― SIXTEEN: THAT'S THE PLAN

EDICIÓN DE LA HISTORIA PAUSADA DEBIDO A QUE YA NO ESTÁ DISPONIBLE SU VERSIÓN EN INGLÉS. SOLO ESTÁ DISPONIBLE LA TRADUCCIÓN.

AÚN SE PUEDE LEER Y ENTENDER.

SIENTO LAS MOLESTIAS.

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ACT TWO SIXTEEN
THAT'S THE PLAN

EL VEINTISIETE había terminado de la misma manera que el comienzo del veintiocho; Sirius, en forma de perro, usaba las piernas cruzadas de Laurel cómo almohada; James, en forma de ciervo, estaba dormido, al lado de Peter; Remus, cansado y borracho cómo los otros dos, estaba dormido en el hombro de Laurel; y Peter y Laurel estaban a medio camino de un juego de snap. Habrían ido a buscar un ajedrez o uno de los juegos de mesa muggles, pero en el momento en el que decidieron hacerlo, Laurel tenía dos hijos adolescentes dormidos a su lado y James terminaría en el trasero de Peter si él intentaba alejarse de James porque James parecía inquieto. Las tarjetas de rana de chocolate estaban cerca, porque estuvieron jugando al snap.

En torno a las siete y media, cuando cenaron, la madre de James le había pedido discretamente a James si quería alcohol, porque pensaba que era mejor emborracharse en casa que hacerlo en el centro de la ciudad. Por lo tanto, a Laurel se le permitió beber un vaso de vino durante las cenas haciendo que tuviera menos sueño que los otros. Pensó que era debido a que comenzaron a compartir el whisky de fuego que se bebían en diez segundos.

Peter, por el contrario, estaba bebiendo alcohol, como Bernice aconsejaba. La nariz de Laurel se arrugaba cada vez que pensaba en su madre y el consejo que le daba a ella y Aster... se preguntó si Aster estaba en contra de su familia. Laurel se preguntaba si Aster pensó en sus padres con miradas de disgusto y un peso añadido a sus fibras sensibles.

—Has hecho trampa —dijo Laurel—, nadie tiene tantos cromos de Dumbledore. No creo que hayan impreso muchos cromos de Dumbledore.

—¿Cómo puedo hacer trampas? —preguntó él—. Todas las cartas se han ido al suelo.

Laurel estrechó los ojos. Se movió un poco hacia delante para colocar un cromo de Rowena Ravenclaw al montón. Mientras lo hacía, tanto Sirius como Remus se movieron. Laurel tuvo que cambiar la posición de la cabeza de Remus de su hombro para asegurarse de que no cayera hacia atrás y se golpeara contra la esquina de la cómoda.

—No te creo —dijo ella.

—No puedes hacer trampas en el snap —argumentó Peter.

—Te veo capaz.

Él le lanzó una mirada, a lo que ella hizo una mueca, mientras le daba la espalda, en un nuevo intento de recuperar la copa fría de chocolate caliente que había en el tocador. Peter se sentó frente a ella y Laurel frunció el ceño.

—¿Qué tienes pensado hacer después de la escuela, Peter?

—No sé —respondió Peter—, supongo que un trabajo en el Ministerio. Sería fácil algo así cómo el papeleo si no sé que quiero hacer.

—Eso no es una actitud muy optimista —dijo Laurel.

—Bueno, no sé —dijo Peter. Las cejas de Laurel se fruncieron. Sirius perro se dio la vuelta, apoyando su cabeza en el regazo de Laurel—. Con un trabajo de oficina, puedo llegar a tener un jefe. Sólo me pueden decir que hacer. No tienes que preocuparte por saber que hacer cada día porque alguien te lo organiza. Parece más fácil.

Laurel optó por no hacer comentarios. Ella pensó que sería extraño que el resto de sus amigos tuvieran planes — ya sea obtener un apartamento — pero él quería aferrarse a alguien que pudiera seguir. Con el ceño fruncido, Peter recogió su pila de cromos. Detrás de él, Laurel estaba haciendo con indiferencia flotar una vela.

