↳ 16: Sentirse especial




La tan famosa cena de la familia Min se había presentado al fin, JiMin estaba realmente agotado por todo el ambiente que se estaba formando. Dirigir los eventos con ayuda de sus compañeros era lo de menos, hacer que todo saliera a la perfección y sin ningún sólo error era lo difícil. Sobre todo cuando el evento era para personas tan importantes como ellos.

YoonGi se encontraba en la fiesta, saludando a los conocidos de su familia y a los trabajadores de la empresa. Él era el único de su familia que se tomaba realmente el tiempo de saludarlos, pues su familia parecía más interesada en la cena que en todo lo demás.

JiMin estaba en una de las esquinas del salón, cerca de los floreros y de las mesas. Se encontraba observando todo a su alrededor, esperando no encontrar nada fuera de lugar, pues no quería que la madre de YoonGi viera primero ese error antes que él. Eso sería muy vergonzoso.

Todo el salón había quedado bellísimo y deslumbrante, incluso los adornos brillaban más que las mismas luces del lugar, justo como la señora Min lo quería.

De pronto, sintió a alguien a su lado que le tendía una copa de champán. Miró al alfa, quien le sonrió con amabilidad.

—Estoy trabajando, YoonGi. No puedo tomar nada de alcohol. — murmuró, mientras hacía a un lado la copa que el mayor le ofrecía.

—Por favor, sólo es una copa, cualquier cosa que te digan yo asumiré la responsabilidad.

JiMin rodó los ojos.

—No importa si tú asumes la responsabilidad. Es reglamento de mi trabajo no ingerir bebidas alcohólicas mientras estoy en un evento — murmuró el omega, dándole una mirada amenazadora para que se quitara de encima —. Por favor, vete antes de que alguien note lo que estás haciendo.

YoonGi suspiró con pesadez, no se le veía nada bien en realidad. JiMin estuvo por preguntarle si se encontraba bien, pero cuando menos se lo espero, el mayor bebió todo el contenido de la copa que le estaba ofreciendo de jalón. JiMin jadeó con sorpresa al verlo hacer eso, pero no pudo hacer mucho para cuando el alfa ya lo había tomado de la mano y lo sacaba fuera de aquel salón.

El omega casi chilla del susto, pero tuvo que quedarse callado para no llamar la atención. Cuando atravesaron una de las puertas del lugar, se percató de que ahora estaban en un pasillo completamente a solas.

—¿Qué crees qué haces? Estoy trabajando, no puedes sacarme del trabajo así como así-

—No me gusta cuando estas en el trabajo y me ignoras.

—¿Qué? — el omega lo miró perplejo —¿Estás bromeando? Por dios, Min YoonGi. No aceptar una jodida copa de champán no es ignorarte, es cumplir con mi trabajo como se debe.

—¿Ahora yo soy el loco? ¿Y tú qué? Desde hace dos días que no podías verme siquiera a los ojos, cortabas nuestras conversaciones con la excusa de estar en el trabajo, y cuando quería ir a tu casa para ver a tus hijos o invitarlos a salir a los tres, me decías que no podían porque ellos estaban ocupados con su escuela y tú en el trabajo.

—¡E-eso era cierto!— exclamó el omega —. Ellos estaban ocupados con sus trabajos de la escuela y... y además-

—Deja de mentir. Me llamaron en la mañana para invitarme al próximo torneo de Soobin, me dijeron que estuvieron esperando noticias mías en estos días y que se les hizo raro que yo no los haya contactado o invitado a salir.

JiMin se vio avergonzado en cuestión de segundos. Bien, sí, sí estuvo evitando a YoonGi después de su encuentro en aquel lugar, después de haberlo besado sin vergüenza alguna y con tanto descaro, porque se descubrió a sí mismo deseando que se volviera a repetir.

Pero es que aún no estaba acostumbrado a esto. A él.

JiMin se calmó mientras arreglaba un mechón de cabello que se había salido de su lugar.

—De acuerdo, estoy siendo un poco complicado — aceptó sin más —. Sólo déjame hacer mi trabajo... mañana nos veremos de todos modos.

YoonGi entrecerró los ojos mirándolo con un poco de acusación.

—Si mañana me rechazas completamente, voy a enojarme contigo.

—Bien, no lo haré — JiMin suspiró —. Ahora vuelve a ese lugar, si nos ven regresar juntos...

—No me importaría.

El omega se sorprendió un poco por sus palabras, pero trató de ignorarlas para no hacerse falsas ilusiones por ellas. Observó al alfa darle una ligera sonrisa antes de desaparecer de nuevo por el pasillo e ingresar una vez más a la sala en donde se llevaba acabo el evento.

Estar rodeado de tantas personas importantes le ponía los pelos de punta, le hacía sentirse menos a comparación de todos los que estaban ahí. Tanto omegas como alfas lucían sorprendentes y resplandecientes.

Cuando regresó a su posición, observó a lo lejos como la madre de YoonGi lo jalaba del brazo para llevarlo a rastras al otro lado del salón. YoonGi no se veía tan contento, la mueca en su rostro era suficiente para darse cuenta que le desagrada estar ahí.

Después de dirigirle una pequeña mirada un poco indiscreta, se dio cuenta de que ahora ambos se encontraban saludando a unos señores, los cuales tenían a su lado a una joven mujer de baja estatura, portaba un vestido negro que se ceñía a la cintura y su cabello caía por uno solo de sus hombros.

Cuando los presentaron, JiMin sólo pudo sentir incomodidad y algo parecido a desagrado.

Porque ya sabía lo que estaban intentando hacer. No pudo quitarles la mirada de encima mientras hablaban, incluso cuando la mirada de YoonGi se encontró con la suya a la distancia.

Pudo sentirse un poco mejor cuando este le sonrió gentilmente para después guiñar en su dirección. 

Muy bien, estaba comenzando a sentirse caza vez mejor con YoonGi, y sabe que eso está mal. No está bien hacerse ilusiones tan rápido, pero si le preguntan, de manera honesta él diría que su corazón ya no puede detenerse cuando de YoonGi se trata.

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