No me importa la verdad

—¿Roy? ¿Por qué me miras así?

—Gray, tienes una herida en el cuello... ¿Ese hijo de puta te la hizo? 

Roy le lanzó una mirada fulminante al vampiro del clan Argon. El vampiro puso los ojos en blanco, paseó la mirada entre Roy y yo, y luego se encogió de hombros como si no fuera nada.

—¿Qué? Aún no he hecho nada.

—Eso dices tú. Yo le pregunté a Gray.

Decidí ocultar la verdad y inclinar la balanza un poco a nuestro favor...

—Fue él, el vampiro del clan Argon.

—Bueno, ya lo escuchaste, ¿y ahora qué? 

—¿Qué dem...? ¡No me jodas! Apenas le rocé, ¡no pude haberle hecho eso!

—Pero, al fin de cuentas, no importa. Haré que te arrepientas de haber ignorado mi advertencia y de haber entrado en mi zona. 

—¡Ja, ja, ja! Sabes muy bien que no lograrás nada intentando asustarme, ¿verdad?

—Parece que eres demasiado estúpido para comprender la situación. Eden, ¿ya terminaste tus preparativos? 

—Gray, toma esto.

Tan pronto como Roy terminó de hablar, Eden me alcanzó una caja antigua. Tomé la caja y la abrí para ver qué contenía. No pude evitar sentirme sorprendido.

—Es... el revólver de plata.

—La trajo Roy. Haz tu parte. 

—Tengo el presentimiento de que todavía no se enteraron de las noticias... —terminaba por hablar Ruel—. Sobre el novato salvaje que se nos unió.

—¿No...novato salvaje? —menuda forma de describirme.

—No te preocupes, todo saldrá bien. Hasta ahora todo va bien, ¿verdad? 

—Por supuesto. Me has ayudado tanto, Eden. 

—Tan solo hice lo que tenía que hacer. Por lo general, Dayn es el que está a cargo de las armas pero...

—Estuvo demasiado ocupado para encargarse del entrenamiento —concluía por mi cuenta.

Había sentido que el entrenamiento con armas de Eden no era del todo perfecto. Sin explicación alguna, empezó por enseñarme cosas que cualquier novato tendría problemas para entender...

—Pero aún así, seguiste alentándome, ¿verdad? Con eso me basta. 

—Me alegra que pudieras seguir el ritmo. 

—De verdad puse todo de mí para aprender. 

—Lo sé. Ahora es el momento de que le demuestres a ese tipo todo lo que has aprendido. Asegúrate de que nadie jamás vuelva a subestimarte.

Eden me tomó de la mano y me dio el revólver de plata. Me tocó el dorso de la mano y pude sentir sus nervios a través de los latidos de sus frías manos. 

—Tú puedes. Confío en ti.

—Pero esta no es la mazmorra... Estamos en el medio de la calle...

Roy, que al parecer se dio cuenta de mi confusión, me hizo un gesto casual.

—Echa un vistazo a tu alrededor. ¿Comprendes la situación? —preguntaba Roy.

No hay nadie aquí... ¿A dónde han ido todos?

Gray, este es tu escenario.

—¿Ese humano es un empleado? ¡Maldita sea...!

—¡Ah...! —el vampiro del clan Argon vio el revólver de plata que llevaba en la mano y se lanzó para atacarme. Entonces, sujeté el revólver con firmeza y me decidí. Esto es lo que tenía que hacer. 

—Je, je, je... ¡Ja, ja, ja! ¡¿De verdad creíste que te dejaría hacer eso?!

¿Y tú de verdad pensaste que te dejaríamos escapar? —la voz de Roy sonaba profunda.

—¡Aag, aaaah! —entre gritos de furia, el vampiro se lanzó a toda velocidad contra mí, pero Roy lo interceptó y lo sujetó. Yo apunté y coloqué el dedo en el gatillo. Parecía que el corazón se me iba a salir del pecho. 

—Roy, ¿vas a estar bien? Si erro el tiro...

—¿De qué demonios te preocupas? Gray, fui yo quien te contrató.

—Aún así, si cometo un error...

—Durante todo este tiempo, vi y escuché muchas cosas sobre ti. ¿Piensas que no creo que seas capaz? Esta es tu oportunidad. No dudes más, dispara. 

La mirada de Roy mostraba aquella intensidad del momento, sus orbes parecían haber cambiado, era tan extraño, aún no terminaba de comprender ese comportamiento, esa sed de sangre, de venganza. 

—Maldición...si algo pasa no será culpa mía.

El disparo del arma se escuchó claramente por todas partes, y el vampiro quedó reducido a un montón de cenizas negras... En ese momento, vi que Dayn se acercaba a toda velocidad. 

—Lo hiciste muy bien, Gray. Ya está, se terminó —parecía que buscaba calmarme.

—Es todo gracias a ustedes, chicos...

—¿El vendedor de comida fue el único testigo? —preguntaba Roy.

—¡Roy! No te olvides de la comida que nos dejamos allí —trataba de llamar la atención Ruel.

—¿Ahora también vas a darme órdenes sobre comida? 

—Es que a él le encanta.

"A él". Mientras decía eso, Ruel me señalaba. Intenté decir algo, pero Roy simplemente suspiró. 

—¿Te gustan las cosas que venden en la calle? 