Los dos iban a volver al juego, pero alguien tocó la puerta, provocando una oleada de pánico. Peter se convirtió en rata y mordió a James para despertarlo. Laurel sacudió a Sirius para que despertara y ambos volvieron a ser humanos adolescentes que refunfuñaron.

—James, ¿querido?

Sirius rió. Laurel rodó los ojos. Frente a ellos, James se revolvió al pelo y devolvió el llamado a su madre.

—¿Sí? Estamos bien, mamá.

La señora Potter entró de todos modos a la habitación. Los miró a ellos y a la falta de sueño de Sirius y James y los rostros de Peter y Laurel y el hecho de que Remus todavía dormía en el hombro de Laurel. En realidad, la señora Potter se encontraba contenta por Remus dormido en Laurel al igual que Sirius.

—No os habréis bebido todo el whisky de fuego, ¿verdad? —dijo ella. James intercambió una mirada con los que seguían despiertos, los cuales miraban la botella vacía—. Cuando dije que era mejor emborracharse en casa, me refería a que pudierais controlaros y que no terminarais todos emborrachados...

—Mamá, la botella era pequeña, y somos cinco —dijo James. Sirius y Laurel intercambiaron una mirada, después de mirar de nuevo la botella—. Ninguno se enfadó. Todos estamos bien. Laurel se irá a su habitación cuando nos vayamos a dormir. Todo está bien...

El hecho de que el acento de James era aburrido ya que perdió en interés, hizo que su madre frunciera el ceño. Laurel decidió que le gustaba la señora Potter. Era la clase de madre amistosa que su madre nunca fue. Al menos, cuando James tenía amigos, no criticaba. En la vieja casa de Laurel, Bernice utilizaba a sus amigos para hablar un montón sólo para chismorrear.

—Buenas noches, chicos —dijo la señora Potter. Miró a Laurel y sonrió cálidamente—. Buenas noches, Laurel. Háganos saber cuando necesites algo.

Laurel le devolvió la sonrisa.

—Gracias, señora Potter.

La señora Potter sonrió de nuevo y dijo:

—Buenas noches.

Y se fue.

Tan pronto cómo la puerta se cerró, y las pisadas perdieron volumen, Laurel se volvió hacia James.

—Tu madre es el ser humano más amable que he conocido y la quiero hasta la muerte —dijo. Sirius y Peter sonrieron mientras James frotaba sus ojos—. Es encantadora. Me encanta tu madre. Incluso sus sobras sabían a maravilla.

—Deja eso para amar a tú futuro marido —dijo James. Laurel levantó una ceja. Él se dio cuenta y resopló—. El que duerme a tu lado. Maldita sea.

—Esta vez, ninguno de ellos está viendo el plan. Tal vez podríamos dejarles a su aire.

Cuando Laurel rodó los ojos, James asintió con la cabeza.

—Bueno, en esta ocasión tenemos más ideas —dijo James, observando el pergamino que había sacado del cajón de la ropa interior—. Y, esta vez, no queremos que a Laurel le guste Lunático. Sólo queremos que se muestren su amor eterno.

—Sí bailáramos en la lluvia —dijo Laurel— os ahogaría a los tres.

Peter parecía más pálido que de costumbre. James tomó una pluma y tachó un paso.

★ ★ ★

Cuando se trataba de regresar a la escuela, Laurel se sentía extrañamente preocupada, sólo por la posibilidad de toparse con su hermano y tener que lidiar con él. Ella deseaba que el final de la escuela llegara más rápido. En realidad, ella no se sentía cómo si necesitara los pocos meses adicionales de educación. Era sólo la forma más fácil de tener una vivienda hasta que cumpliera los dieciocho a finales de agosto.

Laurel suspiró. Otra razón por la que no le gustaba ser la más joven del año. Cuando la mayor parte de su año dejó Hogwarts, estarían clasificados cómo adultos, tanto en el mágico como en el muggle. Laurel, por otra parte, todavía tenía diecisiete hasta el veinticuatro de agosto.

Había dejado al señor y la señora Potter cerca de Regent Park. Pasaron veinte minutos hasta que llegaron a King's Cross y fueron rodeados por otros adolescentes que llevaban lechuzas, baúles y elementos que estaban fuera de lo común de los hombres de negocios y osos de Darkest Perú.

