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Hola mis chibi-chibis, ojala y les guste

Sasha sabía que la guerra sería cruel, un evento violento que podría durar meses o hasta años, que muchas vidas se perderían y que muy pocos de sus amados caballeros sobrevivirían al horrible evento

Solo que no pensó que el evento sería tan horrible como para que fuera necesaria la reaparición del decimotercer templo, el templo de Ofiuco, la constelación que representaba al dios de la Medicina e hijo favorito de su hermano Apolo, el dios Asclepio. Su nombre era tabú en el Olimpo, no cualquiera se atrevería a mencionarlo, no bajo el temor de enfurecer a su padre, Zeus, el rey de los dioses y señor del Olimpo

Antes de reencarnar, Athena escribió un diario, uno en el cual estaba anotado toda la historia de Asclepio, el destino del dios y sus descendientes y su trabajo como antiguo caballero a su servicio y lo que significaba su vuelta

Si bien tenía miedo, no sabía como terminaría esta guerra y las consecuencias que podría causar a futuro, era más que consciente que la furia de Apolo crecía conforme pasaba el tiempo y veía a sus descendientes ser usados por otros dioses para su propio beneficio y un día de estos estallaría y muy posiblemente él cumpliría la terrible profecía dictada por Cronos

Ella no podría permanecer neutral eso era un hecho, no con sus tíos y Ares siendo los principales contendientes al trono de su padre y tras ver las injusticias sufridas por los descendientes de su hermano en manos de esos dioses, Apolo muy probablemente recibiría su apoyo

Y pensando desde el lado de la diosa que era y no como la humana que era actualmente, sabía perfectamente bien que Apolo sería un gran rey, uno mejor que su padre, Apolo con su actitud tan severa pondría orden en el Olimpo y podría lograr lo que ella anhelaba hacer si fuera la señora del Olimpo. No era ciega ante los fallos de su padre, había permitido que Hades, Poseidón, Hera y Ares se salieran con la suya durante mucho tiempo y ni hablar de que no había puesto un alto a otros dioses como Eris y todos ellos

Si jugaba bien sus cartas, podría pedirle a su hermano que le dejara el control de la Tierra, así podría proteger mejor a los humanos como ella deseaba y no tendría que luchar con dioses a cada rato y podría guiar a la humanidad a una nueva Era Dorada

Artemisa y Apolo ciertamente no estaban interesados en los humanos, solo en los pocos que veían como "dignos" de estar a su servicio y obviamente, los descendientes del dios de las Visiones. Estaba segura que podría establecer a los descendientes de su hermano en Rodorio o darles una tierra que estuviera en Atenas para siempre tenerlos vigilados y seguros

El mayor problema serían sus propios caballeros, solo aquellos caballeros dorados que participaban en la Guerra Santa se enteraban de la existencia del misterioso caballero de Ofiuco, pero eso había provocado que se viera a tal caballero como una señal misma del caos y a los descendientes de su hermano como traidores por ayudar a otros dioses, aunque ellos mismos estuvieran obligados por culpa de las restricciones impuestas por su padre debido a su temor hacía la sangre de su hijo más poderoso

Pobres descendientes malditos, maltratados, humillados y usados solo por su poder, un poder que ellos no pidieron, despreciados y perseguidos continuamente por la bendición de su ancestro, que más bien podía definirse como una maldición que los había condenado a vivir un Infierno en la tierra, solo en la muerte se salvaban

Realmente esperaba que sus caballero superaran sus prejuicios hacía aquel linaje tan desafortunado, solo así sobrevivirían o Hades sería el menor de sus problemas si sus caballeros dañaban de alguna manera al futuro caballero de Ofiuco

-Chicos, no me defrauden-dijo mientras veía la Luna-cuando vean que ellos no son villanos y solo son victimas de las circunstancias, podrán ser los compañeros que estaban destinados a ser-anhelaba la paz, poder ser una chica normal junto a su amado hermano Alone y Tenma, vivir como personas normales-háganlo por mi, o Apolo hará arder el mundo si dañan su preciada carne y sangre, no querrán ser victimas de su furia, nadie sobrevive a ello-

