↳ 21: Advertencias
Cuando YoonGi llegó a su casa después de las 10 de la noche, no imaginó que su madre realmente lo siguiera esperando con aquella característica mirada acusadora y unos papeles sobre la mesa de centro que adornaba la sala.
El alfa suspiró, sabiendo lo que se venía. Probablemente la mujer haría una escena dramática, haciéndose la inocente mientras fingía demencia acerca de sus acciones. YoonGi conoce muy bien a su madre, es exactamente la razón por la que no quería llegar a casa y escuchar sus reclamos sin fundamentos.
Para ser todo un adulto, seguía siendo reprendido como un niño de 6 años.
—¿Todavía sigues esperando?— preguntó el alfa cuando se acercó a pasos despreocupados hasta la sala —. Creí que te irías a dormir o algo así.
La mujer le dio una severa mirada, haciéndole ver a YoonGi que realmente estaba molesta porque la dejó esperando horas ahí sentada.
—Tenemos que hablar, YoonGi.
El pelinegro asintió, cruzándose de brazos.
—Está bien, hablemos — respondió, mirándola de igual manera —. Quiero saber acerca de la chica que dice estar embarazada de mi, porque hasta donde yo sé, no me he acostado con nadie.
—¿Y la chica del bar?— preguntó la mujer sin tacto alguno —. Porque la mujer llegó diciendo que se habían acostado juntos en un bar de mala muerte al que fuiste con tu hermano.
Soltó una risa completamente divertido por las palabras de su madre, como si realmente hubiera dicho algo muy gracioso. La mujer sólo le dio una mirada un tanto disgustada, viendo que su hijo no se estaba tomando las cosas de forma seria, y lo que ella quería era que pusiera toda su atención.
—¿Qué mujer del bar? ¿La mujer que tú y mi hermano enviaron para que se acostara conmigo después de haber sido drogado?— preguntó, está vez su voz sonó más fuerte que su tono habitual —. Si te refieres a ella, madre, será mejor que cortes todo tu teatro de una vez, no voy a tragarme tus mentiras en este momento. No me acosté con ella, porque quieras o no, ni mi lobo ni yo estábamos a gusto con la situación, por lo que la sacamos de ahí inmediatamente.
—¿Y entonces que es esto?— preguntó la mayor, enseñandole los papeles que seguramente comprobaban lo contrario.
—Eso es una bola de mierda que seguramente mandaste a hacer para que saliera perfectamente bien, y si son reales, entonces déjame decirte que ella se embarazó de alguien más, porque esa noche yo me fui a casa intacto.
Claro que mentía, pero no iba darle el gusto a su madre de escucharle mencionar a JiMin.
—Mientes. — murmuró la mujer.
Ella sabía que su hijo estaba con alguien más, porque la chica le dijo a ella que su plan había sido arruinado por un omega que se había aparecido en la habitación. YoonGi no le diría absolutamente nada acerca de eso.
—¿Y qué si miento? Tú haces lo mismo y nadie te dice nada, haces cosas peores como perjudicar a tu propio hijo.
—¿Perjudicarte? ¡Estoy tratando de ayudarte! — exclamó la omega, levantándose de su lugar para mirar severamente al más alto —. Vas a arruinar toda tu vida por un omega que no vale la pena.
—Lo vale — YoonGi dijo, reprimiendo una maldición tras escuchar las palabras de su madre —. Él lo vale todo, no importa si arruino mi vida, prefiero eso que seguir soportando esta familia.
—¿Estás escuchando lo que dices?— la mujer se apresuró a llegar a su lado, para darle un leve empujón a modo de protesta —¡Esa basura te está lavando el cerebro! No pienso permitir que uno de mis hijos se involucre con un omega de esa clase, sobre todo cuando ya tiene dos hijos de otro alfa. ¿Acaso no te da asco? ¡Ya estuvo con alguien más!