—¿Quieres que vengamos a comer juntos la próxima vez?

—¿Hacer qué...juntos?

—¿Tú qué crees? Comer tteok-bokki, por supuesto.

No sabía si mi medio invitación había sonado extraña, pero su reacción parecía algo sospechosa, tal vez no le gustaba demasiado el contacto con otros y por ello era extraño para él.

—¿De aquel vendedor de comida callejera? Es una oferta interesante, pero debo rechazarla.

Y ahí iba de nuevo, parecía que iba a sorprender a cualquiera al aceptar, pero no era de su gusto ese tipo de comida, quién sabe, tal vez prefiere más un buen filete a un plato caliente de tteok-bokki.

—Oye, no seas tan terco. ¿Alguna vez lo has probado? 

—No...la verdad es que no. De solo pensar en comer algo así, me dan escalofríos. 

—Mira que te gusta armar líos por cosas que ni siquiera has probado...

—...

—Dime la verdad, tienes ganas de probarlos, ¿verdad? No tienes por qué ocultarlo. 

Roy me miró con tranquilidad, hizo un largo silencio y luego comenzó a hablar.

—Gray, no me gustan los platos con sabores tan complejos. 

—Ah, está bien. ¿Hay algún lugar al que te guste ir a comer?

Roy esbozó una sonrisa lentamente y luego comenzó a reír.

—Dayn, lleva a Gray a su habitación. 

—Sí, de todos modos ya me iba a mi habitación. 

—Bien, me alegra de que cumplas con las expectativas. 

—Ven por aquí, Gray. 

Seguí a Dayn hasta el vehículo que nos esperaba en el otro extremo de la calle. Escuché que Eden le decía algo sobre el clan Argon a Roy...Pero no tenía ni idea de lo que se tenían que quedar a hacer.


. . .


La mazmorra, sala de reuniones


Dayn me trajo un botiquín de primeros auxilios y se sentó frente a mí.

—Quiero tratarte las heridas yo mismo, ¿está bien?

—Tan solo...ten cuidado.

—Haré todo lo que pueda, pero puede que duela un poco. Si duele mucho puedes darme un puñetazo.

—¿Cómo podría golpearte...? 

—Ja, ja... De verdad, puedes golpearme. Aguantaré. 

Dayn comenzó a limpiar la zona alrededor de la herida cuidadosamente con algodón y desinfectante. Cada vez que el algodón me tocaba la herida, me dolía tanto que se me saltaban las lágrimas. 

Parece que esa medicina no sirvió de nada...

—Uf... ¿Qué medicina?

—...

Sus ojos me miraban en cuello con una mirada oscura. No puedo creer que sepa al respecto. Pero hasta ahora todo había estado bien. No hubo grandes cambios, y no me dolía...

—Puede que los demás se enteren pronto. Lo siento. Voy a tratar de pensar en algo, así que no te preocupes, Gray. 

Luego, Dayn me sopló en el lugar donde había limpiado con desinfectante. Los escalofríos que sentí en todo el cuerpo hicieron que me olvidara de lo que quería preguntar.

—En fin, lo de hoy fue muy peligroso. Puede que hasta necesites pedir permiso para salir fuera de ahora en adelante. 

—¿Qué quieres decir? Los escuché hablar sobre el clan Argon. ¿Son vampiros peligrosos? 

—¿Vampiros peligrosos? —una voz femenina inundó la sala de reuniones, era Dana— ¿Crees que esas dos palabras bastan para resumir todo?

—¡Da... Dana!

—Incluso entre nosotros hay diferencias entre las clases y los clanes, y todos tienen objetivos diferentes en la vida. 

—Entonces los vampiros que trabajan aquí...¿quieren vivir junto a los humanos? 

—Así es. El clan Argon...es todo lo opuesto a nosotros —afirmaba Dayn.

En ese momento, Dana le propinó un fuerte golpe a la mesa. 

—Como si las cosas no estuvieran bastante agitadas, ¡tenías que ir y matar a un miembro del clan Argon! ¿Estás loco? ¡Debería haberte matado cuando pude!

—¿Y por qué estás aquí?

—¿Acaso no te das cuenta de las cosas? ¿Quién crees que...?

—Dana, no viniste aquí a pelear —hablaba Dayn.

—Pf...es cierto, vine porque tengo algo que decirte.

Dana, con una cara de enfado, le entregó un sobre a Dayn.

—Ah, en perfecta sincronización. Gracias por traérmelo. 

—Pf... ¿Así que sabes cómo ser agradecido? 

Dayn se encogió de hombros y me dio el sobre. Abrí el sobre de aspecto lujoso y encontré... ¿una invitación a una fiesta?

—Pronto vendrá un período en el que todos los vampiros nos debilitaremos. Por lo general, durante esa época organizamos una fiesta para seguir la tradición y levantarnos el ánimo...

—Y enviamos a un empleado humano de la mazmorra para estar preparados ante cualquier situación inesperada. Gray, espero que te arrepientas de haber aceptado este trabajo.

¿Cómo, aquello en las mejillas de Dana era un intenso color rojo? Dana se fue de la sala de reuniones, y durante un tiempo reinó el silencio. Miré a Dayn justo antes de que hablara.

—Primero... ¿qué tal si te preparamos para la fiesta? 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top