En un pequeño pueblo a los alrededores de Delfos, dentro de un bosque, había una joven que estaba barriendo la entrada de su humilde casa, la misma que había construido en una cueva; ella no conocía una vida mejor, era muy pequeña cuando se quedo sola, pero siempre recordaría como sus padres nunca se quedaban en un mismo lugar por más de unos meses y como estos evitaban ciertas ciudades para que nadie los encontrara

Su apariencia llamativa siempre fue un problema para ellos, no era de sorprender que quedaran muy pocos y que tuvieran que hacer de todo para cambiar su apariencia y camuflarse entre la gente

Lo poco que recordaba de sus padres eran sus advertencias:

# Huir si veía a hombres con armaduras de colores brillantes buscándola a ella o a cualquier otro pariente suyo

# No usar sus poderes sin importar nada y solo ayudar a quién lo necesitara

# Cooperar con la gente armadura si era atrapada, no desobedecer

# No llamar la atención

# Proteger a cualquier seguidor que tuviera

# Tener hijos para que su familia no se extinguiera

# Pasar tales instrucciones a las nuevas generaciones

Había ancianos, niños y pocos hombres y mujeres jóvenes y fértiles para continuar con el linaje, con tan solo 19 primaveras era su deber liderar los restos de su familia y cualquier seguidor que tuviera, debía mantenerlos a salvo. Tenía más de 10 años luchando por mantener a su gente a salvo, había encontrado un pequeño pueblo aislado donde pudieron instalarse a cambio de ofrecer sus servicios como curanderos y videntes, los pocos clientes del exterior no se interesaron en ella debido a que usaba un trozo de tela viejo para cubrir su cabello y no tenía buena ropa, parecía más bien una mendiga

Había sido un regalo, era su única ropa buena, pero por falta de dinero y por procurar a su gente, no eran más que harapos que le quedaban grandes, tenían manchas que nunca se quitarían y tenía muchas áreas remendadas. A simple vista parecía una esclava que se estaba refugiando en el bosque, era una gran coartada y desmentirla era peligroso

Era una esclava, esclava de su destino, de la gente que la usaba a ella y a su familia en su beneficio propio y nunca los dejaban en paz; por algo quedo huérfana, su padre intento protestar y murió, su madre perdió las ganas de vivir y una simple gripe se convirtió en algo más y murió junto con su hermano sin nacer; una niña de casi 10 años tuvo que volverse la cabeza de su familia y derramar sudor, lágrimas y sangre para mantener a su familia a salvo

Solo esperaba que su tormento acabara pronto, había visto a muchas chicas de su edad ya casadas y hasta con más de un hijo; de repente tuvo envidia de ellas, quería que su vida consistiera en eso, ser ama de casa, quedarse a limpiar y cuidar a sus hijos mientras su esposo se ganaba la vida y ayudarlo si era necesario

Pero esos eran sueños, sueños que nunca se cumplirían, tendría hijos para mantener vivo su linaje y los condenaría a su misma vida de dolor y sufrimiento, perpetuaría el ciclo. No podía quedarse a soñar, debía ir a trabajar o no comería, nadie lo haría 

Aquellos que deseaban ser descendiente de algún dios eran estúpidos, unos completos ingenuos

Nada bueno salía de estar relacionado con un dios

Los dioses eran egoístas y condenaban a sus descendientes a sufrir y morir por nada

Si alguien supiera lo que realmente significaba descender de un dios...

Rezarían para que no les tocara tan horrible destino

Ella lo deseaba, pero ya no importaba

Estaba condenada desde que nació y moriría siendo esclava de su cruel destino familiar

Era la persona más miserable de la tierra, nadie la comprendería

Estaba sola en el mundo

Una flor marchita antes de florecer

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