personalmente.
—No es dos por uno —dijo Xólotl intentando bromear al ver que el castaño no dejo nada en la mesa.
Dipper le lanzó una mirada "asesina".
—Sólo bromeaba —dijo alzando las manos en signo de rendición, en ese momento el teléfono del chico vibró e hizo un gesto de confusión, pero rápidamente desapareció de su rostro—, Bill me envió un mensaje diciendo que están cerca.
Mason frunció los labios y Dipper no pasó desapercibido ese pequeño detalle.
Pacífica se acercó al castaño con rapidez y coloco la vela en el pastel en sus manos, apagó la luz y le susurró: "vas a tener que sostenerlo".
—Escóndanse —susurró emocionada.
Dipper sintió su corazón martillear con extremada fuerza, ¿el sostendría el pastel?
—¿Dónde los dejaste? —se escuchó detrás de la puerta.
Era Will.
—Debí dejarlos sobre la mesa —dijo el rubio ligeramente avergonzado—, aunque no estoy seguro.
—No puedo creer que los olvidarás.
Pacífica rápidamente prendió la vela bengala.
—No importa eso, me ayudarás a buscarla, ¿verdad? —preguntó Bill, mientras Will abría la puerta.
—¡Sorpresa! —gritaron casi todos al unisonó.
La vela iluminaba todo el lugar, incluido el rostro sorprendido de Will, quien más que feliz lucía extrañado, casi como si no pudiera creerlo, cómo si no pudiera entenderlo.
Después de unos segundos de shock, cerró la puerta lentamente al tiempo que decía: "Gracias".
—¿Qué rayos fue eso, Will? —le gritó su hermano y por algún motivo los dos empezaron a carcajearse.
Bill abrió la puerta nuevamente mientras que Will seguía riendo.
—Lo siento —dijo entre risas—, supongo que fue la sorpresa.
Pacífica comenzó a reír también y pronto le siguieron, incluso Dipper tenía una sonrisa en el rostro.
La risa de Will era realmente contagiosa.
La rubia se acercó al chico mientras este y su hermano seguían riendo y lo abrazó.
—¡Feliz cumpleaños! —le dijo la chica.
Y lentamente todos se acercaron a abrazarlo... menos Dipper, quien seguía teniendo el pastel en manos y lo usaba como excusa para no acercarse al chico puesto que se sentía tan ansioso que creía que iba a vomitar así que decidió quedarse ligeramente más atrás.
Una vez que todos los presentes felicitaron y abrazaron al chico, la rubia le quito el pastel de las manos y lo llevó a la cocina, fue cuando el castaño no tuvo más opción que acercarse lentamente y le dijo con una sonrisa un simple: "feliz cumpleaños, William". El mencionado lo abrazo como a los demás y Dipper no pudo contener su sonrisa.
Will le sonrió de vuelta.
—Gracias —le contestó con una sonrisa—, me alegro de que hayas venido.
Dipper desvió el rostro sintiendo el calor elevarse a sus mejillas, sentía que sería una noche muy larga.
[...]
Casi una hora había pasado desde que Will había llegado y todos se encontraban conversando en la sala.
Dipper se encontraba a un lado conversando con Mason, se le hacía algo extraño que este último no estuviera con el rubio, pero decidió que era un tema que no debía mencionar por el momento.
Por otro lado, Bill se encontraba hablando con Will y Xólotl, el chico reía de alguna tontería que había dicho el amigo de su hermano y Dipper no puedo evitar preguntarse que fue.
Y finalmente estaban Pacífica y Mabel, quienes estaban en la cocina desde hacía un rato.
—Will —dijo la rubia, saliendo de la cocina—, creo es hora de que cortes el pastel, el resto de la comida ya está lista.
—De acuerdo.
Will se acercó a la rubia, quién tenía un cuchillo para pastel en una mano y se lo entregó al chico. El mencionado tomó el cuchillo y cortó la primera rebana.
—Espero que hayas escogido bien tus deseos —le dijo Bill acercándose a él, Will se sonrojó ligeramente.
Pacífica se llevó el pastel a la cocina y tanto como Mabel como el rubio fueron detrás de ella, el castaño entendió que iban a repartir la comida; por otro lado, Xólotl se fue a la mesa de bebidas y comenzó a preparar 8 vasos con diferentes líquidos coloridos que a Dipper no le dieron mucha confianza.
—¿Por qué son ocho? —Preguntó Will, con algo de preocupación—, sólo somos 7.
—Porque mi hermana llega en un rato —dijo Mason parado junto a Xólotl—, tenía un proyecto con unas amigas que no pudo cancelar, pero no debe tardar en llegar.
—Me dijo que ya venía de camino de hecho —agregó Xólotl terminando de llenar el último vaso de un líquido azul—, por eso también le estoy haciendo una a ella.
—¿Qué es eso? —Preguntó Dipper uniéndose a la conversación.
—Magia liquida —le respondió el chico con una sonrisa.
Mason rodó los ojos.
—Me rehusó a tomar algo que hayas hecho tú —replicó Dipper, mirando uno de los vasos con precaución.
—Todos beberán de esto obligatoriamente —respondió Xólotl con una sonrisa—, aunque sea un vaso. Pero te aseguro que cuando lo pruebes querrás más, mi tío tiene un bar y me ha enseñado a hacer cócteles desde que tengo 12, así que tengo bastante experiencia en este asunto... pero si te hace sentir tranquilo te aseguro que no tiene éter, cloroformo o algo así, legalmente ya no puedo usar esas cosas, pero igual quedan bien ricos.
—Eso me tranquiliza muchísimo —contestó con sarcasmo.
Xólotl soltó una risa.
—En realidad —dijo Will—, ignorando que Xólotl quiere hacerse el raro como siempre, realmente están ricos.
—Tú sólo lo dices porque eres un viejo borracho —le dijo Bill desde la cocina.
—¡Eso no es cierto, Bill! —le gritó a su hermano, quien sólo soltó una carcajada.
Will frunció el ceño y cruzó los brazos indignado.
Dipper creyó que se veía muy adorable haciendo eso, pero intentó ignorarlo para no verse obvio.
—Como sea —le dijo Xólotl a Dipper—, primero pruébalo y luego te quejas todo lo que quieras.
Dipper solo rodó los ojos.
—Tal vez al rato, después de comer y eso.
Pacífica volvió a la habitación con dos platos de pastel y algunas botanas, los cuales les dio a Will y a Xólotl, respectivamente. Mabel llegó detrás de ella con dos platos también que le entregó a Paz y a Dipper, luego regreso a la cocina por uno para ella.
Finalmente, Bill salió de la cocina con dos platos en las manos, rápidamente notó que sólo le faltaba a Mason así que se le acercó rodando los ojos y se lo entregó. El castaño pareció querer hacer un puchero, pero sólo frunció los labios y lo agradeció en silencio.
En ese momento el timbre de la puerta sonó.
—Yo voy —dijo Xólotl—, debe ser mi cuchurrumí.
Mason rodó los ojos de nuevo y Dipper se compadeció de él, no se imaginaba la pesadilla que debía ser tener a Xólotl como cuñado.
Después de unos segundos una castaña muy parecida a Pines entro a la habitación junto el chico de cabello negro, estaban tomados de la mano, lo cual se le hizo curioso puesto que no llevaban ni dos minutos juntos, pero decidió ignorarlo.
La había visto un par de veces en casa de Mason, pero nunca había hablado directamente con ella.
La castaña se separó de Xólotl y se acercó al cumpleañero a quién felicito con una amplia sonrisa y un fuerte abrazo.
—Feliz cumpleaños Willcito —le dijo en medio del abrazo—, me hubiera gustado llegar antes, pero ya sabes... escuela de artes fuera de la ciudad.
—No te preocupes cielo —le respondió Will con una sonrisa—, a ti te perdono lo que sea, además lo importante es que ya estás aquí.
La chica le sonrió y volvió a colocarse junto al de cabello oscuro.
—¿Qué dicen si brindamos por Will? —dijo Xólotl entregándole un vaso a su novia mientras la rodeaba por la cintura—, para empezar la noche bien.
Todos tomaron uno de uno de los menjurjes azules de Xólotl y aunque Dipper seguía dudoso vio como todos los demás tomaron un vaso con entusiasmo, esperaba que no fuera tan rara la noche.
—Por Will —dijo el rubio—, por su cumpleaños, por lo amable, gracioso y testarudo que puede ser.
El mencionado lo abrazó rápidamente antes de darle un sorbo a su bebida.
Dipper decidió que probarlo no lo mataría.
Y, odiaba admitirlo, pero Xólotl tenía razón... esa cosa sabía deliciosa.
