capitulo 43 : y su favorito era el vodka con jugo de arándanos.

Narra GARNET :

Ya había llamado a SHAWN varias por el celular, extrañamente, no contesto a ninguna de mis llamadas, sabía que el no era de las personas que parecían tener su teléfono pegado a su mano (literalmente, si tenia redes sociales eso me sorprendería mucho), pero el siempre contestaba. Me parecía un poco raro que esta vez no lo hiciera, aunque…ya eran como las diez de la noche, probablemente debe estar durmiendo.

Llegar a casa de SHAWN me hizo sentir muy tenso, no era una de mis personas favoritas a tratar aunque fuera mi hermano, supongo que no quería verlo porque no quería disculparme con el, y así era, muy orgulloso. Giré hacia indiscretamente y sin disimular hacia la casa de OLIVER, sentí un nudo en mi estómago al no verlo sentado en el pórtico, bueno, no podía pasar todas las noches ahí, ¿no?.

Es decir, hace frío y…no creo que sienta tanto interés por mi como para esperarme.

“Deja de fingir miseria, en el fondo te gusta pensar, no, creer que el te está esperando” — me dijó la conciencia, yo solo negué con la cabeza para mi mismo y saqué mi teléfono del bolsillo de pantalón nuevamente para volver a llamarle a SHAWN.

El pitido del celular se escuchó cinco veces, y luego…se colgó, el nunca contestó…

Y esto se ponía más extraño cada vez…

Pensaba en…¿ahora como demonios entro si ni llave tengo?.

Oh, ¡claro!...

Que el juego de llaves de mi auto también tenia un duplicado de la llave de casa de SHAWN.

Maldije por lo bajo, si tocaba a su puerta no iba a contestar (tiene el sueño tan pesado que aunque afuera este pasando el fin del mundo, el no se despertaría), algo se me tenia que ocurrir, llegué hasta acá y no pensaba volver sin la bendita mochila.

No podía entrar por la puerta…pero si saltar el muro.

El patio de la casa de SHAWN estaba rodeada por unos muros de altura moderada, sería difícil saltar al otro lado, pues no era como si los muros fueran tan bajos, por suerte, un enredadera crecía por casi todo el muro frontal, así que caminé hacia el he intenté treparlo. Era difícil ya que que me resbalaba, pero pude lograrlo y llegar a la cima, giré las piernas hacia el otro lado y salté, las ventajas de ser alto es que no tienes que estirarte tanto.

Caí bruscamente al suelo pero me levanté rápidamente y sacudí mis pantalones, observe todo a mi alrededor, si, todo el patio estaba iluminado, pero el interior de la casa lucia oscuro. Una cosa más que anotar en la lista de las cosas raras que estaban pasando, ya que a SHAWN le daba miedo la oscuridad, la cocina, la sala y el segundo piso siempre tenían la luz encendida…no me gustaba lo que estaba viendo, para nada.

Abrí la puerta corrediza que daba al interior de la casa, no había visto mal, todo estaba a oscuras, de no ser por toda la luz que entraba por las ventanas, ya estaría caminando a ciegas. Divisé en el gran sofá de la sala, la mochila de EMILY se encontraba en el suelo, estaba a punto de tomarla cuando de pronto escuché un ruido.

¿Acaso esas eran…risas?...

Eso era imposible, podría decirse que el sentido del humor de SHAWN era de piedra (si es que tenía), era rara la vez en la que reía, y usualmente lo hacia con cosas que solo él le veía sentido, puesto que los chistes no le causaban gracia ya que no los entendía. Me seguía pareciendo raro el hecho de que se estuviera riendo solo, porque, nadie más vivía con él, ¿o si?.

Escuché otro ruido, se asemejaba al de una botella rodando por el suelo, ¿Qué demonios estaba pasando?...la idea de que SHAWN no estuviera solo me llego a la mente otra vez, pero sus amigos nunca solían quedarse a dormir, ¿¡y si el había salido y quien estaba en la casa era otra persona!?.

