C8. Amor platónico.
No puedo recordar la última vez que estuve tan jodidamente nervioso como aquella tarde El sudor imaginario que cada ciertos minutos estaba en las palmas de mis manos y ese pequeño pero persistente dolorcillo de estómago que sentía cada vez que mi sistema nervioso estaba en alerta se habían estado haciendo presentes desde esta mañana apenas abrí los ojos y me volví a preguntar –realmente ya había perdido el número de veces que me estaba preguntando aquello- si lo que estaba por hacer era una buena idea.
Sobre todo, ¿cómo se suponía que haría para alejarme de Lily?
Es decir, no es que ella me importase demasiado, era simplemente una chica más con la cual tendría que trabajar; eso era lo de menos. Había trabajado con un sinfín de chicas a lo largo de mi carrera sin llegar a sentir absolutamente nada por ellas en ningún sentido de sentimientos que podría albergar en mí.
¿Entonces porque con ella todo parecía ser tan...raro? ¿Y por qué ella era la primera mujer que en lugar de pedirme que estuviese a su lado, me pedía exactamente lo contrario?
La rubiecita tenía algo que definitivamente me volvía loco, no sabía qué, pero estaba ahí.
Quizás era porque muy a mi pesar, era una de las pocas mujeres que me retaban –las otras dos eran mi abuela y ,mi madre- y es que yo jamás había sido de los que se dejaban intimidar por una chica, ni siquiera por Summer Gabrielson que constantemente trataba de hacerlo.
Sin embargo, un par de ojos miel y una mala cara me habían hecho caer en cuenta que ella en definitiva no era como cualquier chica.
—¿Estás bien?—la voz de Lily me preguntó.
—Sí—asentí.
—Pues avísale a tu cara—se mofó la rubia y yo la miré mal.
Quizás ese era mi karma, pensé con gracia.
—Muy graciosa—repliqué antes de soltar un pesado y largo suspiro—esa es mi madre—ella se rio.
—Ya la conozco, ¿recuerdas que antes me ha pedido que haga para ella una sesión fotográfica?—eso era completamente cierto, ella la conocía—y también estaba en la fiesta de cumpleaños de la señora Damon.
—Inolvidable—refuté y Lily entornó sus ojos—escúchame, mamá es el tipo de mujer que cuando se interesa por algo quiere saber absolutamente todo, yo le he contado que nos conocimos pero no le conté dónde, me mantendré con la boca cerrada y dejaré que uses tu imaginación...
—No—decidió ella y automáticamente un jadeo escapó de mi garganta—no, Axel, no puedes mentirle a tu madre tan descaradamente a la cara así que si vamos a hacer esto, le diremos la verdad—pausó—nos conocimos en el set de filmación porque realmente fue así ¿recuerdas? Yo trabajo para tu padre, tú trabajas para él y seremos compañeros de trabajo.
—¿También le vas a decir que no me soportas?— me burlé. Lily ladeó su cabeza un poco y se encogió de hombros—eso pensé.
—No le diré que eres mi persona favorita realmente porque no lo eres—una risa desganada abandonó mi garganta—pero le podemos decir que estamos conociéndonos mejor para tratar de mantener una buena relación laboral.
—Lily—negó—dios, ese es el peor discurso que he escuchado para conocer a los padres del chico que te gusta.
—Ahí está el asunto—comenzó ella—que tú no me gustas.
—Porque te gusta Sean Damon.—Los ojos de la chica me miraron con desagrado y negó un poco—¡Ja! ¿Lo ves?
—Lo único que veo es que esto va a terminar fatal—decidió—¿Podrías disculparme con tu madre y decirle que tengo náuseas y debo volver a casa?
Volví a gemir—no, no. Perdón.—Lily bufó—lo siento, sé que no debo meterme en asuntos que no son míos pero Lily, él no te conviene. ¿Has escuchado la fama que tienen los pilotos?
—Estoy segura que la fama que tienen los actores da muchas cosas peores a la imaginación—anunció y ahora fue mi turno de mirarla mal—¿qué pasa? ¿te herí el ego?
—Quisieras.
—Mira, Axel, ni siquiera sé que porque me estoy molestando en darte explicaciones cuando primero: no tengo que hacerlo. Segundo: mi relación con Sean está fuera de los temas que te podrían competir a ti y tercero: ¡él tiene novia! ¿puedes entender eso?
—Pues no te conviene ni como amigo—decidí.
La rubia se giró en su asiento y me miró con fijeza. Inspiré con fuerza y por un breve momento pude notar las pequeñas pecas que salpicaban la nariz y parte de las mejillas de ella. No era un observador nato pero no podía negar que desde la posición en la que me encontraba era mucho más sencillo acercarse a ella.