[...]
Varias horas habían pasado y Dipper estaba seguro de que estaba ligeramente ebrio y podía decir eso mismo de casi todos los adolescentes de la habitación, aunque él más afectado era sin lugar a duda Pines, quién llevaba un rato cantando canciones de Britney Spears con Will, lo cual no sería raro sino fuera porque estaba parado en la mesita de café de los Cipher, cantando a todo pulmón.
Dipper estaba esperando el momento apropiado para meterse a la habitación del cumpleañero y recuperar su diario, pero no había podido, primero porque el ambiente estaba muy bien, se sentía cómodo e incluso feliz de estar ahí con todos ellos, lo cual le parecía extraño no sabía si era por el alcohol, pero definitivamente era un sentimiento muy agradable... el de pertenecer.
Y, en segundo, porque ver a Will cantar a todo pulmón una canción de la supuesta princesa del pop de los 2000 era todo lo que necesitaba para morir feliz.
—Will ya pon otra cosa hemos escuchado a la misma chica todo el rato —dijo Xólotl una vez más.
—Déjalo —le gritó el castaño a la defensiva parado sobre la mesa, quien rodó los ojos —, si él quiere poner toda la noche a mi poderosísima Britney Spears, lo hará. Ahora, ¿en que estaba? —le dijo Mason a Will—, ah sí, ya recordé: I MUST CONFESS I STILL BELIEVE...
—STILL BELIEVE —cantó Will junto a él.
Bill veía la escena con un vaso entre las manos, quien lucía entre molesto y dolido, Xólotl le hizo una seña al rubio para que se acercará y le susurró algo, que provoco que lo mirará con ojos asesinos, luego rodó los ojos y se dio la vuelta yendo a la mesa de las bebidas, donde se sirvió aún más alcohol. La castaña en sus piernas le dio un golpe a su novio, conociendo a Xólotl, estaba seguro de que había hecho uno de sus famosos y estúpidos comentarios.
—HIT ME BABY ONE MORE TIME —cantaron los dos chicos al tiempo que la canción finalizaba.
—Eres un imbécil —la escuchó decirle a Xólotl confirmando la teoría de Dipper.
Ambos se bajaron de la mesita de noche y se sorprendió un poco al no ver tambalear al castaño al hacerlo.
Por otro lado, Mabel y Pacífica estaban en el jardín desde hacía un largo rato ya y nadie se atrevía a intentar salir. Dipper estaba sentando en el sofá junto a Xólotl y su novia, justo al frente a la mesa de café donde Pines y Will bailaban, sosteniendo un vaso entre las manos, riendo ligeramente.
—¡Deberíamos jugar algo! —gritó Mabel de repente, entrando por la puerta de la terraza.
Tenía el cabello algo alborotado, pero nadie hizo un comentario sobre eso.
—¿Algo como qué? —Preguntó Pacífica, entrando detrás de ella.
—¡Ya sé! —gritó la castaña sentada en la pierna de Xólotl—. El de las historias verdaderas y falsas, adoro ese juego.
—¡Sí! —le contestó la otra castaña señalándola, mientras se tambaleaba un poco—, definitivamente.
Pacífica la sostuvo.
—Tal vez deberías sentarte, cielo —le dijo en un susurró.
—Pero para ese necesitamos un dado, ¿no, mi chiquistrikis? —Preguntó Xólotl a la castaña sobre él.
—Hay dados online —dijo Mason—, así nadie sabrá que nos tocó.
—No entiendo —dijo Dipper totalmente confundido—, ¿de qué están hablando?
—De un juego —comenzó su hermana a explicarle—, es muy fácil debemos hacer papeles con temas como: besos, crush, maestros o nombres de personas, lo que sea siempre y cuando sea un tema, cuando sea tu turno tienes que tomar un papelito y lanzar un dado, si el número que sale es par debes contar una historia verdadera de tu vida de algo relacionado con el papel, si sacas número impar, inventas una historia. Todos escuchan tu historia y deben adivinar si es verdad o mentira. Si se equivocan, beben; y si aciertan, bebes.
—¿Pero no podrían saberlo por el dado? —preguntó el castaño.
—Por eso Mason dijo que podemos usar dados online en el teléfono, así nadie ve que nos salió —le respondió.
—Sería más interesante si lo hacemos por persona en vez de grupal —dijo Bill regresando a la sala con un vaso lleno.
—¿Cómo? —preguntó Mabel.
—Un sorbo por cada persona que adivine correctamente —explicó el rubio.
—¿Quieres morir? —le dijo Xólotl.
—Quiero darle sabor a esto —respondió encogiéndose de hombros.
—De acuerdo —dijo la castaña levantándose del regazo de su novio—, yo haré los papelitos.
La castaña sacó de su bolso una libreta y varios plumones y plumas de colores, Dipper se preguntó quién andaba con tales cosas y más para una fiesta, pero simplemente asumió que una de dos: o era porque los Pines eran raros o estaba viniendo de hacer un proyecto, además creía haber escuchado que iba a una escuela de artes... tal vez tendría que ver con eso.
No le dio más importancia y vio como empezaba a hacer papeles con temas.
Dipper leyó algunos de los papeles y genuinamente se asustó... ¿qué haría si le tocaba algo como crush y verdad?
¿Qué diría?
Mi crush es el cumpleañero, llevo mucho tiempo enamorado de él y oh, por cierto, soy el autor del diario.
Claro que nada lo obligaba a ser honesto en el juego, en fin... ¿cuántas eran las probabilidades de que realmente pasara algo así?
[...]
Después de varias rondas contando tonterías, la mayoría ya estaba en otro nivel de ebriedad... uno más alto, algunos más que otros, pero nada los detenía de seguir jugando.
Los 8 chicos estaban en la sala de los Cipher, sentados en el sofá, en sillas o incluso en el suelo.
En el sofá estaban Will y Dipper sentados uno al lado del otro, a su lado estaba Mabel con Pacífica en sus piernas, en uno de los sillones individuales estaba Mason, en el otro sillón individual que estaba del lado contrario de la habitación estaba Bill y en el suelo se encontraban Xólotl y su novia.
Ahora el turno de este último, por lo que se levantó y tomó un papelito del tazón, cuando lo abrió lo primero que hizo fue soltar una carcajada, luego tomó su teléfono, hizo su tirada y se colocó en el centro de la mesa con la mirada más seria que Dipper asumía que podía hacer.
—Les voy a contar la mejor anécdota de sus vidas: mi primera vez —dijo sonriendo pícaramente—, todo empezó cuando tenía 17 años, en ese entonces tenía clases de matemáticas con la segunda mujer más hermosa que he visto en mi vida porque obviamente mi chiqui baby aquí presente es la número uno.
—Mandilón —le dijo Bill entre risas.
—Como decía —dijo ignorando a su amigo—, en ese entonces yo me quedaba horas extra en la escuela por mis entrenamientos y un día a la maestra se le descompuso el automóvil y me pidió el favor de llevarla a su casa y yo como el caballero que soy obviamente lo hice, cuando llegamos me ofreció un pedazo de pastel como recompensa por ayudarla y pues acepte porque amo el pastel, finalmente comenzamos a platicar y bueno una cosa llevo a otra, digo, ¿quién no podría resistirse a este Galán, verdad? Pero como dije hace un momento soy un caballero y no les contaré detalles de nuestra intimidad, pero así fue mi primera vez, con mi maestra, ¿cómo la ven?
—Definitivamente verdad —soltó Dipper sin pensarlo.
—Verdad —secundo Will.
—Verdad, sin duda alguna —dijo Pacífica.
—Es verdad —dijo la castaña bajo de ella.
—Diré que es verdad porque realmente nunca sé que esperar de ti —dijo Mason.
—Mentira —dijo Bill.
—Mentira —dijo la castaña que estaba junto a él rodando los ojos.
Xólotl rió.
—Supongo que sólo tendré dos sorbos porque es totalmente mentira —sonrió victorioso—, así que a beber se ha dicho —les dijo a los demás mientras se sentaba junto a su novia y le daba un beso—, te toca Pinito.
El mencionado se levantó algo tambaleante y tomó un papelito, al abrirlo lo único que hizo fue hacer un puchero y soltar un pequeño ruido de dolor.
—Ya viene lo bueno —murmuró Xólotl.
El castaño tomó su teléfono por un segundo, tomo una profunda bocanada de aire y empezó.
