↳ 23: Adiós
Desde el punto de vista de YoonGi, las cosas no habían salido tan mal, de hecho, había sido poco explosivo y un tanto tranquilo. Más que nada porque JiMin recién estaba asimilando lo que YoonGi le había dicho.
No obstante, el omega se había encerrado en la habitación que compartían la mañana siguiente, en donde YoonGi no había entrado para no molestarlo y terminar discutiendo.
Lo aceptaba, había cometido un error muy grave al haberle ocultado a JiMin algo como eso.
El omega yacía sobre la cama de aquélla gran habitación, inclinado sobre la cama mientras hundía su rostro entre sus piernas y trataba de calmar el fuerte dolor que cabeza que tenía, a pesar de haber tomado una pastilla el malestar no se iba, sus ojos rojos por el llanto no lo ayudaban en nada y las ganas que sentía de vomitar aumentaban.
Tal vez estaba exagerando, pero no podía hacer oídos sordos a lo que YoonGi le había ocultado. Estaba feliz por haber salido de Seúl con sus hijos y con su alfa, poder pasar un tiempo sólo ellos 4, como una familia. Sin embargo, nunca espero que este viaje fuera sólo para cubrir la verdadera razón por la que YoonGi los había sacado del país.
Su discusión con el mayor no fue tan grave, en realidad, fue completamente lo contrario. No hubo gritos, tampoco se salió de sus casillas, simplemente fue razonable y le dijo que regresarían a Corea al día siguiente.
La puerta de la habitación fue tocada, el omega se limpió el resto de las lágrimas que corrían por sus mejillas, respiró con fuerza antes de pronunciar un "pasa" en voz baja que la otra persona escuchó con atención.
Cuando YoonGi entró en la habitación, su corazón se hundió un poco al ver a JiMin con la cabeza baja, el cabello un poco desordenado y con las maletas a medio terminar para regresar a Seúl.
—¿Cómo estás?— preguntó el alfa de forma tranquila.
—Podría estar mejor — dijo en un suspiro, se talló los ojos rápidamente y buscó la mirada del hombre frente a él —. Tengo mucho miedo.
—Lo sé... yo también lo tengo.
—Debiste habérmelo dicho desde un inicio, así nos hubiéramos evitado todo esto — comentó el omega, la noche anterior no tuvo tiempo de replicarle nada a YoonGi porque se sentía completamente angustiado — ¿Por qué no simplemente aceptaste lo que tu madre te dijo? Me hubieras explicado la razón del por qué te alejaste y yo lo habría entendido.
—Pero te hubiera dolido.
—Sí — JiMin no lo negó —. Me hubiera dolido saber que te ibas a casar con alguien más, que te ibas a alejar por nuestro bien, me hubiera dolido como no tienes idea, pero lo comprendería al final de cuentas.
—Pero no lo hice porque sé que puedo arreglarlo — YoonGi dijo —. Sólo necesito que confíes en mí.
—No, YoonGi — JiMin suspiró, se levantó de la cama y miró al alfa con algo de pena —. No puedes arreglarlo, van a acabarnos con todo cuando los reporteros descubran quien es el omega con quien sales. No me importa lo que suceda conmigo, toda mi vida he tenido que soportar la forma en que me tratan las personas, la forma en que me juzgan por ser un omega soltero con dos hijos, estoy acostumbrado a esto desde que era un adolescente. Pero mis hijos no, no voy a dejar que ellos pasen por eso, porque entonces sus compañeros comenzaran a molestarlos y cada vez que salgan a las calles los van a mirar para juzgarlos, para agredirlos y hacerles sentir mal. ¡Y yo no puedo permitir eso!
Sus ojos nuevamente se llenaron de lágrimas pero trató de retenerlas a toda costa. A YoonGi se le rompía el corazón de verlo así.
—JiMin...
—No, no — cortó sus palabras rápidamente —. No me vas a hacer cambiar de opinión, porque prefiero la felicidad de mis hijos antes que la mía, sí, soy un cobarde por hacer eso pero... son mis hijos, soy lo único que tienen, mis padres pueden odiarme a mí por involucrarme contigo incluso cuando me lo advirtieron, pero no me importa. Todo lo que me importa son mis hijos, quiero que ellos vayan a una buena universidad si así lo desean, que Soobin entre a las nacionales con su equipo de arquería, que Beomgyu se convierta en el mejor maestro de literatura y letras que Corea haya tenido, no me importa si soy ambicioso por querer la felicidad de mis hijos, después de todo soy su padre y soy capaz de darlo todo por ellos.
