XI

Capítulo 11.


-¿Noods? Noods, ¿Puedes abrirme? Necesito hablar contigo de algo muy importante...

No obtuve respuesta alguna. El sonido de las cuerdas de la guitarra acústica seguida de un teclado me dio el inmenso mensaje de que, nuevamente, ella no me quería ahí. Estaba a punto de irme cuando oí que las melodías callaban y el pomo de la puerta comenzaba a girar, dejando la puerta levemente abierta.

-Pasa... 

No lo dude ni un momento, entré rápidamente y me aferré a ella en un abrazo. Noodle rió ante el gesto, tomándome de las manos para separarnos.

-No esperaba que vinieras...

-Pues yo no esperaba que me abrieras. Eso de tocar a tu puerta por dos semanas no es la cosa más divertida...

Noodle se rió con un leve sonrojo, pronto notó mi anillo, cosa por la cual me dedicó una mirada bastante intrigada.

-Bien, cuéntame, ¿Qué tal han estado tus dos semanas sin mí?

Sonreí. En realidad, fácilmente podría clasificar estas dos últimas semanas como el par de semanas más alocadas pero maravillosas de mi vida. Stu y yo nos vimos cada día; algunas veces, cuando me rendía al no tener respuestas de Noods, me refugiaba en sus brazos o subíamos al techo a fumar, por los viejos tiempos, otras veces él se quedaba en mi habitación hasta tarde, acompañándome mientras estudiaba y para ser mi fuente de sexo matutino acompañado de un delicioso desayuno. Incluso hemos ido al cine, pero no puedo recordar que película fuimos a ver, porque a principios de esta, se nos ocurrió besarnos, llevando una cosa a la otra y...terminamos teniendo intimidad en la sala semi vacía de cine.

Ya le he contado la situación a Charles, desde la pésima relación con Oliver hasta los coqueteos con Stu y, con mucha ayuda de Ely, ella aceptó mis decisiones, no sin antes reprimirme por mis malos métodos. Me tomó toda una tarde el rogar por su perdón y una hora más para que estuviese al tanto de mi relación con Stu.

-Bastante movidas, la verdad, pero me alegro de que ya pasé mis finales y las vacaciones comienzan la siguiente semana.-le dije, otorgándole una sonrisa, cómplice de todos mis movimientos con mi novio a escondidas. Llegó la hora, debo cruzar los dedos...- nipona, lo que quería contarte...

-¿Qué estas coqueteando con Stu?- Me quedé callada- cuando compró el anillo, me dijo que se lo regalaría a la chica con quién estaba coqueteando.

-En realidad, estamos saliendo. -Ella me vio con sorpresa, pero redirigió su mirada al papel donde estaba haciendo distintas anotaciones. –Debiste ser la primera en enterarte, pero lo que dijiste en la cafetería realmente me dio miedo... A veces puedes ser bastante tenebrosa, nipona...-dije graciosa, procurando aligerar el tema pero ella no reaccionó.

-¿Cuánto tiempo?... ¿Cuánto tiempo llevan saliendo?

-Dos semanas, un poco más, tal vez... ¿Estás enfadada?

-Algo... Rompe con él, por la antigüedad de nuestra amistad.

-¿Qué?

-Rompe con él y te perdono.

-¿Puedo volver con él después?

-No, y tampoco puedes decirle que yo te dije que rompas con él.

-Nipona...-ella me vio con ojos expectantes, sin alguna buena expresión que me consolase. Debí haberle dicho antes...- Está bien...Lo haré.

Ella abrió la puerta y ambas buscamos al peli azul en los Kong's, cuando le escuchamos jugando con su melódica en el estudio, Noodle se quedó en el pasillo, escuchando. Stu sonrió al verme entrar al estudio y se paró de un brinco, tomándome de las manos y entrelazando nuestros dedos, preparado para besarme, cosa que yo evite, recibiendo su beso en la mejilla. Él se sorprendió con mi estado de ánimo.

-¿Está todo bien, Ella?

Negué con la cabeza, las ganas de llorar me atestaban los ojos pero procuré contenerlas. -Debo romper contigo...

El ambiente decayó. Stu asintió lentamente. – Está bien. Si eso es lo que quieres...

Le inserté un beso en la mejilla y hui de ahí. No quería que él me viese llorar.

