II

Capítulo 2.

El viernes llego luego de muchas ansias y para el final de mi turno, una hora antes de la que le había dicho a Sean, me dirigí con la japonesa a mi departamento. Charles estaba cocinando para cuando llegamos.

-Hola, ya llegué.

-¿Qué tal tu turno, Veleta?-me saludó Ely, el novio de mi amiga y compañera de departamento sin voltear a verme por estar leyendo el periódico.

-Eterno... Chicos, quiero presentarles a Noodle, Noods, ellos son Charlotte Adams, Charles, y Elajiah Davis, su novio.

- Dime Ely, un gusto.

-Hola, preciosa, ¿Tienen hambre? Estoy preparando una ensalada salteada.- saludó Charlie maternalmente, Noodle saludó de vuelta.

-Claro, suena rico.-dijo la japonesa.

Me adelante a tomar una ducha y cuando regresé con el cuerpo envuelto en una toalla, Noodle me siguió hasta mi habitación con su plato de verduras salteadas en mano. Me coloqué detrás del biombo para poder ponerme la ropa interior y mi bata mientras veía de reojo la curiosa mirada de mi invitada recorrer la no tan impresionante habitación.

-Bien, ¿Qué debería usar?- comencé a indagar en mi armario y saqué algunos vestidos. Noodle solo mantenía una mala cara.

-¿Me dejas ver?

La japonesa dejó su plato en mi escritorio y me ayudó a buscar algo más cómodo. Al cabo de poco rato, ya nos habíamos decidido por un vestido negro, ligero, con un escote en v y hasta la mitad de las pantorrillas acompañado de unos tacones negros. Esperamos a que se acercara la hora y 15 minutos antes comencé a maquillarme con un poco de rímel, rubor y labial y poco después nos dedicamos a platicar de la práctica que había tenido Noodle con la banda.

-¿Vendrá por ti? Porque ya son las 9:50pm...

-Acordamos que me llamaría cuando estuviera frente al edificio minutos antes de las 10…

-Diablos.

Le di una sonrisita un poco apenada. Diablos Sean.

-¿Vendrán por ti, pequeña Noodle?

-Eso creo, 2D me dijo que vendría por mí a las 10 pero hay veces en que se queda dormido… Pero no te preocupes por eso, por ahora preocúpate en tener una buena cita. Espero que no te importe que le haya dado tu dirección.

-No te preocupes pero, ¿Estás segura de que vendrá?  Creo que los chicos piensan salir y no quiero dejarte sola. Podría decirle a Sean que te llevemos a casa y así no tengas que…

-No te preocupes por ello, Yokina.-dijo, divertida por el asunto.

-¿Yokina?

- Hai. Es japonés.

- ¿Y qué significa?-Ella rió con gracia cosa que me contagió.

-Tendrás que averiguarlo.

Le sonreí abiertamente. Mi teléfono sonó al cabo de unos segundos.

-¿Sean?

-Hola, Ella. Perdón por la tardanza, pero ya estoy aquí.

Con una risita le indiqué a Noodle que mi cita ya iba a comenzar. Reuní mis cosas y las metí en un pequeño bolso mientras tomaba camino a la salida de mi departamento, la japonesa iba detrás de mí.

-En seguida bajo.-le dije al chico del otro lado de la línea- No me esperes despierta, Charles. Te veo luego, Ely.

-Adiós, chicos. Omotenashi arigatō.

La pareja se despidió de nosotras, procurando invitar a Noodle a venir nuevamente. Bajamos en el elevador con tranquilidad. Sean estaba recargado en su auto negro con una gardenia. Oh, no…

-Hola, linda.- me dijo Sean, acercándose para darme un beso en la mejilla y luego darme la flor. Noodle y yo compartimos la misma pirada rara-¿Lista para unas buenas copas?

-Claro-respondí con todo el entusiasmo posible mientras ponía la flor en mi espalda con cuidado. Mañana no podré respirar…- pero antes, Sean, ella es Noodle y…

-¡Ah, sí! la chica que va todo el tiempo a la cafetería. ¿Te gusta alguien de ahí? Porque a eso se le llama espiar-me interrumpió Sean. Noodle no había cambiado su mirada extraña.

