Casa de los Cipher.
Dipper estaba nervioso.
Por primera vez en su vida estaba frente aquella casa. Estaba a punto de entrar al terreno desconocido que era la casa de los Cipher, hogar de Will.
¿Vería su habitación? ¿Ahí tendría su diario?
Debía concentrarse, recuperar el diario era su misión. Aunque... ahora que lo pensaba, ¿Will no sospecharía de él?
Tenía que arriesgarse.
El castaño respiro profundamente se armó de valor y justo cuando iba a tocar, la puerta se abrió dejando ver a otro castaño frente a él.
—¿Mason? —dijo el menor de los Gleeful, totalmente sorprendido de ver a Pines ahí.
—¿Dipper? ¿Qué haces aquí? —le preguntó con sorpresa—, pensé que llegarías más tarde.
Dipper lo miró con fastidio, mientas el chico frente a él seguía bloqueando la puerta.
—La verdadera pregunta es qué haces tú aquí —respondió, ignorando lo último que dijo—, yo tengo que terminar mi proyecto de literatura con Will.
—Estoy aquí por tarea también —mintió, evidentemente nervioso.
—Eres un pésimo mentiroso —le contestó el chico con la ceja alzada—, ¿me estás tratando de decir que hiciste tarea con Will? —Preguntó escéptico.
—Te diría que sí —le sonrió sarcásticamente—, pero probablemente te sabes su horario de memoria y no podría mentirte.
—Muy gracioso Pines —Mason rió ante eso—, entonces debo asumir que estabas besándote con Bill.
—Estábamos haciendo tarea —respondió con fingida seguridad.
—¿Si recuerdas que Bill está en un grado más grande que nosotros? —replico Dipper burlón—. No hay ni una sola clase que comparta contigo para que hagan tarea.
—Me estaba explicando temas avanzados... —Mason le sacó la lengua—, no es nada que te incumba.
—Sólo decía —dijo encogiéndose de hombros.
Ambos se quedaron en la puerta por unos momentos, a pesar de que Mason tenía que irse.
—Tu novio —Mason se aclaró la garganta—, digo amor no correspondido te espera adentro.
Dipper le sonrió de una manera pasiva-agresiva.
—¿Qué es eso que escucho? —habló con sarcasmo—. Creo que Bill te está buscando, olvidaste tus calzoncillos en su habitación.
Mason lo miró de mala manera y abrió la boca para replicar, pero se vio interrumpido.
—¡Dipper! —escuchó una voz dentro de la casa—. Llegaste.
Junto a Mason Pines una figura apareció.
Will se paró junto al castaño, justo detrás del marco de la puerta, tenía un mantel de cocina y lucía algo acalorado, pero eso sólo le da un aspecto aún más lindo.
—Hola Will —contestó con una sonrisa más suave.
Mason rodó los ojos ante la reacción del chico frente a él.
—¿Qué te pasó en la mano? —Preguntó Will con preocupación.
—Me lesione practicando piano —explicó, era una vil mentira, pero era necesaria.
Will no podía ver su letra, había escapado todos esos días haciendo sus borradores en computadora, usando la justificación de que era más fácil corregirlos así, pero el maestro había pedido los poemas a mano y no podía permitir que eso lo delatará.
Mason rió detrás de él.
—Ya me tengo que ir —dijo el castaño, mientras finalmente salía de la casa—, nos vemos luego Will.
—Seguro, nos vemos mañana Pino —le dijo Will con una sonrisa, luego se la dio la vuelta para retirarse el mantel—, dame un minuto.
Se metió a la casa rápidamente.
—¿Mañana? —Preguntó Dipper al castaño que pasaba junto a él.
—No te importa —contestó a la defensiva—, ahora si me disculpas, me retiro.
—Adiós —dijo Dipper.
—Suerte —Mason soltó mientras se iba.
—Gracias —respondió de la misma manera el castaño.
Will fue ajeno a este intercambio, cuando Mason se fue se acercó y con delicadeza tomó de la mano al castaño.
—¿Estás bien? ¿Qué te pasó exactamente? ¿Ya te reviso un doctor?
Dipper necesito toda su fuerza de voluntad para no sonrojarse en ese momento, pero fue en vano en menos de un segundo sintió su rostro arder y su corazón palpitar con fuerza, sin embargo, la atención de Will estaba demasiado centrada en su mano como para notarlo.