Mierda. Estaba comenzando a volverme loco.
Muy loco.
Y en mi locura, la guerra por acercarse a ella y acortar la distancia que nos separaba acababa de comenzar. Yo era solamente un soldado débil y frágil luchando contra un sentimiento mucho más fuerte, agresivo y hostil de lo que yo mismo podría haber imaginado alguna vez. Pero estaba ahí y aun sin saber que estaba pasándome, comencé a luchar.
Una lucha campal que claramente estaba perdiendo porque las ganas de besarla solamente crecía más y más.
Lily era un campo minado, yo lo sabía. Cualquier paso en falso que diese era la una muerte literal segura y en ese momento aunque estaba luchando con todo lo que tenía, no podía permitirme el lujo de perder. No cuando mi madre estaba de pie en el umbral de la puerta esperando por nosotros.
—No confundas las cosas—pidió ella como si estuviese leyéndome el pensamiento. Yo me alejé un poco y negué—que esté ayudándote en este disparate no significa que tengas voz y voto en cuanto a mis amistades se refiere. Sean es mucho mejor persona que tú porque en los dos días que llevo conociéndole, ya ha hecho muchas más cosas por mí, ha sido mucho más amable que tú y no tiene nada que ver con el hecho de que tenga dobles intenciones conmigo y está completamente lejos de pedirme algo a cambio—recitó con firmeza—así que te voy a volver a pedir de la manera más atenta, que te mantengas al margen—pausó—ahora, si no quieres que tu madre se entere que eres un cretino, baja ya del jodido auto y ábreme la jodida puerta porque se supone que eso es lo que hacen los jodidos caballeros.
Bajé del auto con pasos torpes y justo como la rubia me había pedido, me encaminé hasta su puerta para abrirla. Le tendí mi mano y aunque el rostro de Lily por un breve momento fue atravesado por la duda, finalmente la tomó.
—¡Hola, chicos!—saludó mi mamá apenas entramos dentro de su campo de visión.
Le sonreí.
Mi madre siempre había sido una mujer con clase y su sonrisa definitivamente era la sonrisa más hermosa que yo había visto alguna vez en la vida. Podía entender perfectamente bien porque mi papá se había enamorado de ella. Porque su nuevo esposo se había enamorado de ella.
Era única.
—Hola, ma—respondí y antes de que la rubia a mi lado pudiese decir cualquiera cosa, ya estaba siendo atacada por mi madre que la estaba tomando ente sus brazos y dejando dos mejillas en cada una de sus mejillas justo como la tradición británica no escrita lo demandaba en sus leyes de cortesía—mamá, por dios, déjala respirar—pedí.
—Hola, señora...um...—me reí.
—Collins—señalé.
—Oh, cariño, solo debes llamarme Rosaline—respondió ella envolviéndola entre sus brazos una vez más—soy la madre de Axel, y tú debes ser Lily ¿cierto?—cuestionó—¿Por qué no me dijiste que era así de preciosa, Axel Evenson?—añade incluso antes de que Lily pueda responderle.
La veo sonrojarse a sobremanera y me rio para mis adentros.
No es algo que yo vaya a admitir en voz alta. Jamás.
—¿Verdad que lo es?—pregunto a su vez atrayendo la atención de Lily que de inmediato me lanza una mirada fulminante.
Entonces lo entiendo. De repente.
Hoy voy a divertirme. Muchísimo.
—Entonces ¿desde cuándo se conocen?—pregunta la madre de Iceman.
Mi corazón da un vuelco dentro de mi pecho y llevo disimuladamente mi atención a Axel que parece estar disfrutando de su copa de vino. Él no me mira en absoluto y me recuerdo maldecirlo mentalmente más tarde.
Los intensos ojos azules de su madre me observan con ese brillo especial, es entonces cuando me doy cuenta que el frio azul de sus ojos es herencia de su madre; el parecido impresionante que poseen antes me hace delirar de alguna manera. ¿Cómo puedo mentirle en la cara a una persona que parece ser la amabilidad hecha persona?
—Pues...—comenzamos al mismo tiempo y ella se ríe—habla tú—pide Axel.
Inspiro con fuerza y asiento con media sonrisa—Nos conocimos en los estudios de filmación—le cuento—y para ser sincera, no fue un encuentro para nada convencional, de hecho, no fue para nada agradable—los ojos azules de Axel me miran alarmados y yo me río.
—¿En serio?—pregunta ella sin perder la sonrisa—¿por qué?
—Porque ella es una enana asesina—se entromete el hombre a mi lado provocando una risa genuina de parte de su madre—tiene mal humor.
