Decreto 12: No te Enamorarás de Ningún Mortal


Revisó los documentos que Robotnik le había brindado para identificar la locación de la última Chaos Esmerald. Estaba seguro, no podía haber ningún error, la siguiente esmeralda se encontraba en un lugar perdido dentro las entrañas de la tierra, un lugar antiguo y frecuentado por nadie, más que algunos pocos afortunados.

The Angel Island – murmuró para iluminar su mirada.

Un lugar sagrado y de difícil acceso incluso para un vampiro. Llegar ahí sería una proeza en sí misma, por suerte, conocía a alguien que conocía ese lugar como la palma de su mano.

–¿Llamaste por mí? – escuchó para que elevara su mirada y ver a la murciélaga parada en el marco de la muerta con una expresión seria y una mirada impasible.

–Rouge, sí – asintió y con un ademan de mano indicarle que entrara regresando su mirada a los libros que Robotnik le había dado –Te necesito para...

–Oh, ¿ahora tienes tiempo? – interrumpió molesta para cerrar la puerta tras de ella –Pensé que estabas muy ocupado para cualquier, ¿cómo me dijiste? – pausó para verlo intensamente – Molesta interrupción– reclamó.

Shadow rodó sus ojos para soltar un suspiro sin despegar su vista del documento frente a él.

–¿Hablas de tu interrupción de hoy al mediodía? – inquirió con un dejo de cansancio en su voz –Ya te lo dicho cientos de veces, no me interrumpas cuando trabajo. Esto es importante y no puedo darme el lujo de perder el tiempo con cosas banales e innecesarias – explicó mientras recababa sus apuntes.

–Oh... Entonces lo que pasó hoy temprano en la mañana era algo importante y necesario – resaltó cruzando sus brazos en cruz frente a su pecho.

–¿Ahora de qué estás hablando Rouge? – cuestionó distraído.

–Habló de ir a la habitación de esa eriza a hacer quien sabe qué – declaró con una intensa mirada.

–¿Estás celosa de Amy? – preguntó para al fin levantar la mirada –¿Es eso?

–¡¿Amy?! – repitió iracunda –¡¿Desde cuándo te diriges a ella por su nombre?!

Shadow la vio asombrado ante el enojo y la pregunta que desplegaba, tomándolo por sorpresa. Le desvió la mirada, molesto por el cuestionamiento; sabía que era atípico de su parte dirigirse a cualquier con tanta familiaridad, en especial a una sirvienta.

–Desde que aprendí su nombre – respondió finalmente.

Rouge apretó sus labios para que el creciente enojo ante los sucesos que ocurrían en el castillo la consumiera por completo. Caminó hacia él iracunda golpeando ambas manos sobre la mesa de caoba fina, captando la atención del erizo, quien ahora la miraba con desconcierto por su reacción.

–¡¿Y por qué la has dejado salir del castillo sin propósito alguno?! – preguntó irascible. Shadow la vio anonadado ante su pregunta, permaneciendo en silencio –¡¿Es qué acaso lo has olvidado?! – continuó provocando que él ladeara sutilmente su cabeza, observándola con desconcierto.

Rouge le dio la espalda y así volar hacia una de las libreras del erizo para tomar un libro de pasta negra con bordados carmesí brillante y así regresar al lado de él. Abrió el antiguo libro para así ojear aquellas hojas amarillentas y encontrar la página que buscaba golpeando así el libro sobre la mesa y mostrar el texto al erizo negro.

–Decreto 3: No tendrás compasión de los mortales – señaló en el libro.

Shadow vio con asombro aquel viejo libro, uno que había olvidado su existencia. Subió nuevamente su mirada a la vampira quien ahora lo miraba de forma imponente, como nunca ante los había hecho.

–Yo no...

–Decreto 10: Nunca ayudarás a nadie que no te beneficie – interrumpió su excusa sin credibilidad para ella –Decreto 5: No convivirás con los mortales, Decreto 4: Los mortales sólo sirven como alimento, ¡Decreto 11: Matarás para sentirte completo! – enfatizó –¡¿Cuántos decretos has roto ya?!

–¡¿Has olvidado cuál es tu lugar?! – devolvió Shadow para ponerse en pie y verla iracundo.

–¡¿Lo has hecho tú?! – soltó Rouge para que él la viera con sorpresa ante su cuestionamiento –¡¿Debo de recordarte lo que pasará si sigues este camino?!

