1: σπίτι

El sol teñía el cielo de un anaranjado muy tenue, pequeños mechones de rosa y amarillo, y ese parecía ser un día perfecto.

El cuerpo se removió entre las sábanas, levantándose de repente. Se colocó las pantunflas de perrito y salió corriendo de su habitación tan rápido como pudo; poco le importó tropezarse contra sus propios pies, ni que las sirvientes le miraran extraño, pero con una sonrisa. El castaño estaba sonriendo tan ampliamente mientras llegaba a la pieza que quería.

—¡Hyung! ¡Hyung! — Llamaba a la puerta y sin recibir respuesta de acceso abrió la puerta. —¡Hyung!

La persona bajo las sabanas suspiró y abrió lo ojos con pesadez.

—Jungkookie — Su voz salió rasposa —¿Qué pasa?

—Adivina que día es hoy — El castaño se acostó sobre él, mirándole con aquellos ojos tan grandes y expresivos que poseía.

—1 de Septiembre — Cerró los ojos —Nada en especial.

—¡Jimin hyung, no seas cruel! — Le mordió la mejilla —¿Lo olvidaste?

Inmediatamente, los ojos del omega castaño se cristalizaron, le producía mucha tristeza el hecho de pensar que a su hermano mayor se le pudiera olvidar su fecha de nacimiento.

—Claro que no — Lo abrazó —Feliz cumpleaños, Kookie.

—¿Y mi regalo?

—¿Regalo? Te doy aire, sin eso no vives — Jimin se incorporó sentándose poco a poco, su dongsaeng había esfumado su sueño.

—Yah hyung, quiero un gran pastel y comer mucho chocolate y un osito de peluche — El pelirrojo sonrió al escuchar los presentes que su hermano quería. Debía arreglarse para iniciar sus actividades, así que mando a su hermano a bañar para que lo dejara hacer lo mismo.

Al cabo de unos minutos ambos omegas bajaron al comedor a reunirse con los demás para el desayuno.

—¡Papi! — Jungkook corrió hasta su padre, para darle un fuerte y gran abrazo.

—Feliz cumpleaños Kookie — Apretó su nariz cariñosamente, después apretó sus mofletes y besó con dulzura su frente —Diecisiete años y aun eres mi bebé.

—Sigue siendo un bebé — Irrumpió una cuarta voz.

—¡Hobi hyung! — Kook salió corriendo para abrazar a su hermano mayor, Hoseok, un alfa de cabello rojizo.

—Bien bien, desayunemos y sígamos hablando — Ordenó el padre de los tres.

El desayuno transcurrió entre bromas con la edad del omega más pequeño, así como temas triviales.

—Y bien Kook — Habló Jaebum —Es tu día, ¿qué quieres hacer primero?

El menor de los presentes no tubo que pensarlo ni dos segundos.

—Ir a ver a mamá — Si bien su madre llevaba muerta diecisiete años, sus hermanos y su padre se habían encargado de llevarlo a su tumba cada años, convirtiendolo en una tradición cada cumpleaños.

—Muy bien, pero primero vete a cepillar los dientes — Jungkook mostró su sonrisa dental y fue hasta el baño para cumplir la orden de su padre.

Después de la ida del menor de la familia Jung, el comedor quedó en silencio, Jaebum, Hoseok y Jimin tenían temas de conversación un poco más complicados.

—Mañana tengo un encargo para ustedes — Bebió de su café —Fuentes muy confiables me informaron de cucarachas en casa — Habló en código.

Instantáneamente Hoseok y Jimin supieron que no estaban hablando con su padre, sino con Mr. J, líder de la mafia dominante, mejor conocida como la mafia J. En ese momento Hoseok era JHope y Jimin era Bloody Angel.

—¿Qué desea hacer, Mr. J? — Preguntó Hoseok.

—Investiga quienes son y donde operan, una vez que lo sepas me tienes que informar. — Se levantó de la mesa.

—¿Y yo, señor? — Intervino Jimin.

—Una vez que sepamos los detalles, ya sabes que hacer Bloody — Miró por encima de su hombro —Sin sobrevivientes.

Ambos hijos asintieron, sabían que debían comenzar con su investigación lo más rápido posible. Según en mensaje de su padre, había invasores de territorio en Busan y ya que ellos controlaban esa parte, les correspondía limpiar esa zona de posibles ladrones. Ninguna mafia opacaria a los J.

🔫

La familia Jung iba de camino al panteón a ver a la madre de los tres hijos, Jungkook estaba muy emocionado, a pesar de su mamá ya no estaba en ese mundo le hacía mucha ilusión estar con ella porque sentía que lo acompañaba siempre.

—Kookie, ¿De qué quieres tu pastel? — Su padre le preguntó.

—Fresa, ya sabes que siempre es de fresa — Abultó su labio inferior.

—Ah, si que te pareces a tu madre — De los tres, Kook es el que más se asemejaba a la difunta Hyesun.

—Llegamos señor — El chofer de la familia les informó.

Sin más que esperar, los cuatro miembros bajaron del auto, Jungkook no esperó a ninguno y corrió hacia la lápida de su madre que sabía de memoria en donde se ubicaba.

—¡Mamá! — Se puso de rodillas frente a la inscripción en el suelo —Hoy es mi cumpleaños, ya tengo diecisiete años — Con sus manos comenzó a quitar el exceso de hojas que había en el cemento —Te extraño mucho.

Jaebum, Hoseok y Jimin llegaron después, caminando lentamente hasta quedar frente a la tumba.

—Hola, mi amada Hyesun — Jaebum retiró el sombrero de su cabeza y se lo dio a uno de sus guardaespaldas —Diecisiete años sin ti, amor —Acto seguido depósitó un ramo de rosas en uno de los floreros.

—Hola mamá — Ahora Hoseok habló —Sé que estás bien — Sonrió —Gracias por cuidarnos desde arriba.

Mientras, Jimin se mantenía en silencio, él no hablaba cuando iban a ver a su madre, le gustaba pensar que ella estaba bien y que podía escucharlos, la verdad era que Jimin le hablaba por las noches; le pedía tanto a su madre que le ayudara a calmar el dolor que sentía, que le explicara porque el mundo era un lugar tan podrido, e incluso le llegó a pedir que lo llevara con ella, pero desistió de la idea, pues aunque su familia fuera la más peligrosa de Corea, también había momentos en los cuales eran precisamente eso, una familia. Jaebum, a pesar de ser el líder de la mafia era un padre bastante cariñoso y amoroso con sus hijos, los protegía y cuidaba, él jamás estuvo de acuerdo en lo que Jimin se convirtió, sin embargo lo entendió, y era por eso que Jimin también agradecía que su madre se hubiera ido antes de todo, para no ver en el monstruo en el que su hijo se había convertido.

Cuando llegó el momento de irse, cuando ya todos se habían alejado lo suficiente, Jimin se quedó un momento más y murmuró unas palabras.

—A veces quisiera que estuvieras aquí — Miró fijamente el nombre —Para que me dijeras qué hacer con todo este odio que siento.

Y si, Jimin sentía un inmeso odio hacia los alfas, le repudiaban y le asqueban (a excepción de su hermano y su padre).

Con eso último en mente, volvió al auto donde lo esperaban, quería venganza y se aseguraría de obtenerla.

He aquí el primer cap de mi nuevo fic, espero que les guste 🥺
Ya después les diré el horario en el cual iré actualizando jsjs
En fin, nos leemos la siguiente 🌚
Mare 💀

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