—Esperemos que Colagusano o Lunático ya estén aquí —dijo Sirius. A su lado, James asentía, pero parecía más interesado en los nacidos de muggles y el hermano muggle de uno de sexto año que llevaba una camisa de Star Wars. Laurel vio la camisa y sonrió—. Creo que vi a Marlene más abajo, Laurel...

—Dime, princesa —dijo Laurel—, ¿cómo...?

Su respiración se cortó en el momento exacto en el que ella vio a sus padres hablando con Barty. Debía haber ralentiza, porque Sirius y James se dieron la vuelta para ver a su antigua familia. Los dos chicos se miraron. Barty Sr y Bernice estaban con la señora Black, haciendo que Sirius reaccionara de la misma manera que Laurel. James les miró, y a sus tristezas, y cómo ambos se veían avergonzados por sentir eso. Él puso un brazo sobre sus hombros, lo que los sacó del trance.

—Estáis mejor sin esos idiotas —dijo James.

Laurel sonrió a James y luego a Sirius. Cuando pasaron los Crouches y los Blacks, Laurel y Sirius estaban fijándose en algo que no era su familia. En su visión periférica, Laurel pudo ver que buscaba Bernice y su padre le estaba explicando que pasó con ella a la madre de Sirius.

—Son tan malos cómo los demás —dijo la señora Black—. Estamos mejor sin ellos. ¡Han mancillado el nombre de la familia antes de poner una tela protectora!

Bernice dijo:

—Tienes razón, Walburga.

Un par de minutos pasaron. Laurel podía sentir su corazón otra vez, y no fue sólo un golpe doloroso la discusión de sus padres por ella. En ese momento, se agachó para quitar el brazo de James.

—Bueno, nos vemos en la escuela. Voy a buscar a Marlene, espero que esté aquí, cómo has dicho...

Empezó a caminar hacia alguien. Cuando Laurel habló, había estado caminando hacia atrás, para poder mirar a Sirius y James mientras hablaba. Laurel giró alrededor y miró a Remus.

—Tenemos que dejar de vernos así.

Laurel se encogió de hombros.

—Esto está bien.

Ambos miraron a James y Sirius. Ambos sonreían felizmente por la interacción. Laurel abrió la boca para llamarles pequeños hijos de puta, pero cerró la boca cuando vio a dos adultos caminar hacia ellos.

—Remus, querido, asegúrate de contarnos cómo está todo —dijo la mujer.

Él asintió.

—Siempre lo hago, mamá.

James se inclinó hacia Laurel y dijo:

—Conociendo a tus futuros suegros.

Laurel frunció el ceño hacia James. La mujer miró a Laurel y al instante sonrió, haciendo que Laurel le devolviera la sonrisa.

—¡Debes de ser Laurel! ¡Hemos oído mucho de ti! —dijo ella. La sonrisa de Laurel ocultaba el miedo—. Todo eran cosas buenas, no te preocupes. Es sorprendente cómo lo imaginas todo, ¡se nota que estás en la casa inteligente!

—Laurel aquí es la genio —dijo Sirius.

—Tú le apodaste Lunático —dijo Laurel.

—Soy Hope, este es Lyall —dijo Hope. Laurel sonrió al hombre. Ella continuó mirando a los tres chicos. James y Sirius parecían estar tratando de vender a Laurel. Remus estaba tratando de no mirar a James y Sirius o a sus padres—. ¡Es tan genial poder conocerte! Sirius nos dijo que tú padre podría ser el próximo Ministro.

—Mamá —dijo Remus.

Laurel asintió.

—Bueno, cuando lo sea, os lo haré saber. Y así podréis empaquetar y mudaros a Australia. Creedme, es la opción más segura.

Lyall Lupin rió. Laurel parecía sorprendida. Ella nunca había hecho a un adulto reír ni había tenido un adulto para hacerle reír. Ella pensó que era un mito urbano. Al igual que Santa Claus. O las familias felices.

—Bueno, será mejor que ya nos vayamos —dijo Lyall—. Encantado de conocerte, Laurel. Buenos días, chicos.

James y Sirius alegremente devolvieron la sonrisa. Lyall y Hope se marcharon y James y Sirius empezaron a reír.

