XXXII. Nochebuena

La frase," Cómo niño en juguetería" no tuvo tanto sentido en mi vida como en ese momento.

Vondra, Kathia y Akim daban vueltas y vueltas por la feria de artesanías, viendo cada tienda a detalle. No estaba muy llena, así que lograban estar en cada puesto sin necesidad de molestar a alguien.

Yo, por otro lado, me había quedado rezagado en una esquina, viendo todo, pero sin animarme a preguntar el precio o ver de cerca algo que me gustará.

Akim, Vondra y Kathia había sido mis traductores hasta ese momento, y ahora que estaban distraídos note que fue una mala idea ir a Rusia sin practicar el idioma. Sabia frases, pero me animaba a hablar fluidamente como el inglés o francés.

Al final, logre ver una tienda donde vendían bolsos y bisutería, así que me acerque con algo de nerviosismo y observe lo que estaba en exhibición. Fue una suerte que tuviera carteles con los precios, así que analice todo hasta dar con una mochila colorida que me gusto para Vondra. Agradecía a Klaus por su ayuda para el regalo, pero queria darles algo personal. A Kathia era más sencillo regalarle algo, ya había visto un juego de collares que le gustarían.

Nunca fui bueno comprando cosas para mujeres, debia aceptarlo.

El vendedor me veia expectante, esperando que diga algo.

YA khochu kupit' ... etot ... ryukzak—dije tartamudeando, y sin estar seguro si dije algo bien

«Quisiera comprar... este... mochila»

El vendedor fruncio el ceño, y dijo de manera algo brusca: — Chto vy khotite kupit'?

«¿Qué quieres que?»

Tragué en secó, pues logré entender que había dicho. No se lo notaba como alguien con paciencia.

—On chekh, plokho govorit po-russki. YA yemu perevedu.

«Es checo, no sabe hablar bien ruso. Yo traduciré por él.»

Mi mirada cayó en Vondra, quien se había escabullido a mi lado y le hacia frente al vendedor malhumorado. Aunque, para mi sorpresa, el relajo su ceño cuando escucho a ella hablar ruso

—¿Qué es lo que quieres? —pregunto Vondra viéndome

—Emmm... esto...—tartamudee, no queria que ella viera su futuro regalo—Esos collares con dijes rosas...—

—¿Son para Kathia? Es una buena decisión—Vondra elogio sonriendo—Rozovyye ozherel'ya, pozhaluysta.

El vendedor asintio y tomo los collares, los puso en una bolsa de regalo de papel periódico y la separó para luego verme de reojo. Parecio analizar a Vondra momentáneamente, lo que me hizo dudar si quizá la reconocía. En Moscú tanto ella como Kathia sean conocidas, o eso me parecio por todo lo que dijo Yakov en la fiesta.

—¡Vondra! ¿Este cuadro queda bien para la casa? —llamo Kathia al otro lado

Ella giro y me vio con algo de pena.

—No se preocupe, puedo hablar un poco de inglés.

Los dos giramos al vendedor, y Vondra me vio como si esperará que confirmará que estaría bien solo.

Asenti y ella murmuro un gracias antes de ir a ver a su hermana

—Ella es tu novia, ¿no? —pregunto el vendedor, y yo negué con la cabeza. El parecio mascullar algo en ruso, pero tomo la mochila que señale antes y la puso en una bolsa más grande—Así no se dará cuenta.

Entendí a que se refería inmediatamente, y tomé mi mochila para guardar los regalos.

Después de pagarle, fui hasta donde estaban los hermanos Davydev. Parecian tener más bolsas de las que vi antes de comprar los regalos de las gemelas, pero no me parecio raro. Estaba casi seguro de que habian comprado algo de cada puesto.

Pasaron unos minutos, cuando Vondra se acerco a mí y pregunto—¿Quieres darle algo a Dusal por navidad?