—Una noche estaba en la azotea de mi casa con alguien —dijo tragando duro—, y... bueno —el castaño balbuceaba un poco—, llevábamos horas platicando ahí y yo estaba seguro de que en cualquier momento mi mamá iba a subir a callarnos porque no podía dejar de reír de las cosas que hacía y decía —sonrió ligeramente—, estábamos muy cerca, tanto que podía sentir su respiración contra la mía y prácticamente podía verla, después de todo hacía frío y yo estaba temblando a pesar que estábamos con una manta —el castaño hizo una pequeña pausa antes de continuar, como si estuviera buscando las palabras—. Sabía que en cualquier momento tendríamos que bajar, pero yo no quería, quería quedarme ahí por siempre —dijo riendo tristemente—. De repente cuando pensé que había perdido toda oportunidad de darle un beso, sentí su mano en mi mejilla, su mano era sorprendentemente cálida contra mi mejilla fría y me acercó lentamente, tan lento que pude ver como sonrió antes de hacerlo cómo si supiera que no me negaría —el castaño sonrió ante eso—, y me besó.
Las chicas y Xólotl exclamaron un "Awww".
Mason pareció salir del trance en el que estaba y continuó con un poco de dolor en su voz.
—Ese fue mi primer beso y ha sido uno de los mejores momentos de mi vida —dijo esto último mirando al rubio.
—Verdad —soltó el castaño sentado en el sofá, el chico había sido extremadamente específico como para que la historia fuera mentira.
—Verdad —dijo la castaña sentada debajo de Pacífica.
—Creo que es verdad, honestamente —dijo la rubia.
—Verdad —dijo Xólotl—, sin lugar a duda eso es verdad, fue tan hermoso que no puede ser mentira.
La chica junto a él le dio un golpe.
—Yo también creo que es verdad —dijo su hermana.
—Verdad —dijo Will, apenas en un susurro.
El castaño miró expectante al rubio, quien era el único que faltaba por contestar.
—Mentira —habló sin apartar su mirada de la del castaño mientras le daba un sorbo a su bebida.
Mason se aclaró la garganta apartando la mirada.
—Es verdad —soltó y tomo un muy largo trago de su bebida mientras se sentaba nuevamente.
—Me toca —dijo Mabel mientras la rubia se levantaba para dejarla pasar, totalmente ajena a la interacción que habían tenido esos dos hacía unos momentos—. Gracias
La castaña añadió dándole un rápido beso en los labios a su novia y caminando hasta el frente, donde tomo un papel.
—Genial, mi tema preferido: vacaciones —la chica sonrió alzando el hombro y haciendo una pose coqueta—, tiré el dado antes de pasar así que empezaré sin más. Dipper y yo siempre nos vamos de vacaciones con nuestros padres en verano, usualmente es a la playa y me encantan, casi siempre mamá y papá desaparecen por completo y Dipper siempre se queda leyendo o haciendo cosas de nerd en los camastros de alrededor, por lo que puedo hacer lo que quiera.
—Como si no lo hicieras de todos modos —le dijo su hermano burlón.
—Siempre estoy en la piscina —la castaña ignoró a su hermano—, las vacaciones pasadas estaba tomando el sol con mi bikini preferido cuando un señor se me acercó, era guapo y no se veía tan mayor, me preguntó si el camastro junto a mi estaba ocupado y le respondí que no, más que nada porque me daba igual, se sentó y comenzó platicar conmigo, al principio le contesté por cortesía pero eventualmente comenzó a agradarme, no le iba a hacer caso por obvias razones, pero un poco de atención extra nunca está de más, ¿verdad?
Pacífica rodó los ojos.
—Nos encontramos varias veces en diferentes lados, pero nunca llegó a nada, el me coqueteaba y yo me hacía a la que no entendía sus coqueteos, el ultimo día que me lo encontré me regalo un collar, no lo hubiera aceptado, pero era realmente bonito. Es plateado con una piedra roja y sigo esperando la oportunidad perfecta para usarlo.
—Verdad —dijo Dipper, quién recordaba haber visto ese collar entre las cosas de su hermana.
—Si tú hermano dice que es verdad yo también —dijo Xólotl.
Tanto Mason como Bill dijeron que era verdad.
—Mentira —dijo la otra castaña.
—Mentira —dijo la rubia rodando los ojos—, y eres una tonta.
Mabel le sacó la lengua a su novia antes de continuar.
—Es mentira —dijo levantando su vaso y dándole dos sorbos a este—, si tengo el collar, por cierto, mamá me lo regalo hace dos años por mi cumpleaños y jamás lo he usado porque esta horrible y no combina con nada de lo que tengo.
—Además de que nunca usas bikini —dijo su novia.
"Eso es cierto" pensó el castaño algo extrañado.
Mabel no dijo nada ante eso y simplemente se sentó casi como perrito regañado.
Dipper no entendió eso último en absoluto, aunque honestamente no estaba entendiendo mucho de lo que estaba pasando.
—¿Quién sigue? —preguntó Pacífica.
—Creo que el nerd —dijo Mason.
—Pero si tú ya pasaste —respondió Dipper.
Xólotl soltó una carcajada.
—Adoro como estos dos se llevan, es tan pasivo-agresivo, Bill deberíamos ser mejores amigos como ellos.
—Nosotros no somos amigos —dijeron los castaños al unísono.
—Ajá y la castaña en mis piernas no es mi novia.
—Como sea —dijo el castaño—, es mi turno.
Dipper se levantó del su lugar junto a Will y camino hasta el centro, sintiéndose ligeramente mareado tomando un papel.
Crush.
Cerró los ojos... ¿era en serio?
Al parecer las probabilidades lo odiaban.
—Parece que viene otro interesante —dijo su hermana.
De todos los posibles papeles que había justo le tenía que salir ese.
Tomo un gran suspiro de aire y lanzó el dado: impar.
Gracias al cielo, al menos no tenía que soltar la mitad de su vida ahí.
Se detuvo por unos segundos a pensar y empezó.
—El otro día acababa de salir de clases —comenzó algo incómodo—, y lo vi, habíamos quedado en vernos después de todo —dijo con la mirada casi perdida—. Cuando llegué al punto de encuentro lo vi sentado en el mismo lugar de siempre, con la mirada distraída que siempre trae, jugando nerviosamente con sus manos —contó, recordando todas esas veces que había visto a Will distraído en clases o en la cafetería y sonrió—, ahí estaba, el chico del que estoy enamorado —varios jadearon en sorpresa.
—¿A poco puedes sentir? —dijo Xólotl.
—¿A poco tienes corazón?
—Cállanse —dijo Mason—, déjenlo terminar, por dios.
—Y luego dices que no eres su amigo —murmuró el de cabello oscuro.
Mason le lanzó una mirada asesina, parecía que a Xólotl le encantaba recibir esas miradas.
—Llevó mucho tiempo enamorado de este chico así que me acerqué armado de valor y me senté junto él, estuvimos en silencio por un par de segundos y luego me miró —Dipper miró momentáneamente a Will, quien lo estaba viendo—, lo miré directamente a los ojos y finalmente tuve el valor de decirle lo que siempre le había querido decir pero que nunca había podido: estoy enamorado de ti —dijo con la mirada aun clavada en Will y al terminar de decirlo, apartó la mirada, sonrojándose fuertemente, provocando otro suspiro de sorpresa por parte de unos chicos de ahí.
Dipper sintió su corazón pesar, como le gustaría poder tener el valor de realmente decirle eso a Will.
—Él sonrió y me besó —continuó con su historia—. Así que creo que vamos a empezar a salir.
—Verdad —dijo Will rápidamente, había sentido tanta sinceridad en esas palabras que no podía creer que eso fuera otra cosa más que verdad.
Mason al notar que Will dijo verdad decidió coincidir con él, ¿había algo que Dipper no le había contado?
—Mentira —dijo su hermana y su novia.
—Mentira —dijo Bill.
—Mentira —dijo Xólotl y la castaña junto a él.
—Es efectivamente mentira —dijo el castaño.
—Sabía que no podías estar enamorado de alguien —se burló Bill.
Dipper sintió su alma caer al piso.
"Si supieras" pensó.
—Exactamente, es imposible —contestó con algo de fastidio—, creo que te toca William.
Will se levantó aun algo extrañado, ¿cómo podía ser mentira? El lo había escuchado tan sincero...
Sin embargo, tomo un papel del montón y se sonrojo ligeramente.
—¿Puedo cambiar de papelito? —preguntó haciendo un puchero que a Dipper le pareció el gesto más adorable del universo, quería apartar la mirada, pero simplemente no pudo.
—¿Por qué? —preguntó su hermano—, nadie ha cambiado, no seas tramposo Will.
—Pero es que no sé qué decir del mío, no sé cómo contar una historia al respecto —dijo quejumbroso.
