Nueve

Quién puede soportarlo, si ella está tan solicitada con sus proyectos y planes...

No creas que no notaba tus pasos, no creas que no me di cuenta de tu cabello plateado, no creas que no descubrí que me seguías cada noche hasta llegar a mi hogar, ¿Qué es lo que planeas hacer?.

—Deja de seguirme.

Te hable con frialdad, sin embargo tú te quedaste en tu escondite. Me gire y camine hasta aquel pilar que te delataba al dejar salir tu corto cabello plateado; me miraste asustada, tus ojos azules lucían apagados y llevabas un moretón en tu ojo izquierdo.

—Lo siento.

Fue lo único que me dijiste; tantos días sin verte y esas son tus primeras palabras.

—¿Qué planeas?, ¿Quieres sacar información falsa?, entonces no te daré el gusto.

Tus ojos volvieron a apagarse, tus labios temblaron y tus manos arrugaron tu falda; que por cierto, te quedaba bastante bien.

—No, solo quería decirte que cancele todos los cargos en tu contra, pero no sabía cómo acercarme a ti, tus amigos no quieren ni verme en pintura.

Me quedé callado, observando el movimiento de tus labios al hablar. Tomé tu mano cómo si nada me importara y te atraje hacía mi, atrapándote entre mis manos para abrazarte como lo hacíamos antes de tener tantos problemas.

—Perdóname Meliodas, estoy tan arrepentida, solo quiero que vuelvas a mi vida. Te juro que voy a cambiar, solo dame una oportunidad.

—Lo siento, Elizabeth.

Te solté al escucharte sollozar, te di un beso en la frente y seguí con mi camino, pero esta vez, tú no estas a mi lado para tomar mi mano.

Una última vez voltee a verte, lucías tan indefensa a esos metros de distancia, tan pequeña que tenía miedo de dejarte a altas horas de la noche, tan frágil que temí que te rompieras ante mis ojos, pero, ¿Cómo quieres que te perdone si me mentiste?

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top