A toda costa.

—Bueno, ahora que lo pienso bien, técnicamente es tu dignidad —dijo la castaña.

—No es momento para bromas —le dijo el menor.

—Lo siento —Mabel le contestó asomándose por el contenedor—, bromear me ayuda a no alterarme.

—¿Alterarte? —le preguntó mirándola directamente mientras se paraba dentro del contenedor.

—Sí, esto es serio, ¿qué tal si alguien lo encuentra y lee tus notas sobre mí? —contestó señalándose a mí misma, su hermano rodó los ojos.

—Cállate y ayúdame —respondió Dipper con mala actitud, mientras revisaba entre la basura—, debe estar por aquí en algún lado, además no tiene notas sobre ti, por si no lo sabías el libro va sobre Will, ese es el jodido problema aquí.

—No tienes que ser tan agresivo conmigo —le dijo apartándose mientras ponía los ojos en blanco—, no es mi culpa que lo perdieras.

—Pero sí es tu culpa que esa estúpida cosa exista, por eso jamás te escucho.

—Yo nunca te dije que pusieras tu nombre o que lo trajeras a la escuela, zopenco —le respondió la castaña con la misma actitud.

—No tiene mi nombre, no soy tan idiota —contestó el chico.

—Entonces, ¿por qué te preocupas?

—No lo sé Mabel, tal vez porque tiene un montón de anécdotas que podrían delatarme y además están todas mis estúpidas emociones hacia él —le dijo como si fuera la cosa más obvia del mundo.

—Ya, está bien, lo entiendo, insisto no tienes que ser tan agresivo conmigo —dijo la chica.

—Además, siempre había sido muy cuidadoso, nunca lo había dejado asentado, ni lo traía, ni nada de eso...

—Siempre hay una primera vez para todo —lo interrumpió su hermana.

—En serio no me estas ayudando Mabel.

—No voy a revisar la basura si es lo que esperas, yo estoy supervisando que nadie te vea y dándote apoyo moral —le dijo enseñándole los pulgares con una sonrisa forzada—, de nada.

—Es inútil —dijo finalmente el chico, rindiéndose—, esa cosa no está aquí.

—Tal vez un conserje lo encontró y lo llevo a cosas perdidas.

—No, ya pregunté y ya fui a revisar...

—Tal vez el conserje se lo quedo.

—Tampoco —contestó deslizándose por fuera del contenedor de basura—, ya hablé con todo ellos y nadie lo ha visto.

Mabel se quedó en silencio, pensando en donde podría estar el diario de su hermano, mientras este salía del basurero de la escuela, con la ropa totalmente sucia y apestosa, al menos las clases ya habían acabado y nadie más lo vería.

—Mabel, creo que voy a tener un ataque de pánico —empezó Dipper desesperándose—. Esta era mi última esperanza. Alguien lo encontró. Alguien tiene sus asquerosas manos en mi estúpido diario lleno de estúpidos sentimientos por el estúpido chico ese —hablaba cada vez un poco más rápido, tomando a su hermana de los hombros—. Mi reputación está en juego, o me van a chantajear, o se lo van a decir a Will y se va a enterar que soy un patético acosador, este es el fin, voy a mudarme a la casa de campo de nuestros padres hasta que tenga que irme a la universidad.

—¿No crees que estás siendo un poco exagerado? —preguntó la castaña, liberándose del agarre del chico—. Quizá alguien lo encontró a la salida y lo llevará a objetos perdidos en la mañana, además si no tiene tu nombre nadie puede relacionarte a eso, tal vez salvo Will, pero vamos ¿cuáles son las probabilidades de que él o alguien que lo conozca lo tenga? La escuela es relativamente grande —Dipper la miro seriamente.

***

—¿Y? ¿de quién es? ¿Es de alguien interesante? —Preguntó la rubia.

—Pacífica, esto es serio —le dijo Will quitándole el libro.

—De acuerdo —contestó resignada—. ¿Y cómo sabes que tiene sentimientos por ti? Digo, ¿no lo estarás interpretando erróneamente? —Will abrió el libro, buscando la página que él había leído.

—"Me gustaba Will... —leyó en voz alta.

—Podría ser cualquier Will, tal vez uno famoso —le interrumpió la chica.

—... Más de lo que alguna vez podría decir en voz alta. O incluso aquí. William Cipher realmente me gustaba y eso me aterraba... y me consumía por dentro. Quería decirle cada día desde que me di cuenta de ello, pero eso, hubiera sido demasiado estúpido".

—Bueno, tal vez sí se trata de ti —Will la miró rodando los ojos.

—No sé qué hacer con él —dijo ignorando la tontería que había dicho su amiga.