Más risas se volvieron a escuchar…

Los pelos de la nuca se me erizaron, en serio, me daba miedo solo pensar que la risa que escuchaba no provenía de mi hermano, pero aún así no lo pensé dos veces en para caminar hasta las escaleras y dirigirme hasta su habitación. No esperaba encontrarme con la puerta abierta y el sentado en el suelo, dándole la espalda a la puerta del armario y portando una botella en sus manos.

Noté que los cuadernos que antes estaban ordenados en su escritorio ahora estaban en el suelo, incluyendo otros libros que se suponían debían en un estante.

¿Qué pasó aquí?...

El soltaba leves risitas, su cabello estaba revuelto y se le pegaba a la frente…el se encontraba muy sonrojado…y estaba sonriendo, ¡sonriendo!...

Me acerqué a él, quien no se daba cuenta aún de mi presencia, me senté a su lado y este no se inmutó, no hasta que yo toqué su hombro.

— ¿SHAWN? — pregunté dudoso, el ojimiel me miró y soltó una risa, esta vez en voz baja, no podría creer que era el, ¿SHAWN bebiendo?, ¿mientras ríe y sonríe?, de ninguna manera esa persona podía ser el, simplemente…no podía — ¿te encuentras bien? — fue lo único que se me ocurrió decir, me sentía extraña y repentinamente incómodo, sintiéndome descolocado por la situación, jamás había visto esta versión de él.

—  Sip, estoy muy bien — respondió enérgicamente entre risas, para luego darle un largo trago a la botella — ¿sabías que el vodka es mi bebida favorita?, me gusta más con jugo de arándanos…pero se acabó ayer — mencionó, haciendo un puchero (aclaró que jamás había visto a mi hermano haciendo una expresión como esa), nuevamente volvió a reír — me gusta beber, cuando estoy ebrio actuó normal, no actúo raro como siempre…lo sé porque una vez estaba bebiendo con JOSHUA y me dijo que actuaba diferente a lo usual — siguió hablando, y rápido que apenas se le entendía, volviendo a llevarse la botella a los labios, solo que esta vez fui más rápido que el y logre quitársela antes de que le diera otro trago.

SHAWN cambio de manera drástica. Su voz tornándose sería, fría y profunda — es mía, ¡devuélveme eso! — gritó enfurecido.

—  SHAWN, estar ebrio no te va a quitar lo autista, cuando te despiertes al día siguiente y la resaca se haya ido, seguirás siendo el mismo…aun eres tu, sigues siendo el mismo, solo estas ebrio — seré honesto, otras personas como nana o papá tenían paciencia para esto, yo no, pero en este momento debía ser paciente con el, si me alteraba, el también lo haría.

—  No….no lo entiendes, n-no sabes nada — dijo el, muy bajo, casi en un murmullo.

—  Por supuesto que te entiendo, el alcohol no te deja nada bueno, es una lástima que no lo haya entendido hasta ahora….créeme, no te va hacer sentir mejor — dijé, sintiéndome extraño al contarle a mi hermano una de mis lecciones de vida — mereces que sea completamente honesto contigo…tu y yo no tenemos nada en común, ni siquiera tenemos semejanzas físicas y si te viera en la calle, cambiaría de acera, pero…aún así, te conozco mejor que la palma de mi mano y se que cada una de tus acciones tiene un razón.

<<se que algo te tiene angustiado y por eso bebes, vamos, cuéntame, ¿Qué sucede?>>

Fui directo al grano, con el tiempo entendí que la única manera de que SHAWN me entienda es que le hable firme, lo justo y necesario para lograrlo, sin metáforas o frases complicadas.

— No paro de pensar en KATE y eso me asusta, tengo pesadillas con ella y siento que va a volver…¿y si me hace daño de nuevo? — respondió de forma abrupta y rápida, susurrando lo último como un secreto, como si estuviese aterrado de que alguien lo escuchara.

Y al parecer, el asunto era más difícil de lo que creí.

— No, no….no tienes porque preocuparte, SHAWN, ella no va a volver — traté de calmarlo, al verlo tan vulnerable, jugando con sus anillos.