—¿Qué?—me quejo—no es que yo tenga mal humor, es que tú eres insoportable y provocas unas ganas insufribles de estar de mal humor.
—¿Insoportable yo?—se mofa—cariño, no sé de qué me estás hablando, yo soy totalmente irresistible.
—Claro, para las personas con carencia de amor neuronas y de amor propio—replico—pero creo que no hace falta que yo recuerde esas cosas ¿cierto?
—Oh, Lily, me estás ofendiendo.
—¡Ese era el punto!—me rio—anda, cuéntale a tu madre que intentaste coquetearme desde el minuto uno y tus tácticas de famoso que se cree inalcanzable no te han funcionado para nada y herí tu ego de macho insufrible.
—Eso es porque tú tienes malos gustos—replica. Mis ojos se abren con sorpresa y niego firmemente—me voy a ofender muchísimo si ahora me vienes a decir que te gustan los Jonas Brothers.
—Para tu fortuna, no—me burlo.
—Y luego se enamoraron—la voz de la madre de Axel llena el aire y mi corazón deja de latir un momento. Me quedo en silencio y Axel tampoco dice nada, es obvio que la pequeña revelación de su madre lo ha tomado por sorpresa—es así como funcionan las historias de amor, Nicholas Sparks es la prueba viviente de ello.
—Bueno, creo que decir que estamos enamorados es algo bastante apresurado, mamá—comienza el muchacho pero ella se ríe como si acabase de contarle el chiste más divertido de todos.
—Es así como comenzamos tu padre y yo, cariño—suelta y siento mis mejillas arder—aunque para ser sincera, no sé quiénes son los Jonas Brothers...
Me ofendo en silencio y me rio en voz baja—Ma...
—Pero creo que juntos hacen una pareja increíble, mi amor—nos sonríe—y realmente agradezco a Dios que haya puesto en tu camino a una chica como Lily...sé que es de mala educación comparar a las personas pero realmente me da mucho gusto que lo que sea que tuvieses con Summer haya terminado porque...
—Oh dios...—susurro interrumpiéndola—es usted demasiado amable, señora Collins...
—Sin formalidades, cariño—me recuerda—entonces, ¿Quién quiere postre?'
El camino a casa es silencioso a pesar de que es la voz de Shawn Mendes quien nos acompaña. Axel no ha dicho una sola palabra y yo tampoco, mi cabeza todavía está dando vueltas de alguna u otra manera y las ganas de llorar de repente se han apoderado de mí. Inspiro con fuerza tratando de concentrarme en el camino pero no pasa.
—Gracias...—murmura finalmente.
—No tienes que agradecerme—respondo tratando de sonar firme—recuerda que tenemos un trato.
—Sí, es verdad—asiente pero no me mira—¿de verdad te caigo tan mal?
—¿Por qué tu madre no tolera a Summer?
—No es que no la soporte—comienza lentamente—en realidad jamás le he preguntado porque no le cae bien, creo que es un tema que no me incumbe.
—Creo que sí—respondo—sobre todo si tienes una relación estrecha con ella.
—¿Estás celosa?—cuestiona.
—Puf, por supuesto que no—me mofo—es solo curiosidad.
—Pues a mí me parece que estás jodidamente celosa. ¿Y desde cuando Lily enana Braun es curiosa?
—Siempre he sido curiosa—le espeto sin más—además ¿Por qué estaría celosa de ti?
—Porque te gusto en secreto—responde encogiéndose de hombros—de otro modo, no tendríamos tanta tensión entre nosotros. Soy tu amor platónico, solo debes admitirlo.
—Oh, no te confundas—me echo a reír—no tenemos tensión alguna entre nosotros porque para empezar, no existe un nosotros, Axel.
—¿Por qué siempre eres tan irritable?—se queja.
—No lo soy, tú lo eres—me quejo a su vez. Cruzo mis brazos por encima de mi pecho y escucho su risa flotando en el auto. Entonces se detiene—¿pero qué haces? ¿Por qué paras en medio de la autopista? Es irresponsable y peligroso. ¿Qué crees que haces?
Entonces simplemente sucede.
En un movimiento que apenas y puedo registrar, las manos de Axel toman mis mejillas y antes de que tenga si quiera la fuerza de voluntad para alejarme, me besa.
Sus labios se mueven en total sincronía encima de los míos.
Me está besando.
Iceman me está besando y aunque quiera decir que es horrible, la sensación me abruma y muy a mi pesar, me gusta.
Y es en ese momento justo cuando lo entiendo, Axel Evenson me gusta, me gusta muchísimo más de lo que estoy dispuesta a admitir en voz alta alguna vez.
Me gusta demasiado.
Pero él, él no tiene por qué saberlo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top