-Emm, no es nada de eso. Ella es mi mejor amiga y pues no está segura de que vayan a venir a buscarla y pues me pareció buena idea que le diéramos un aventón a su casa. Ya sabes, nunca se sabe con la seguridad… -él me vio con cara afligida.

-¿Ahora? Será mejor que lleguemos a tiempo…

-No te preocupes, Ella, estoy bien…

Vi con cinismo a Sean.

-Mira, sí ella dice que no te preocupes, yo confió en su palabra- recalcó mi cita.

Noodle me vio con extrañeza y luego con tranquilidad.

-Tranquila, Yokina, puedo irme sola a casa, no hay problema.

-Noodle…

Sean se notaba un poco desesperado.

-¿Te dejará más tranquila que llame a Toochi? puedo esperarle aquí.

-Puedes subir con los chicos…

Noodle continuo animándome a irme pues Sean seguía bufando en voz baja. A los pocos segundos, una alta y delgada figura se acercó a nosotros.

-Noods, perdón. M-me Q-quedé…D-dormido. Y-yo…P-perdón.

-¡Toochi! Uff, me alegro que llegaras, ¡Vamos, vamos! Que estamos retrasando a Ella con su cita.

-¿C-c-c-cita?-Le sonreí levemente con un rubor en mis mejillas, él tembló, nervioso.

-¡Vámonos, Toochi!-dijo la nipona tirando de la mano de Toochi- Bye, bye, Ella.

Me despedí de ella con la mano y voltee a ver a mi cita. Sean me sonrió con un poco de picardía y agradecimiento, ambos tomamos camino a la debida cita.

(•••)

-Salud- dijo Sean alzando su copa. Le imité mientras me acercaba más a él.

Ya habíamos catado un par de vinos y ahora nos habían dado una copa de degustación para pasar el rato. El lugar tenía un ambiente muy cálido y rústico, lo cual me permitía relajarme y conversar a gusto con Sean, quién comentaba cosas bastante interesantes sobre los vinos y la historia y se iba acercando poco a poco a mí.

-¿Sabías que en la antigua Grecia, el vino se bebía mezclado con agua y se conservaba en pellejos de cabra?

-¿De verdad?-dije, arrugando la nariz pero deshaciendo este gesto pronto pues mi acompañante no estaba muy feliz por ello. ¿Estará en sus días…? Debo cambiar de tema- Vaya… Me imagino que se rebajaba con agua porque antes era aún más concentrado, ¿No?

-Sí, eso se cree, pero no se sabe con seguridad pues antes la producción de la vid era dirigida a la alta sociedad occidental, para banquetes o acontecimientos importantes, aunque su propagación sucedió por el cristianismo por ser utilizado en las misas. 

-Demonios, tienes muchos datos en la mente.-él rio por mi comentario.

-Debo tenerlos, estoy estudiando Ciencias de la Comunicación Social, es decir, la carrera que te hace saber de todo en todo momento, ¿Y tú? ¿En qué estás?

-Derecho, apenas en mi segundo año. Aunque déjame decirte que nosotros también somos la carrera de saber de todo en todo momento.

Él me miró pícaro. Se acercó a mí, incliné el rostro.

-Pues casi no se te nota lo debatiente como para ser tan linda.

Su comentario no fue de todo mi agrado y seguramente le hubiese exigido explicaciones si él no me hubiese besado justo después.

Húmedo.
Su beso era demasiado húmedo y sus labios demasiado inquietos. Es un poco dulce y posiblemente yo esté siendo muy prejuiciosa acerca de los besos aun cuando solo he besado a dos chicos antes que a Sean, pero no siento lo que creo que debería sentir, no siento que me esté derritiendo o el calor del cariño, ni siquiera siento mariposas en el estómago, solo siento un cosquilleo pero no logro adivinar si es en mis mejillas, por aquellos mechones de su largo flequillo que bailan cerca de mi rostro, o si es por el contacto de nuestros labios. Al separarnos, me sonrió, coqueto. Oh, Sean…

-Bella Ella, ¿Fue intencional que te llamaran así?