Quería decirle que sí, que él podría hacer lo que quisiera y que podría pedir cualquier cosa y Dipper lo haría.
Parpadeo con fuerza, el alcohol lo estaba afectando más de lo que quería admitir.
—No, no puedes cambiar —dijo Xólotl—, aunque no necesariamente tienes que contar una historia, supongo que puedes decir algo relacionado a eso si todos están de acuerdo.
—Por mí no hay problema —habló Dipper sin pensarlo, el otro castaño lo miró con una sonrisa pícara y una ceja alzada, casi diciéndole ¿así o más obvio?
Dipper lo ignoró.
—Tampoco por mí —dijo el otro castaño.
Todos acordaron con eso, fue entonces cuando Will suspiró, los miró y empezó.
—Creo que me gusta alguien, hemos estado hablando mucho últimamente, casi todos los días, me siento tan tonto a su alrededor, siento que esa persona sabe que me gusta y cuando me ve creo que puede leer hasta el último pensamiento de mi cabeza. A veces cuando me mira creo que —se interrumpió sonriendo—, siento que... soy la única persona en la habitación.
Dipper sintió su estómago caerse al suelo, como daría lo que fuera porque Will hablará así de él.
—Que romántico —soltó la castaña junto a Xólotl.
Will se sonrojó ante este comentario y se aclaró la garganta.
—Lo cual cualquiera pensaría que es bueno —continúo—, pero estoy tan seguro de que jamás en la vida me hará caso, dios, brincos diera si eso fuera así, está persona no podría verme así nunca, sólo creo que lo hace porque quisiera que lo hiciera, en resumen, estoy tan seguro que ni siquiera tengo esperanzas ni intentare nada, es más creo que incluso le dejaré de hablar y me apuñalaré... ese último comentario no lo tomen en cuenta, sólo estoy exagerando.
—El rey del drama te dicen —le dijo su hermano—, es verdad.
—Verdad —dijo Mason, él podía entender el sentimiento
—Mentira —acordaron tanto la rubia como su novia.
—Mentira —habló la castaña sentada en las piernas de Xólotl.
—Mentira por dos —dijo Xólotl con algo de actitud.
Will miró a Dipper en busca de su respuesta y durante unos segundos se quedaron viendo.
—Verdad —susurró el castaño finalmente con el corazón encogido, era obvio que hablaba de Joy.
—Es verdad —dijo el chico, aclarándose la garganta—, ja ahora lo saben, me gusta alguien, ups.
—Que sorpresa —dijo su hermano.
—Eso era obvio —dijo la hermana de Pines—. Pero no creo ni por un momento, William Cipher que no vayas a intentar nada, es más ¡te lo prohíbo! Al finalizar esto tendremos una plática al respecto, ¿cómo que "es imposible, no voy a intentar nada"? —dijo con voz infantil—. ¡NADA ES IMPOSIBLE! —le gritó.
—Pero esto lo es —dijo haciendo un puchero.
Dipper quiso pararse y decirle que lo dejen en paz, quería quitarle el dolor que se veía en sus ojos.
—Jamás me hará caso —añadió—, y estoy seguro de eso, así que no empieces con tus cosas porque me darás esperanzas y luego cuando no pase nada vas a ser la primera en decirme: "amigo date cuenta" y lloraré mucho tiempo y lo sabes —le dijo retándola.
—Vas a ver Will, vamos a hablar de esto seriamente —sentenció la castaña.
—Estoy de acuerdo con mi smutchi boo, tiene que ser mentira, mentiras —gritó Xólotl golpeando el sofá con un puño—. No puedes ser tan ciego.
—¿Estás sacando los apodos de Monsters, INC? —dijo Mason, totalmente ajeno a los gritos.
—¿De qué estás hablando? —Le preguntó Will a Xólotl.
—De que estoy bastante seguro de saber quién te gusta y estoy aún más seguro de que le gustas también, son terriblemente obvios —respondió el chico—. No hay manera de que no te des cuenta de que le gustas —Xólotl se dirigió a su cuñado—, y sí, sí son de ahí.
—En primera no creo que sepas de quién estoy hablando —le respondió en un tono que parecía casi un berrinche—, porque eso implicaría muchas platicas que no hemos tenido o que mi hermano es un bocón lo cual no veo imposible.
—¡Hey! No soy tú —le dijo el rubio ligeramente ofendido.
—Y en segunda —continuó ignorando el comentario de su hermano—, te estoy diciendo que no, es imposible que sea mutuo y fin.
—Estoy tan seguro de sí es mutuo —continuó Xólotl—, que incluso te apuesto que van a empezar a salir como tres meses, máximo.
—Ojalá —dijo riendo como si fuera la cosa más absurda del mundo.
—Es más Willcito, un día vas a entrar al club y te voy a decir: ¡te lo dije ese día en la fiesta!
Will solo rodó los ojos y cruzó los brazos, apartando la mirada ofendido.
—Como digas Xólotl —replicó burlón—, ¿quién sigue?
—Yo —dijo el rubio entre risas, mientras se levantaba del piso.
El rubio tomo un papel y sin dudarlo se paró en el centro.
—El otro día salí con mi pareja —empezó con una sonrisa ligeramente burlona—, estábamos almorzando después de clases como de costumbre y me tomó de la mano por encima de la mesa mientras platicábamos, le sonreí con cariño y presioné su mano con fuerza, agradecido de que estuviera esa tarde conmigo, incluso enredé nuestros dedos y me sonrió de igual manera, el almuerzo fue breve porque luego teníamos que ir al cine a ver una película que nos moríamos por ver, estuvimos paseando toda la tarde en la plaza, besándonos y riendo hasta el cansancio, incluso me atrevería a decir que ha sido una de las mejores citas que hemos tenido, al final del día llegamos a su casa y cuando me vio directamente a los ojos, supe que lo que tenemos es mejor de lo que parece, en ese momento supe que lo que teníamos iba más allá de lo que los demás veían, desgraciadamente tuvimos que despedimos, pero estaba tranquilo porque sabía que el siguiente día sería igual de asombroso como ese.
—Mentira —dijo Xólotl y la castaña junto a él casi al instante.
—Verdad —soltó Dipper.
—Verdad —dijo Mabel y su novia.
—Mentira —dijo Will frunciendo los labios.
—Mentira —susurró Mason con la voz casi cortada, sin ser capaz de mirar al rubio.
—Tienen razón, es mentira —soltó el rubio bebiendo cuatro tragos de golpe—, ni siquiera tengo pareja.
Dipper notó como el otro castaño tomaba otro largo tragó de su vaso con bastante pesar.
Vaya.
De verdad le dio mucha curiosidad saber que pasaba entre esos dos, tal vez un día podría preguntarle al respecto, porque parecía que ahora no era un buen momento.
—Tal vez deberíamos dejar esto hasta aquí —dijo Will.
—Podemos jugar otra cosa —habló Mabel.
—O podríamos dejar de jugar —dijo la rubia sobre de ella—, creo que deberías dejar de beber cielo.
—Todavía estoy bien —respondió—, lo juro.
La rubia no parecía muy convencida, pero no dijo nada más al respecto.
—Ya sé que podemos hacer —dijo el rubio con una sonrisa—, "UNO" con shots.
Dipper estaba seguro que eso terminaría mal.
[...]
Y no había estado equivocado. Casi una hora había pasado desde que estaban jugando y bebiendo, aunque para esa hora no todo había sido risas, desgraciadamente en un punto Mabel se levantó corriendo hacía el baño.
—Dios —dijo la rubia, siguiéndola.
Al parecer el alcohol se le había subido un poco, puesto que llevaba alrededor de 15 minutos vomitando en el baño, Pacífica sentada en el suelo a su lado sosteniéndole el cabello y Dipper estaba ahí también acariciando la espalda de su hermana en un intento de tranquilizarla.
—Te dije que te detuvieras —le dijo la rubia—, ya hemos hablado de esto Mabel.
—Lo sé —dijo reposando la cabeza en su hombro de la rubia—, lo siento.
—Está bien —le contestó—, lo importante es que se te pase, amor.
—¿Dipper? —habló su hermana.
—¿Sí? —cuestionó el chico.
—¿Podrías dejarnos un momento a solas a mí y a Paz?
—Seguro, si necesitas algo me llamas, ¿de acuerdo?
La castaña asintió ligeramente.
Dipper le besó la frente y su hermana le sonrió agradecida, luego abandono el baño, dejando a las chicas ahí.
Cerró la puerta detrás de él, suponía que merecían algo de privacidad.
Cuando regresó a la sala se encontró al resto de los chicos.