YoonGi apretó la mandíbula sintiéndose completamente tenso y enojado con aquella mujer. Su madre siempre había sido la persona más dura y despiadada que alguna vez haya conocido, tal vez porque su familia la había educado así, tal vez porque el poder y el dinero la habían cegado, creyéndose superior a cualquier persona. Él conocía muy bien a su madre, y sabía que no se detendría.
—Mamá, será mejor que te detengas ahora mismo — dijo él —. Cualquier cosa que intentes hacer, yo-
—¿Tú qué?— preguntó ella, alzando una ceja desafiante —¿Piensas hacerle algo a tu madre? ¿A tu propia familia? — la mayor suspiró pesadamente mientras daba media vuelta para volver al sillón —. Haremos esto de dos formas hijo.
YoonGi tragó el nudo que se había formado en su garganta, el cual le impedía seguir hablando y retenía sus ganas de explotar de la rabia. Miró a su madre, observando como aquella mujer le veía de la misma forma de siempre.
—Primero, vas a alejarte de ese omega y de sus hijos para siempre, vas a casarte con la chica que nosotros queremos que sea parte de la familia y te quedaras aquí en Seúl, puedes viajar a Suiza cuando quieras, pero tendrás que regresar aquí — sentenció, observando como la mirada de su hijo se endurecía —. O bien, puedes elegir irte con ese hombre y te prometo que voy a destruir su vida, lo despedirán de su trabajo y no tendrá oportunidad de conseguir ningún trabajo, ni siquiera de portero en un hotel, sus hijos no podrán estudiar en la escuela de sus sueños, ni en ninguna otra. Y te aseguro que hallaré la forma de que no vuelva a tener una buena vida.
—¡Tú...!
—¡Y si te metes tratando de ser su héroe! — exclamó al ver que YoonGi iba a protestar —. Entonces me veré en la obligación de exponerlo y humillarlo públicamente. No querras que el rostro del chico salga en todos los canales de noticias, periódicos, revistas y sitios web de internet, tachandolo como una basura y un aprovechado, ¿o sí?
—N-no puedes hacer eso.
—Claro que puedo, pero sólo es decisión tuya si lo hago o no — repitió la mujer —. Si algo malo le pasa a ese omega será por tu culpa, porque tú tienes la responsabilidad de alejarte de él y dejarlo ser feliz, o quedarte a su lado y verlo sufrir. Aunque en realidad... dudo mucho que él quiera quedarse contigo cuando descubra que es por culpa tuya todo lo que le sucederá.
El alfa bajó poco a poco la mirada, pensando seriamente acerca de ello. Su madre era una persona de palabra, muy cruel cuando se lo proponía, y él no quería que JiMin sufriera por culpa suya, porque estaba en sus manos la decisión de lo que sucedería con la vida del omega.
Hace sólo unas semanas las cosas comenzaron a mejorar entre ellos, las aguas se habían apaciguado y todo marchaba bien, hoy habían tenido una buena tarde, estaban contentos por el resultado de Soobin. Oh diablos, también los dos niños sufrirían las consecuencias, Soobin se veía tan ilusionado y alegre de haber sido elegido por aquella institución, no podía simplemente arruinar todo su esfuerzo de un momento a otro. Beomgyu le había comentado acerca de una academia de artes y letras que tenia un curso de verano, su padre había accedido a pagarlo sólo por su hijo, y él estaba dispuesto a ayudar a JiMin con aquel pago para que no gastaran tanto.
Su madre ya debía saber acerca de todo esto, porque sino no hubiera amenazado con arruinar también a los dos alfitas.
Y JiMin, por dios, sabía que JiMin lo odiaría por arruinar la vida de sus hijos, puede que el omega no tome tan en cuenta lo que pase con él, pero definitivamente estaría muy preocupado por sus hijos. YoonGi sabe mejor que nadie que JiMin es capaz de dar su vida por ellos dos.
No podía hacerle eso, dejarlo en vergüenza de manera nacional, que las personas lo vean en la calle y lo insulten, que todo el mundo lo odie y nunca pueda obtener un buen trabajo.
No, no podía hacerle eso a JiMin.