—Yo... —le tembló ligeramente la voz, así que recompuso—, estaba intentando aprender una nueva pieza, y me sobre esforcé, no es nada grave... pero no creo poder escribir mucho hoy.
—Eso no importa —dijo Will sonriéndole—, yo escribiré, ya buscaremos que puedes hacer, eso es lo de menos.
—Gracias.
—No hay de qué —Will soltó su mano, notando hasta ahora lo mucho que la había sostenido, sonrojándose un poco, se aclaró la garganta y continuo—: lo siento, yo... espero que te mejores pronto.
—Gracias —le dijo sonriéndole de vuelta.
—Bueno, entonces supongo que tenemos mucho que hacer.
Por primera vez estaba dentro de aquella casa, debía admitir que no era como la había imaginado en un principio, siempre creyó que sería una casa enorme y elegante, y a pesar de que se veía algo lujosa, parecía el apartamento de dos chicos.
—Puedes sentarte donde quieras, ¿se te ofrece algo de beber o de comer?
—Agua está bien.
—De acuerdo, ahora lo traigo —habló Will caminando hacia lo que Dipper creía que era la mesa—, mientras puedes sentarte aquí en la sala, dejé los borradores que me quede en la mesita, ¿qué nos falta?
—Según yo, nos falta todavía la mitad de los poemas, ¿no? —dijo el chico sentándose donde Will le había indicado—. Y aún no hemos decidido el tema del 8.
—De acuerdo —respondió el chico con una sonrisa—, iré por tu agua y al regresar mientras puedes hacer el borrador del 8 en la computadora con la otra mano... y yo empezaré a pasar en limpio los demás.
—Perfecto —le dijo con una sonrisa, que Will encontró encantadora.
***
Habían pasado varias horas e incluso empezaba a oscurecer y a pesar de que Dipper había intentando de todo para distraer a Will y poder buscar el diario, no había tenido éxito hasta ahora. Lo cual, le preocupaba; puesto que justo estaban por terminar.
—Me encanta —dijo Will sosteniendo el trabajo final—. Sólo falta pasar esos dos a su presentación final, pero eso puedo hacerlo mañana.
—¿Seguro? —preguntó el castaño nervioso—. Puedo ayudarte con algo más.
—Sí, no es nada. Yo me encargo.
Dipper iba a insistir, pero Will no lo dejó.
—En serio, yo o terminaré, no te preocupes por ello —dijo mientras se llevaba a la boca una de las galletas que había hecho—, avanzamos más de lo que hicimos en la biblioteca.
—Supongo que es porque aquí no hay distracciones.
—Seguramente.
—Nos quedó muy bien —le dijo Dipper sonriéndole—, lamento no haberte podido ayudar mucho con eso.
—No te preocupes —Will le sonrió con amabilidad—, tú hiciste la mayoría de los poemas, así que estamos a mano y así están parejos todos.
—De acuerdo —contestó, sin poder replicarle a la sonrisa del chico.
Ambos se quedaron en silencio por unos segundos, a pesar de que recientemente habían empezado a llevarse bien, de vez en cuando habían momentos en los que ninguno sabía que decir.
—Dios sabe qué tipo de letra tienes —bromeó Will, rompiendo el silencio.
O, al menos Dipper no sabía que decir.
—¿De qué hablas? —preguntó algo preocupado.
—No he visto tu letra en todo el proyecto —dijo el menor con excesiva seriedad—, algo me dice que fingiste lesionarte para que no la vea.
—¿De qué estás hablando? —contestó totalmente nervioso, ¿lo había descubierto?
No, no tenía sentido... ¿o sí? ¿Y si estaba a punto de rechazarlo?
Will rió ligeramente.
—¿Tan fea es? —dijo el chico.
El corazón de Dipper volvió a latir.
—Me descubriste —bromeó de vuelta, aun bastante nervioso—, tengo la peor letra de la escuela.
Dipper le sonrió, relajándose poco a poco. —Incluso creo que me sale mejor con la mano herida —Will rió nuevamente.
—Tal vez lo sea —dijo notando como no había visto a Dipper sonreír de tal manera hacia él.