Noodle vio a su mejor amiga pasar de largo frente a ella, limpiándose las lágrimas. La joven japonesa era muy protectora con su, prácticamente, hermano mayor y le dolía el hecho de que ninguno de los dos le hubiesen contado sobre su romance. Noodle entró rápidamente al estudio, esperándose encontrar a 2D llorando desconsoladamente, cosa que no fue así. El peli azul estaba recostado en el sofá del estudio, con la vista perdida en el techo del estudio, suspirando cada tanto.

-¿Qué sucede, Toochi?-fingió la japonesa, sentándose cerca de él para poder acariciarle el pelo. El joven le apartó la mano rápidamente, negando con la cabeza y sentándose. Suspiró nuevamente, de forma cada vez más deprimente.

-Se supone que Ella te diría, pero ella y yo estábamos saliendo... llevábamos dos semanas... fueron tan buenas...

La japonesa, aun molesta, esperaba ver lágrimas, pero él solo veía a lo lejos, manteniendo una triste sonrisa. 2D repasaba las últimas semanas en su mente, una y otra vez...

-¿Te gustaba mucho...? Estar con ella, me refiero...

-Me gusta, me gusta muchísimo... toda ella. Ella es fantástica... Pero ahora ella rompió conmigo y no tengo idea del por qué...-La japonesa se puso un poco nerviosa pero no dijo nada- Creo que ha de ser por Oliver, tal vez ella se dio cuenta de que él es mejor...

-¿Oliver? ¡Es cierto, ellos salían! Toochi, dime que no salías con Ella mientras ella estaba con...

-¡No! Bueno, no fue exactamente así...

-¿Ella engañó a Oliver?

-No, no... Ella rompió con él antes de que comenzáramos a salir, pero...Finge seguir siéndolo para el padre de Oliver... el hombre se muere y Ella piensa que merece llevarse un buen recuerdo. Tiene un gran corazón...

Noodle se sintió mal. "No debí decirle que lo hiciera. Demonios... ya no hay vuelta atrás" se repetía la joven chica en la mente una y otra vez. Ella todavía estaba en casa, todavía podía arreglarlo, ¿No? Noodle salió del estudio sin decir una palabra y corrió hasta el elevador y posteriormente su habitación en busca de su mejor amiga. Ella estaba limpiándose el rostro con papel, sus ojos estaban hinchados y la punta de su nariz era similar a la de Rodolfo el Reno.

-Hey, Noods...

-Ella, Quería decirte que lo siento, yo...

-No, creo que tienes razón, debía romper con 2D. Él y yo nos conocíamos muy poco, además, tú lo conociste primero...

Las mejillas de la más joven se pusieron al rojo vivo, inhibiéndola de poder actuar o decir lo que ella planeaba. Ella lo notó, sintiéndose aún más culpable.

-Debo irme, nipona. Me olvide de que hoy me toca preparar la cena... Te veré luego...

Ella salió lo más rápido de ahí, derramando nuevamente algunas gordas lágrimas. Noodle permaneció petrificada en su lugar.

-Por todos los cielos, ¿qué he hecho?

(♦♦♦)

Eran las 3 a.m. y todavía no podía conciliar el sueño. Creo que esta vez sí que me pasé... Pero Ella debió decirme... La espanté con lo de la cafetería, seguro y era eso lo que me quería decir esa vez... Pero eso no le quita la culpa, debió decirme... Ella es mi mejor amiga, Toochi no tenía derecho a salir con ella. ¿En qué momento ellos comenzaron a coquetear?... Ella debió decirme. Toochi no debía salir con ella. Yo no debí decir eso...

-¿Nipona? -Toochi estaba en mi puerta entreabierta, temblando y susurrando.- ¿Estás despierta?

-Sí, Toochi... Pasa...-Él entró y se acostó a mis pies. Encendí mi lámpara de noche, aclarando mi visión de Toochi, quién estaba aferrado a su almohada y mantenía un ceño bastante fruncido, lleno de dolor.

-No puedo llorar, nipona...

-¿Qué...?

-Sé que ya pasaron dos días desde que Ella y yo rompimos y que hemos estado trabajando en el álbum y en cosas que se supone que deben distraerme pero... no puedo llorar... Aún extraño muchísimo a Ella y quiero ir a buscarla, pero no quiero parecer insistente. No después de todos esos idiotas con quienes estuvo... Extraño abrazarla, extraño besarle y eso me pone muy triste pero no puedo llorar... Y eso también me da muchas más ganas de llorar...