—¿Incluso tu propia felicidad? — YoonGi se atrevió a preguntar —¿Eres realmente capaz de dejar atrás tu felicidad sólo por ellos?
—Es la pregunta más estúpida que haz hecho hasta ahora.
YoonGi sonrió, aunque se sentía un poco dolido, entendía la posición de JiMin, y para ser sinceros, él no tenía un plan para impedir que su madre hiciera todo eso. No podía amenazar a su madre, tampoco podía atentar contra alguno de ellos, tal vez porque al final de cuentas eran su familia y no era lo suficientemente fuerte como para hacerles algo, físicamente hablando.
—Está bien — YoonGi suspiró, con sus dos manos tomó a JiMin de los hombros para acercarlo a su cuerpo, el omega no puso objeción alguna —. Entonces me voy a casar con la mujer que mi madre diga, y me encargaré de que nadie sepa absolutamente nada de ti ni de tus hijos, haré lo todo lo posible porque ningún medio dé contigo y ellos, para que así no estén en el ojo de todo mundo.
JiMin bajo la mirada lentamente, pero YoonGi lo detuvo antes de que lo hiciera, alzando su rostro con una de sus manos mientras acariciaba con gentileza su mentón, sus ojos se encontraron y no había nada más que dolor en ellos.
—También quiero que sepas que voy a cumplir mi promesa — dijo, dándole una suave beso en la frente —. Voy a protegerte incluso si no estoy contigo y jamás voy a dejar de amarte.
Cuando escuchó aquellas últimas palabras, no pudo evitar sollozar por estas. Es que era tan injusto, la vida estaba siendo injusta con él, poniendo a su predestinado en su vida y haciéndole pagar con el precio de no poder estar juntos.
Y es que siendo honestos, la sociedad era la mayor parte del problema. En la vida había tantas personas que aborrecían la felicidad de otros, que a pesar de querer ignorarlas siempre te iban a hacer sentir mal, ya sea por sus comentarios de odio o su indiferencia, e involucrarse con el hombre más querido de Seúl era como entrar en la cueva del lobo, el medio millón de habitantes lo juzgaría diciéndole que era una basura, que había embrujado a tal hombre para estar con él y que no se merecía su amor.
Y sus hijos, estaba seguro de que sus hijos eran fuertes y que ellos serían capaces de aguantar todo lo que viniera, pero él no quería hacerlos sufrir, incluso si su felicidad era YoonGi y tenía que renunciar a él por culpa de la madre de este.
—Lo siento, YoonGi — JiMin se abrazó a su cuerpo, sosteniéndose mutuamente para envolverse en un cariñoso abrazo —. Quisiera poder ser tan fuerte por los dos y aguantar todo, pero ya he aguantado tanto toda mi vida, que siento que no puedo más.
—Lo sé, cariño, lo sé — YoonGi suspiró —. Sé que ha sido difícil tener a la gente detrás de ti para juzgarte, pero te prometo, JiMin, que este no será un adiós definitivo.
—Lo sé — el omega levantó la mirada llena de lágrimas hacia el mayor —. Tal vez en algún futuro...
—Sí, sí. En un futuro estaremos juntos — YoonGi susurró sobre sus labios, su mano acariciaba con delicadeza su lindo cabello —. No me voy a quedar con los brazos cruzados, omega, voy a cumplir con lo que mi madre pida y luego, haré todo lo posible para regresar por ti.
JiMin asintió, con la poca fuerza que tenía se alzó sobre la punta de sus pies para alcanzar los labios del alfa.
—Voy a estar esperando — JiMin dijo —. Lo estaré haciendo, te lo prometo.
Cuando el alfa se acercó nuevamente a sus labios para poder juntarlos, las palabras que el omega soltó entre sus besos le hicieron delirar y llorar aún más de forma silenciosa. Porque había escuchado ese "Te amo" salir de sus labios y se había sentido tan bien.
Su madre le había pedido renunciar a su omega y casarse con aquella otra chica, lo iba a hacer, pero eso no significaba que se había rendido.
[ 🌱 ]
El viaje de regreso fue silencioso y doloroso, ninguno de los dos quería separarse cuando llegaron a Seúl, pero tuvieron que hacerlo.
Fue aún más difícil para JiMin ver como Soobin y Beomgyu se aferraban al cuerpo del alfa, pues ellos no eran nada tontos y se hacían una idea sobre el porqué habían regresado tan pronto a casa. A JiMin le hubiera gustado ser fuerte cuando YoonGi les dijo a sus hijos que sólo serían unos cuantos meses los que no se verían, que después de eso todo volvería a la normalidad y podrían terminar su viaje en Suiza.