— N-no…yo n-no le se…no me s-siento bien, no quiero hablar de esto…d-déjame solo — pidió entre tartamudeos, se le notaba muy nervioso, ansioso más que todo, comenzando a jalar de uno de los mechones de cabello.

Dios, esto no me puede estar pasando a mi…

— SHAWN, por favor, cálmate — le supliqué, no quería que terminase teniendo un ataque de pánico.

—  Tu no me entiendes, e-ella…ella no te hizo lo que a mi, ella no te hizo daño, no….ella…ella…— de repente, paro de hablar y luego comenzó a murmurar cosas sin sentido, el comenzó a golpear sus cienes con sus puños, de manera brusca y constante.

—  SHAWN, deja de lastimarte — le hablé nuevamente,  tomándole de los hombros.

—  ¡no me toques! — gritó paranoico, dándome un fuerte empujón, con sus puños comenzó a golpear el piso, una y otra vez — ¡la odio!, ¡me lastimó!, ¡me hizo daño!...me hizo así, por si culpa soy así…e-es suya — su respiración era pesada y entrecortada, me decía a mi mismo que no entrará en pánico, que obviamente eso sería poco útil, sabía que si me alteraba el empeoraría.

Con todas mis fuerzas tomé sus muñecas, inmovilizándolo, así evité que se siguiera haciendo daño, el intentaba soltarse de mi agarre, sabía muy bien que lo estaba lastimando. Supe que tenía que actuar rápido en el momento en que comenzó gritarme por que lo soltara.

Y lo único que hice en ese momento fue soltarlo y estampar mi mano en su rostro…le había dado una bofetada.

Sabía que había empeorado todo, que de seguro tendría un ataque de pánico o algo aún peor, y escuchar a SHAWN sollozar con la cabeza baja y lágrimas corriendo por su rostro solo me hacía sentir más culpable. Podía ver la marca roja de mi mano estampada en su nivea piel, estaba enterado de todas las cosas que probablemente se le estaban viniendo a la cabeza en ese momento, no era nada bueno.

— Mírame, por favor — le pedí, el solo rogaba con la cabeza.

—  D-déjame, no me toques — susurró, su voz estando entrecortada.

—  Lo siento mucho, no quise golpearte…en serio, lo lamento — me disculpe, el solo sollozaba, lo tomé de los hombros nuevamente, esta vez de una forma más sutil, varios mechones de su cabello se apegaban a su frente, el estaba sudando, toque su rostro, este se alejó asustado, pegando su espalda más a la puerta del armario — estas sudando frío — mencioné, más para mi que para el.

— No me siento bien…me duele la cabeza y tu estas borroso — comentó, mientras estiraba una de sus manos y con ella me tocaba el rostro, preferí no detenerlo, no quería que se volviera a alterar.

— ¿Tienes tus lentes de contacto? — preguntó, el negó de forma infantil, cabizbajo — se nota, en fin…te ayudaré a levantarte, iremos a la cama y mañana arreglaremos este desastre, ¿bien? — no respondió, se levantó por su cuenta y se recargó en la pared, cuando dio los primeros pasos y supe que no se caería, caminé hasta la cama y me arrojé a su lado.

—  ¿te vas a quedar conmigo esta noche? — me preguntó el ojimiel, con voz adormilada.

—  No me pienso arriesgar a dejarte solo…la última vez eso casi termina en tragedia — comenté secamente, ocultando mi pena.

—  No sabia que el frasco estaba medio vacío — susurró SHAWN, la inocencia estaba impregnada en sus palabras y eso solo me hacía sentir más miserable.

—  Cállate, SHAWN — solté, tosco.

—  ¿Por qué? — preguntó.

—  Porque me atormentas — le respondí de mala gana, estaba en mi naturaleza ser así, lo amable ya se me había agotado, no cambiaría en cuestión de segundos, ser amable con el…era algo muy nuevo.