—¿Cómo sigue? —preguntó Will preocupado.
—Mejor, supongo —le dijo sentándose junto a él en el sofá—, me pidió dejarla a solas con Paz.
—Espero que se mejore pronto —dijo levantándose—, ¿se tomó el medicamento que le di?
—Dijo que ahora no, porque lo va a vomitar —contestó el castaño—, que prefería tomarlo luego.
—De acuerdo —respondió el chico frunciendo los labios—, supongo que tiene sentido.
—Un baño menos —soltó Xólotl a modo de broma.
Dipper rodó los ojos.
—Todavía quedan dos arriba —dijo Will despreocupado.
—Y uno afuera junto a la piscina —agregó Bill—, aunque creo que ahora no tiene luz.
—Mejor —dijo el de cabello oscuro pícaramente mientras que le presionaba los costados de la cintura a la castaña.
—Eres un tonto —le respondió su novia dando un saltito por la sorpresa.
—Todos saben que la mejor parte de las fiestas es cuando las parejitas se encierran en el baño —dijo Xólotl—, ahora la pregunta es... ¿qué parejita sigue?
—No seas idiota —le dijo el rubio—, sólo podrían ser tú y Shooting Star.
—No hables tan pronto Billcito —le dijo guiñándole un ojo—. La noche es joven y muchas cosas podrían sorprenderte.
Bill simplemente rodó los ojos algo irritado.
—Bueno, pues no seré yo —soltó a la defensiva.
En ese momento Mason simplemente se levantó y subió las escaleras.
—¿A dónde vas? —le preguntó su hermana a causa de su repentina acción.
—Al baño —dijo secamente sin mirar a nadie.
Xólotl miró a Bill alzando las cejas y éste sólo le dio un golpe, cansado.
—Detente —le dijo con severidad.
—Yo no estoy haciendo nada —se excusó el chico—, ¿quién sabe? ¿quién quita que al final de la noche Pines y Gleeful terminen besándose?
Bill soltó una carcajada tranquilizándose un poco.
—Eres un idiota —dijo Dipper.
—Sólo estoy bromeando —volvió a decir—, todos sabemos qué, si tuvieras un crush con alguien de aquí, sería yo.
Esta vez él que soltó la carcajada fue Dipper.
—Brincos dieras —le dijo rodando los ojos, repitiendo lo que había escuchado de Will.
—¿Entonces quién sería?
—¿A ti que te importa? —le dijo con fastidio y luego se dirigió a la castaña—, yo que tú me preocuparía, creo que se me esta insinuando y déjame decirte que así empiezan.
La castaña soltó una carcajada.
—Tienes razón —dijo con excesivo drama—, ¿crees que ya sea momento de dejarlo?
—Es lo que yo haría —bromeó.
—Lo tomaré en cuenta —le dijo guiñándole el ojo a Dipper.
¿Quién diría que la hermana de Pines era agradable?
—Oye —le dijo Xólotl con un puchero.
La castaña lo besó en la mejilla.
Will sólo rió durante toda la conversación.
De repente escucharon un llanto que provenía de arriba.
La expresión de la castaña cambió por completo, reconociendo los quejidos.
—Ahora vuelvo —soltó y subió corriendo las escaleras con bastante preocupación.
—Iré con ella —comentó el chico y subió tras de ella.
—Vaya, realmente ahora se puso bueno —añadió Bill con sorna.
—No seas un imbécil, Bill —le regañó su hermano—, tal vez deberías ir a verlo... es tu amigo después de todo.
—Que vaya Dipper, él es su mejor amigo —respondió disgustado por el comentario de su hermano.
—Dipper no es el que está peleado con él —le dijo con severidad.
Dipper podía escuchar el sollozo del otro castaño desde ahí y se sintió genuinamente mal, una parte de él sí quería subir y apoyarlo como podía, pero de cierto modo sentía que no era su lugar estar ahí... al menos no en esos momentos.
—¿Está todo bien? —preguntó Will con preocupación al ver a Xólotl bajar.
Aunque trato de ocultarlo, el rubio se notaba ciertamente interesado en la respuesta de su amigo que se sentó a su lado.
—No sé, no me dejó pasar, ni a mi chiquibaby —dijo el chico—, ella pensó que si bajaba tal vez la dejaría entrar a ella, pero no creo, nunca había escuchado a Pines así.
En ese momento el rubio tenía una cara de culpabilidad muy grande y finalmente se levantó subiendo las escaleras sin decirle nada a nadie.
—Pino, ¿puedo pasar? —se escuchó suavemente desde arriba.
La castaña bajo unos segundos después un poco más tranquila.
—Creo que merecen algo de privacidad —fue lo único que mencionó al respecto.
En ese momento Pacífica salió del baño con Mabel a su lado, aún algo tambaleándose un poco, finalmente se había quitado sus tacones y agradeció internamente a Paz porque estaba seguro de que ella fue la quién la convenció de hacerlo.
—¿Ya sé tomó la medicina? —interrogó Will.
—Sí —confirmo Pacífica con alivio en su voz—, dice que se quiere ir.
—No creo que sea buena idea que Dipper maneje ahora, no está del todo bien —dijo Will.
—Estoy bien —respondió el castaño.
—No lo creo señor tomé 4 shots seguidos porque Pines me reto, creo que lo mejor es que ambos se queden está noche.
Dipper quiso replicar, pero Will no se lo permitió.
—No está a discusión, Dipper ayúdame a cargar a tu hermana y llevarla a la habitación de huéspedes, ambas pueden dormir ahí esta noche.
Will intentó sostenerla, pero rápidamente el castaño se acercó y la levantó el solo.
—Gracias hermanito —dijo la chica envolviendo sus brazos alrededor de su cuello, abrazándolo ligeramente.
—Qué fuerte —bromeó la rubia y Dipper se sonrojó.
Nadie comentó nada acerca de eso.
El castaño comenzó a llevarla por las escaleras, con Will y Pacífica a su lado. Cuando finalmente llegaron a la habitación Dipper la recostó en la cama, medio sentada.
—No deberíamos acostarla, por si se vomita otra vez —dijo el castaño.
—No, no, no, le prometí a Pacífica que no vomitaría otra vez.
—No creo que eso sea algo que puedas controlar —le dijo su hermano.
—¿Estás seguro de eso? —contestó la castaña retándolo.
—Cielo —la interrumpió la rubia, angustiada—, tal vez sea mejor que no pienses en eso ahora.
—De acuerdo.
—Me voy a sentar junto a ti mientras tanto, ¿te parece? —le comentó con calidez.
—Por favor —contestó abrazándola.
—Yo la cuidaré, no se preocupen, bajen y Will trata de disfrutar el resto de la noche.
—Si Willy —dijo la castaña—, que esto no te arruine la noche, aun tienes a mi hermano para divertirte —bromeó pícaramente.
Dipper se volvió a sonrojar.
Dios, el alcohol realmente le estaba afectando.
—Gracias Mabs —respondió con una pequeña sonrisa—, no tienes que preocuparte por lo otro.
Sin decir más, ambos chicos salieron de la habitación y la cerraron cuidadosamente, dejando a las dos chicas acurrucadas.
—Vaya noche —soltó Dipper.
—Ya lo creo —secundó Will.
Ambos bajaron nuevamente las escaleras, escuchando en el camino como el otro castaño seguía sollozando, pero decidieron no hacer ningún comentario al respecto.
—Xólotl y yo iremos a la tienda a ver si encontramos algo para comer —dijo la castaña—, ahora volvemos.
—No, ninguno manejará así.
—De hecho, pensábamos ir a pie, hay un puesto de comida a unas tres calles de aquí —aclaró el chico—, voy ahí siempre cuando vengo.
—De acuerdo.
—Will, ¿vienes con nosotros? —le preguntó la chica.
—¿Por qué? —cuestionó confundido el mencionado.
—Porque tenemos un tema pendiente tú y yo —respondió y Will se sonrojó.
—No hablaré de eso frente a Xólotl —soltó con simpleza.
—Ya te dije que igual sé quién es tu crush —recordó el mencionado.
—Que no —negó el cumpleañero.
—Bueno, vamos tú y yo al frente hablando de eso y Xólotl como a 5 metros detrás cuidando que no nos maten, ¿de acuerdo? —soltó la castaña.
—¿Tengo otra opción? —dijo haciendo un gesto de fastidio.
—No realmente.
—De acuerdo —dijo tomando su chamarra antes de dirigirse al castaño—; Ahora volvemos.
Dipper le sonrió como pudo.
—Seguro —soltó con tranquilidad.
