Pero el niño no es mi hijo...

Tenía en mente que Tristán podría no ser mi hijo, pero aún así quería romperle la cara al supuesto 'Howser'; por hacerlo llorar y por hacerle creer que era un mal hijo.

—¿Esta Howser? —pregunté de mala gana en los departamentos que estaban a unas cuantas cuadras de tu casa Bloody Ellie.

—Sí, esta jugando baraja en las mesas de allá —, con su dedo apuntó la mesa de la izquierda donde un grupo de hombres repartían cartas. 

—Gracias —bufé, y con prisa me acerque de espaldas hasta él, aún no dejaba de usar ese estúpido copete. —Buenas noches caballeros, ¿me permiten un momento con este imbécil? 

Todos me miraron con una ceja alzada y Howser se levantó de la mesa con una estúpida sonrisa ladina que aumento mis ganas de romperle la cara.

—¿Me hablas a mi, enano?

Le sonreí mostrando mis dientes. —Sí, copetudo.

Gruñó, y antes de que pudiera volver a hablar, estampe mi puño contra su cuadrada cara haciéndolo retroceder a unos pasos de mí; nadie se levantó a ayudarlo, al parecer no era el único que tenía ganas de romperle la cara.

—Maldito, me rompiste el labio —gruñó mientras apretaba su nariz, la cuál empezaba a sangrar.

—No quiero volverte a ver cerca de Elizabeth, ni mucho menos de nuestro hijo —le advertí, sin embargo no hizo más que sonreír ampliamente.

—Eres un tonto enano, ese niño es mi hijo, no tuyo.

No se que me molesto más; su cínica sonrisa o la forma tan segura con la que dijo que Tristán era su hijo. Apreté los puños y sin pensarlo termine con lo que empecé.

—Estas advertido, Howser.

Dije; dejándolo en el suelo semi-inconsciente. Estaba ofuscado y mi cuerpo temblaba de dolor por los golpes que me dio el rubio, sin embargo, hay algo que me pica la garganta, su afirmación no me dejó más que confusión, pero, ¿Tú me dirás la verdad, Elizabeth?