Sabe que su madre cumplirá con su palabra, lo dejará en paz siempre y cuando él acepte alejarse del omega. Pero por mucho que quiera hacerlo, no se siente lo suficiente hombre como para dejarlo.
—Entonces, ¿ya lo pensaste bien?— volvió a preguntar su madre —. Te prometo que no haré nada contra ellos, incluso haré como si no existieran, siempre y cuando te alejes de él.
El alfa sentía la impotencia recorrer su cuerpo, incluso podía sentir como sus manos temblaban por todas las emociones que estaba sintiendo y que no podía controlar.
—Está bien — YoonGi aceptó —. Haré lo que tu dices, pero si llego a enterarme de que les hiciste algo, voy a destruirte.
No le importó siquiera ver la mirada de indignación que su madre puso después de haberla amenazado. Simplemente dio media vuelta para poder marcharse de ahí, no quería estar en aquella casa, tampoco verle la cara a esa mujer.
Todo hubiera sido mejor si nunca hubiera regresado para asistir a la estúpida boda de su hermano.
[ 🌱]
Evidentemente lo hizo, se alejó de JiMin tanto como pudo. Había pasado una semana entera desde que el omega había estado enviándole mensajes a YoonGi, tratando de llamarlo o contactarlo de alguna forma, pero no hubo respuesta alguna.
Hace un día habían llevado los papeles a la Institución de deportes de Seúl, los habían revisado y todo había salido bien, le hicieron preguntas a Soobin y luego le dijeron que sus papeles serían aceptados, ahora sólo estaban a la espera de ser llamados de nuevo para que el alfa hiciera su examen de admisión.
Beomgyu ya estaba checando los papeles para su próximo curso de verano, y JiMin había estado tan ocupado con sus hijos, yendo de un lugar a otro.
Las cosas en su trabajo se habían calmado, la temporada de eventos había bajado, claro que afectaba un poco en su paga, pero nada de que preocuparse.
Ahora, lo único que ocupaba su cabeza era la extraña desaparición de YoonGi. No había hablado con ellos en todos estos días, no había rastro de él, ni siquiera en las noticias o revistas. Comenzaba a preocuparse poco a poco por él, incluso llegó a pensar que el alfa debía haber tenido algún problema.
También, la posibilidad de que se hubiera ido a Suiza rondaba por su cabeza, y aunque fue un pensamiento tonto, no pudo evitar sentirse triste. Maldijo a su lobo más de diez veces, porque el pulgoso parecía extrañar demasiado la presencia de su alfa, y no iba a mentir, él también lo hacía.
Trataba de no pensar en cosas negativas, como que se había aburrido de él y ahora no quería buscarlo, o que se había marchado sin decirle nada por culpa de su familia, o simplemente, se había encontrado con otro omega que llamó su atención.
No quería arruinar su cabeza con aquellos pensamientos, pero era inevitable.
Toda la semana sus hijos también estuvieron preguntando por él, querían verlo y contarle acerca de las buenas noticias de Soobin, pasar la tarde juntos y hacer algo para celebrarlo. Pero YoonGi parecía reacio a contestar los mensajes y las llamadas.
JiMin no podía dejar de pensar en qué estaba mal.
¿Se había molestado por algo? ¿Se había cansado se pasar tanto tiempo con ellos? Porque no encontraba más razones, YoonGi no se alejaría así como así, o al menos eso quería creer.
—Es bueno que estén pasando más tiempo juntos — escuchó la voz de su amigo desde un extremo del sofá de su casa —. Ya extrañaba verte tanto tiempo con tus hijos.
JiMin sonrió ante sus palabras, dándole toda la razón.
—Bueno, ya era momento de que el trabajo bajara un poco, nos estábamos excediendo. — respondió, mirando como Felix parecía concentrado en admirar todo su hogar.
—Es extraño — murmuró por lo bajo —. Huele demasiado a Alfa.