No era la primera vez que presenciaba a SHAWN tener un colapso o meltdown, es decir, vivimos juntos por dieciséis años, aun así jamás había intervenido nunca en alguna de esas situaciones, nana y mi padre siempre eran quienes se encargaban.

Bueno, mi nana era quien siempre se encargaba de aquello.

Se supone que luego de tantas terapias, SHAWN había logrado controlar sus crisis, solo situaciones que fueran un gran impacto en el (ya sea de forma emocional o física) como ruidos fuertes o agresión física hacia su persona eran una de las cosas que lograban alterarlo a esa magnitud. Por otro lado…estaban los recuerdos, y sabía muy bien el daño que le causaban, la niñez de mi hermano no fue para nada la ideal (la mía tampoco lo fue), recordar tantos momentos malos le hacían mal.

 

Pero el no podía evitarlo, solo le ocurría.

 

Y fuera de la sucedido con Kate, aquel ojimiel era la inocencia personificada, el tenía ese poder de bloquear las cosas malas que sucedían a su alrededor (no estaba del todo seguro si esa habilidad era buena para el). La imagen de el bebiendo se repetía constantemente en mi cabeza y me hacía sentir tanto asco, era algo que quería olvidar pero no podía.

Di una vuelta en la cama y vi que SHAWN estaba dormido, abrazándose a si mismo, tuve la oportunidad de ver en su totalidad el estado de sus nudillos, estos estaban muy lastimados, y no hablar de su rostro. Sus pestañas estaban todas pegoteadas a causa de las lágrimas, la marca de mi golpe aun seguía ahí, comenzando a tornarse de un color violáceo.

En serio me había pasado.

No me quedó de otra que enviarle un mensaje a papá, explicándole la situación, y claro que como de su hijo favorito se trataba, me respondió con un voy en camino.

Y los celos comenzaron a aparecer en mi…

☆☆☆☆☆

(..)/minutos después :

Cuando mi padre me había mandado un mensaje diciendo que ya había llegado, hice ni mayor esfuerzo para no hacer ruido al levantarme, luego caminé rápidamente hacia la puerta y así salí de la habitación.

Una vez en la primera planta, caminé hasta la sala y tomé la mochila de EMILY entre mis manos, sabía que mi madre me estaba esperando en la puerta, porque yo mismo le pedí que ahí se quedara (el timbre de la casa estaba diseñado para ser escuchado en cualquier parte de la casa, no quería que SHAWN se despertara.

Al abrir la puerta me encontré con MANUEL, mi padre tenía esa imagen fría y autoritaria, podría ser el padre estricto moderno, pero no lo era, por lo menos no con el resto de mis hermanos, solo conmigo. Papá tenía una expresión seria en su rostro (sabía que así ocultaba su preocupación), este se abrió paso para entrar en la casa, sin esperar a que yo me apartará del camino.

—  ¿Dónde esta tu hermano?, ¿el esta bien?, ¿Por qué no me llamaste antes? — me interrogó, maniático y alterado, hablando rápido.

—  ¿Puedes calmarte?...por favor, ya todo esta bien, el esta durmiendo en este momento — le dije, el hizo una expresión de alivio…que duró unos cinco segundos, porque en ese instante un rostro indiferente era lo único que veía en frente de mi.

— ¿Qué le hiciste, GARNET? — preguntó mi padre, luciendo totalmente desconfiado hacia mí.

— ¡yo no le hice nada!, cuando entré no lo encontré en la sala, pensé que estaba dormido, estaba a punto de tomar la mochila he irme, pero escuché un ruido arriba y subir a ver que era. El estaba…t-teniendo uno de sus colapsos, crisis, ¡no lo sé!, lo calme, luego lo llevé a la cama y se durmió — me defendí verbalmente, de forma clara explicando lo sucedido (omitiendo por completo la parte donde lo encontré bebiendo vodka).

— Esta bien, hablaré con el mañana, debo volver rápido a casa, tu hermana está sola…vamos — analicé un par de veces las palabras de mi padre, me sentía algo sorprendido, pensé que el se atrevería a decir que se quedaría con SHAWN, ¿en serio estaba tan ocupado?.

