XI. H
Cuando Kathia me pidió ayudar a su hermana durante la fecha innombrable pensé en más de una manera de acercarme más a Vondra sin que resulté sospechoso. Excusas creíbles. Entre las que tenía en mente estaban:
a) ¿Te gusta tomar fotografías, no? Mis padres estaban pensando que durante los tours al embarcadero, el castillo u otros se tomen fotos a los turistas como parte del paquete (Una mentira terrible, mis padres nunca pensaron eso, pero si les decía que era por ella, lo analizarían cuidadosamente)
b) Aprendí un poco de ruso en el pasado, pero estoy fuera de práctica. No sé si podrías darme clases debido a que varios turistas rusos están interesados en ello (Otra mentira, había una cantidad reducida de ciudadanos rusos que venían y casi todos hablaban checo)
c) ¡Vaya! ¡Que linda bicicleta! Nunca aprendí a manejar, ¿Me enseñarías? (Eso era verdad, pero era vergonzoso decir que a mis veinticinco años no sabía manejar bicicleta. Me negaba a aceptarlo y decirlo en voz alta)
Jamás imaginé la razón por la cual empezaríamos a hablar más, sería un gato.
H había sacado a luz el lado más tierno e inusual de Vondra. Ella me mostró todo lo comprado y me explico cada mínimo detalle, como si le emocionara saber que tenía un gato. De una manera infantil por las mañana, ella tocaba mi puerta y cuando abría, el gato terminaba frente a mi nariz
-Buenos días, Kral. Vengo a informar que ya uso mi caja de arena y que descubrí que el cajón de las bufandas de V es muy cómodo. Ten un buen día en el trabajo-ella recitaba con una voz chillona y algo estresante.
Los momentos que estaba en mi departamento y coincidíamos, ella me invitaba al suyo para jugar con H. El primer día fue incómodo, pues el gato estaba dormido y yo sentado recto sin saber qué decir frente a ella. El segundo día, gracias a los consejos de Trava, me animé a mencionar algo
-¿Es la primera vez que tienes mascotas?-
Vondra, quien había estado tranquila sirviendo té, me vio algo confundida. Luego sonrió levemente
-En Rusia teníamos un hámster con mi hermana, pero murió rápidamente. Cuando venimos a Chequia, no quisimos molestar a nuestros padres adoptivos pidiendo una mascota. Siempre quise un gato, y me pareció una buena idea tenerlo ahora-
Cuando me preguntó sobre ello, le dije que no podíamos tener porque Cestmir tenía alergia al pelaje. Una vil mentira. Cuando tenía tres años, un San Bernardo paso casi sobre mí en el parque y desde entonces le tenía miedo a los perros. Si, tampoco podía aceptar eso con facilidad.
Al día siguiente le pregunté lo que Polak me había aconsejado. Y no, no era "¿Qué tipo de ropa interior llevas a una cita potencial?". Le di un golpe en su cabeza cuando él lo menciono
-¿Por qué le pusiste H a tu gatito?-
El gato, como si sintiera que estaba siendo aludido, me observo de reojo.
-¿Tan raro es?-pregunto Vondra mientras me ayudaba a acomodar unos libros que había estado viendo unos minutos atrás.
-No, pero hay otras veintiséis letras del abecedario...-
-Es por Halsey-respondió riendo-Es mi cantante favorita, y uno de sus apodos es H. Me pareció un buen nombre para mi gatito-
Halsey. Lexa la adoraba, tenía todos sus CD's y había viajado en más de una ocasión a sus conciertos. Claro que reconocía su nombre, pero jamás había escuchado su música. Ante la insistencia de mi amiga, había tenido cierto... rechazo a la cantante. No era su culpa, pero Lexa era muy insistente para que escuche su música. En especial una de las últimas llamada "Beautiful Stranger//Finally".
Para mi sorpresa, fue el cuarto día de visita que ella fue quien inicio la conversación y pude evitar la pregunta que Lexa me propuso "¿Cuándo vuelves a Rusia?". Tomó un álbum de foto que parecía antiguo y lo puso frente a mí. Abrió y busco a toda velocidad hasta encontrar una foto en particular.
Era en un zoológico. Uno de esos en los que pueden entrar a un corral y acariciar animales, uno de los que había visto en un viaje a Estados Unidos en el colegio. En aquella foto se podía ver claramente que el corral donde apuntaba era el de las cabras y ovejas, y había unas cuantas personas ahí. En medio de ella, un grupo de ovejas se amontonaba en un rincón. En medio un chico de unos aparentes quince años estaba parado, vestido con una sudadera verde y un short de jean. Su cabello era largo y ojos celeste verdosos, y sus manos estaban levantadas. Parecía la escena del tres años de cabello casi rubio y ojos verdes, viendo a los animales alucinado y estirando sus brazos a ellos. En cambio el chico parecía que quería salir corriendo de ahí. Su expresión revelaba que tenía miedo y que deseaba proteger al niño.