JiMin se sorprendió por sus palabras, olfateando un poco la sala de casa, percibiendo a duras penas el aroma que YoonGi desprendía. No se había dado cuenta de ello, es decir, YoonGi acostumbraba a venir de vez en cuando, y cuando lo hacía, se quedaba bastantes horas, sin embargo, nunca había notado que el aroma del alfa se quedaba impregnado en su casa.
Tal vez porque su lobo y él ya se habían acostumbrado a sentir aquel peculiar aroma, pero no le había puesto tanta atención.
—Sí... bueno — JiMin no sabía como decirle las cosas —. Digamos que YoonGi y yo...
Suspiró cuando se dio cuenta de que no podía encontrar las palabras explicar lo que YoonGi y él tenían, porque ahora que el alfa había desaparecido durante estos días, no sabía lo que significaba.
—¿YoonGi y tú están saliendo?— preguntó su amigo, mirándolo con una leve sonrisa.
—Algo así, es... no sé exactamente lo que es, p-pero... yo creo que sí.
—¿Cómo que crees?— inquirió el otro, confundido por las palabras de su amigo. JiMin se alzó de hombros mientras se levantaba del sillón.
—Digamos que aún no se lo que somos oficialmente, he aceptado su cortejo, pasamos tiempo juntos y hemos tenido más besos de lo normal — recordó su pequeño encuentro aquella vez en el bar —. Pero ahora... creo que no sé lo que somos, ha dejado de venir y de hablarme, antes, todos los días enviaba mensajes y nos encontrabamos en el centro de la ciudad para hacer cualquier cosa. Encontraba cualquier excusa para estar juntos, pero ha pasado una semana y no tengo noticias de él.
—Mmm — Felix se veía confundido —¿Estás seguro de que no desapareció por algo malo? Siempre cabe la posibilidad de que algo le pasó y por esa razón no te ha contactado, no creo que sea sólo porque así lo quiso. Por favor, estuvo de insistente detrás de ti durante mucho tiempo, no puede darse por vencido tan pronto.
JiMin pensó con atención, Felix tenía un buen punto. ¿Cuál era el objetivo de acercarse a él hasta convencerlo de estar juntos, si al final el alfa iba a desaparecer de su lado? Imposible que haya querido sólo acostarse con él, porque para empezar, ni siquiera se habían acostado como tal todavía. No era posible que esa fuera una de las razones, seguramente YoonGi estaba en problemas, tal vez le había sucedido algo a su madre o su hermano, tal vez estaba enfermo o algo así.
Se calmó un poco pensando en aquellas posibilidades, aunque la angustia permanecía por el simple hecho de que el alfa no le había contactado. Pero se sentía más tranquilo.
—¿Y si vamos a buscarlo?— preguntó Felix, llamando toda la atención de JiMin —. Podemos ir hasta su casa o el lugar donde trabaja con su otro amigo, preguntaremos por él para saber si todo está bien.
—Eso... suena bien.
Presentía que algo malo podía pasar si iba a su casa, pero también quería respuestas, saber algo sobre el alfa de una vez. Había sido toda una tortura estar lejos de él en ese tiempo, ahí comprendió que ya se había acostumbrado a su presencia, a él.
—De acuerdo, tú sólo avísame cuando quieras ir a buscarlo. Iré contigo.
JiMin le agradeció por haberse ofrecido, después de algunos minutos en donde estuvieron hablando acerca de la boda y los arreglos, por supuesto, organizándose ellos mismos, el omega se despidió de su amigo, acompañándolo hasta la puerta.
—¡Nos hablamos en estos días!— Felix exclamó, dándole un fuerte abrazo antes de abrir la puerta —¡Ah! Y sobre-
El menor calló rápidamente tan pronto como sintió la presencia de un alfa detrás de él. Ambos se quedaron callados y atónitos cuando vieron al mayor frente a ellos.
—YoonGi... — JiMin susurró.
El alfa se veía bien, demasiado bien en realidad.
—Lamento molestarlos — dijo el mayor —¿Crees que podamos hablar un segundo?— preguntó a JiMin, dándole una suave sonrisa, la cual hizo que todo dentro de JiMin se removiera de gusto.