— Me voy a quedar con el — respondí firme y sin pensarlo, extendiéndole la mochila a mi padre, quien la aceptó con una expresión de ¿esto de verdad está pasando? — alguien tiene que quedarse con el, no podemos dejarlo solo cuando se pone mal — finalicé, sacando a mi padre de su trance.

— Si crees que esto de alguna manera hará que reduzca tu castigo, déjame decirte que…—

¿Acaso no puedo hacer una buena obra sin que piensen que tengo un interés de por medio?.

— Papa, habló en serio, te estoy diciendo en este momento que me importa un rábano si me reduces o no el castigo, haré mi primera y última obra de bondad en mi vida y me quedaré con SHAWN — no sabia que me molestaba más, si el hecho de que mi padre había regresado de un viaje de negocios (el cual duró un poco más de dos meses) y después de eso el trabajo le empezó a importar más que sus hijos, o…que su rostro me daba a entender que aún no me creía.

— Ocho treinta — soltó en un suspiro cansado — debes estar en casa mañana a las ocho treinta, yo mismo te llevaré a la universidad, ¿entendido? — dijo con dureza, yo asentí a sus palabras de manera mecánica he inexpresiva, me tomó del hombro y me deseo unas buenas noches antes de salir de la casa.

Cerré la puerta y luego subí escaleras arriba, caminé hasta la habitación de SHAWN, analizando más a fondo el desastre que había. Cuando caminé hacia la cama, noté que el ojimiel estaba despierto, este parecía muy concentrado mirando el techo, me acosté a su lado.

—  Pensé que te habías ido, escuché la puerta cerrarse — dijo, en voz baja y algo adormilada.

—  Te dije que me quedaría, jamás te mentiría…vine aquí porque EMILY dejó Su mochila para la escuela, le dije a papá que viniera por ella — también le dije a papa lo que pasó y que por eso me quedaría contigo — añadí, el solo asintió.

— Gracias…por quedarte conmigo — susurró — TAYLOR no deja de molestarme y siento que estoy haciendo algo mal…recordé a KATE otra vez y eso solo me hace pensar en que no quiero que vuelva, he estado bien por mucho tiempo y no quiero que eso se acabe — sus palabras parecían reproches hacia su persona, eso no me gustaba para nada.

— Te defiendes cada vez que el te molesta, ¿no? — pregunté, curioso.

—  Si, como RAVEN me enseñó — respondió simple.

— Me siento orgulloso de ti — mencioné en voz alta, ahora que tenía la atención de mi hermano — quiero ser honesto en todo momento contigo, SHAWN…me caes muy mal, y ebrio o no siempre seguirás siento un retrasado.

<< pero yo soy el único idiota que puede llamarte así, cualquier otro idiota merece un insulto >>

Estaba pensando el cambiar lo de insulto por un golpe, pero dándome cuenta de que SHAWN se toma todo a lo literal…mejor no digo nada.

— Creo que siempre serás un idiota, GARNET — expresó.

—  Lo sé, pero ya tenemos que dormir…buenas noches — dije.

— Buenas noches.

Al día siguiente/narrador omnisciente :

La alarma despertó a ambos chicos al mismo tiempo, SHAWN se estiró por sobre su hermano GARNET, quien murmuró quien sabe que cosa entre sueños. Una vez que que el ojimiel apagó la alarma regreso a su antigua posición rn la cama. Honestamente, el no tenía ganas de levantarse, le dolía la cabeza y se sentía cansado, como con mucho sueño.

Y ni el mismo ojimiel sabía si se debía a que estaba agotado mentalmente o que no había dormido buen anoche (si es que se puede decir que durmió), se la había pasado pensando la mayor parte del tiempo.

— ¡dios!, que bueno que apagaste esa cosa, odio las alarmas — se quejó GARNET, con voz adormilada — ¿Qué hora es? — preguntó.

— Son las seis en punto — respondió SHAWN, mientras se pasaba las manos por la cara, luego dando un suspiro pesado y por último, levantándose de la cama y comenzando a ordenar su habitación, GARNET lucia atónito.