También le dolió cuando tuvo que despedirse del mayor, duró al menos 30 minutos tratando de alejarse de él, entre abrazos y cortos besos en donde el contrario juraba que estarían juntos y que él lo esperaría. Tampoco fue fácil lidiar con un corazón roto y el aparente "odio" que Soobin le tomó después de ello.
YoonGi se fue a su casa sin saber que Soobin le había gritado mil y un cosas donde le decía que era un cobarde por no poder enfrentar a las demás personas para ser feliz. Y aunque le dolió, sabía que Soobin tenía razón, era un cobarde.
Cuando YoonGi regresó a la casa que tanto aborrecía ver hasta en las pinturas, su futura prometida ya lo esperaba ahí.
La chica era demasiado bonita a ser verdad, casi de su misma altura, cabello castaño hasta los hombros y completamente lacio, una pequeña cara angelical y una amargura en su mirada que le hizo saber a YoonGi que al igual que él, no quería este compromiso.
Se reunieron en el jardín trasero de su casa todas las tardes, bajo la idea de su madre sobre que debían conocerse mucho mejor para antes de la boda. Una semana pasó para cuando ya sabía muchas cosas sobre Tzuyu, era una omega agradable, hablaban sobre cualquier cosa que no fuera el compromiso y eso le gustaba, porque siempre que tocaban el tema, lo evitaban tan rápido como ere posible.
Nuevamente estaban reunidos, pero esta vez en una cafetería poco concurrida en el mismo sector de su casa, aquella cafetería que al parecer sólo gente con mucho dinero podía ir, porque incluso un vaso de agua costaba una fortuna.
—Lamento llegar tarde — la chica le sonrió cuando se acomodó en su lugar, dejando de lado su bolso —. Tuve que hacer algunas cosas antes de venir.
—No te preocupes — YoonGi le sonrió levemente —. Lamento que mi madre haya insistido en venir a este lugar, queda muy lejos de tu casa.
—Ah, no hay problema, después de todo tengo un chófer — habló soltando una leve risita —. Pero honestamente, me hubiera gustado sólo vernos en tu casa, yo...
YoonGi alzó una ceja confundido cuando vio a la chica bajar un poco la mirada, como si estuviera apenada de algo.
—¿Todo bien?— le preguntó.
—Es que... — ella suspiró fuertemente —. Disculpa si esto te ofende, pero no quiero que nos vean en público, porque entonces las personas comenzaran a inventar rumores y yo-
—¿Te das cuenta de que vamos a casarnos? — YoonGi la interrumpió —. De todos modos se van a enterar.
Tzuyu apretó sus labios en una fina línea, ahora no se veía tan amable como otra veces, de hecho, se veía algo disgustada.
—Sé que van a enterarse, el problema es que, yo no quiero hacerlo tan evidente en estos momentos, quiero que las cosas vayan con calma.
YoonGi asintió, entendía a la chica, pero él tenía otros planes completamente diferentes.
—Pues yo no, no quiero que las cosas vayan con calma — dijo el alfa —. De hecho, quiero que nos casemos lo antes posible, por eso he estado accediendo a que nos reunamos todos los días.
Tzuyu frunció el ceño, se veía confundida y de hecho lo estaba, incluso ahora se notaba molesta por la respuesta del mayor.
—Lamento informarte que no nos vamos a casar hasta que yo lo decida — dijo ella —. No quiero ser grosera, pero primero quiero organizar bien algunas cosas antes de amarrarme para siempre con alguien que no amo.
YoonGi soltó una leve risa.
—Ese para siempre no será posible, me temo que lo nuestro sólo durará una semana.
Tzuyu abrió los ojos con sorpresa, por supuesto que no se esperaba aquella respuesta.
—¿De qué hablas?— de pronto su voz salió algo más baja — ¿Acaso tú...?
—¿Qué piensas? ¿Qué quiero casarme realmente contigo? — YoonGi se cruzó de brazos —. Ambos sabemos que nada bueno va a salir de esto, ni a ti ni a mi nos beneficia en nada más que a nuestras familias. Y siendo honesto, no voy a llevar esto tan lejos.
La chica pareció calmarse luego de unos minutos, nadie dijo nada durante algún tiempo y eso puso un poco inquieto a YoonGi, sobre todo cuando la chica sacó de su bolso un sobre.