Los tres abandonaron el lugar y fue en ese momento que la realidad golpeó al chico.
Era su oportunidad.
Dipper subió nuevamente las escaleras en silencio, siendo lo más cuidadoso posible, hasta que llegó a una puerta que tenía pegado un "Everything is fine", y supo que esa era la habitación de Will. Reconocería ese cartel de la serie que el chico tanto le había hablado en cada oportunidad que tenía.
Sin dudarlo más tomó la perilla y la giró, y al no tener el resultado que quería, repitió esa acción un par de veces con desesperación.
La puerta estaba cerrada con llave.
Parecía que el mundo estaba gritándole constantemente lo mucho que lo odiaba y se la pasaba recordándole con bastante constancia qué también contaba con la peor suerte del mundo.
No, no, no, no, no, no, no, no, no.
Por favor no, eso no podía estarle pasando, no ahora.
Dipper empezaba a entrar en pánico, tenía que entrar a esa habitación ahora, antes de que volvieran.
"Piensa Dipper, ¿cómo puedes entrar?"
¡La ventana!
Posiblemente había muchas mejores maneras de entrar a la habitación, como buscar una llave o intentar abrir con una tarjeta o algo así, pero evidentemente el alcohol y la desesperación eran una muy mala combinación.
El castaño bajo corriendo las escaleras y salió al jardín de los Cipher, desde que salió sintió el frío de la madrugada en su rostro e incluso en sus manos, pero no tenía tiempo para eso.
Había poca luz en el jardín, apenas un par de farolas que Dipper definitivamente no sabía cómo encender, así que a oscuras camino hasta donde asumía que estaba la ventana de Will, teniendo cuidado de no tropezar hacia la piscina, estaba vacía y tal vez no se mojaría, pero probablemente se lastimaría.
Entre algunos tambaleos se preguntó porque no se había tambaleado antes, ¿sería que finalmente el alcohol del reto de Pines se le estaba subiendo?
La respuesta a eso era que seguramente sí.
Pero tenía poco tiempo, tenía que subir por la ventana y abrir, meterse y robarse su diario.
Tenía que recuperarlo.
Busco alrededor una escalera o algo y lo logró, a un costado de la casa había una que parecía que absolutamente nadie utilizaba, por lo que estaba llena de objetos, no obstante, el chico ni se molestó en quitarlos y cuando tomo la escalera las cosas cayeron al piso haciendo un terrible estruendo que realmente creía que a nadie le importaría.
Y efectivamente así fue, ninguno de los 4 chicos que ahí estaban dijo o hizo algo al respecto, así que la tomó y la colocó como pudo en la ventana.
Algo mareado y confundido subió lentamente y con sumo cuidado cada escalón hasta que finalmente llegó a la habitación. Intentó con todas sus fuerzas abrirla y no pudo, intentó abrirla empujando, jalando, intentó deslizarla a los lados y hacia arriba y nada. Estaba completamente cerrada.
¿Y si la rompía?
¿Era capaz de algo así?
No, no podría hacerle eso a Will.
Dios, no.
¿De verdad no podría recuperar el condenado diario?
Desearía jamás haberlo escrito.
Se aporreó la cabeza contra la ventana un par de veces y bajó las escaleras, resignado.
Con las manos astilladas y algo lastimadas por sus esfuerzos de abrirla, tomó la escalera y la colocó en su lugar.
¿Qué haría?
¿Acaso podía hacer algo?
Dipper soltó una risa seca.
A ese punto sentía que no podía hacer absolutamente nada, nunca recuperaría el estúpido libro, se sentía tan frustrado, tan enojado y dolido.
A Will le gustaba alguien.
Ese pensamiento le revolvió el estómago.
Aunque honestamente no estaba seguro si fue el pensamiento o el alcohol, ya que a ese punto se sentía terriblemente mareado.
No sabía qué lo movió a eso, pero se acercó a la piscina y decidió meterse a ella, ¿por qué?
No tenía ni una maldita idea.
Tal vez algo del dramatismo de Mabel se le estaba pegando.
O tal vez realmente esos ultimo 4 shots finalmente le estaban afectando.
Como pudo intentó bajar las escaleras de la piscina, sin embargo, en el último escalón se resbalo cayendo sobre su trasero.
Suponía que era algo que debía pasar, en realidad estaba sorprendido de que no hubiera pasado antes, pero estaba bastante agradecido de que no le hubiera pasado antes con la otra escalera.
Probablemente hubiera tenido una herida seria de ser así.
Lentamente se levantó algo aturdido con cierto dolor recorriéndole el cuerpo, únicamente para caminar al centro, sentarse y luego recostarse en el frío suelo de aquella piscina vacía.
¿Era así como se sentía tener una crisis?
Si su mal presentimiento no había sido por no recuperar el diario, ni caerse, definitivamente era por tener una crisis en la piscina de Will.
Sentía que quería gritar, llorar o incluso romper algo, pero simplemente se sentó en el fondo de la piscina viendo la ventana del chico.
Hizo algo que hacía mucho que no hacía y que probablemente lo metería en problemas luego, pero de uno de los bolsillos de su abrigo sacó una cajetilla de cigarros, le quedaban un par. Tomó uno de ellos y lo encendió con el encendedor que traía en el mismo bolsillo y ahí acostado en el suelo, empezó a fumar y a tener una crisis.
No podría evitar preguntarse: ¿por qué no podía como un chico normal en vez de escribir un jodido diario? Sólo acercarse y hablarle. No era tan difícil.
¡Ahora lo hacía!
Le hablaba casi todos los días y era tan fácil, claro que ahora tenía una excusa... qué irónico que su excusa era también su perdición.
Perder su diario era lo peor y lo mejor que le había pasado con Will hasta ahora.
Pero eventualmente eso iba a acabar.
Se iba a acabar porque una de dos, o recuperaba el diario y jamás le volvía a dirigir la palabra a Will porque no tendría el valor o dos, Will descubría que el autor de esa porquería y jamás le volvía a dirigir la palabra a Will por vergüenza.
Siempre la conclusión era la misma.
Más ahora que tenía casi confirmado que a Will le gustaba Joy, y Xólotl tenía razón, era obvio que era correspondido y que Joy tenía sentimientos por él.
Era obvio que Will y ella empezarían a salir y Xólotl le gritaría te lo dije.
Era obvio que Will no era para él.
De verdad quería gritar.
El frío comenzaba a afectarlo, después de todo el piso de la piscina estaba heladísimo y empezó a temblar.
Pero no se quitó de ahí.
¿Tan difícil era ir y decirle lo que había dicho en el estúpido juego?
Intentó imaginarse a sí mismo yendo al final de clases a buscar a Will y diciéndole: estoy enamorado de ti.
Estoy enamorado de ti, William. Llevo mucho tiempo estándolo. Yo escribí el diario porque estoy terriblemente enamorado de ti.
Casi rompió a carcajadas.
No, no podría nunca.
De repente escucho una canción extremadamente pegajosa y a dos chicos empezar a cantar, sólo que esta vez desde la habitación del rubio y sonrió. Esperaba que hubieran resuelto sus diferencias y volvieran a ser amigos. Dipper esperaba que Bill y Mason empezaran a salir pronto, después de todo el creía que era obvio que se gustaban y no podía evitar preguntarse que los detenía de empezar a hacerlo desde ahora.
Tal vez luego podría preguntarle a Pines sobre todo eso, sería interesante saber la razón detrás de su extraña relación.
Volviendo a su línea de pensamientos, ya sabía que debía hacer.
Debía recuperar el diario y pretender que nunca nada había pasado.
Debía recuperarlo y sencillamente mirar a otro lado cuando Will y Joy estuvieran juntos.
Fácil.
Sólo ignoraría sus sentimientos como llevaba media vida haciendo, lo único que debía hacer era recuperar el diario y dejar de hablarle a Will nuevamente.
Y esos eran pasos muy complicados, pero no imposibles.
Estaba determinado a eso, porque después de todo... Will era demasiado para él.
Siempre había sabido eso y ahora no sería diferente.
—With a taste on your lips I'm on a ride —cantó una voz detrás de él y se paralizó.
Dipper se sentó de golpe, lo cual fue una pésima decisión, puesto que por un momento creyó que se uniría a su hermana y vomitaría, pero sólo le comenzó a dar vueltas todo y la cabeza le dolió. Sin embargo, ignoró todo eso y volteó.
De repente la ventana del rubio se abrió y la música se detuvo.
—¿Quién está fumando? —gritó Bill desde su ventana.
—Un vecino —contestó Will por él.
—Demonios —masculló mientras cerraba a ventana nuevamente y la música reiniciaba, escuchándose un par de risas que acompañaban la canción.