—¿No dice de quién es?

—No.

—Tal vez puedes leerlo y tratar de averiguar de quién es.

—No puedo, me siento mal leyéndolo.

—¿Mal? ¿Mal cómo? —dijo tomando el libro nuevamente.

—Es que no me pertenece, siento que estoy invadiendo la privacidad de esta persona, nunca me ha dado permiso de leerlo.

—Pero se trata de ti —dijo la rubia inspeccionando el libro.

—No sabemos eso.

—Pues parece un diario, pero a diferencia de los diarios comunes, este tiene un nombre o eso parece... parece un tipo de cifrado o tal vez este en otro idioma —dijo la rubia pasando sus dedos por las letras en cursiva en la portada del libro—. ¿crees que sea un diario o algo así? ¿Y tuvo la casualidad que ese fuera sobre ti?

—Pues sólo he leído la primera página y no sé de qué sea el resto.

—Lee una hoja más —le dijo su amiga.

—No.

—¿Por qué no? Esa persona escribió sobre ti, así que debería poder leer eso... tal vez quería que lo encontrarás.

—No creo, si quisiera que lo encontrará le hubiera dejado una nota como: "léeme" o algo así, pero no me está dando el consentimiento de leerlo, y cualquier cosa que no sea un sí, es un no, además la línea final de la página es que desea que nadie encuentre el libro, literalmente.

—Debiste empezar por ahí.

—No sé qué hacer con él —dijo nuevamente—. Quisiera devolverlo.

—Pero no puedes devolverlo sin saber de quién es, y no puedes saber de quién es sin leerlo, mira yo digo que sólo leas hasta donde averigües de quién es, lo devuelves y ya está.

—No, no leeré más páginas —dijo Will con determinación.

—Entonces lo haré yo.

—Menos, Pacífica —le dijo arrebatándole el libro una vez más.

—¿Por qué no?

—Porque ya es suficiente con que uno invada la privacidad de esta persona, y por algún motivo, tu sentido la moralidad está siendo opacado por tu sentido del chisme.

—Me ofendería, si no fuera probablemente cierto.

Will abrió la primera hoja una vez más y repaso las partes importantes con rapidez, definitivamente no debía seguir leyéndolo.

—Estoy seguro que es un diario, por lo que leí... y algo me dice que es uno de amor hacía mí —dijo sonrojándose, no queriendo sonar ególatra, pero la primera hoja... digamos que esa impresión le daba.

—¿Literal? —preguntó la rubia.

El chico asintió tímidamente.

—Will, tienes que dejarme leerlo ahora sí.

—Que no.

—¿Aunque sea la primera página? —Suplico la chica.

—¿A qué se debe tu inmensa curiosidad por leer esto? Ni siquiera es sobre ti.

—Pero me da curiosidad, Will... creo que no entiendes lo importante que es esto: alguien escribió un libro entero sobre su amor hacia ti, debes gustarle demasiado a esta persona —dijo con seriedad—, de hecho me corrijo, no creo que "gustarle" sea la palabra correcta.

—¿Y? —respondió el chico guardando sus cosas en su casillero.

—¿Cómo qué y? —dijo la rubia—, ¡pues que alguien debe quererte demasiado si hizo algo así! Ahí afuera hay alguien que quiere estar a tu lado y amarte por siempre —dijo con dramatismo.

—Estás exagerando —dijo escondiendo su rostro sonrojado dentro de su casillero.

—Tal vez —dijo la chica—, pero tienes que admitir que la tentación es demasiada... imagina leer lo mucho que alguien te quiere.

—Supongo que tienes un punto... pero igual no lo haré, así que deja de intentarlo.

***

—Tranquilo, lo más seguro es que aparezca o tal vez lo dejaste en la casa y eres un idiota y lo olvidaste —habló Mabel.

—Tal vez —dijo el castaño, más para que se callara que porque realmente lo creyera—. ¿Qué haces? —Preguntó cuando vio que su hermana se acercaba al asiento del conductor.

—¿Manejar por ti? —dijo como si fuera lo más obvio del mundo—, no voy a dejar que conduzcas tan alterado, ¿qué tal si nos matas?

Dipper le dio la razón internamente, no se sentía en condiciones de manejar. Mabel le puso seguro al automóvil cuando vio que Dipper intentaba abrir el asiento del copiloto.

—No, ni creas que me voy a sentar junto a ti —le dijo con excesiva obviedad—, apestas, tú vas atrás.

Dipper rodó los ojos, apestar era lo último que le importaba en esos momentos, pero la escuchó y se subió a la parte trasera.