—Me voy. — Felix habló rápidamente, saliendo de aquélla casa tan pronto como pudo.
JiMin ni siquiera le hizo caso a su amigo, tal vez porque estaba muy ocupado viendo a aquel alfa que creía perdido justo frente a sus ojos. No iba a mentir diciendo que no lo había extrañado, que no se sintió triste pensando en la posibilidad de que YoonGi se había aburrido de ellos, creyendo que ya nunca lo vería.
—Adelante.
Se hizo a un lado para dejar que YoonGi entrara, quería hacerle muchas preguntas, pero sentía que estaría siendo demasiado encimoso. Cuando el alfa estuvo dentro de la casa, JiMin se sintió tan nervioso, como si fuera la primera vez que YoonGi estaba ahí.
—¿Quieres algo de beber? Tengo té — JiMin dijo —. Recuerdo que te gusta el té, le pegaste el gusto a Soobin de tomarlo, y ahora me pide que lo haga por las mañanas.
Para tratar de ignorar sus nervios, se hizo el loco parloteando sin razón alguna. Caminó hasta la cocina, sintiendo la silenciosa presencia del alfa seguirlo.
Podía sentir un poco de tensión en el aire, y su lobo no se encontraba bien.
No preguntó ni dijo nada más después de ingresar para comenzar a servir el té, pero aún percibía aquel aroma que había extrañado, ahora se sentía más fuerte debido a que el portador de aquel olor estaba en su casa, a sus espaldas.
—Yo-
—JiMin — YoonGi cortó sus palabras —. Necesito que firmes estos papales.
Confundido, el omega se volteó rápidamente para dejar el té sobre la mesa y observar aquellos papales sobre esta misma.
—¿Para qué es eso?— preguntó, evidentemente confundido.
Revisando los papales que YoonGi le había traído, abrió los ojos en grande cuando leyó la información de aquel papel. Su corazón comenzó a latir muy rápido, y un temor muy grande se apoderó de él al mismo tiempo que una emoción inexplicable.
—¿YoonGi?
—Sólo firmalos — pidió de nuevo —. Te apuesto que nunca han viajado a ningún lado, ¿no crees que sería genial ir a Suiza juntos? Serán como unas pequeñas vacaciones.
—P-pero... no hay forma de que nosotros podamos viajar, necesitamos-
—Lo sé, pero eso lo tengo arreglado — dijo con orgullo —. Me pase toda la semana ocupado, planeando esto con mucho cuidado para que saliera muy bien. Tener dinero y ser reconocido me trae muchos beneficios, jamás creí aprovecharme de ellos, pero ahora es un buen momento para hacerlo.
JiMin seguía sin poder creérselo.
—¿Desapareciste para hacer esto? Siquiera debiste haber enviado una señal de humo, yo...
—¿Acaso me extrañaste? — pregunto de manera juguetona —. Oh, por supuesto que sí.
JiMin tragó duro.
—En realidad... creí que te habías cansado de nosotros. — admitió, haciendo que YoonGi se quedara sin palabras.
Cuando menos se dio cuenta, sintió como sus ojos se humedecían sólo por haber confesado aquello. Unos brazos lo rodearon rápidamente en un abrazo, atrapandolo entre sus cuerpos y dejando varios besos sobre su cabeza.
—Lo siento — YoonGi se disculpó —. Lamento haber desaparecido de esa forma, no lo haré de nuevo.
JiMin se aferró a su cuerpo, hundiendo su nariz en aquel blanquecino cuello.
—No lo hagas. — murmuró, dejándose llevar por las feromonas que su cuerpo y el del alfa soltaban.
No sabía que si era la verdadera razón por la que YoonGi se había ido, porque a pesar de que se sentía feliz y conmovido por saber que YoonGi quería llevarlos a Suiza, no podía evitar pensar que algo malo había sucedido o estaba por suceder.
Holaa, bueno, bueno. Yo sólo les voy a decir que el Yoongis no se rinde tan fácil. Los tkmm, nos leemos luego. 💞
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