—De hecho, venía también con la esperanza de hablar contigo acerca de eso — ella estaba más calmada —. Temía que no quisieras acceder, pero viendo que realmente ninguno de los dos quiere esto, entonces supongo que es correcto decirte.
—¿Qué es esto?— preguntó YoonGi.
—Más de medio millón de dolares que la empresa de mi padre ha robado constantemente durante un año, eso sin contar los 15 años faltantes — Tzuyu le dio la información de aquel sobre, insitandolo a abrirlo —. Sus fraudes involucran a la mayoría de las empresas en Seúl, también a la tuya, desde luego, y me refiero a la empresa de autos deportivos que creaste, no a la de tu familia. Eso sin contar, lo impuestos de más de medio millón de personas de esta ciudad.
—¿Para qué me das esto? O más bien, ¿para qué podemos usar esto?
—Te estoy confiando el secreto más grande que tiene mi familia, el secreto por el cual harían hasta lo imposible porque no saliera a la luz — Tzuyu dijo, ahora parecía más segura de sí misma —. Te doy esto, a cambio de que tú me des la información más valiosa que tienes de tu familia.
—¿Y eso... cómo nos ayuda?— YoonGi volvió a preguntar, observando detenidamente todas las pruebas que la chica tenía en aquel sobre.
—Si ambos tenemos la información que sabemos afectará a nuestras familias, ellos accederán a lo que sea para que nadie sepa acerca de sus sucios juegos — dijo mirándolo fijamente —. Amo a mi familia, porque después de todo ellos han estado conmigo toda mi vida, por esa razón no puedo detenerlos haciéndoles pagar de forma física, no podría lastimarlos. Pero si ambos somos testigos de sus fraudes y sus errores, entonces lo pensaran dos veces antes de obligarnos a estar en el altar.
YoonGi pensó acerca de eso, la idea de Tzuyu no era mala, pero conocía a su familia y también a la de ella, puede que no conozca tanto a la de su futura prometida, pero la ambición y el poder eran cosas que volvían locas a las personas. No era favorable amenazar a sus familias con la información que tenían.
De hecho, era más favorable hacerles pagar por todo lo que hicieron.
—Bien — él aceptó —. Pero haremos algo diferente, si no te importa, me gustaría hacer esto a mi manera.
La chica pareció pensarlo unos pocos segundos, pero al final terminó aceptando.
—Siempre y cuando esto termine bien para ambos, estaré dispuesta a dejarlo en tus manos.
YoonGi asintió.
—Si no es muy inapropiado, ¿puedo saber por qué quieres hacer esto? ¿hay alguien más? — dijo, no buscaba ser un entrometido, pero quería hablar un rato con aquella chica.
—De hecho sí — Tzuyu dijo —. Hace sólo unos meses me enteré que las historias sobre los predestinados no eran sólo historias, y he encontrado al mío. El problema es que... no somos iguales, en ningún aspecto, y eso es un problema para mi familia.
YoonGi torció una sonrisa, ahora se encontraba más amargado y una punzada en su corazón le hizo recordar momentáneamente al omega que no había visto desde hace una semana.
Su precioso omega.
—¿Es de la clase baja?— preguntó.
—Eso, y es menor de edad todavía.
YoonGi se quedó inmóvil en su lugar, eso le había tomado con la guardia baja.
—Creía que la edad es la principal razón por la que mi familia no aceptaba la idea de que él era mi predestinado — ella bajó la mirada —. Pero luego me enteré que era porque su familia vive a las afueras de Busan en una pequeña choza, él renta en Seúl y va la academia todos los días.
—Ay dios — YoonGi parpadeó constantemente — ¿Es alumno tuyo?
Tzuyu asintió algo tímida. Ella era maestra en la universidad Yonsei de Corea, era la mejor en su profesión y destacaba mucho, de hecho, era conocida por ser maestra de clase particulares en una importante academia, para ayudar a los alumnos a aprobar el CSAT.
—Por favor, YoonGi — ella lo miró completamente esperanzada —. No sé cuál sea tu plan, pero por favor, haz que todo salga bien.
El alfa la miro, viendo en ella aquel brillo en sus ojos que le decía lo mucho que anhelaba ser libre de todo esto.
Él también deseaba con todo su corazón que todo saliera bien, aún no tenía ni la menor de idea de como acabar con todo esto. Pero estaba seguro de que no se rendiría tan fácil, quería a su omega con él, y su familia no iba a impedírselo.
[ 🌱 ]
Holaaa, estoy de regreso con un nuevo capítulo.
Por favor, tengan esperanza en YoonGi y no odien a JiMin. ♡
Nos leemos luego.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top