↳ 15: ¿Estás celoso?
—¿Cómo estás hoy?— preguntó el alfa al ver como el omega seguía con la mirada perdida en su plato de comida.
—He tenido días mejores — mintió, la verdad el día había mejorado en cuanto YoonGi le pidió almorzar juntos.
—Oh... — alzó una ceja con seriedad —¿Acaso alguien te ha molestado?— preguntó haciéndose el loco.
—Por favor — JiMin suspiró con pesadez —. Te vi hace rato y lo sabes, no sé por qué preguntas cosas tan obvias.
YoonGi observó como el omega comenzaba a comer de su plato, tenía el ceño fruncido y se le notaba algo abrumado a comparación de otras veces.
—Sé que me viste, pero no entiendo el por qué eso parece afectarte tanto — sonrió de lado —¿Estás celoso por lo que pasó?
—¿Celoso? ¿Por qué debería estarlo?— murmuró con la boca un poco llena, tragó inmediatamente lo que estaba comiendo y apunto con su tenedor al mayor —. Quita esa sonrisa de tu cara.
YoonGi sonrió aún más al escucharlo, se recargó sobre la mesa poniendo su mejilla sobre su mano. Miró durante largos segundos al omega, viéndolo comer a gusto pero aún con su ceño fruncido.
—No conozco a la tipa, ella sólo vino a molestar al igual que en la mañana. Cuando me desperté me hicieron una llamada de muy mal gusto, cuando la vi aquí supe que era ella, principalmente porque vino directamente hacia mí.
—¿Y por qué lo hizo? ¿Acaso le gustas o le debes algo?— inquirió el omega, alzando una de sus bonitas cejas.
YoonGi tragó con dificultad y negó, no podía contarle acerca de eso. Si JiMin se enteraba de la situación con su madre, probablemente tendrían más problemas de los que ya tienen. Porque él estaba seguro de que esa chica tenía que ver con su madre, la conocía y sabía que ésta era su forma de decirle a YoonGi que no se rendiría fácilmente.
El problema es que su madre tendía a contratar chicas demasiado alborotadas, aquellas que eran atrevidas y no tenían vergüenza alguna de arrimarse a un alfa.
Ya había pasado por esto antes, y huyó. Está vez no lo haría, enfrentaría sus problemas cara a cara.
—Nada de eso, sólo quiso llamar mi atención como antes. Desde que se enteraron que estoy de regreso en Seúl tratan de buscar una oportunidad conmigo como si me fueran a gustar desde el inicio.
JiMin asintió, siguió comiendo todo lo que pudo hasta que sintió que el apetito se le iba poco a poco. No sabía que clase de discusión tuvo YoonGi con aquella mujer, sólo vio cuando la tomaba de la mano y decía unas cuantas cosas que manera brusca, que por la expresión que tenía en su rostro, pudo darse cuenta de que no estaba nada feliz.
—Claro — el omega dejó de lado su plato, recargándose sobre el respaldo de su asiento y bajando la mirada —¿Qué piensas hacer este domingo?
Su voz salió casi en un susurro, pero fue escuchado perfectamente bien por el mayor.
—Nada, ¿por qué?
—Unos amigos están organizando una cena en un restaurante, no sé de qué va. Me dijeron que podía invitar a alguien conmigo y tengo pensado decirles a mis hijos, creí que querrías ir también — le dio una rápida mirada —. Aunque pensándolo bien, creo que no sería lo correcto, los invitados te reconocerán y eso podría crear algún problema.
YoonGi negó.
—No, eso no es un problema — afirmó con rapidez —. Iré, no importa si me reconocen en la fiesta.
—¿Estás seguro? Si eso te trae problemas con tu familia o algún reportero se da cuenta, ¿no crees que causaría mucha controversia?
El alfa sonrió a medias, mirando con atención al omega que parecía preocupado por su decisión de ir con él.
—La mayoría de reporteros estarán atorados con la cena de mi familia. Así que supongo que todo estará bien. — Alzándose de hombros se echó para atrás en su asiento, mirando con una sonrisa al omega que sólo mantenía la boca semi abierta por la conmoción de sus palabras.
—¿Terminamos?— preguntó JiMin viéndolo con seriedad.
—Mmmh.
Fue todo lo que YoonGi respondió, para antes de que pudiera reaccionar, JiMin ya se encontraba levantándose de la silla y saliendo de aquel lugar. El alfa tuvo que aguantar las ganas de maldecir en voz alta, y con una sonrisa cínica en su rostro, se levantó de aquella silla y salió siguiendo los pasos del omega.
A JiMin parecía no importarle su actitud delante de alguien como él, extraño porque las primeras veces que se vieron lo trataba con respeto y un poco de temor colado en su sistema. Sin embargo, ahora parecía ser que el omega no se alteraba con su presencia como la primera vez.
Por supuesto, ya esperaba que ese cambio llegara.