Dipper alzó la mirada y vio a Will parado en la orilla de la piscina, mirando la ventana de su hermano.
—Hola —le dijo el chico viéndolo finalmente desde fuera de la piscina al castaño.
—Hola —le contestó.
—No sabía que fumabas.
—Se supone que no lo hago —le dijo llevando un dedo a sus labios.
La canción subió de volumen por un momento.
— Toxic by the legendary miss Britney Spears —continúo Will con una sonrisa—, esa es la canción que está sonando.
—Yo no sabía eso —contestó.
—Ahora lo sabes —habló bajando las escaleras de la piscina con una manta—. Veo que a alguien más ya se le subió —bromeó.
—No es cierto.
—Parece que sí —le dijo acercándose cada vez más, provocando que Dipper se pusiera nervioso—, no creo que en tus 5 sentidos te acostarías en el piso de una piscina vacía mientras fumas.
—Eso es debatible.
Will soltó una risa.
—¿Puedo? —preguntó el chico señalando el lugar junto al chico.
—Adelante —contestó—, ¿te molesta? Porque si te molesta lo puedo apagar.
—No, está bien, al que le molesta es a Bill, mientras no se enteré de que eres tú todo está bien —le dijo sentándose junto a él—. ¿Te asusté?
—Un poco —admitió el castaño, sintiéndose extraño por la proximidad—, aunque más que nada me sorprendiste.
—Es mi talento secreto, sorprender a la gente —habló haciendo manos de jazz pequeñas y Dipper rió—, ¿tienes frío?
—Algo —contestó absorbiendo un poco más del humo—, aunque esto me hace entrar un poco en calor.
Will le paso la manta que traía.
—Esto te hará entrar mejor en calor —le dijo extendiendo la manta entre los dos—, aunque sólo traje una, supongo que tendremos que compartir.
—Supongo que sí —dijo el castaño desviando la mirada ocultando sus mejillas sonrojadas.
Will lo cubrió con la manta.
Había una respetable distancia entre los dos y aun así Dipper sentía todo su cuerpo reaccionando por la cercanía del chico.
Y definitivamente el alcohol en su sistema no lo ayudaba ni un poco.
Decidió platicar con él para relajarse.
—Lamento que tu cumpleaños sea un desastre —le dijo con una mueca.
—No lo es... —respondió Will por lo bajo.
—¿De verdad? —le preguntó con escepticismo—, no tienes que mentir por cortesía.
—En serio —respondió el chico—, no ha sido un desastre... ha sido desastroso, pero no un desastre.
Dipper rió ante eso.
—Hubo muy buenos momentos —le dijo el castaño.
—¿Ah sí? ¿Cómo cuál? —preguntó con extrema curiosidad.
—Tú y Pines sobre la mesa cantando "Baby One More Time" es algo que jamás borraré de mi mente.
Will soltó una carcajada.
—¿Qué puedo decir? Britney es mi debilidad, no estoy tan obsesionado con ella como Pino, pero debo admitir que sus canciones son de las pocas que me hacen bailar —confesó con diversión.
—Lo noté.
—No te burles, apuesto que hay algo así que te hace bailar.
—Mmm —dijo fingiendo estar pensativo —, creo que, si hay algo, pero honestamente es muy raro.
—Un día debes ponerlas... te diría que ahora, pero tengo demasiado frío como para pararme a bailar.
—¿Quieres mi saco?
Will lo miró unos segundos.
—No, estoy bien —le dijo.
—De acuerdo, pero si lo quieres me avisas —Will asintió—. ¿Entonces no ha sido un desastre?
—Para nada, creo que es de hecho de mis mejores cumpleaños.
—No te creo —soltó el chico.
—Te lo juro.
—¿Tan malos han sido los anteriores? —cuestionó con sorna.
Will lo empujó ligeramente con su cuerpo.
—No seas así, realmente no ha sido malo, ¿y qué si Mabel vomitó y Pino lloró? Como si no te esperabas que alguien terminara así, siempre alguien termina así —habló el menor.
—Supongo —dijo riendo.
—Y... —Will empezó a decir—, bueno al menos ahora estamos aquí en medio de mi piscina vacía y estamos hablando, suena a ganar para mí y, ¿para ti? —bromeó el chico y Dipper se sonrojo.
"No tienes ni idea" pensó el castaño.
—También —murmuró.
Se quedaron en silencio por unos segundos.
—¿Alguna vez te he contado mi fiesta de cumpleaños número 14? —dijo el castaño.
—Creo que no —respondió Will
—Fue un desastre —dijo riendo—. Mabel y yo celebrábamos nuestra fiesta de cumpleaños número 14, obviamente y teníamos pocos amigos en ese tiempo, bueno en realidad yo no tenía amigos y ella tenía como 10 admiradores, sequitos, entonces decidimos no invitar a nadie, ambos solo queríamos tener a mamá y papá por un día, ¿sabes?
—Yo hubiera sido tu amigo si me hubieras dejado —masculló entre dientes el chico, casi como en un susurro.
—¿Disculpa? —preguntó confundido, sin lograr entender lo que dijo.
—Nada, continúa —negó con suavidad su cabeza.
—En fin, ese día estábamos en la casa y Mabel y yo nos arreglamos desde temprano, acomodamos la casa y la chica que nos cuidaba nos había ayudado a tener la casa en orden, había hecho un muy bonito pastel y había nos ayudado a hacer un par de decoraciones para la casa.
—¿La ayudaste? —preguntó con curiosidad.
—Soy pésimo para la cocina, pero Mabel sí lo hizo y respecto a lo demás... hice mi mejor intento —contestó con cierta diversión.
Dipper le dio una última bocanada de humo a su cigarro y luego lo apagó en el suelo de la piscina.
—El punto es que era un pastel casi perfecto, hubiera sido perfecto si mi hermana no lo hubiera tocado, pero era bastante decente. Mis padres debían llegar las 5, así que desde las 4, Mabel y yo teníamos todo listo, nosotros estábamos listos, arreglados y bañados, la comida estaba lista, el pastel y todo era prácticamente perfecto.
Will lo veía con genuino interés, lo cual lo ponía ligeramente nervioso.
—Dieron las 5, ¿y qué crees que pasó?
—¿Tus padres llegaron?
—No, por el contrario, no lo hicieron —continuó con la mirada perdida—, dieron las 6 y tampoco, fue hasta las 8 y media que finalmente aparecieron, parecía que habían estado peleando, cosa que no era inusual en ese tiempo.
—¿Por qué llegaron tan tarde? —interrogó el chico.
—Nunca les pregunté, no quería saber que era más importante que sus hijos en esa ocasión —respondió encogiéndose de hombres—, al día de hoy sigo sin querer hacerlo.
Will no dijo nada ante eso, ¿qué tanto tienes que hacer para que tus hijos se sientan así de mal?
—El punto es que llegaron, la cena fue demasiado incómoda, puesto que ahí, justo ahí, en frente de sus dos hijos seguían peleando y justo en el momento donde debíamos soplar las velas mi madre gritó: "¡Quiero el divorcio! Lo quiero tanto que incluso:" y apagó las velas por nosotros para después continuar con un "uso el deseo de nuestros hijos para desear el divorcio".
—Oh por dios —dijo Will—, tienes que estar bromeando.
—Desgraciadamente no lo hago, aunque, aquí entre nos —le confesó—, creo que estaba ebria.
—Espero que lo estuviera, porque si lo dijo sobria entiendo a la perfección porque estabas aquí tirado fumando —contestó el chico.
Dipper rió ligeramente, "ojalá fuera sólo eso".
—Perdón —contestó—, no debí aceptar el último reto de Pines.
—No tienes que disculparte —dijo el chico junto a él—, ¿fueron 4?
—Más todo lo de antes —respondió.
Fue Will quien rió esta vez.
—Ahora todo tiene tanto sentido, me sorprende que durarás tanto —Will se acomodó en la manta—, ¿y tus padres? ¿Ellos se...?
—¿Divorciaron? —el chico junto a él asintió—. No, no se divorciaron, estuvieron como un año sin hablarse, luego fueron a terapia de pareja y ahora supongo que están estables, quien sabe tal vez pronto se divorcien o tal vez estén juntos por siempre, honestamente a este punto no me importa.
—¿Entonces supongo que les robo el deseo en vano? —bromeó con torpeza.
Dipper rió nuevamente.
—Supongo que sí.
—¿Y no es raro en sus vacaciones familiares?
