↳ 13: Primer beso

—Wow, mira eso — Beomgyu tiró del brazo de su hermano hasta la orilla del camino que rodeaba el Río Han —. Incluso cuando nos escapamos de casa o después de la escuela, nunca hemos podido ver el Río a esta hora.

—¿Escapar...? ¿qué? — JiMin preguntó desconcertado cuando escuchó las palabras de su hijo.

—Shhh — Soobin golpeó con su codo las costillas de su hermano —. No le hagas caso papá, mejor... uh, sigue mirando el río. 

El omega se cuestionó mentalmente cuantas cosas habían hecho sus hijos a sus espaldas. Era cierto que muchas de las veces dejaba a sus hijos solos la mayor parte del día, ¿era tan mal padre que no prestaba atención a los mensajes o llamadas de sus hijos?

—Supongo que tú tampoco has visto el Río Han a esta hora — afirmó el alfa que se encontraba caminando a su lado —. Lo único que puedo extrañar de Seúl es la paz y tranquilidad que hay a la orilla del río.

JiMin desvió su mirada hasta el mayor, prestando atención a la forma en la que sus obscuros ojos apreciaban el lugar bajo la luz de la luna aquella noche.

—¿Por qué te fuiste de Seúl?— el omega preguntó, sentándose en una de las tantas bancas del lugar.

YoonGi dudo unos segundos acerca de su respuesta, pues no estaba seguro de que JiMin entendería la verdadera razón por la que se fue.

—Mi familia — respondió con calma —, ellos son realmente un problema por donde lo vea, a la gente le gusta mucho enaltecer a mis padres y tíos, tanto como a mis abuelos. Pero siendo sincero, no hay mucho que alabar de ellos — YoonGi soltó un suave suspiro —. Aunque me criaron y me educaron dándome tantos beneficios, no estoy orgulloso de la clase de personas en las que se convirtieron.

—¿Tan difícil es?— preguntó el omega, mirándolo con atención.

—A veces lo es, cuando ellos tienen el control sobre ti y tu vida lo hace aún más difícil — miró las suaves manos del omega, las cuales se encontraban sobre sus rodillas, y las ganas de envolver su mano se hizo presente —. Mi familia sólo piensa en ellos mismos, sin importar lo que yo u otros piensen, como mi hermano. Lo casaron a la fuerza y él aún así está feliz, sonriendo y viéndose jodidamente genial.

JiMin atinó a asentir. Sabía que el casamiento del hermano de YoonGi había sido forzado, un arreglo nupcial por parte de ambas familias. Así que imaginó que YoonGi ya había pasado por lo mismo, debido a que era el mayor.

—¿También estabas comprometido con alguien? — JiMin no se sorprendió de haber preguntado aquello, pues sentía la necesidad de saber más sobre el alfa. Aunque probablemente estaba apresurando mucho las cosas con la clase de preguntas que hacía.

YoonGi sonrió mientras afirmaba la pregunta de JiMin.

—Lo tenían planeado, y ahí fue cuando huí de aquí — exhaló con satisfacción al recordar la mejor decisión de su vida —. Lo mío no es casarme por un acuerdo entre familias, incluso si me hubieran retenido aquí, seguiría negándome sin duda alguna.

—¿A dónde fuiste? Siempre veía las noticias y las revistas cada vez que tus padres tenían conferencias, todos preguntaban por ti y tu paradero — JiMin soltó una risita —. Incluso recuerdo que inventaron el rumor de que habías conseguido un omega y lo habías llevado a vivir fuera del país porque no querías que las personas se enteraran.

YoonGi sonrió, eso sin duda esa algo que él haría. No importa lo que los demás piensen, si es la única forma en la que puede estar con alguien y ser feliz, se llevaría a esa persona a los confines de la tierra para estar tranquilos, lejos de tanta mierda familiar y periodistas acosadores.