Toochi está viendo a la nada. Mis manos temblaron nuevamente, tal y como lo han hecho estos dos últimos días y que no me han permitido continuar componiendo. Debo decirle...

-Toochi...

-Lo peor es que no sé por qué me cortó... Luego de pensarlo muchísimo, creo que si hubiese sido por Oliver, Ella me lo hubiese dicho... Una vez me dijo que nunca me rompería sin decirme el por qué... Debió ser algo muy...

-Fui yo...-le interrumpí en un pequeño susurro. Mis ojos picaron.

-¿Qué?

Nos vimos directamente y tomé valor. Espero que me perdones, Toochi...

-Le dije que rompiera contigo y así le perdonaría por no decirme...

-Nipona... ¿Por qué harías eso? Creí que ella era tu mejor amiga...

Él se sentó frente a mí, viéndome con mucho dolor. Sin poder soportarlo demasiado, miré mis manos temblorosas, procurando evitar sus ojos.

-Estaba muy molesta... Ella era mi mejor amiga y la quería solo para mí...

-Nipona, ¿qué dices...? Yo...

-Ella era mía y tú te metiste, Stuart...-Comencé a sollozar. 2D se sorprendió a morir por cómo le había llamado por su nombre. Continúe hablando con la voz temblorosa- ella era la única que no tenía nada que ver con ustedes o la música y la única mujer con la que no me he sentido incomoda ni que me ha tratado como una niñita... Ella era mía...

-Lo siento, Noodle, no sabía...

-No, no lo sabías... No preguntaste, nunca lo haces. Solo me cuentas sobre ti y todos tus sentimientos pero jamás me preguntas sobre los míos... Ella si lo hacía... pero luego tuvo que salir con esos patanes y alejarse de mí...

-Nipona...

-La rescaté de ese horrible tipo bueno para nada, le cuidé y le ayudé a sanar... Luego llegas tú y la envuelves con tus sentimientos, alejándola de mí... Ahora, Ella no me querrá ver... le dije que lo hiciera en nombre de nuestra amistad... tampoco puedo escribir música como para distraerme o para bajar mi ansiedad y esta horrible depresión que intenta consumirme porque era Ella quién me sacaba de este hoyo cuando tentaba con caer otra vez... Es tan injusto que te quejes por no poder llorar. Odio llorar, me hace sentir tan inferior e indefensa...Le quiero muchísimo, pero ahora ya no tengo idea de qué hacer... Me quejo tanto de esos idiotas que la lastimaron y ahora yo también formo parte de ese asqueroso club...

2D me abrazó con fuerza. Continúe llorando con intensidad mientras él me consolaba y acariciaba mi espalda. Luego de unos segundos, pude sentir mi hombro húmedo y escuché su agitada respiración. Me separé para verle y pude observar sus oscuros e hinchados ojos. Le limpié las lágrimas y le puse un beso en la mejilla. Lo siento tanto, Toochi... Continuamos abrazados, llorando y consolándonos mutuamente.

-¿Crees que me perdone?

-Si... Ella te ama, te perdonará lo que sea...

-Sé que lo que hice estuvo mal... Perdóname, Toochi...

-Está bien, nipona... Tienes razón, Ella era tu mejor amiga, debí preguntarte si estabas de acuerdo con que saliera con ella, debí prestarte más atención en lo que callabas... Lo lamento, Noodle. Fui muy acaparador... ¿Podrías perdonarme?

Reí, sorbiendo la nariz.- Solo si tú me perdonas, Toochi...

Él me abrazó y continuó acariciando mi espalda. Más tarde buscaré a Ella y le pediré disculpas, espero que todo salga bien...

(♦♦♦)

-Ella, debes levantarte. No puedes faltar nuevamente al trabajo, no te perdonaré que te atrases con la renta, señorita corazón roto.

Me encontraba recostada en el sillón de la sala, lamentándome por mi miserable ser mientras Charles me regañaba nuevamente. Debería hacerle caso... o podía mudarme a algún puente...

-Ella... Vamos, anímate. No es tu primer novio y seguramente no será el último, además, solo fueron dos semanas, ¿Qué tanto te enamoraste?

