↳ 20: Momento indicado
JiMin tocó la puerta de la habitación de sus hijos, probablemente ellos ya estaban durmiendo debido a que pasaba de la media noche, pero quería asegurarse de que estaban ahí.
Para su sorpresa, la puerta se abrió y fue Soobin quien lo recibió diciéndole que pasara. Ambos adolescentes seguían despiertos, cada uno enfocado en distintas cosas, como Beomgyu quien se encontraba jugando videojuegos y Soobin, quien estaba leyendo sobre su cama..
—¿Sucede algo, Papá?— preguntó Beom, mirándolo con una sonrisa.
—¿Cómo te fue hoy?— preguntó ahora Soobin, volviendo de nuevo a la cama en la que se encontraban sus libros.
JiMin recordó momentáneamente lo que había sucedido ese día horas antes, se sonrojo sin poder ocultar el color de sus mejillas y se movió rápidamente por la habitación para sentarse sobre la cama de uno de sus hijos. Ellos sabían que su padre muy pocas veces le hablaba acerca de sus citas con los alfas que conocía, pero estaban listos para escuchar lo que sea ya que conocían a YoonGi desde hace algún tiempo.
—Bueno, estuvo bien — dijo, evitando que su mente se llenara de aquellas imágenes tan indebidas —. Pero tengo algo que comentarles, no podía esperar hasta mañana.
Soobin asintió, indicándole que podía hablar con ellos, Beomgyu dejó de lado su celular y se sentó sobre su cama, mirando con atención al omega que tenía como padre. JiMin podía sentir los nervios recorrer todo su cuerpo, estaba por contarle a sus hijos acerca de YoonGi y él, y por mucho que supiera que sus hijos le habían tomado cariño al alfa, seguían sintiendo un poco de angustia.
—Verán, YoonGi y yo tuvimos una platica esta noche — mintió un poco —. Y en esta platica él y yo llegamos a la conclusión de que, deberíamos estar juntos, no como amigos o conocidos, sino como pareja. Y yo, sólo necesitaba decírselo a ustedes dos para que estuvieran enterados, sin embargo, ¿eso está bien para ustedes?
Tanto Soobin como Beomgyu se quedaron sin palabras, viéndose mutuamente durante algunos segundos para después lanzarse al cuerpo de su padre para gritar emocionados. Y es que ellos habían estado deseando tanto ver a su padre nuevamente a lado de alguien.
Y estaban felices de que esa persona fuera YoonGi.
—¡Eso es genial!— Beomgyu exclamó, recargando su cabeza en uno de los hombros de su padre mientras que aún lo seguía abrazando —. Estoy muy feliz por ti, papá.
—Esto no tiene que estar bien para nosotros, tiene que estar bien para ti, papá — Soobin habló, sosteniéndolo del brazo —. Nosotros somos felices si tú lo eres, y si YoonGi hyung te da esa felicidad, entonces nosotros estamos bien.
—Es cierto — Beomgyu suspiró —. Había deseado tanto que encontraras una pareja, y ahora estoy tan feliz.
—¿Cómo es que ustedes estaban más desesperados que yo?— JiMin protestó —. Son mis hijos, quienes deberían protegerme de no encontrar un mal alfa.
—Lo hacíamos con todos los demás, pero siempre nos regaladas por ser maleducados — Beomgyu dijo fingiendo tristeza —. Pero debo admitir que me encantaba jugarle bromas pesadas a tus ex pretendientes.
—Además, nosotros sabemos cuando alguien es el indicado, y YoonGi hyung realmente está enamorado de ti — Soobin dijo, morando seriamente a su padre —. Te lo digo de forma honesta, queremos que dejes de preocuparte por nosotros, ya estamos grandes y en un par de años seremos adultos, y tú tienes que vivir tu vida volviéndote a enamorar, esta vez de la persona indicada.
—Apoyo a Soobin — dijo Beom, dándole una gran sonrisa —. Tú felicidad también es muy importante, y queremos verte disfrutar de la vida que mereces.
JiMin no supo en qué momento las palabras de sus hijos le habían tocado tanto el corazón, pero cuando menos se dio cuenta ya tenía de nuevo a esos dos alfas abrazándolo mientras limpiaban sus lágrimas. Soltó una suave risa que terminó siendo suplantada por un suspiro de alivio.
Le sorprendía lo mucho que aquellos dos adolescentes habían crecido, lo mucho que habían cambiado y la forma en la que ahora pensaban, ayudándolo con palabras que lo hicieron sentirse tan pequeño, como si aquellos dos no fueran sus hijos sino sus hermanos.
Los abrazó a su cuerpo, diciéndoles lo mucho que los amaba y dándoles varios besos en sus mejillas y frentes.
