Ocho
Durante cuarenta días y cuarenta noches, la ley estuvo de su parte...
Papeleo, papeleo, y papeleo era lo único que llegaba a mi casa; miles de escritos y artículos sobre abandono de hogar pero ninguna demanda.
—No te preocupes Meliodas, ella aún no a puesto ningún cargo a tu contra.
—¿Entonces porqué recibo esto?
—Es una amenaza, sin papel de demanda no pueden pasar a un juicio.
Suspire aliviado; era la primera vez que lo hacía después de cuarenta días. Merlín guardo sus papeles en su portafolio y se levantó del sofá.
—Esperemos que se retracte.
Solo asentí, escuchando como sus tacones resonaban hasta la puerta y por fin desaparecía saliendo por la misma.
Tenía tantos días sin verte que mi mente me proyectaba recuerdos de tu radiante hermosura; todos esos momentos que pasábamos, todos esos besos, caricias, abrazos, roces, halagos, susurros, gemidos, jadeos, risas... Todo se fue al caño en cuestión de días, todo por un engaño, pero, ¿Quién me trae su recuerdo a la realidad?
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