–¡Sé perfectamente las consecuencias! – vociferó arrebatado –¡No necesito que nadie me diga cómo debo de tratar a mis sirvientas, menos una vampira inferior como lo eres tú!

La expresión iracunda en el rostro de Rouge se disipó ante las crueles palabras de él. Había pasado mucho tiempo sin que él la viera de menos sólo por ser una fémina vampiro, un mal hábito que él había tomado desde que había sido transformado.

–Decreto 12 – continuó Rouge con una expresión melancólica –No te enamoraras de un mortal– soltó con suavidad al aire.

–¡Eso no...

–Te estás encariñando con un mortal– le cortó, obviando el arrebato de emociones del erizo –Nosotros no podemos encariñarnos de los mortales, mucho menos enamorarnos... y lo sabes bien.

–¡Que no me estoy encariñando con nada ni con nadie maldita sea! – vociferó iracundo.

–¿Piensas convertirla en vampiro entonces? – preguntó Rouge severamente –Sabes que al momento de convertir a un mortal en vampiro, en el 90% de los casos, éste se volverá loco con un instinto asesino y sed de sangre descontrolado– murmuró sintiendo el indeseable escozor de las lágrimas que ahora se asomaban –Olvidará todo lo que alguna vez fue importante... todo lo que alguna vez...

–Que te quede perfectamente claro – interrumpió Shadow sombrío –No tengo ningún tipo de apego con ella o con nadie de ser el caso – enfatizó viéndola despectivamente –Y lo que haga o no con ella no es asunto tuyo – amenazó para caminar hacia la murciélaga de forma imponente, haciéndola retroceder un par de pasos –No vengas a proyectar tus miedos e inseguridades conmigo, el hecho que tú transformaras a tu amado mortal y luego éste intentara matarte obligándote a quitarle la vida no es asunto mío ¡¿Has comprendido?!

Los ojos de Rouge se abrieron de golpe ante sus crueles palabras.

El dolor latente de su corazón despertó nuevamente, para que dos lágrimas traicioneras rodaran por sus mejillas. De nuevo el recuerdo de él vino a ella cual indeseable invitado en su mente "–¡Por favor Knuckles, intenta recordarme! ¡No me obligues a hacer esto! –" las últimas palabras que había pronunciado al equidna, quien dentro de la locura vampírica intentó arrebatarle la vida. Él había robado su corazón y ella había empalado el suyo.

Rouge cerró sus ojos con fuerza sintiendo el dolor escurrirse de entre los mismos. Restregó sus ojos bruscamente en un intento de borrar aquel indeseable recuerdo para así abrirlos de golpe y verlo iracunda.

–Los vampiros no nacimos para amar a nada y a nadie – murmuró con un nudo en su garganta –No somos camaradas, no somos amigos de nadie – dijo con un dejo de dolor en su voz –En especial entre nosotros – sentenció para verlo estoica, captando la atención del erizo negro ante su dura mirada –Los términos de mi acuerdo contigo fueron claros, yo te entregaba la Master Emerald a cambio de protección en tu castillo, y los he cumplido al pie de la letra – le recordó –Lo que significa que si deseas ayuda con cualquier otra cosa – pausó para darle un vistazo a su libreta y leer el nombre The Angel Island sobre el mismo y luego regresar su mirada hacia él –Te ha de costar... y muy caro.

–¿Eh? – soltó. Ella era la única que conocía la ubicación exacta de The Angel Island, no podría llegar sin ella. Shadow frunció el ceño para verla iracundo nuevamente –¡Si no haces lo que te ordeno yo...

–¡Prefiero dormir en el bosque junto a los lobos hambrientos que antes darte algo más que te ayude! – vociferó con aquellos ojos cristalinos y mirada dolida, silenciando de golpe al erizo –Decreto 10, ¿recuerdas? –recalcó –Y yo no gano nada con ayudarte – dijo para darle la espalda y caminar hacia la puerta –Ya no más.

Shadow la vio con desconcierto, sin palabras en su boca para detenerla o cambiar su opinión.

Rouge abrió la puerta de golpe y al hacerlo dejar ver a la eriza rosa, quien tenía su puño levantado en el aire, para ahora verla con sorpresa.

–L-Lo lamento – murmuró Amy y así ver a la murciélaga quien tenía una mirada descorazonada y luego ver al erizo quien tenía una expresión indescifrable en su rostro –Es sólo que Espio me dijo que necesitabas verme, pero si están ocupados yo puedo...