—Por supuesto —dijo el chico con exageración—, mis padres saben perfectamente como volver vacaciones en una pesadilla viviente, no pasan tanto tiempo con nosotros, pero cuando lo hacen son un insufribles, sino están siendo excesivamente demostrativos con su amor, están insultándose. Es horrible.
—¿Y cuándo es la siguiente?
—Hasta junio —respondió.
—Mucha suerte para ti y Mabel.
—Mabel esta vez no se aburrirá, consiguió convencer a mamá y a papá de llevar a Pacífica —soltó con tranquilidad.
—¿En serio?
—Sí, aun no se lo ha dicho... porque, bueno mi hermana es muy rara y no quiere ponerle presión o algo, dice que esperara a que este cerca la fecha por... si acaso. Así que apreciaría que no le dijeras nada a Pacífica por el momento —comentó el castaño.
—Por supuesto —accedió el cumpleañero.
—¿Y tú que harás?
—Probablemente leer y extrañar a Victoria, quien sabe, a lo mejor mi suerte me sonríe por primera vez y logró librarme de ellas está vez —soltó con cierto anhelo.
—Suerte con eso, lamento que hayas tenido un cumpleaños tan desastroso —comentó Will.
—No te preocupes, aunque siendo honestos he tenido mejores cumpleaños que ese... como en el que conseguí a Victoria, fue gracias a que mi tío los convenció que pude conservarla, no sé y no me interesa saber cómo lo logró, solo me alegro de que me dejaran conservarla, aquí entre nos —el castaño hizo una seña para susurrarle algo—, es mi pequeña princesa.
—Lo sé —le dijo con una sonrisa enternecido por la actitud del chico—, lo he notado.
—¿Te he mostrado la foto donde tiene una tiara? —le preguntó.
—Sí —contestó—, y es preciosa.
Dipper le sonrió agradecido de su respuesta.
—A mí me gustaría tener un gatito —dijo Will.
—Deberías.
—Tal vez lo tenga... eventualmente —comentó algo serio—, tendría que hablarlo con Bill y administrar un par de cosas que Bill no haría ni me ayudaría ni de chiste, así que por el momento no me parece algo que pueda hacer.
De nuevo hubo otro pequeño silencio.
—¿Sabes? —dijo el castaño.
—¿Qué cosa?
—No es que ver llorar a Pines o vomitar a mi hermana no sea divertido, pero... —el castaño se volteó a verlo—, esta ha sido mi parte favorita de la noche.
—Creo que se te está subiendo un poco más los 4 shots —le dijo con diversión.
—Sí, pero eso no quita que sea cierto... realmente me agradas William, mucho más de lo que te imaginas —confesó con el alcohol hablando por él.
Eso era lo máximo que podría confesarle, incluso ebrio sabía que no podría jamás decirle como se sentía realmente y lo odiaba.
Se odiaba.
Will se sonrojó ante ese comentario.
—Tú también me agradas mucho —le respondió con una sonrisa—, y aquí entre nos, creo que también ha sido mi parte favorita.
—Por cierto, no te he dado tu regalo de cumpleaños, ¿verdad?
—¿Tienes un regalo para mí? —soltó sorprendido.
—Por supuesto —le sonrió—, pero no quería dártelo frente a los demás.
Dipper saco el paquete que llevaba en el otro bolsillo de su saco, durante unos segundos lo pensó, ¿de verdad quería entregárselo?
Por supuesto.
Igual, ahora no podía arrepentirse, ya le había dicho que le tenía un regalo.
—Feliz cumpleaños William —le dijo al tiempo que se lo extendía.
—Gracias —contestó el mencionado con una amplia sonrisa—. ¿Puedo?
—Es tuyo Will, puedes hacer lo que quieras con él.
El chico comenzó a abrir el rectángulo envuelto con delicadeza, casi como si estuviera abriendo la cosa más valiosa del mundo.
Era un libro.
"The blue poetry book", para ser exactos.
—Es mi libro favorito de poesía, pensé que te gustaría... porque tiene azul en el titulo y pues tú tienes azul en todo, además de que tiene algunos poemas de Shakespeare lo cual es curioso, porque es tu tocayo.
Will rió con ternura.
—Nunca me había percatado de eso —el chico tomó el libro entre sus manos y abrazó al castaño rápidamente—, muchas gracias, ni siquiera sé que decir.
—No hay de qué.
Will se le quedó viendo fijamente a los ojos por unos segundos, que se sintieron como una eternidad para el castaño.
El chico frente a él comenzó a tiritar.
—Creo que deberíamos salir de aquí —dijo Will—, ahora sí tengo mucho frío.
—Seguramente.
Will se levantó y le extendió la mano a Dipper, este la tomó. El chico lo ayudo a levantarse, pero el castaño se tambaleo soltando un quejido.
—¿Estás bien? —le preguntó Will con algo de preocupación.
—Creo que me lastimé cuando me caí —soltó tratando de recuperar su equilibrio.
—¿Te caíste? —preguntó con preocupación.
—Al bajar aquí —confesó.
Will rió por milésima vez.
—Déjame ayudarte entonces —Will paso su brazo alrededor de su cintura y lo ayudo a llegar a las escaleras.
Dipper tenía las mejillas más que rojas.
El chico junto a él lo ayudo a subir al primer escalón y lo sostuvo de la cintura y la espalda, procurando que subiera bien.
El castaño sentía su corazón muy agitado y las mejillas totalmente rojas.
Will subió detrás de él y ambos entraron a la casa, y el castaño vio como el otro chico cerraba cuidadosamente la puerta de afuera.
—Xólotl y su chiqui baby siguen en la sala, ¿no? —cuestionó el chico.
—Les di el sofá cama, tengo un colchón inflable por si lo quieres —le respondió Will.
—Creo que sería lo mejor.
—Lo voy a poner en mi habitación, porque honestamente creo que estás más ebrio de lo que quieres admitir y no creo que los tortolos estén pendientes de que no te vomites o algo —le dijo—, así puedo cuidar que no lo hagas.
—No sé si ofenderme o agradecerte —respondió.
—Ambos.
—De acuerdo, pero ¿sí está bien por ti? —inquirió algo dudoso.
—Si, sólo dame un minuto —contestó recordando algo.
Will subió corriendo y entró a su habitación, y tras un par de minutos y unos fuertes estruendos regresó.
—Ya, ven conmigo —le dijo antes de ayudarlo a subir a la habitación—. Tuve que arreglar un poco, perdona la tardanza —se disculpó Will.
—¿Está desarreglado? —preguntó sorprendido.
—Estaba, por eso le puse llave a la puerta, que oso que alguien hubiera visto mi desastre —contestó con cierta diversión.
—Oh, tiene sentido.
—Te diría que abras la ventana, pero no sirve así que tengo un ventilador de piso por si te da calor, y cobijas por si te da frío que es lo más probable considerando que estamos en pleno noviembre —soltó el chico explicando las cosas—, también pensaba en prestarte un poco ropa para que no duermas en esa ropa, se ve algo incómoda.
—Gracias —dijo agradecido el castaño.
Dipper tomó la ropa que Will le había entregado y se dirigió al baño a cambiarse, estaba muy mareado y cuando se vio en el espejo se sintió extremadamente abrumado.
Se sentía muy frustrado, sin embargo, regreso a la habitación de Will, quien lo ayudo a llegar al colcho inflable y se recostó.
Dipper se sintió aun más abrumado cuando Will apagó la luz, porque podría levantarse y buscar su diario, pero sus ojos le pesaban más que la responsabilidad y se odio más.
En esos mismos momentos estaba tan cerca y tan lejos de su diario.
Así como lo estaba de Will.
Pero seguía estando lejos y no importaba cuan cerca llegará a él, nunca podría eliminar esta distancia entre los dos.
Y sin un pensamiento más, se quedo dormido.
¡Hola!
¿Cómo están? ¿Les gustó el capítulo? ¿Algún momento favorito?
Éste es en definitiva uno de los capítulos más largos hasta ahora y uno de los que más hemos disfrutado, esperemos que lo hayan disfrutado también.
Lamentamos mucho la demora, pero 13k de palabras no sé escriben solas y editarlas es un pex, además de que bueno, las cosas pasan. Y el lado bueno es que con la cuarentena tendremos más tiempo de escribir y editar así que probablemente haya otra actualización pronto uwu.
¿Qué creen que pasará ahora? ¿Xólotl será un pendejo por siempre? ¿Quién será el crush de Will? ¿Qué pasa entre el Pino y el Bills? ¿Bill se enterará de quién fue el que realmente fumó en la fiesta?
¡Descubranlo en los próximos capítulos de Blue Shakespeare!
Les queremos.Atte. Fiesta 2 y Fiesta 1.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top