-No sé si podría decirlo como intencional…

-Fuere lo que fuere, queda a la perfección.

Mis mejillas se sintieron muy calientes. ¿Qué puedo decir? Él es muy sexy e inteligente y mi historial amoroso no ha sido ni muy bueno ni muy activo en mucho tiempo.

Nos besamos un par de veces más y luego me llevó a casa.

-Fue una cita muy linda.-le dije, mientras caminaba a la puerta de mi edificio.

-Me alegra que te gustara. Deberíamos repetirla, ¿no crees?

-Es una gran idea. Espero que me llames.

No dijo nada, solo me soltó una sonrisita y dejó un beso en mi mano. Entré a mi edificio y subí en el ascensor, dónde me tomé el tiempo de quitarme los tacones y llevarlos en mano.

-¿Qué tal estuvo?- Me preguntó una adormilada Charles.

-No fue tan malo y el vino ayudó mucho…

-Demonios…- dijo Charles.

Amo a esta mujer. Creo que conocerla es una de las mejores cosas que me pudieron haber pasado en la vida. Nos conocimos en los cursos introductorios a la universidad, un par de meses antes de iniciar la carrera, cuando le pedí prestado un lápiz y ella me hizo una broma. A partir de eso, nos masajeábamos mucho, bromeando sobre quién ingresaría a la facultad, volviéndonos muy buenas amigas y, cuando nos enteramos de que ambas habíamos quedado, nos organizamos para poder rentar un departamento juntas. Amo que su mente y la mía son tan parecidas y que ella me comprende plenamente, en todo sentido. Se ha ganado tan rápido mi confianza, que sé con seguridad que ella me conoce en mente y espíritu y ni hablar de su novio, un chico un año mayor que nosotras dos, que estudia arquitectura; amoroso, respetuoso, gracioso hasta el culo. Ambos han conformado mi base estable y han, de alguna forma, tomado el papel de mis padres- Bueno, por lo menos mañana descansas y no le verás hasta el lunes, ¿no?

-Si… A menos que él me llame.

-¿Le diste la oportunidad?-Me encogí de hombros-Ay, Ella... Solo promete que no dejarás que te rompa el corazón.

-Tranquila, no me gusta así de tanto.

Charles me abrazó maternalmente, me ofreció una taza de café y un par de donas y me mando a la cama. Al estar en mi cuarto, mi primer acto fue quitarme el vestido y el maquillaje para luego buscar mi teléfono y enviarle un mensaje a Noodle.

“¿Estás ahí?”

Me respondió a los pocos minutos.

“Aquí estoy. ¿Qué tal la cita?”

“Pudo ser peor”

¿Quéeee?
Nooo
¿Por qué lo dices?”

“La conversación fue muy informativa, digo, solo me habló sobre la historia del vino durante cuatro horas seguidas y se ofendía cuando le trataba de contradecir o corregir.”

“Maldición”

“Ehh, ese vocabulario”

“¿Y qué tal el vino?”

“Eso sí que fue lo bueno de la cita. Ayudó mucho cuando nos besamos”

“DAAAAMN. ¿Ni en eso fue bueno?”

“No fue tan malo… Me dijo que me llamaría para repetirlo”

“¿Irías?”

“Puede ser…él me agrada mucho”

“Ay, Ella…”

“Cambiemos de tema.
¿De verdad se quedó dormido Toochi?”

“Si... Russel casi lo mata por no llegar a tiempo por mí”

“Pobrecillo, pero, ¿Todo bien?”

“Solo porque intervine…Toochi me preocupa demasiado, le quiero muchísimo pero creo que necesita ayuda. No sé qué hacer exactamente y eso que le he visto en todo tipo de situaciones”

“¿Puedo ayudar en algo?”

“No lo creo, él está muy deprimido”

“Demonios… la vida es una mierda”

“Y de la grande amiga… debo ir a dormir, Murdoc ya está bebiendo menos y exigiendo más”

“Descansa, pequeña”

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