–Por favor, pasa adelante – pidió Rouge con amabilidad para esbozar una amplia sonrisa –Shadow y yo ya terminamos de hablar – habló con aquel típico buen humor característico de ella, dándole paso al despacho del erizo –Sólo estábamos negociando nuevos acuerdos, pero él ha dejado su posición muy clara ante estos ¿no es cierto? – dijo para ver a Shadow con una sombra de sonrisa, quien le desvió la mirada ante la máscara de felicidad que ahora vestía –Bien, me voy, pero antes de que lo olvide – continuó la murciélaga –Si quieres saber cuál es mi precio – empezó para borrar su falsa sonrisa –Será algo tan sencillo como un mortal O negativo; uno que yo elija a mi conveniencia –decretó para ver a la eriza con una intensa mirada.

Amy sintió la penetrante mirada de ella, adentrándose al despecho del erizo, sin poder quitar su mirada de los ojos azul incandescente que ahora la seguían, sintiéndose acechada por los mismos.

–Ya lo sabes – retomó la vampira –Si quieres mis servicios ese es el precio a pagar, hasta pronto, Lord Shadow – se despidió de forma irónica cerrando la puerta detrás de ella.

Shadow la vio partir, para así dejarse caer pesadamente en su silla de cuero, restregando sus ojos con cansancio. Eso no había podido salir peor. –Maldición – masculló soltando un pesado suspiro. Nunca había tenido ningún tipo de enfrentamiento con Rouge, ninguno de ese tipo. Esta vez ella estaba resuelta a mantener una postura inamovible. Esta vez no negociaba con una murciélaga testaruda, esta vez, estaba hablando con una vampira.

–¿Qué fue todo eso? – preguntó Amy sin entender –¿Te encuentras bien?

–Yo...– silenció para ver de nuevo el documento frente a él.

La noche de Walpurgis estaba a la vuelta de la esquina y no tenía tiempo que perder en absurdas negociaciones. Si lo que ella quería era un mortal O negativo entonces él...

–No te preocupes, estoy segura que todo se arreglara – escuchó decir de pronto.

Shadow dirigió su mirada a la eriza que yacía de pie en medio del despacho, quien ahora le expresaba una sonrisa inocente, casi dulce, para así caminar un par de pasos y acercarse a él tímidamente. Su mirada se prendió en la de ella, en unos ojos que ahora tenían una luz diferente. Amy le esbozó una pequeña sonrisa, una que le brindó una calidez interna que hace décadas no lograba sentir.

–Ella realmente te aprecia mucho ¿sabes? – dijo ella de pronto. Shadow alzó una ceja, sin comprender a qué podía referirse.

–¿De qué demonios estás hablando? – cuestionó confuso.

–Cuando enfermaste, ella estaba realmente muy preocupada – reveló para caminar hacia su escritorio –Te vigilaba por las noches, asegurándose que no quisiera pasarme de lista– habló la eriza divertida –Pues me dejó muy en claro que no pensaba perderte – confesó con una sombra de sonrisa – Ella fue quien te consiguió toda la sangre que necesitaste para recuperarte del veneno en tu cuerpo, la cual fue bastante– apuntó –La verdad, nunca imagine que ustedes fueran tan unidos.

–Eso... – silenció desviándole la mirada.

Ahora que lo pensaba nunca le había agradecido a nadie por la ayuda recibida. En especial a ella. De nuevo su mirada se prendió de las suaves facciones de la eriza para traer a su mente los vagos fragmentos de recuerdos de aquella noche, la noche donde ella voluntariamente había dado su sangre para salvarlo de lo que seguramente hubiera sido una muerte inminente si lo hubiera abandonado ahí.

–Dime algo ¿por qué salvaste mi vida? – preguntó de pronto, tomándola por sorpresa –Si me hubieras dejado morir en The Marble Zone hubieras sido libre, en su lugar decidiste arriesgar tu vida al darme de tu sangre.

Amy se ruborizó ante el recuerdo de aquella noche. Esa había sido la misma pregunta que Espio le había hecho al ella despertar y la respuesta seguía tan ajena como ese día.

–...No lo sé– murmuró Amy sin poder sostenerle la mirada –No es como que no lo haya pensado – admitió con una falsa expresión de molestia –, pero... tú necesitabas a alguien y yo no podía dejarte ahí – explicó para fijar su mirada en los orbes carmín que ahora la miraban expectante –Además, tú has sido el primero que me ha mostrado algo de compasión – confesó sintiendo sus mejillas arder con intensidad.

–¿Lo dices por perdonar tu vida y dejarte vivir aquí? – inquirió Shadow alzando una ceja –Hmph, eso fue...