—Tendrás que mandar a lavar el carro antes del lunes.

Los gemelos Gleeful iban rumbo a su casa y Dipper tenía los nervios demasiado agitados como para siquiera pensar en lavar el automóvil, necesitaba encontrar el diario, tenía cosas sumamente íntimas escritas ahí...

Como la vez que habían ido de excursión; y Pacífica había escogido a Mabel como su pareja —en ese tiempo en el que empezaban a tener algo—, dejando a Will solo.

«Will me había pedido ser su pareja para el viaje una vez que notó que me habían dejado plantado las dos, mi hermana cambiándome por su mejor amiga de Will... y yo fui malditamente feliz por eso, cosa que me extraño, ya que no debía tener sentimientos por él, no estando... Recuerdo que pasaron muchas cosas extrañas y lindas ese día, pero después de eso volvimos a lo de siempre: hablar ocasionalmente como simples compañeros de clase. Pero durante el viaje todo estuvo más que bien. Ese día fue cuando todo empezó a irse cuesta abajo con...»

Apareció en su mente del castaño.

Había fragmentos que lo delatarían en un instante.

Ese era uno.

Maldita sea, ¿por qué tuvo que escribir cosas tan especificas? ¡Todos sabían que él y Will habían sido pareja en la excursión del zoológico!

Estaba muerto.

¡MUERTO!

—¡Yo sé que debe aparecer! —gritó Mabel frenando de golpe, aunque ya habían llegado a su casa.

—¿Y a ti que te pasa ahora? —le preguntó su hermano, confundido.

—¡Que si pasa algo será mi culpa! ¿Por qué te dije que lo escribieras? Pensaba que necesitabas desahogarte y lo perdiste. Eres un torpe. Dipper, ¿qué vamos a hacer si alguien lo lee y tu imagen de "no me importa nadie" se va al diablo? ¿Y si te chantajean? ¿Y si me chantajean de paso? Porque obviamente no permitiría que eso salga a la luz por protegerte, estamos muertos, soy la peor hermana del mundo, nunca debí decirte que lo hagas, debí decirte que te desahogarás pintando, ¡o en terapia como la gente normal!

—Cálmate, me alteras más.

—Perdón.

—Lo voy a recuperar, tengo que hacerlo —le dijo con decisión.

Will no podía enterarse de ese diario, Dipper estaba decido a eso. No podía permitir que lo leyera, porque de inmediato sabría que se trataba de él.

Y Dipper no podía permitir que supiera que se trataba de él... perdería cualquier oportunidad que alguna vez podría tener...

Necesitaba recuperar esa cosa a toda costa.

***

—Sí, de acuerdo, lo entiendo... mejórate, saliendo trataré de pasar a verte, también te quiero —dijo el castaño cortando la llamada.

—¿No va a venir? —preguntó su hermana.

—No —dijo formándose para subirse al autobús—, se levantó vomitando, pero me dijo que me divierta.

—Espero que se mejore.

—Yo igual lo espero —contestó Dipper—, supongo que ahora nos sentaremos juntos en el autobús.

—Sobre eso... —comenzó la castaña—, en realidad, le pedí a alguien más que fuera mi bina durante la excursión y definitivamente no le voy a cancelar.

—Mabel...

—Dipper, es Pacífica —le explicó la castaña—, esta es mi oportunidad.

—De acuerdo... —dijo con pesar—, diviértete.

—Eso planeo —le sonrió subiéndose con rapidez al autobús.

El castaño se sentó en una fila vacía, esperando que nadie se sentará junto a él, tal vez si tenía suerte nadie ocuparía el asiento y podría tenerlos para él solo.

—Disculpa —escuchó y volteó, sólo para toparse a la peor persona posible para que ocupará ese asiento—, ¿te molesta si me siento contigo? Creo que mi bina me cambio por la tuya, bueno a menos que-

—No, no hay problema —lo interrumpió el castaño con un nudo en el estómago—, siéntate.

Dipper bajó la mochila del asiento a su lado mientras Will se sentaba a su lado.

—Pensé que irías con tu hermano —le dijo—, en vista que Pacífica esta con Mabel.

—Digamos que él también me cambio por un castaño —le contestó con una sonrisa.

—Creo que tengo una idea que por quién.

Dipper sintió su corazón latir con fuerza, eso no estaba bien... nada bien.

Ese iba a ser un viaje al zoológico muyinteresante. 』    



Lamentamos mucho haber tardado en actualizar, nosotras solemos ser más constantes, pero fueron semanas muy complicadas que finalmente terminaron y volveremos a la constancia de antes.

Esperamos que les este gustando, porque este va para largo.

-T y K.

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