XXXVI. El Regreso
—¿Y esta foto, de dónde es?
—Creo que Nueva York.
—Si, por los edificios lo es.
—¡La jungla de concreto!
—¿De cómo sabes que la llaman así?
—Por la canción de Alicia Keys.
Reí al ver las expresiones de las gemelas por la respuesta de su hermano menor, quien parecia orgulloso por saber un poco de Nueva York.
Estábamos dentro del cuarto de fotografía de Mijaíl, el padre de Vondra. Faltaban unos cuantos minutos antes de que el taxi llegará y volviéramos a Chequia. El primer de enero todo fue tranquilo, salí con Akim a la ciudad por última vez. Kathia y Vondra habían limpiado la casa, y al volver tuvimos la última cena en esa casa, la cual fue pizza, y volví a preparar las maletas. Mi maleta había aumentado de tamaño debido a los recuerdos, pero no fue nada de otro mundo. De hecho, Akim me había pedido para armar la suya, ya que su método de meter todo en una montaña no funcionó también como creía.
Ahora estaban en la habitación viendo algunas de las fotos mientras Akim preguntaba sobre algunas de ellas. Era la última vez que las verían hasta que regresen.
Kathia salió antes que sus hermanos y vio su celular de reojo.
—Mamá y papá están ansiosos por nuestra vuelta. Dicen que nos invitarán almuerzo antes de llevarlos a la estación de trenes.
—Suena bien, ¿Estás lista para irnos?
Ella vio la casa de reojo—Claro que no. Esta casa es donde crecí, pero no me gusta venir sola. Se siente deprimente.
Su expresión se vio bastante decaída, así que dije—Bueno, ahora podrán venir más seguido.
—Espero que eso sea así. —ella respondió con una sonrisa, vio su celular y chillo—¡Faltan cinco minutos para que nos recojan, revisen si les falta algo!
Sus dos hermanos menores salieron del cuarto y lo cerraron con llave, para luego correr a sus cuartos.
Kathia giro a verme y dijo—Tú también.
No dude en obedecerla.
Corrí hasta mi cuarto y revisé cada pequeño rincón, sin encontrar nada que me faltará. Cerré las cortinas y salí con la maleta. Vondra ya estaba en medio de las gradas, bajando con su mochila y maleta. No parecía tener problemas, así que fui al cuarto de Akim para ayudarlo. No quiso ser ayudado al comienzo, pero luego acepto a regañadientes.
Bajamos las gradas juntos, y tenía a H en sus manos. El gato parecía presentir que nuevamente entraría a la jaula porque no paraba de removerse y maullar con pena.
Al llegar a la planta baja, Akim con toda la facilidad del mundo tomo la jaula y metió al gato como si nada, poniendo en ridículo después de ser arañado al meterlo dentro de su jaula antes de viajar.
Kathia y Vondra apagaron todos los interruptores, y revisaron que no hubiera ninguna ventana o puerta abierta. Akim parecía triste por tener que irse, pero no dijo nada. Tampoco hablo nada en el camino al taxi, y tampoco dijeron algo sus hermanas. Parecían estar muy centrados en sí mismo, así que me dedique a ver mi celular y revisar mensajes.
Avise llegaría a Chequia a las seis de la tarde, hora checa y a Tabor a las ocho de la noche. Todos me respondieron con emoticones, menos mis papás, quienes lamentaron no poder recogerme.
Vi un poco de mis redes, y me llamo la atención tener un mensaje en la bandeja de solicitudes. Mi Facebook era personal y tenía todo lo necesario para que sea difícil encontrarme; no estaba loco, solo no me agradaba tener solicitudes innecesarias de turistas que conocí una vez y ya. Lo ignoré, y guardé el celular cuando llegamos al aeropuerto.
Bajamos las maletas y nos registramos. Aprovechamos para comer un helado a manera de pasar el tiempo, y comentamos un poco sobre el aeropuerto. No era nada fuera de lo común, pero necesitaba subir el animo de todos. De alguna manera, era normal ver a Vondra así, pero no a Kathia o Akim.
Fue bueno tener una conversación normal, al menos hasta que estuvimos en la sala de pre embarque.
—Quiero volver pronto aquí. —Akim finalmente se quejó
Vondra le dio en un empujón juguetón—Puedes venir en vacaciones invernales con Mat' y Otets.
El hizo un puchero. —Pero quiero venir con ustedes. Rin viene seguido. Vondra puede tomar vacaciones. Y yo puedo faltarme a la escuela.
—Dusal, no puedes faltarte a la escuela.
—Klaus dijo que no es tan importante.
—Klaus es un idiota, no le hagas caso.
Akim rio un poco en voz baja—Aun así me cae bien. Es raro y dice comentarios que no entiendo, pero me cae mejor que Yelena.
—¿Qué paso con Yelena? No la vi desde la fiesta.
Kathia se encogió en hombros—Volvió a Kazán, y fue mejor. No la habría aguantado mucho tiempo.
Si, la comprendía. Esperaba no verla pronto.
Cuando llamaron nuestro vuelo, nos pusimos de pie en mecánico e hicimos la fila para entrar.
Una vez en el asiento, el cual estaba justo a la ventana, vi de reojo la ventana hasta que despegamos y giré a ver a Vondra. Para mi sorpresa, ella tenía los ojos cerrados y tenía sus manos aferradas a los apoyadores. No note eso cuando viajábamos de ida a Rusia porque estaba espantando por la idea de su cumpleaños. Recordé, entonces, que Polak había mencionado que tenía miedo a viajar en avión por la muerte de sus padres.