-Mucho, Charles, ya te lo dije miles de veces... todo era tan salvaje y mágico con Stu... ¿Ya te conté de cuando fuimos al cine?

-Ya, como unas veinte veces y cada vez que me lo cuentas temo por tu estado mental, el cine es un arte, Ella...

-Lo sé mejor que nadie, créeme. Jamás profanaría una proyección pero esa vez con Stu fue tan...

-¡No te atrevas a seguir con eso, Brown!

-Ya, ya, me calmo... Le extraño muchísimo, Charles. Además, ahora Noodle me ha de odiar profundamente...

-Y está en todo su derecho, 2D es su hermano mayor prácticamente, debiste preguntarle primero. Todas las novias de mis hermanos me tenían que tener mi aprobación para poder salir con ellos, es la regla no escrita más básica, Ella...

-Lo sé, igual la aplicaba con Isobel y...

-Es cierto, ¿Isobel sabe algo sobre todos estos enredos?

Mis mejillas se coloraron a más no poder, por lo que me puse la manta a la altura de los ojos, procurando cubrirme. Me quedé callada, petrificada.

-¿No lo sabe?... ¿No sabe nada de nada? ¿Ni un poco?- Negué con la cabeza por debajo de las sábanas.- ¡Ay, por todos los cielos, Ella!

-Cuando me fui de casa, le prometí no tener ningún embrollo romántico con nadie, no después de lo de Adam... Me colgaría si se entera de todo lo que pasó...

Charles me veía con la mirada más asesina que podría lanzarme. Si no salgo de esta, mamá, te amo... Papá, eres el mejor, perdón por escaparme de mi habitación y por fumar en tu escritorio. Los amo muchísimo... Charles se me acercó con el rostro humeante en furia, a punto de estrangularme pero el sonido del timbre la distrajo, permitiéndome huir para resguardarme en mi habitación.

-No creas que estás libre, sé dónde escondes la llave de tu habitación...-gritó mi roomie y pude escuchar como abría la puerta. Minutos después, toco a mi puerta.

-Charles, ten piedad...

-Noodle está aquí...

Respiré profundo y abrí lentamente la puerta. La japonesa se encontraba jugando con sus manos, observándose los pies con pena. Mis ojos picaron.- Pasa, Noods...

Ella avanzó hasta mi cama, en pleno silencio. Pude observarle unas ojeras gigantescas y una mirada demacrada total. ¿Qué le sucedió? La habitación se sumió en un silencio absoluto. Noodle miraba mis paredes con absoluta profundidad, acariciaba mis sábanas, suspiraba con pesadez...

-¿Aún trabajan en el álbum?

-A veces, las cosas están algo... atareadas...

-Comprendo...

-No fuiste a trabajar...

-No... Kumiko me disparará seguramente...

Otra vez el silencio incómodo. Noodle suspiró nuevamente.

-Lo siento-dijimos al mismo tiempo, cosa que me hizo reír al instante. Le cedí la palabra. Su voz estaba temblorosa.

-Ella, lo lamento tanto... no debí obligarte a que rompieras con Toochi, fui tan manipuladora...

-No, no, no... tenías razón nipona. Él y yo nos apresuramos a tantas cosas, además, debí decírtelo, él y tú son prácticamente hermanos. En ningún momento te pregunté cómo te sentías sobre la situación... debí preguntarte y esperar tu aprobación primero, antes de actuar a tus espaldas...

Ella estaba sollozando. Me apresuré a abrazarle, consolarle. Jamás esperé verle llorar...

-Te quiero, muchísimo, nipona. Lamento haber sido tan irresponsable con nuestra amistad y con tus sentimientos...

-Yo te quiero muchísimo más, pero la mala del cuento soy yo. No debí obligarte a romper con Toochi... me sentí celosa de que alguien más pudiese llevarse tu amor lejos de mí y no pude soportarlo... Lo lamento muchísimo, Ella...

Ambas lloramos con intensidad, pidiéndonos perdón mutuamente y, así mismo, disculpándonos con lágrimas. Luego de unas horas ella y yo ya nos encontrábamos riendo y poniendo al tanto de nuestras actividades. Pronto tuvo que irse, con un aura restaurada y con una sonrisa en los labios tan pero tan grande que parecía destellar en medio del tumulto de gente. La acompañé hasta el metro y me despedí de ella con la mano.

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