Pero siendo honestos, la actitud de JiMin no era de su agrado cuando se comportaba como un pequeño niño llorón. YoonGi siempre había tratado de ser directo y sin dramas, le gustaba acabar con los problemas de raíz. JiMin en cambio, parece que disfruta de los problemas.
Antes de que el omega siguiera su camino sin decirle nada, YoonGi se apresuró a alcanzar su paso y tomarlo del brazo bruscamente. Tiró de él hasta que ambos se encontraban en uno de los callejones que dividía los locales. JiMin chilló en protesta cuando el mayor lo tomó de esa forma y lo llevó con él, dejándolo presionado contra la pared.
—¿Qué crees que haces? ¡Tengo que volver al trabajo!— exclamó el omega, quitando su brazo de aquel agarre que Min YoonGi mantenía sobre su él.
—Basta, Park JiMin. Te he dicho que no ocurrió nada entre esa chica y yo, y aún así actúas de esta manera.
—¿Por qué piensas que me interesa lo que haya pasado entre ustedes? Tú lo dijiste, no es nadie. No entiendo por qué me sigues para aclararlo si no pasó nada.
La mirada acusadora que tenía el omega hizo estallar a YoonGi. Lo tomó de los hombros para poder estabilizarlo.
—¡Porque sé que estás enfadado por eso! Hace unas horas cuando te llamé, te escuchabas tan tranquilo y animado. Y ahora, desde que llegaste no dejaste de verme como si hubiera hecho algo malo.
JiMin frunció el ceño queriendo pelear contra él, porque tenía razón, pero era demasiado orgulloso como para aceptarlo y dejar que YoonGi descubriera eso le ponía mal.
—¡Por supuesto que no! Mis ojos vieron a un hombre común y corriente hablando con una mujer, no escuché lo que dijeron, pero te estas alterando como si esa mujer te hubiera invitado a follar. ¡Ugh, eres un odioso!
—¡Tú eres un adulto que se comporta como un niño! Joder, ¿por qué no aceptas que estás enojado por el simple hecho de haberme visto con ella?
—¡¿Y qué gano diciéndote esa mentira?!— gruñó con enojo, tratando de sacudirse de las manos de YoonGi —¡Eres un idiota! ¡Déjame ya!
—No, no voy a dejarte hasta que admitas que estás celoso.
—Pues entonces púdrete.
Fueron sólo segundos de miradas desafiantes las que pasaron entre ellos antes de que ambos se abalanzaran hacia la boca del otro. Sus dientes chocaron un poco brusco, pero parecía que no les importó el dolor. Sus bocas se abrieron y se comieron con tanta necesidad, tratando de obtener todo del otro. JiMin jadeó cuando las manos que antes lo sostenían de los hombros, fueron bajando por toda su espalda y dejando masajes por toda esa parte, hasta que descaradamente, una de esas manos se colocó en uno de sus muslos.
El omega tenía sus brazos alrededor del cuello de YoonGi, con una de sus manos hundida en su cabello mientras daba suaves tirones de este. El beso se volvió profundo y un poco sucio, la saliva se comenzaba a deslizar de la comisura de sus labios mientras que ellos aún mantenían una pelea entre sus lenguas.
La distancia existente entre sus cuerpos se esfumó, todo el torso de YoonGi cubría el cuerpo de JiMin, lo envolvía por completo entre sus brazos mientras sus manos aún acariciaban cada parte de él.
Se separaron por breves segundos antes de que el otro presionará sus labios de nuevo sobre los del omega, dejando un corto beso. JiMin respiraba con dificultad y YoonGi trataba de mantener la compostura. Pero se veía igual de descolocado por aquel beso.
De pronto, la poca cordura que le quedaba a JiMin había vuelto, mirando con pena al alfa frente a él. Sus mejillas estaban tan calientes y el tono rojizo que las cubría sólo evidenciaba lo avergonzado que estaba ahora.
Si JiMin hubiera mirado con más atención a YoonGi, se daría cuenta de que el mayor estaba igual que él, agitado y sonrojado.
—Te odio. — murmuró el omega con aquella voz tímida.
—Sí, acabo de ver cuanto me odias.
JiMin quiso protestar, pegarle o maldecirlo un poco más. Pero decidió que era momento de dejar las cosas en paz. Sólo por esta vez.
—¿Me dejas llevarte a tu trabajo? — preguntó el alfa, dándole una suave sonrisa.
—Mmn, está bien.
El menor suspiró tratando de tranquilizar su agitado corazón, mientras caminaba para salir de aquel callejón. Su mente aún se encontraba recordando aquel beso, aún mantenía la sensación de sus labios comiéndose con desespero.
Una mano tomó la suya, sacándolo de sus pensamientos. YoonGi sostenía de él con suavidad mientras seguían su camino al auto. Y lo único que JiMin pudo hacer fue observar como sus manos encajaban juntas.
Perfectamente bien.
Lamento tardar tanto, he tenido semanas ocupadas debido a escuela. Pero ya estoy aquí, mis exámenes del primer parcial terminaron y trataré de venir más seguido con nuevos capítulos. ♡
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