–Tú sabías lo de Scourge – interrumpió –Sabías que sería difícil para mí regresar a mi aldea y por eso me preguntaste si estaba segura de ir a traer aquel mapa – le recordó para que él abriera sus ojos por completo –Supiste que mentí para escapar de ti y aún así, cuando te pregunte cuál sería mi castigo tu me dijiste: "Creo que ya has tenido castigo suficiente" – citó para dibujar una hermosa sonrisa en sus labios –Nadie nunca se había preocupado así por mí, no desde que mi padre murió– reveló avergonzada –Tú has sido el primero y no te dejaría morir ahí – explicó provocando que él suavizara la mirada –Y por si esas razones no son suficiente, no lo haría porque yo no soy un monstruo despiadado sin sentimientos.

Shadow le desvió la mirada, no esperaba que su respuesta fuera tan compleja o tan... sincera. Sintió el dulce aroma de su sangre navegó el ambiente cautivándolo por completo, embriagándose del mismo. La urgencia de probar por tan sólo un instante, aunque fuese siquiera una gota más, vino a él, sin entender el por qué.

–Y tampoco lo eres tú – retomó la eriza, captando su atención, rompiendo el hechizo en el que se había inmerso –Y por esa razón debes de ir a buscarla y pedirle perdón por lo que hayas dicho o hecho.

–¿Cómo dices? – cuestionó borrando cualquier sensación previa.

–A Rouge – puntualizó –Tenía una mirada triste y es obvio que con tu falta de tacto dijiste algo para ponerla en ese estado. Debes de arreglarlo – dijo cual regaño.

–¡Ja! – espetó hilarante –No sabes nada de los vampiros ¿no es cierto? – dijo burlesco –Los vampiros no...

–¿Qué hay de Shadow? – interrumpió, provocando que él la viera sin entender su pregunta –¿Es acaso así como eres tú o es cuestión de un estúpido orgullo vampírico?

–¿Qué te hace pensar que yo no soy...

–Tu mirada – anticipó –Veo que estás preocupado y estoy bastante segura que es por ella.

–¡Por supuesto que no! – contestó exaltado para ponerse de pie de golpe, indignado ante su conjetura –¡Necesito de ella para buscar la última esmeralda y no puedo a menos que... – silenció abruptamente. De nuevo recordó los términos de su servicio. Rouge quería a Amy. Si le entregaba a la eriza conseguiría lo que quería y sus planes no se verían interrumpidos. –A menos que...– repitió para ver a la eriza que ahora lo miraba fijamente, con aquella mirada inocente.

–Bien– soltó Amy resignada –Si no lo haces por ti, si en serio no te interesa, entonces hazlo por ella – pidió para verlo suplicante –Cuando una mujer quiere a alguien, muchas veces nos cuesta demostrarlo, en especial cuando hemos sido heridas con anterioridad – murmuró con tristeza –¡Es por eso que debes de hacerlo! – insistió con decisión –Si tú correspondes a sus sentimientos entonces ambos...

–Espera, espera – detuvo el erizo su discurso para verla confundido –¿Tú crees que Rouge y yo...?

–Pues... – silenció desviándole la mirada, jugando nerviosamente con un mechón de cabello –Quiero decir, ella es una vampira muy hermosa y parece preocuparse mucho por ti y tú...

–No tienes una idea de lo que dices – cortó Shadow con cierto enfado –Los vampiros no somos compatibles entre nosotros – explicó –Y aún si lo fuéramos, no me interesa una mujer tan volátil y sentimental como ella – dijo para traer la expresión de molestia infantil que Rouge siempre ponía al darle una orden que ella no quisiera acatar, esbozando un amago de sonrisa ante el recuerdo –Su tipo son más hombres cabeza de nudillo – habló para sonreír divertido ante su propio comentario –Además, dudo que esa mujer haya tomado un libro en la última década, yo no podría fijarme en...

Shadow silenció al sentir la mirada de la eriza sobre él, percatándose que estaba hablando de más, otra vez. Observó las comisuras de los labios de ella elevarse lentamente ante sus palabras y de nuevo desplegar aquel hermoso sonroje provocando que él le frunciera ceño ante la felicidad que ahora desplegaba.

–Mi punto es que no es como tú piensas – retomó Shadow severamente –Y no vuelvas a mencionarlo ¿has comprendido? – amenazó para que ella lo viera sonriente, fastidiándolo –Has algo de provecho y ve con Espio, dile que necesito el menú del festín. Estamos en contra del tiempo y no tengo tiempo que perder – ordenó para caminar a la salida.