El ambiente entre ellos había cambiado, se sentía una confianza y comodidad mutua, algo que Dipper jamás había sentido con Will antes.
—Me he divertido mucho haciendo este proyecto contigo —soltó Dipper sin pensar.
—Yo también —contestó algo nervioso el chico—, yo sabía que no eras el robot que dicen.
—¿Estás seguro de eso? —bromeo el castaño imitando una voz robótica.
Will soltó una carcajada, una fuerte y genuina carcajada.
—¿Qué fue eso?
—¿Una broma? —respondió Dipper riendo un poco—. ¿Demasiado mala?
—Un poco —le dijo con amabilidad—, aunque creo que es principalmente porque no estoy acostumbrado a verte así, siempre estás muy serio.
—Lo sé —contestó algo serio.
—Pero no es para que vuelvas a ser serio —Will le empujo ligeramente el hombro—, me gusta este lado tuyo... y no lo digo porque sea más divertido para mí sino porque... te ves más feliz así.
—Oh, yo... —Dipper sintió su corazón latir con fuerza, esas era las palabras que él le había dicho tiempo atrás.
Ambos se quedaron viendo unos segundos. Había cierta complicidad en esa mirada, una que sólo ellos dos entendían y les gustaba.
—¿Seguro que no quieres galletas? —preguntó después de unos segundos.
—Bueno, si insistes —respondió con una sonrisa—, tomaré una. ¿De qué son?
—De mantequilla —contestó Will extendiéndole la bandeja—, sólo ignora que sean triángulos, a Bill le gustan así.
—¿Tú las hiciste? —cuestionó el castaño.
—Sí —habló con rapidez el menor—, pero no tienes que decir que te gustan por eso.
—Seré lo más honesto posible.
—Perfecto —le sonrió—, porque no me gusta que me mientan.
—Lo tendré en cuenta —le devolvió la sonrisa al tiempo que metía la galleta a su boca.
Will lo miraba expectante.
Y el castaño no podía sacarse de la cabeza que su plan era idiota, simplemente no podría llevarse el diario.
En primer lugar, porque no tenía ni idea de cómo llegar al cuarto de Will sin verse sospechoso y en segunda sería demasiado obvio que el diario porque si desaparecía cuando el fuera el único que estuviera ahí, era obvio quien sería el primer y único sospechoso. Definitivamente no necesitaba eso.
Tenía que hacer que hubiera más personas en la casa.
Cuando vio el calendario en la cocina notó una fecha marcada y lo recordó, el cumpleaños de Will era pronto.
Dipper tenía una nueva idea.
***
—¿Cómo te fue en tu cita con tu novio? —dijo sentada de cabeza sobre el sofá de su sala.
Dipper acababa de regresar de la casa de Will y estaba quitándose la venda que tenía en la mano.
—Muy graciosa —dijo el castaño mientras se sentaba junto a su hermana.
—Ya hermanito —contestó la chica mientras se daba la vuelta—, era una broma.
—Lo sé —respondió con el mismo tono cortante que había usado con anterioridad—. Odio está cosa —dijo tirando el ultimo rastro de venda al suelo.
—Dipper... —la chica lo miró seriamente y su tono se suavizó—, ¿lo...? ¿Lo recuperaste?
Dipper la miró mientras ella le tomaba la mano mostrándole su apoyo y él lo odio por un momento, odiaba que lo mirara así... casi con lastima; odiaba ese sentimiento que tenía cada vez que lo veía así, aunque probablemente si estuviera en la posición de su hermana, él también sentiría lastima por él.
El chico negó con la cabeza.
—Necesitamos que los Cipher tengan una fiesta en su casa —soltó finalmente.
—¿Qué? ¿De qué hablas? —le preguntó Mabel.
—No pude recuperar el diario, porque hubiera sido obvio que fui yo quien lo tomó —le dijo a su hermana—, y aunque estaba dispuesto a tomar ese riesgo con tal de recuperarlo, realmente no quiero que Will sepa que soy yo el autor. Mabel, era el único ahí, si el libro desaparecía sabrían de inmediato que soy yo. Y encima no pude ni acercarme a su cuarto para poder buscar el libro, necesito una distracción y una excusa.
—Entonces una fiesta es perfecta —habló, entendiendo hacía donde se dirigía su hermano—, habría más personas que sean sospechosos, incluso podrías no aparecer entre ellos.