Aquella noche se había ido a dormir sintiéndose seguro de que la decisión que había tomado era la correcta.
Los siguientes días fueron demasiado tranquilos para el gusto del omega, sentía que las cosas estaban yendo demasiado bien y de cierta forma le angustiaba, sin embargo, había dejado de pensar en ello esa misma mañana, cuando YoonGi pasó a su casa para llevarlos al torneo del club de arquería de Soobin.
Decir que estaba emocionado era poco, estaba en alguna especie de trance que aún no le permitía asimilar las cosas. Su hijo estaba participando en un torneo muy importante que podía beneficiarlo para ser parte de una de las mejores instituciones de Seúl, y si el alfa llegaba a conseguirlo, JiMin sería el padre más orgulloso de todo el mundo.
No es que no estuviera orgulloso de ambos niños, lo estaba, pero le hacía sentir orgulloso el hecho de que ambos estuvieran tomando su propio camino, haciendo las cosas que más le gustaban.
—Estoy nervioso — JiMin sonrió cuando escuchó a su hijo hablar —. Me temo que algo saldrá mal.
—No digas eso — el omega acarició las mejillas de su hijo —. Todo saldrá bien, ya lo verás.
—Papá... — Soobin arrugó su entrecejo —. No es por nada... pero la verdad es que, aunque quisiera, tus palabras no me ayudan. Perdón.
JiMin apretó sus labios en una fina línea. Comprendía a su hijo, los nervios le estaban comiendo vivo, aunque sus palabras podían ser una fuente de motivación eso no disminuía el nivel de nervios en el alfa.
—Sé que mis palabras no ayudan de nada, pero es lo que hay, soy tu padre y confío en que todo saldrá bien — acomodó su cabello para que no se viera tan despeinado —. Y si no sale como lo planeabas, entonces no importa, lo intentaste.
—Papá tiene razón — Beomgyu apretó su mano —¿A quien le importa entrar a una de las instituciones deportivas más grandes de todo Corea del Sur?
JiMin gruñó ante la pregunta sarcástica de su otro hijo, haciendo que ambos niños soltaran leves risitas. YoonGi se encontraba a su lado pero permanecía en silencio, pues consideraba que no había mucho que él pudiera decirle a Soobin.
—El caso es que, tu eres mi padre y me dices cosas buenas para motivarme por el simple hecho de que eres mi padre — Soobin soltó un fuerte suspiro —. Pero no funciona en mí, porque sé que ya confías plenamente en mí.
—¿Qué tal esto?— YoonGi llamó la atención de las tres personas —. Yo no soy tu padre pero puedo intentarlo.
Soobin asintió, dándole una leve sonrisa.
—Bien — YoonGi pensó atentamente sobre que clase de palabras podía decirle para disipar su angustia, no era bueno dando palabras de apoyo, pero lo intentaría —. Lo que tú piensas de ellos es lo que todos ellos piensan exactamente de ti, te ven como un contrincante más, preguntándose si podrán ganarte, no te ven como alguien débil. Lograste llegar hasta aquí posicionándote como el mejor de tu escuela, y eso ya les da mucho que pensar a ellos. Así sólo ve y demuéstrales que no se equivocan al pensar que puedes ganarles.
—¿Y si comienzan a molestarme?— preguntó el alfa.
—Entonces golpealos con el arco para sepan que no vas a dejarte intimidar.
—¡YoonGi!— JiMin le regañó, haciendo que el alfa se encogiera en su lugar al mismo tiempo que escuchaba las risas de sus dos hijos —. Park Soobin, no te atrevas a golpear a nadie.
—Pero papá... es una buena idea.
—Nada de buena idea — JiMin dijo —. A veces les duele más que los ignores a que les hagas caso, porque entonces ganan tu atención, y ellos no se merecen eso.
Soobin asintió, mirando a su padre omega con una suave sonrisa.
—Entonces, sólo si es necesario puedes golpearlos. — dijo el alfa mayor, haciendo que JiMin gruñera en protesta a su lado.
—Bien, entonces deseenme suerte. —exclamó el menor, dando media vuelta para comenzar a caminar hasta la sección que le correspondía.
JiMin se encontraba algo nervioso, casi tanto como su hijo, pero trataba de pensar positivamente porque él confiaba en sus hijos y las capacidades que cada uno de ellos tenían.
El torneo comenzó pocos minutos después de que cada estudiante estuvo en su lugar, conforme iban pasando y anotando iban descartando a quienes no pasarían a la siguiente ronda, y así continuaron hasta que obtener a los últimos participantes. Para este entonces, Soobin había quedado en segundo lugar con su oponente, tenía sólo un intento en la siguiente ronda para salvarse y pasar.
