— Bien, ¿qué quieres hacer, niña?

— Malka. — corrigió la menor a Mammon.

— Malka. — repitió. — ¿Qué era lo que querías hacer?

— Quiero jugar.

— ¿Y qué quieres jugar?

— Hmm... — pensó por un momento. — ¡juguemos al supermercado! Tú puedes ser el cliente; usemos dinero falso.

— ¿Y qué se supone que voy a comprar?

— Ah... — pensó otra vez. — ¿Me acompañas a la habitación de mi mami? — alzó los brazos, abriendo y cerrando sus manitas en señal de que quería ser cargada, y Mammon se le llevó hasta la habitación de MC.

Una vez allí, la menor tomó un par de cosas del armario junto a una caja, pero era muy pesada para ella; Mammon la tuvo que llevar.

— ¿Y esto qué es? — volvió a preguntar él al regresar a su habitación.

— Son mis cosas; ahí tengo lo que necesitamos para jugar. — al estar la caja en el suelo, ella tomó un par de cosas y se las pasó a él.

— ¿Y esto?

— Es un disfraz.

— No necesito un disfraz.

— Es para que entres en personaje. — insistió.

— ¿Qué personaje? ¿Un conejo hada bailarina? Ni en broma lo haré. — pero la niña dio indicios de querer llorar. — ¡Está bien, está bien! Cielos, no tienes que llorar.

— Será divertido. — sacó una caja registradora de juguete que tenía guardada junto a algunas otras cosas. — Tú puedes decidir qué quieres comprar.

— Bien, me llevo... estas joyas falsas son lo que más valen la pena, supongo.

— Esas son falsas, pero también tengo esta real. Mami dijo que es suya y que podía usarla para jugar si quería, pero que no la podía perder.

— ¿Esa es real? — eso despertó su interés. — ¿Cuánto pides por eso?

— 5 billetes, pero la tienes que devolver después del juego. — le advirtió. — Mami me va a regañar si la pierdo.

— Sí, sí, por supuesto que la devolveré. Es más, yo mismo se la devuelvo a tu mamá.

— ¿Estás seguro? — preguntó con algo de desconfianza.

— ¿Para qué podría usarla, de todas maneras? ¿Venderla? ¿Cambiarla por algo más valioso? ¿Ganar dinero con ella de otras formas? Yo sería... incapaz. ¿Qué clase de desalmado avaricioso crees que soy?

— Te la voy a dar, pero no te la quedes. — él la tomó con rapidez cuando la tuvo cerca.

El juego le servía bastante; al parecer tenía más cosas de valor que su mamá dejaba que use para pasar el rato, y las consiguió sin tener que pagar nada real. Sin embargo, no podía quedarse con todo eso y él lo sabía; tenía que devolverlo todo en algún momento o ella se daría cuenta.

— ¿Hola? — precisamente la madre de la niña tocó la puerta antes de entrar en ese momento. — ¿Cómo va todo? — su expresión cambió y comenzó a reírse cuando vio a Mammon con unas orejas de conejo, alas de hada y el tutú de una bailarina, rodeado de muchas de sus cosas.

— ¿De qué te ríes? — preguntó ofendido.

— Parece que al final sí te estabas divirtiendo. — le habló. — Aún así, recuerda que esas cosas son mías y yo vengo por Malka; debes devolverlas ahora.

— Yo las cuido mientras estás ocupada.

— Hablas como si no te conociera. — muy a su pesar, Mammon tuvo que devolver todas las cosas que tomó.

— Adiós, joyas... — se aferró a ellas una última vez.

— Ven, Malka. — su madre la tomó en sus brazos y se la llevó de allí junto a todas las cosas que ella se llevó. — ¿Cómo te trató Mammon? Luci pidió que te pregunte para saber si hay que colgarlo del techo.

— Fue divertido; esta vez sí quiso jugar conmigo.

— Eso me alegra. — sin decir más, entró en su habitación para poder pasar un rato con su hija. Ya llevaba varios días que no hablaba con ella porque los hermanos la estaban cuidando.

No obstante, no pudo evitar que su mente divague. Ese día cuando tuvo esa larga conversación con Lucifer la dejaba pensando.

— Sólo tengo una pregunta para ti. — el tono que estaba usando le daba mala espina; era ese mismo tono que usó cuando le dijo que bajo ninguna circunstancia debía ir al ático. — ¿Por qué no nos dijiste nada de inmediato?

— Ya lo dije, no sé quién de ustedes es el padre y... pensé que lo sabría con el tiempo.

— Es una excusa. — afirmó, como si estuviera interrogando a un criminal. — ¿Cuál es la razón verdadera?

— Lucifer... tenía miedo.

— ¿Miedo? — la manera en que lo repitió sólo hizo que el temor la invadiera. — ¿Miedo a qué?

— Ahm... ¿a esto? Tenía miedo a que fueran a molestarse porque yo no sabía quién es el padre, y pensé “quizás si espero un poco más, podré saber quién es y me evitaré problemas.”

— Suponiendo que eso hubiera funcionado, no te hubieras liberado de los problemas; quien sea el padre se hubiera molestado porque no le dijiste de inmediato. — al ver la mirada arrepentida de la fémina, se detuvo y suspiró con pesadez. — MC, tú nos conoces y sabes que por muy molestos que hubiéramos estado, no te habríamos dejado a tu suerte. De hecho, las cosas hubieran sido muy diferentes si nos hubieras dicho desde un principio, y preferiste lidiar con todas las dificultades de un embarazo y todas las responsabilidades de la crianza de una niña tú sola cuando pudiste haber tenido ayuda. ¿No crees que eso hubiera sido lo mejor? Entiendo que hayas tenido miedo; no te culpo por eso, pero en serio, me siento algo ofendido por que no confiaste lo suficiente en nosotros como para decirnos.

— No es que no confíe en ustedes; tampoco estaba segura de... si era buena idea que ella se críe en este tipo de ambiente. Ni siquiera... sé si Malka es completamente humana, y eso también me asusta porque no sé qué haría si no lo fuera; también por eso fue que decidí venir.

— Por mucho que lo niegues, nosotros te hubiéramos ayudado de haberlo sabido; me decepciona que hayas elegido mentirnos y ocultarnos esto. Es algo que nos involucra a todos y merecíamos saber, pero no cuatro años después.

— Mami. — la voz de su hija la sacó de sus pensamientos. — ¿Te sientes bien? Estabas mirando hacia la nada desde hace rato.

—...Lo siento, ¿te preocupé? Estoy bien, sólo estaba... pensando en algo.

— ¿Estás triste?

— No, cariño. — afirmó. — Hey, hace mucho que no jugamos sólo tú y yo y pronto vas a empezar a ir a la escuela, ¿no es cierto? Justo ahora estoy libre, ¿qué quieres que hagamos?

— ¿Jugamos?

— Todo lo que quieras.

🌺 Ayer estaba enferma, pero ya me mejoré y vengo a actualizar.

Besitos en las manos, cuídense y tomen mucha agua.