-Esa foto fue cuando tenía diez años. Mis padres nos llevaron a Francia y aprovechamos para ir al zoo. Ekaterina y yo estábamos felices entre los animales de granja, pero no sabíamos que Lev tenía miedo a ellos. Mat' le dio a Akim para que acaricien las ovejas y cunado noto que se acercaban mucho a él casi muere del susto. Otets no pudo evitar sacar fotos mientras reía al ver a nuestro hermano espantando mientras "protegía" a Akim.-ella explicó viendo la foto con una sonrisa. Parecía rememorar con ternura aquella época
Reí un poco y volteé la página del álbum, esperando una reacción negativa. Ella se quedó tranquila mientras traía unos jugos que tenía en la cocina, así que aproveche para curiosear las fotos de Vondra. Había varias cuando eran niñas con quienes supe que eran sus padres biológicos. Ekaterina y ella eran muy parecidas a su madre, quien era alta de cabello castaño claro y ojos miel. Su padre era más alto que su madre, de cabello rubio y ojos verdes, algo que aparentemente ninguna de sus gemelas. Aunque su sonrisa era como al de Vondra. Las primeras fotos eran de ella, Ekaterina y sus padres en parques y en su casa. Supuse que era en Rusia, pues no reconocía ningún lugar de referencia. Vondra y Kathia estaban sonrientes y alegres, y su sonrisa era más amplia durante el embarazado de su madre. Luego había unas fotos de ella con un bebé. Una foto de los cinco que parecía hecha en un estudio fotográfico fue la última de su familia. Luego aparecieron sus padres adoptivos y Lev. El resto de las fotos que mostraban a Vondra no tenía ese brillo que antes tenía, e incluso llegue a notar un cambio en Kathia. Akim, su hermano menor, se parecía más a su padre por su cabello, sus ojos y la forma de su rostro. Sus fotos más recientes eran de ella con Akim, en el colegio con sus compañeros, salidas familiares y unas de las que me sorprendió en parte tomando en cuenta las palabras de Kathia: Vondra con Lev en su baile de graduación.
Lev bestia un terno negro y corbata roja, y a pesar de que no sonreía había algo que decía que estaba feliz por estar ahí con ella. Vondra tenía un vestido que tenía encaje en la parte de arriba, era bastante largo. Ella sonreía ampliamente y en la foto siguiente estaban con Kathia, quien tenía un vestido amarillo sin tirantes y hasta la rodilla.
-Esa es una de las recientes-ella comentó viendo la foto en la que me había quedado-Fue unos meses antes de que me mudará a Tabor. No quería ir al viaje de graduación, pero mis padres si querían. Finalmente me vi obligada a ir, pero no tenía pareja así que Lev fue conmigo. Ekaterina hacia caras graciosas para que sonría en la foto–explico
Imagine una posible situación incomoda de Vondra y Lev, en la fiesta de graduación mientras ella le decía que se iría y él se negaba a dejarla ir. Bote ese pensamiento inmediatamente al saber que sería muy dramático. Era extremadamente raro pensar en un chico en la vida real diciendo "No por favor, no te vayas". Y Kathia había dicho que su carácter era parecido al de su hermana, así que eso le quitaba credibilidad a mis ideas raras.
Hablamos un poco más sobre las fotos, pero evité a toda costa mencionar a sus padres. No quería incomodarla tomando en cuenta que faltaba una semana más para ese día. Cuando ya era hora de que ella vaya a trabajar y yo tenía una salida pendiente con Trava, dejamos a H con comida y agua, salimos de su departamento. Bajamos las gradas en un silencio que no era incómodo en esta ocasión. Era normal, y eso me agrado
Un paso más cerca.
Cuando estábamos en el primer piso, ella palmeó sus bolsillos y bufo
-Olvide mi celular. Ya regresó, espérame en la puerta.-pidió mientras volvía a subir
Sonreí alegremente cuando me pidió eso. Incluso di unos saltitos en mi lugar, para luego parar de golpe y querer darme una bofetada. ¿Era una niña de cinco años? No, no lo era.
Termine el último tramo de gradas y me acerque a la puerta. La abrí para ganar tiempo y me encuentre de frente con dos personas que me eran conocidas, pero desconocidas a la vez
-Disculpe, ¿Vondra Davydev vive aquí?-
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