—Exactamente —dijo Dipper, feliz de que su hermana lo estuviera siguiendo—, estuve pensando todo el camino de regreso cómo hacer que sea en su casa, tendría que ser una sorpresa, porque dudo que podamos convencerlo de otro modo.
—Podríamos convencer a Bill.
—Así es Mabel —dijo el castaño con una sonrisa—, pero necesitamos pensar cómo lo haremos.
—¿Con Pines?
—¿Y cómo esperas hacer que Pines lo convenza para hacer una fiesta? —preguntó el mayor de los Gleeful.
—¿No sabe sobre...?
—¿Lo del diario? Ni de chiste.
—Pensé que ya sabía... como son tan unidos —Dipper la miró de mala manera—, lo digo en serio, pensé que le habías contado o algo.
—Pues no, no le he contado nada... ni lo haré —dijo con severidad y Mabel decidió dejar el tema—, necesitamos encontrar otra manera de convencer a Bill.
—También necesitamos en una excusa para la fiesta.
—Ya pensé en eso, el cumpleaños de Will es en unas semanas, podemos usar eso de excusa —dijo Dipper.
—¿Cómo sabes eso? —lo miró con picardía.
—Lo vi en su calendario hoy —contestó sonrojándose fuertemente.
Mabel soltó una risita, le daba tanta ternura ver a su frío hermano ponerse así por Will... ella realmente esperaba que todo saliera bien para los dos.
—Aunque estoy segura de que ya lo sabías desde antes.
—Como sea —dijo tratando de ocultar su sonrojo—, ese no es el punto aquí.
—¿Y no podemos hacer que Will organice la fiesta?
—¿Cómo planeas hacer eso exactamente?
—¿Con Pacífica?
—¿Realmente crees que Will organizaría una fiesta por su cuenta? Probablemente lo máximo que obtengas sea que invite a sus amigos más cercanos.
—Eso es cierto.
—Eso nos deja a Bill de nuevo.
—Y a Pacífica —la chica lo miró confundido—, una fiesta sorpresa, organizada por Bill y Pacífica.
—Eso... no es una mala idea.
—Por supuesto que no —explicó el chico, empezando a emocionarse—, ellos se encargan de la fiesta y en medio de ella, buscaré una manera de obtenerlo.
—¿Quieres que implante la idea a Pacífica?
—Sí.
—De acuerdo.
Dipper se quedó en silencio tratando de pensar en los detalles de la fiesta... además de que tendría que buscarle un regalo a Will.
Bueno, realmente no tenía que hacerlo, pero él quería encontrarle el regalo perfecto al menor de los Cipher.
—Que coincidencia —su hermano la miró confundido, sacándolo de sus pensamientos—, ¿qué sea su cumpleaños pronto? Tienes buena suerte.
Dipper la miró mal.
—Si tuviera suerte no estaría metido en este problema en primer lugar —contestó de mala manera.
—Bueno, suerte a medias —le dijo riendo ignorando su tono—, hablaré con Paz, yo me encargo de que esa fiesta ocurra y ese día tú te encargas de recuperarlo, ¿de acuerdo?
—Eres la mejor —le dijo dándole rápido beso en mejilla.
—Lo sé —contestó con aires de superioridad.
—Ahora si me disculpas, iré a buscar que podría regalarle —dijo mientras se alejaba a su habitación.
—De acuerdo —contestó la chica, mirándolo subir las escaleras emocionado.
De verdad le gustaba verlo así, desde que recordaba el sentimiento que tenía su hermano por Will sólo lo había hecho sentir miserable, es por eso que originalmente le sugirió hacer el diario... para desahogar ese dolor que le causaba no poder estar con él.
Pero desde que habían empezado a hablar, Dipper se veía tan alegre... sólo esperaba que el sentimiento empezará a ser mutuo.
¡Hola pequeños!
¿Cómo están? ¿Les esta gustando?
¿Tienen alguna teoría o comentario?
Perdonen la demora, la universidad y el trabajo consumen mis días, pero hago lo que puedo por actualizar.
Estoy muy emocionada por este fic uwu, les prometo que pronto habrán más capítulos con mucha interacción cute entre ellos.
Les queremos mucho.
Atte. Pendeja 1 y pendeja 2.
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