—No, no tuve tiempo—expliqué apenado

Ella asintio y, casi causándome un paro cardiaco, me tomo de la mano. Les dijo a Kathia y Akim que me mostraría donde estaba el baño antes de jalarme y llevarme al segundo piso. No pude evitar sentirme algo cohibido y feliz. No era algo que esperaba, pero sostener su mano se sentia... bien.

Era cálida y pequeña, y me sostenía con seguridad.

Llegamos a una tienda de videos, y entramos directamente a la sección de videojuegos.

No tarde mucho en encontrar tres videojuegos que sabia que le gustaria, pues había hablado de ellos en el avión.

Salimos de la tienda y Vondra me sonrio—Ahora sí, vamos a ver el coro de la Iglesia.

—Me parece bien—respondí con una sonrisa, y sin pensarlo tomé su mano de nuevo

Vondra miro nuestras manos, pero no dijo nada. Caminamos de vuelta y encontramos fácilmente a sus hermanos, pues estaban en la puerta con unas cinco bolsas más. Akim intentaba agarrar la mayoría, pero se notaba que no podia solo.

Después de organizarnos para ver quien llevaba que, salimos y caminamos hasta la Catedral Cristo Salvador, la cual estaba a unas diez cuadras. Tomar un taxi era mala idea debido al tráfico, así que sorteamos personas por doquier hasta llegar a la Catedral, la cual se logró tres cuadras atrás. Su arquitectura era típica del lugar, son sus torres del mismo estilo, pero sin color. Era de un blanco puro, y el árbol que tenia en la entrada era azul. Un grupo de coristas ya estaba cantando, así que Akim nos apresuro y terminamos en primera fila. Kathia saco su celular y empezo a grabar mientras Akim cantaba en voz baja las canciones. Vondra, con la mano que tenia libre, tomo la cámara que tenia dentro de su cartera. Soltó mi mano y me senti algo inconforme.

Tenia sentida que me soltara la mano para sacar fotos, pero eso no quitaba el hecho de que me sintiera rara sin sostenerla.

La última vez que senti eso fue con Olivia, y me agradaba saber que podia sentir esa clase rara de necesidad de sostener la mano de alguien sin que sea ella.

Fue la hora más tranquila que tuve en Rusia desde había llegado. La nieve comenzo a caer más constantemente, las personas estaban tranquilas escuchando el coro. Los hermanos también estaban tranquilos, y Vondra sacaba fotos a todo lo que podia.

Podria decir por los cuatro, por primera vez, estabamos tranquilos ahí.

La cena tradicional de los Davydev en navidad era ganso al horno.

Si, ganso al horno.

No me agrado como se escucho cuando Kathia y Vondra se encerraron en la cocina de la casa y nos dejaron a Akim, H y a mi en el cuarto de entretenimiento para no molestar ni curiosear.

H parecia haberse acostumbrado a Rusia fácilmente, pues estaba tranquilo y había encontrado nuevos lugares donde dormir. Entre ellos estaba un pequeño hueco entre libros de la biblioteca, en el cual se oculto tras una hora de estar con nosotros en la sala de entretenimiento.

—Kral, ¿te puedo preguntar algo?

—Claro.

—¿Vondra y tu estan saliendo?

Algo me decia que era raro que ninguno de los dos hubiera notado que su hermana y yo estabamos tomados de la mano.

—No...

—¿Entonces porque desaparecieron tanto tiempo cuando dijeron que iban al baño? —pregunto confundido

—Ah... estaba lleno, y tuve que esperar—expliqué a la rápida—¿Te parecio raro eso, pero no notaste que caminamos agarrados de la mano?

—En realidad no. En casi todas las series que vi, si desparecen en el baño es más común que se estén besando o algo así. Lo de las manos me parecio razonable con eso como retrospectiva.

—Akim, ¿Qué clase de serie ves en Netflix?

Akim me vio en silencio y dijo—Lev y Vondra dicen que nunca debes decir que ves en tu cuenta de Netflix.

¿Qué clase de ejemplo le estaban dando a ese niño?

—Bueno, no nos besamos.