—Hagamos algo para que no estés tan nervioso — YoonGi dijo, tomando las manos del adolescentes contra las suyas para brindarle calor, ya que por lo nervios las manos del alfa se sentían muy frías —. Si logras llegar hasta el final, saliendo de aquí iremos a donde tu quieras y si lo que quieres es costoso, yo lo pagaré.
—¿No importa cuan costoso sea?— inquirió el menor.
—No importa, lo pagaré sin objeción.
Soobin pareció calmarse un poco, y todavía dudando de sus capacidades, aceptó el trato con YoonGi sólo para motivarse un poco más. Después de recibir un beso de parte de su padre y el ánimo de parte de Beomgyu, volvió a la cancha para poder seguir compitiendo.
No fue realmente nada sorprendente para YoonGi cuando Soobin consiguió sacar un buen puntaje y pasó hasta la final, tampoco lo fue cuando consiguió quedar entre los últimos tres ganadores del torneo, si bien no había obtenido el primer lugar, había logrado llamar la atención de las personas ganándose muchas ovaciones de parte de la multitud.
JiMin se veía como el padre más orgulloso y feliz de todo el planeta tierra, tomando fotos a su hijo con aquella medalla y posicionándose en el tercer lugar. Su corazón parecía que explotaría en cualquier momento.
—¡¿Vieron eso?! Fue mejor de lo que creí. — Soobin exclamó mientras abrazaba a su padre cuando estuvo a corta de distancia de él.
—¡Te amo tanto!— JiMin casi lloró cuando tuvo a su hijo entre sus brazos —. Estoy tan orgulloso de ti, no importa si no quedaste en el primer lugar, te viste increíble.
—¡Fue increíble! —Beomgyu festejó a su lado, también entre los brazos de su padre —. Aunque estoy un poco decepcionado de que no haya golpes.
—Park Beomgyu. — JiMin le llamó la atención, haciendo que el menor riera disculpándose.
—Vaya, voy a quedarme esto por siempre. — YoonGi murmuró a su lado, llamando la atención de la pequeña familia.
—¿Qué estás haciendo?— JiMin preguntó cuando vio al alfa mirar con mucha concentración su celular.
YoonGi sonrió de lado mientras le mostraba la pantalla de su celular, en esta estaba plasmada la imagen de la familia dándose un fuerte abrazo entre ellos. Desde aquel ángulo se podía apreciar la sonrisa de los tres, aunque fuera de forma lateral. JiMin enrojecio a su lado cuando observó aquella foto que fue tomada por YoonGi.
Antes de que el omega pudiera replicar y regañarlo por haberlos tomado desprevenidos, alguien los interrumpió.
—Disculpen, ¿Ustedes son los padres de Park Soobin?— una voz a sus espaldas les hicieron voltear rápidamente —. Oh, Señor Min, disculpe por molestarlo, estoy buscando a los padres de Park Soobin.
Era un hombre mayor el que les hablaba. YoonGi asintió en su dirección en forma de saludo.
—Yo soy su padre — JiMin habló rápidamente, poniendo algo de distancia entre YoonGi y él —¿Sucede algo malo?
—Ah, por supuesto que no. Déjeme presentarme, soy uno de los representantes de la Institución de deportes de Corea del Sur — habló el hombre, tendiendole una de sus tarjetas —. Debo admitir que su hijo se llevó mi atención este día al igual que el chico que quedó en primer lugar, así que he venido a dejarles estos papeles que ustedes pueden rellenar para que Soobin tenga la oportunidad de postular para la institución.
—Pe-pero... ¿No se supone que sólo el primer lugar puede entrar?— preguntó Soobin, mirando al hombre con algo de anhelo y confusión en su mirada.
—Cualquier persona que nosotros veamos que sea completamente apta para entrar en la institución puede postularse — el hombre le sonrió —. Así que espero que lo hablen tranquilamente, y si deciden postular al chico, pueden rellenar los papeles y llevarlos en la fecha marcada ahí.
—Gracias — JiMin respondió, mirando los papeles en su mano —. ¿En serio puede entrar?
—Bueno... su hijo destacó mucho hoy — dijo el hombre, dándole una ligera sonrisa —. Yo creo que puede entrar.
Después de que el hombre se despidiera sutilmente de ellos, saludando también al alfa, JiMin se quedó hundido en aquellos papeles observando con atención toda la información que tenían. Durante todos sus años de vida, jamás imaginó que uno de sus dos hijos llegaría a entrar a una institución con tanto valor y prestigio, donde sólo los adolescentes con padres adinerados eran admitidos sin necesidad de recibir ayuda.
—¡Usted me prometió algo!— el grito que Soobin soltó, sacó a JiMin de su pequeño viaje.
