Aquello Que Consumió A Los Magos

Los guerreros rodearon al Thadeus y al maestro en un intento para asegurar su estadía hasta que Celeassar lidiara con el enemigo innato de la secta, el cuerpo sangriento de Velvet estaba detrás de la muralla de guardias, resultándole molesto para el Le Piro  quien se negaba a verla morir por lo tanto estaba dispuesto a entrar en un frenético combate contra el tiempo, ambos brazos se tornaron en pilares de fuego, en ellos apenas se le podía notar su figura casi difuminada por la vivacidad de las llamas, haciendo caso omiso a las reglas establecidas por el líder de la Orden De Magos Thadeus dejo volcar su furia ígnea contra los protectores de las tierras de la ciudadela amurallada, algunos con la esperanza de salvaguardar sus vidas cubriéndose con sus escudos de acero, los cuales se derritieron al hacer contacto con la marejada ardiente, sus figuras se desvanecieron al ser consumidas, otros lo suficientes listos intentaron correr en dirección al bosque intentando encontrar un sitio seguro, pero la onda de fuego los calcinó de igual manera, estos últimos quedaron con sus armaduras fundidas a su cuerpo. Celeassar comprendía claramente este acto como una muestra de su poder, pero no tenía miedo al contar con su bendición de parte de su diosa, incluso con una mayor seguridad avanzo en dirección a su enemigo por el campo pestilente a carne calcinada, este hedor le recordaba nauseabundamente al olor del cerdo, pero mucho peor.

—¡Eres una bestia infernal! ¡Eres la máxima representación del promiscuo lazo de un hombre con un demonio! — al mirarlo más atentamente se percató de sus características, pudiendo adivinar de que casta provenía, enseguida vociferaba complacido — ¡Eres un Le Piro! ¡Tu familia es un nido de pestilencia, tus ancestros rogaron por poder mágico para estar en la cima en la Edad Del Conflicto, entregando el alma de toda su familia y hasta el fin de los tiempos por ser una familia de magos! ¡Imagina como me reconocerán al llevar tu alma marcada a la corte!

—Estas asumiendo que vivirás tras esto y es algo a lo que no puedes dar por sentado — le advertía mientras el fuego sobre los cuerpos enemigos los rodeaba a ambos.

—Tengo la bendición definitiva, es imposible que logres algo en mi contra, si te arrodillas podría llevarte a la corte sin necesidad de recurrir a la violencia — el maestro le mostraba misericordia según él, pero esto solo irritaban a Thadeus.

En otro sitio del bosque los golems se iban contra Thomas quien era capaz de levantar las alas a voluntad destruyendo los títeres de roca de su compañero con facilidad, pero en esta seguridad se le tomo desprevenido siendo sujetado por la mano de un golem bajo tierra, está sorpresa le dio la oportunidad a otros tres de disparar la fuerza mágica almacenada en su interior en contra del mago blanco acompañado con las peculiares orbes resplandecientes, su ala le cubrió pero no a tiempo recibiendo uno de estos ataques, su protección mágica de luz le salvaguardaba de un ataque fatal desviando de forma dispareja en la zona para evitar recibir el ataque de lleno, a esto Thomas solía llamarlo manto de plumas.

—Su daño no es la gran cosa con mi manto de plumas, pero será un problema si me hace usar una década de mi vida solo para lidiar con él — pensaba Thomas tras recibir el ataque a distancia del golem y aplastando al oculto para evitar otro contratiempo — debo superarle de golpe, pero sin perder más tiempo de vida.

Thomas venía de la casta de los gemelos, uno de los primeros magos, ellos son conocidos por tener increíble longevidad casi pareciendo elfos por esta característica y el dominio del Axis Vitae, el mago en su juventud vio esto como un recurso bastante útil para incrementar su magia dividiendo su esperanza de vida en décadas para mejorar los resultados, en un principio no estaba del todo seguro en usar este medio, pero debido al riesgo en sus misiones se dio cuenta que era mejor vivir aunque fuera un poco de tiempo más a morir en la misión, al empezar esta magia tenía treinta y dos orbes, con el tiempo se vio obligado a usarlos, hasta volverse uno de los magos con mayor renombre y peso en la comunidad, casi igualando a su mentor y actual líder de la Orden.

—No cabe duda que tu magia es buena, incluso el manejo de esta es adecuada, evitas un enlace eterno que podría desgastarte rápidamente — elogiaba a su compañero, a quien le miraba inspirado por su talento — ¿Pero serás capaz de superar mi muro para dirigir al resto?

Un destello diezmo a los golems, reduciéndolos a pequeños fragmentos de roca en un intento para sobresaltar a Faustus, pero solo el mismo quedó inmutado al ver cómo del suelo surgía un ataúd de roca gris, en ella llevaba varios escritos en una lengua extraña, esto era malo para Thomas quien comprendía que debía tratarse de conjuros para retener o resguardar algo dentro de aquello.

—¿Qué es eso? ¡¿Qué has ocultado a la Orden?! — pedía el mago alterado ante tan preocupante situación.

—Si lo oculte, no es como si fuera una amenaza directa o simplemente le incumbiera a la Orden el legado de Stone Mage — aclaraba el mago quien se mostraba con un aura siniestra — este peso es mío y solo mío, únicamente puede ser heredado, pero jamás compartido con personas externas al linaje de magia.