— No inventes, ¿¡son las seis!?, pues con razón me siento fatal…¿Por qué te levantas tan temprano? — exclamó en forma sorpresiva, mientras que SHAWN tomaba los libros que estaban regados en el suelo y los ponía en su lugar.

Algunas veces sus colapsos (en serio, el odiaba llamarlos asi) o crisis solían ser confundidos con berrinches, la mayoría de las veces que ocurría esto, desahogarse con su saco de boxeo Siempre ayudaba. Aunque esta última vez se halló un poco más desorientado que la mayoría de las veces, y en ese momento en lo primero que pensó fue en desordenar su estante y arrojarlo todo al piso, porque para el eso tenia mucho sentido.

 

La mayoría de esos libros eran de matemáticas, química o física…eran las áreas que más se le dificultaban. Por un largo periodo intento leer historias, como las que leía ZAYN, pero no era para el, los únicos libros que había leído con tanta fascinación fueron la saga de HARRY POTTER y una vieja historia infantil que apenas si podía recordar.

 

Bueno, el mentía a lo último.

¿Y quien demonios tenía el derecho de juzgarlo?, muchos neurotipicos o personas alistas encontraban terapéutico el doblar la ropa o teñirse el cabello de un color diferente ante la presencia de un problema, ¿Qué tenía de malo que el desordenara y reordenara un estante de libros?, nada.

El ojimiel también tenía esta especie de “rituales” o “rutinas”, como contar las nubes caminó a la secundaria (estaba obsesionado co ellas), o contar las grietas de la acera cuando no quería fijarse en su alrededor. También estaba eso de tararear mientras se cepillaba los dientes, un acto de el cual el no estaba consciente, o incluso asegurarse dos veces de que su libreta azul siempre estuviera en su mochila.

GARNET no entendía la mayoría de los comportamientos de SHAWN, apenas si intentaba ser compresivo con el, su padre tenía razón (y le quemaba por dentro), SHAWN era su hermano y no debía…ser tan idiota con el. Por fin, el mayor decidió levantarse de la cama y ayudar a su hermano a recoger los libros, y por más casualidad que fuera, la mayoría de estos eran de un color azul.

— No tienes porque ayudarme, puedo hacerlo solo — dijo el menor, su expresión de indiferencia dominando cada parte de su rostro.

A excepción de sus ojos, su rostro no solía mostrar emociones, pero sus ojos si.

— Solo estoy intentando ser gentil, y talvez…disculparme, ya sabes…por golpearte y eso — titubeó nervioso, definitivamente era pésimo disculpándose.

— Te perdono, yo t-también siento mucho haberte golpeado, solo no lo vuelvas a hacer, o te romperé la nariz — contestó el ojimiel, mientras tomaba un puñado de libros y los dejaba en el estante. Usando un tono amenazante al final (cortesía de RAVEN, claro).

Porque otra de las costumbres de SHAWN era que tendía a imitar muchos a las personas, entre ellas a dicha chica latina, sentía cierta admiración hacia ella y su personalidad intimidante.

— Veo que sigues haciendo eso de las frases — mencionó.

— Funciona la mayoría del tiempo, también a que los chicos que intentan molestarme se mantengan alejados — dijo SHAWN, con voz apagada.

—  Ummm, bien pensado, ¿Quién no te tendría miedo con esa cara seria que siempre tienes? — comentó el mayor, pensado en voz alta — yo solo…quería decir eso…bueno, aparte de que aunque seas un poco más alto que yo, sigues siendo mi hermanito, y te quiero por eso — continuó en voz alta, sintiéndose tan avergonzado por decirle cosas tan cursis a su hermano.

— También te quiero…pero no pienso cambiar mi opinión acerca de que eres un idiota — respondí simple, mientras se aseguraba de que sus libros estuvieran orden, una vez que todos estaban en su estante. GARNET mantenía su expresión de incredulidad.

—  Pensé que me odiabas — dijo el contrario, en voz baja y apenada.