No ahí.

Akim asintio y se abrazo de una almohada antes de prender el televisor—Oh, eso es triste.

—¿Por qué?

—Me hubiera gustado ver a Vondra contigo. Hacen una linda pareja... ¿Por qué no salen?

Miré al suelo con timidez, y después de pensarlo dije—Las cosas cuando eres un adulto no son tan sencillas.

—Siempre dicen eso, y eso es tonto—se quejó—Si hay algo que quieres, ya seas niño o adulto, ¿Por qué no lo intentas?

—No sé—respondí distraídamente—Mi hermano dice que somos los humanos los que nos auto saboteamos en lugar de pensar en una solución. Supongo que se refiere a ello.

Akim me vio con los ojos abierto de par en par—¿Tienes un hermano? ¿Mayor o menor?

—Mayor, mucho mayor. Tiene 34 años, y yo 25.

—Es casi como Von, Rin y yo. Yo tengo 12, y ellas cumplen 20 hoy.

—Si, pero no tengo una buena relación como ustedes. Cestmir, mi hermano, es muy distinto a mí.

—Dime más. —pidio con curiosidad genuina, y no me resiste a hablarle más sobre ello.

El ganso al horno no fue tan malo como esperaba. No tenia un buen sabor para mi gusto, pero lo comí con gusto después de ver las caras emocionadas de las gemelas después de verme dar el primer bocado. Akim hizo rapidamente el Vzvar, un jugo caliente de frutas con miel, y cenamos a las diez. Fue media hora de comer y una hora de hablar entre nosotros de temas como la carrera de Vondra, el novio de Kathia -quien llegaría antes de Año Nuevo- y los amigos de Akim. Fue bastante tranquila la noche, y me agrado. La tensión de la mañana con Vondra había terminado, y eso era lo mejor de la noche.

Kathia nos dio galletas y las comimos frente a la chimenea mientras Akim mostraba algunos videos de internet. Casi podia imaginar una escena de la familia perfecta en navidad al estar así.

Vondra se dedico a ver las fotografías que había tomado en la Catedral, y cuando me acerque a verlas ella apago la cámara.

—¿Y eso? —pregunte algo sorprendido

—Nada... hay fotos personales y...

Tome su cámara antes de que ella lo notará, y revise las fotos mientras huía de ella, quien me siguio escaleras arriba en busca de su cámara. No era un chico que le gustaba molestar así, pero me ganaba la curiosidad.

Entendí porque queria ocultarla cuando vi las últimas fotos.

Habian una seis mías mientras observaba el árbol o reía de los chistes de Akim.

Me había fotografiado.

Sonrei y gire para encontrarme con ella, roja como un tomate y viéndome con furia.

—¿En serio?

Vondra dio un salto y recupero su cámara rapidamente. —Mi cámara, mis fotos.

Me acerque y le di un beso en la frente con suavidad, logrando que se sonroje más. —Vamos, nos deben estar esperando.

Vondra asintio y bajamos juntos, mientras abrazaba su cámara.

Kathia nos vio y dijo—¡Apúrense, ya casi son las doce!

Vondra se acerco y tomo tres regalos que estaban envueltos con papeles de colores, y Akim la imito con los suyos. Kathia corrió al escritorio y volvió con tres bolsas, y yo me acerque a los míos. Todos nos veíamos emocionados, esperando con paciencia la hora.

A las doce, la campana de un reloj de la sala sonó y Akim chillo con emoción—¡Feliz Navidad!

Sin evitar reír, todos repetimos lo mismo.

Tercer día en Rusia, y sentia que el tiempo era más lento a cada segundo.

Me gustaba estar ahí.

Bueno, bueno... ¡Aquí los dos capítulos nuevos!

¿Que les parecio la relación de Vondra y Kral después de su beso? ¿Que tal su viaje y recorrido por Rusia? 

Dentro de poco llegan dos cosas inesperadas para Kral *-* 

Nos leemos el siguiente fin de semana :3

Bre.

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