—¿Qué significa eso? ¡Tu vida y servicio le pertenece a la Orden, no puedes ocultar nada! — Thomas recalcaba exasperado ante lo que el veía como un insulto a lo que su familia y él entregaron a la institución, con ello no podía ignorar las acciones de Faustus.

—¡No le debo nada a la Orden, yo estoy aquí para ayudar a las personas y a mis compañeros, no a ser un títere sin voluntad ni conciencia! — al decir esto una mano sale del ataúd de piedra, está parte se le notaba cubierta por un guante de piel de dragón, un material difícil de obtener, pero reconocido por resistencia y facilidad para manejar la magia.

—¿Qué es lo que has hecho? — le pregunto Thomas palideciendo al ver el último recurso de su compañero.

—Estas en presencia de Stone Mage, o lo que solía serlo, el mago que revolucionó está magia descubriendo las prácticas oscuras en construcción de golems y está información se nos es confiada para que no salga al mundo, ya que con ello un alto costo — contaba su secreto exponiendo el verdadero deber de su linaje mágico.

—¡Tu no tienes tal posición para determinar el uso de esta información! — replicaba Thomas quien veía las ventajas de un ejército insensible el cual no conociera el cansancio, las múltiples vidas salvadas por tener este muro viviente que personas.

—¡Darren tenía razón sobre ustedes, si esto sigue así la Orden De Magos será exactamente lo que dice que es la secta! — alentado por el temor de perder el secreto detrás del resurgir del mago muerto.

La armadura morada que llevaba el difunto tenía algunas grietas y toda parte descubierta por la protección estaba cubierta por piel de dragón, el rostro del muerto estaba cubierto por el casco completo que llevaba, tenía un cuerno en medio y las cuencas de sus ojos resplandecían con un tono verdoso, este títere contaba con espadas cortas en la cintura y una espada larga en su espalda.
Thomas se arrojo contra el títere dando un tacleada impulsado con su magia, con la esperanza de golpear primero, golpear fuerte y fulminar a su adversario, pillándolo con la guardia baja, sus esperanzas se desvanecieron al notar que inesperadamente su abrumante velocidad se vio retenida por el heraldo quien usaba su cuerpo para retenerlo y sus brazos para evitar la fuga del mago.

—Gracias, facilitaste el trabajo, eres bueno manteniendo un combate a distancia, pero él es mejor a corta distancia — le contó Faustus quien miraba la batalla mientras andaba alrededor del par.

—¡No! ¡No! ¡Se supone no debía quedar acorralado! — Thomas entra en desesperación al forcejear y no librarse del agarre del sirviente de Faustus.

—Perdona. Perdona. Perdona. Perdona. Perdona. Perdona. Perdona. — escuchaba Thomas al estar tan cerca, está débil voz suplicaba por perdón, esto horrorizo al mago llevándolo a la decisión de quemar otra década para ganar la delantera.

Tras una liberación de fuerza mágica acompañada de un as de luz consiguió quitarse de encima al muerto, la rabia de ver un alma en decadencia experimentando un eterno tormento hizo que el mago blanco perdiera la cordura, yendo de lleno por Faustus, este pudo verle venir y alzó lo que parecía un fémur, logrando evocar un escudo apenas visible por los bordes en un tono verde olivo, con este se estrelló su adversario, sin embargo volvió a la carga.

—¡¿Cómo puedes hacerle eso?! ¡Fue un ser vivo! — vociferaba mientras golpeaba frenéticamente el escudo.

—Eso no te concierne, lo dije antes es la carga de mi linaje — respondía el mago quien se indignaba al ver cómo le parecía importar el muerto más que su propio aprendiz — ¡Deberías meterte en tus propios asuntos! ¡¿Qué me dices de Nadia?! ¡Eres un asco de tutor!

El golem tiro del mago blanco y su espada corta busco abrirse paso por su vientre, pero el manto de plumas logro hacerle eludir el blanco deseado, acto seguido el mago le descargo una tanta luz como le fue posible para liquidarlo con la intención de evitarle más sufrimiento, pero entre el fiero y estridente poder sobrecogedor salía el ahora golem, al menos el pecho y su cabeza lucían sin ningún daño aparente, pero ahora en su armadura se le notaba el brillo de unas inscripciones talladas.

De vuelta con Thadeus, el mago choco ambos brazos que encarnaban la imagen ardiente del infierno mismo, creando una inmensa calamidad ígnea, un tifón con un gran área al cual afectaría, este estaba conformado por el fuego rojo y la magia que le hacía avanzar gracias al vórtice, apenas se manifestó toda la zona alrededor de la ciudadela amurallada se vio afectada de incremento de la temperatura, el tono verdoso del bosque se perdió ante la increíble temperatura, incluso creo incendios en los alrededores, el resto de magos en los alrededores noto el cambio del cielo, el habitual cielo azul se volvió anaranjado, siendo está la señal de que algo brutal ocurrió para que Thadeus se dejará llevar de forma tan egoísta y precipitada, incluso Thomas y Faustus pararon su pelea al ver el cielo.

—Esto no está bien — separó Thomas al darse cuenta de cuan lejos se había llevado las cosas y lo que ocasionaron al descuidar a sus compañeros — has lo que quieras, yo iré a levantar al resto.

Con ello Faustus vio como Thomas se iba en dirección contraria a donde fue Nadia, siendo ahora esté su camino.

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