—Bueno, Laurel, espero que te gustaran, porque van a ser los abuelos de tus hijos —dijo Sirius. Se detuvo, y Barty padre y Bernice pasaron por delante, caminando hacia la salida—. Se que estoy hablando en tú nombre, pero supongo que no querrás a tus hijos cerca de esos dos.

Walburga Black pasó. Laurel dijo con dureza:

—Lo mismo con ella, ¿no?

—No lo niegues —dijo James.

Remus dijo:

—La última vez que lo dije, te pusiste a cantar una canción de Disney. No creo que ni supieras quien era Mickey Mouse.

James dijo, "¡Claro que sí!" cuando Sirius, "¿Quién demonios...?"

Laurel se subió al tren y fue en busca de Marlene mientras los tres chicos iban en otra dirección. No se había dado cuenta de que estaba sujeta a la manga de Remus hasta que se soltó... pero, teniendo en cuenta que Sirius y James no lo habían mencionado, Laurel se sintió un poco agradecida por la falta del comentario del matrimonio.

Encontró a Marlene al mismo tiempo que Lily entró al tren. Lily encontró a Laurel primero y saltó hacia Laurel, arrojando sus brazos alrededor de la cintura de Laurel desde atrás. Laurel se dio la vuelta y abrazó a Lily tan fuerte cómo pudo. Laurel también era más baja que Lily, y el resto de la población en general, así que Lily pudo apoyar la cabeza en la parte superior de la de Laurel, Laurel tenía la mitad de la cara presionada contra su jersey.

—¡Te eché de menos! —dijo Lily—. ¿Estás bien con tus padres? ¡Son unos cabrones! Espero que estuvieras bien, sobre todo en Navidad...

—Estoy bien —respondió Laurel—. Aún es extraño, pero lo estoy afrontando. Puedo cuidar de mí misma muy bien. Estoy bien, Lily. También te eché de menos.

—Te quiero mucho muchísimo —dijo Lily. Comenzaron a caminar por el pasillo, en busca del compartimento en el que se suponía que estaba Marlene.

—Te quiero aún más —dijo Laurel.

—¡Ah, mis amigas favoritas! —exclamó Marlene. Lily y Laurel se miraron, pero sus comentarios fueron cortados por Marlene abrazándolas tan fuerte como ellas en el pasillo—. ¿Cómo os fue la Navidad?

Lily miró a Laurel y Laurel lo explicó todo. Cuando sus padres la echaron, ella terminó pasando los últimos días con los Potter. A lo largo de la versión detallada de la historia de Laurel, tuvo que resumir porqué ella no tenía suficientes monedas de un centavo durante los cinco minutos que pasaron de la historia, Lily y Marlene asintieron a lo largo. Al final, Marlene y Lily compartieron miradas.

—Bueno, tus padres son jodidamente horribles.

—Lo sé —dijo Laurel—. Pero, quiero decir, al menos no tengo que preocuparme de ellos nunca más. Nunca nos animaron, y sólo nos trataban bien si nos iba bien en la escuela. Por lo menos estoy libre de eso.

—James me estuvo diciendo por teléfono —dijo Lily, haciendo una pausa con entusiasmo al final. Marlene rodó los ojos, pero Laurel sonreía brillantemente. Lily parecía orgullosa de que James estuviera tratando con la tecnología muggle. Ella nunca tuvo que saber que Laurel tenía que hablar con James por el teléfono de nuevo, y Sirius lo rompió, y tuvieron que arreglarlo antes de la llamada de las seis de Lily a James—. Que quería que tú y Remus estuvierais juntos.

Marlene murmuró:

—Claro.

Lily añadió:

—¿Ellos no se dan cuenta de que le coges la mano?

Los intereses de Marlene al instante regresaron—Bueno, pensamos que sería divertido jugar con ellos, teniendo en cuenta que la última Navidad no dejaron de ponernos las pilas —dijo Laurel. Marlene parecía orgullosa de Laurel, como una madre sonriendo a sus hijos. Lily se reía.

—¿Estás jugando con Black, Potter y Pettigrew?

—Ese es el plan, Marlene.

Chocaron los cinco. Lily continuó riendo, las tres se miraron felizmente sobre estar jugando con sus otros tres amigos.

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