No dude en estirar mi mano y tomar la suya, haciendo que ella giró y me miré de reojo. Le di una sonrisa, y ella también lo hizo, entrelazando nuestros dedos. Note que se relajó un poco, y me permití ver por la ventana mientras volábamos.
Supe que cayó dormida cuando su agarre flaqueo, y cuando la vi estaba con sus ojos cerrados de manera más relajada.
Me sentí tranquilo al verla relajada de nuevo, y me dio mucha ternura también.
Aunque no lo fuera a decir con facilidad, ese viaje me había ayudado a reconocer mis sentimientos. El beso de Nochebuena, toda nuestra interacción... No fue forzado, fue natural. Todo fue a su tiempo, y se sintió bien sentir que quizá, solo quizá, podía haber una posibilidad de estar con ella, en una relación.
No quería lanzarme a decir o hacer algo tonto.
Quería que todo sea a su tiempo.
Muchos dicen que después de la tormenta sale el sol. En este caso, diría que fue al revés. Hubo una calma enorme cuando llegamos a Praga.
Boleslav estaba ya en el aeropuerto esperándonos, para mi sorpresa, con Lev. El saludo a todos con naturalidad, incluida Vondra. Comimos Burger King ahí mismo porque nuestro tren partía antes de lo esperado, y los Davydev les contaron su viaje con lujo de detalles, y los dos escuchaban atentamente. Después de ello, dejamos a Akim y Kathia en la casa Pavlik y nos despedimos. Note como les costó despedirse, pero parecían de alguna manera más unidas las hermanas. Desde el fallecimiento de sus padres, sin querer se había formado un muro entre ambas, y me gusto ver que ese muro había caído un poco.
Para mi sorpresa, Boleslav y Lev nos acompañaron a la estación de trenes.
—Gracias por acompañar a estas niñas al viaje. Nos gustó que se quedarán más tiempo en Rusia, no era común, pero lo necesitaban.
—Otets...—Vondra se quejó viendo al suelo, ocasionando que Lev ría
—El gusto fue mío, fue un viaje que disfrute. —respondí en su lugar
Boleslav sonrió hacia mí e inclino la cabeza, para luego levantarla y decir—Siempre serás bienvenido a mi familia.
Lev frunció el ceño, pero no logro decir nada. La ultima señal de salida al tren se lo impidió y nos acercamos a la puerta.
—Adiós Otets, dale besos a Mat'—pidió Vondra dándole un abrazo
—Con gusto cielo.
Lev le dio un corto abrazo, y me dio la mano de manera formal. Sin embargo, antes de entrar, dijo—Nos vemos pronto, hermanita.
Vondra pareció sorprenderla ese comentario, pues giró un poco, pero siguió su camino. Acomodo a H en el asiento y nos sentamos tras poner las maletas en orden. Una vez sentados, volvimos a jugar UNO como si nada.
Llegamos a Tabor, y la nieve estaba bastante más baja de lo que esperaba. De hecho, no nevaba, solo quedaba un poco en el suelo.
Tomar un taxi no fue complicado, y nos dejó una cuadra antes por pedido de Vondra.
—Olvide que tengo que comprar unas cuantas pinturas para un cuadro que prometí hacer, ¿podrías adelantarte y llevar a H? No me gustaría que se quede conmigo, el olor del óleo en la tienda es fuerte.
Asentí y tomé la jaula, viéndola entrar a la tienda a un par de pasos de distancia.
Sentí mi celular vibrar como loco a los segundos, y lo saque con dificultad.
—Hajek.
—¡Kral! Al fin contestas... escucha, esto es importante...
—Si, te lo traje tus regalos...—contesté antes que pudiera decir algo. Era algo cargosa con ese tipo de temas
—No es eso, no tiene nada que ver. Kral, Ol...
Antes de que pueda escuchar claramente lo que decía, el celular hizo el amague de caer. Lo sostuve mejor y dije—¿Podemos hablar cuando llegué a casa? Ahora estoy con las manos llenas.
—¡No, espera...!
Corte antes que diga más, y seguí mi camino al edificio, escuchando los maullidos penosos de H. Rey un poco por ellos, ya que era como si supiera que estaba cerca y por eso se quejaba más.
Cuando giré la esquina para entrar, entendí finalmente que la vida apestaba.
La vida era tremendamente injusta.
Cuando creías que todo iba bien, eso podía desvanecerse de golpe.
Finalmente pensé que esto podía funcionar, que Vondra y yo podíamos ser algo más, aparecía una gran piedra en medio de nosotros.
Ella había vuelto, con esa promesa que tanto dolía cumplir.
Olyvia había regresado a Tabor.
La vi a un par pasos, frente a la puerta del edificio. Hablaba con algún vecino, no reconocí cuál. Solo la veía a ella.
Cuando estuve cerca, ella giró y le dijo algo a la otra persona, quien me vio y entro, dejando la puerta abierta. Ella sonrió de manera amplia, y acomodo su cabello de esa manera tan común para mí.
Frente a frente con ella, todos los sonidos a mi alrededor callaron. No podía ver a nada más que a ella, y no sabría decir si era con alegría o no.
Lo único que escuche fue:
—Kral, te extrañé.
¡Holi, holi!
Aquí la nueva doble actualización de Bloody Valentine
¡Finalmente Olyvia volvio! ¿Qué pasará con Kral ahora? ¿Como creen que reaccioné Vondar?
¡Llegamos a las mil vistas! :3 realmente me emociona ello, no puedo creerlo :,3 ¡Gracias por el apoyo!
Hasta el siguiente fin de semana *-*
Nos leemos.
Bre :3
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