— ¿Por qué pensarías que te odio? — preguntó curioso el ojimiel, estando en frente de GARNET, pero sin fijar su vista en el.

— Cuando tenia catorce y tu trece, recuerdo que rompí en pedazos tu libro favorito…lo hice a propósito y no me olvido de que me gritarte te odio con todas tus fuerzas — relató, incómodo.

— Supongo que era lo que sentía en ese m-momento, estaba enojado y tu siempre me trataste mal cuando éramos pequeños…ya no soy un niño y estoy consciente de que mis palabras pueden herir a las personas…por eso evito hablar — explicó, mientras jugaba compulsivamente con las mangas de su suéter, mientras se dirigía a su escritorio y organizaba las cosas de ahí.

No quiero equivocarme — pensó el ojimiel.

—  ¿Estas seguro de que no es por otra razón el hecho de que tu mismo te limites las palabras? — preguntó GARNET, con una ceja levantada, aunque su hermano no le estuviera viendo.

— Debo prepararme para asistir a la secundaria, ¿tu no asistirás hoy a la universidad? — respondió el ojimiel con otra pregunta, ignorando por completo la pregunta que se le había hecho anteriormente (porque si, SHAWN siempre cambiaba el tema repentinamente al sentirse acorralado).

—  ¿Por qué, me estás corriendo? — preguntó GARNET, de forma dramática, tomándose el pecho fingiendo estar ofendido — tranquilo, es broma…papá dijo que debía estar en casa pata las ocho y media, gracias a que ahora estoy castigado, se le ha metido la manía de querer llevarme el mismo a la universidad — contó con tono de fastidio, resoplando con molestia al final — ¿te importaría si me prestas algo de ropa y así cambiarme aquí? — habló suplicante, juntando sus manos en un gesto de oración.

SHAWN se encogió de hombros y asintió.

— No me molestaría, puedes usar el baño de la otra habitación…solo no desarregles nada del armario — dicho esto, el ojimiel tomó unos guantes azules que colgaban del estante donde anteriormente había guardado los libros, luego se encaminó hacia la salida de la habitación.

—  ¿A dónde vas? — preguntó GARNET, extrañado, de brazos cruzados.

— Es lunes, toca boxeo — respondió en voz baja, casi como un murmullo, luego se marchó.

Vaya

 

En estos momentos, GARNET se dio cuenta de que la noche anterior y esta mañana habló mucho más con su hermano que en los últimos…¿Qué?, ¿cinco?, ¿seis años?.

 

Y de que también podía hacer una larga lista de las cosas que desconocía de SHAWN y que ahora sabía…

 

1. Hacia boxeo : no le sorprendía mucho, la condición física de su hermano era envidiable, así que, ¿Por qué no?.

 

2. Leía mucho sobre matemáticas avanzada : ¿Quién demonios leía tanto sobre matemáticas?, tenia muchos más libros de matemáticas que de HARRY POTTER, considerando que el tenía la saga completa.

 

3.  Que la parecer bebía : y GARNET tenía mil y un razones de porque eso no era nada bueno para su hermano.

 

Y de porque tenía un extraño presentimiento de que todo se le saldría de las manos.

 

Notas :

¡Hola a todas mis lindas estrellas!, ¿como están?, ¿notaron la diferencia de este capitulo con los otros?, espero que si, esta es la primera vez que uso Word, además de que también es la primera vez que dejo una nota.

Espero que les guste este capitulo, ya que habla mucho sobre la personalidad de SHAWN y sus comportamientos. Desde hace ya un rato sentía que no estaba hablando mucho sobre el autismo de SHAWN  como tal, así que, ¡sorpresa!. Espero que les guste mucho este capitulo, se que lo digo mucho, pero ahora es en serio cuando digo que ya se viene todo el drama que habían estafó esperando.

En los próximos capítulos aprenderemos un poco más sobre SHAWN y la vida del resto de los personajes.

En fin, voten mucho y no se olviden de dejarme un lindo comentario, beban mucha agua, manténganse sanos y nunca dejen de respirar.

¡los amo!.

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