–¿A dónde irás tú? – inquirió la eriza al verlo caminar con prisa.

–No es de tu incumbencia – devolvió molesto para que ella bajara las orejas ante sus toscas palabras, obligándolo a suavizar su mirada –Sólo... me aseguraré que Rouge tenga listo lo que le he ordenado – murmuró rascando la parte trasera de su cabeza, para que la eriza pusiera una expresión victoriosa –¡No pienso disculparme por nada! – vociferó para así salir cual tormenta y dejarla a sola.

Amy escuchó los pesados pasos del erizo alejarse, pintando así una sonrisa en su rostro. Realmente no era tan malo como ella imaginó; ahora entendía por que Espio le tenía tanto aprecio a Rouge, ellos realmente se ganaban la fidelidad de sus sirvientes al mostrar aquella faceta que sólo podía verse en los mortales. La mirada de la eriza entristeció ante ese último pensamiento

–Sus sirvientes– murmuró con pesar.

Amy subió lentamente su mano para tocar la punta de su lengua, recordándole su lugar en ese castillo. Shadow había mostrado no ser el tirano que ella pensó, pero aún así ella seguía ahí, sin voz o ninguna otra opción más que acatar sus órdenes, esclava de él.

–Una jaula siempre será una jaula, aún así sea de oro – murmuró soltando un pesado suspiro.

Amy paseó su mirada a los cientos de libros en aquel despacho, admirando la gigantesca colección del erizo y así ver uno entreabierto sobre su escritorio, uno que captó su atención.

Se acercó a éste para tomarlo en sus manos y leer el título en la pasta de cuero negro.

–Decretos Vampíricos.

0-0-0-0-0

Caminó por las oscuras calles en busca de alguna nueva pista que la guiará a ella, sin embargo, parecía haberse desvanecido entre la nada.

Silver suspiró pesadamente para así ver a la luna alumbrar la villa. Habían pasado dos años desde que su travesía había comenzado, su implacable búsqueda de aquella vampira que parecía siempre escapársele entre los dedos. Había podido eliminar a todo vampiro que se había atravesado en su camino, liberándoles de la pesada carga de existir; esa había sido su misión desde que uno le había arrebatado a su soberana.

–Blaze – murmuró para buscar en su alforja aquel libro que siempre mantenía junto a él y así hojearlo hasta la última hoja para ver de nuevo el conteo de cada víctima de la felina –Diecisiete muertos y una transformación – contó nuevamente.

Aún no encontraba a la murciélaga que ella había transformado en su corto período como vampira. Una que tenía un gusto peculiar por las mujeres de alta alcurnia de todo pueblo al que se le atravesaba.

–Rouge the Bat... – susurró endureciendo sus facciones.

Llegaba como la niebla durante la noche, para permanecer en un lugar por no más de un par de días y luego desaparecía en la oscuridad, dejando un rastro de muerte y dolor por donde pasara, o así había sido hasta los últimos dos años, pues su patrón cambió inesperadamente. Silver no pudo calcular con precisión cuál sería el siguiente pueblo que atacaría si es que atacaba alguno en particular. Ya no se quedaba en ningún lugar, nadie lograba verla, simplemente comía y luego desaparecía durante la noche.

–No te preocupes Blaze – musitó para acariciar aquella página con tristeza –No permitiré que nadie más sufra lo que tú sufriste – habló con pesar y así cerrar aquel libro y guardarlo nuevamente –La voy a encontrar... cueste lo que me cueste.


¡Feliz cumpleaños número 29 Sonic! Hoy por ser el cumpleaños de Sonic quise hacer algo diferente a lo usual, así que como regalo de mi parte, esta semana actualizare 2 veces!! Eso quiere decir que actualizare hoy y el día viernes!!! Gracias a todos los que han seguido esta historia y sé que no aparece Sonic en ella, pero aún así, es mi pequeño aporte para el fandom! 

¡Bien!, creo que en algún momento de la historia lo dije, los decretos tenían una razón de ser y el nombre en cada capítulo. Los 12 Decretos Vampíricos se han revelado y la vida de nuestros protagonistas empezaran a girar bajo estas normas que no pretenden más que infligir dolor. El primer capítulo está a punto de escribirse a base de sufrimiento y lágrimas. Capítulo Primero: El Lugar de Cada Uno.

¡GrAcIaS pOR LeEr!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top