Mirando rápidamente en dirección a sus hijos, se encontró a estos colgándose del cuerpo del alfa, diciéndole quien sabe que cosa. JiMin rió cuando vio la cara de YoonGi, casi lamentándose por haber prometido algo, aunque sabía que aquella expresión era sólo de broma, pues conociendo al alfa este nunca se negaría a gastar su dinero en sus hijos. Era algo que había aprendido con el tiempo que llevaban juntos, incluso antes de estar juntos oficialmente.
Cuando salieron de aquel lugar, llegaron directamente a una especie de mirador, había algunas cuantas personas, parejas en su mayoría, así que lograban pasar desapercibidos. Soobin no había pedido mucho realmente, simplemente conducir media hora hasta el mirador del templo Bongeunsa para pasar la tarde en aquel lugar y comprar algunos helados.
Por supuesto, personas como ellos no tendrían la oportunidad de viajar hasta ahí para pasar una tarde normal, tampoco comer helados extremadamente caros, pues al ser un lugar muy visitados, los precios de los locales habían subido. Disfrutar de un simple helado jamás se había sentido tan bien para ambos adolescentes, sobre todo estando en aquel lugar.
JiMin también se sentía feliz de estar ahí, no por estar comiendo un helado que sobrepasaba su presupuesto, pero sí por todo lo que había ocurrido aquel día. Había comenzado siendo una buena mañana y estaba siendo una tarde agradable. YoonGi estaba haciendo esto agradable.
Tango para él como para sus hijos.
—Sabes, deberíamos pedir un helado también nosotros — YoonGi habló —. Ellos van a acabarse eso y pedirán otro, así que si voy a gastar, también voy a comer.
—Sí, definitivamente. — JiMin le dio la razón —¿Quieres que vaya por ellos?
—Está bien — YoonGi dijo, tendiendole su tarjeta —. Pero antes, ¿te importaría darme un beso?
JiMin se quedó sin palabras cuando YoonGi le tomó con la guardia baja pues sus mejillas volvieron a ponerse rojas después de escuchar su pregunta, y no dudó en soltar una risita.
—¿A qué viene eso tan de repente?— preguntó avergonzado, mirando al alfa directamente a los ojos — A veces me sorprende lo directo que eres.
—Bueno, digamos que es uno de mis puntos fuertes — respondió —. Aunque sinceramente, he estado esperando todo el día por tener un momento contigo, no es que me moleste la presencia de tus hijos, pero me da algo de vergüenza besarte descaradamente frente a ellos.
JiMin soltó una risita.
—Creo que no puedo creerte eso — se burló —. Eres la persona más descarada y directa que haya conocido.
—Bueno, bueno, ¿vas a quedarte ahí echándome en cara el cómo soy o vas a besarme?— preguntó, acercándose lo suficiente al cuerpo del omega.
JiMin suspiró con las manos temblando un poco por los nervios, sólo YoonGi hacía que su cuerpo tuviera espasmos cada cuantos minutos, ya sea por su mera presencia o sus palabras.
Cuando sus rostros estuvieron lo suficientemente y sus labios alcanzaron a rosarse, el estridente sonido del celular del alfa los interrumpió, haciendo que ambos se detuvieran y que JiMin sonriera algo apenado.
—Creo que... mejor voy por los helados — murmuró todavía a centímetros de sus labios —. Vuelvo en un minuto.
Este se levantó tan rápido como pudo y YoonGi sólo maldijo por lo bajo cuando observó el nombre de su madre en la pantalla de su celular.
—Bueno. — contestó molesto, tratando de disfrazar su disgusto un poco.
—Min YoonGi, ¿en dónde estás?— preguntó la mujer con un tono de voz igual al de él.
—Estoy ocupado en este momento, mamá, llama más al rato. — dijo, con toda la intención de de colgar.
—Necesito que regreses inmediatamente a la casa — ordenó aquella mujer —. Así tal vez puedas explicarme porque una mujer desconocida está aquí con una prueba de embarazo, diciendo que se acostó contigo.
YoonGi gruñó, molestando aún más a su madre.
—¿Quieres explicaciones? Bien, entonces espera a que llegue a la casa.
Colgó tan pronto como dijo aquello, dejando a su madre con las palabras en la punta de la lengua. No sabía lo que estaba pasando, pero en definitiva todo seguía siendo un plan de su madre. Originalmente, tenía pensado pasar el día con JiMin y sus hijos, luego iría a dejarlos a su casa y se quedaría hasta la noche con ellos, para por fin regresar a su hogar después de la media noche, cuando sus padres estuvieran durmiendo para no tener que verles la cara.
Sin embargo, su madre y él tenían asuntos que arreglar. Y era mejor terminar con todo lo antes posible.
Hola, volví. Espero no haberme tardado tanto y espero que disfruten este capítulo.
Muchas gracias por leer, ya se nos viene el drama. ❤
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