—Me fui a Bergen en Noruega, estuve ahí unos meses, tratando de adaptarme a un nuevo ambiente completamente diferente al de Seúl — sonrió al recordar sus días de ocio en aquel lugar —, quede fascinado con los alrededores, conocí personas increíbles y traté de adaptarme a su forma de vivir, tanto que incluso iba a conseguir un trabajo ahí. Poco tiempo después me fui a Alesund para visitar los fiordos, quedé encantado al conocer nuevos lugares, realmente había estado viviendo encerrado en el mundo que mis padres habían creado para mí, así que fue todo un golpe emocional.

JiMin observó con atención la forma en la que YoonGi hablaba, el alfa estaba erguido en su lugar mientras contaba cada uno de los lugares que conoció, le emoción que desprendía y el como sus ojos brillaban le hizo sentir un calor especial en su pecho.

Como si el simple hecho de ver a YoonGi feliz le hiciera feliz a él también.

—Y por último llegue a Grindelwald en Suiza, he vivido ahí desde que llegué y después no sentí la necesidad de seguir viajando. El lugar es perfecto para quedarse toda la vida, estaba tan harto de esto, de mi familia y la forma tan absurda en la que intentaban manejar mi vida, que cuando llegue a Suiza me di cuenta de que podía quedarme ahí para siempre y no habría nadie que me impusiera sus reglas. Pero a mis padres nunca les gustó mi decisión, incluso ahora me cuestionan las decisiones que tome, quieren que regrese y me quede aquí, pero... no es lo que yo quiero.

Por un segundo, JiMin pudo ver la tristeza que Min YoonGi reflejaba al hablar de sus padres, de su dañina familiar. También comprendió que YoonGi era lo suficientemente maduro para la decisión que había tomado.

Pero él no.

—Grindelwald suena como el sueño de toda persona — JiMin sonrió dulcemente —. Supongo que en algún momento regresaras a tu vida en aquel lugar y-

—Estás suponiendo cosas que no son — YoonGi cortó sus palabras —. Que tu pequeña cabeza no te haga todo un problema, que quiera regresar no significa que dejaré aquí botado lo que quiero.

—Por dios — JiMin rodó los ojos —. El que se está haciendo tanto lío eres tú, me conociste, conociste a mis hijos y te vas a ir a Suiza de nuevo, nada tiene porque cambiar.

—Yo-

—Y por un segundo me plantee si estaría bien aceptar esto — JiMin soltó una risa para nada divertida —. Pero no creo que sea lo correcto. Yo no soy nadie para evitar que te vayas.

—No lo estas evitando — el alfa atacó —, sólo te estoy contando acerca del lugar en donde vivo, ¿por qué de pronto te pones así?

—¿Cómo se supone que tengo que ponerme entonces? No pienso ser el omega que te obligue a quedarte, si decidiste huir de aquí, de tu familia, es por una razón. Y está bien, porque fue tu decisión. Pero no pienso involucrarme con alguien que se quedara por unos meses y luego se irá, no cuando ya conociste a mis hijos y te han agarrado tanta confianza.

YoonGi se quejó en voz baja al escuchar las palabras del omega. No había conocido nunca a un omega como este, hasta hace unas semanas no pasaba por su cabeza la idea de conocer a alguien y quedarse tan enajenado con esa persona, a tal grado de querer quedarse de nuevo en Seúl.

El alfa se levantó de aquel asiento y llevó sus manos hasta su cadera, mirando a la distancia a los dos alfas que estaban muy ocupados en tomar fotos de la luna.

—Mi familia fue la razón por la cual me fui de aquí — YoonGi habló —. Pero, sinceramente, he encontrado una nueva razón para quedarme.

Sus palabras casi atravesaron el corazón de JiMin como balas, le hubiera gustado decir que lo consideró romántico, encantador y que se sintió conmovido. Pero sólo pudo sentir una rabia absoluta llenar cada parte de su cuerpo.

—No me tomes como una razón para quedarte, si vivías un infierno aquí desde un principio, ¿para qué vas a volver a lo mismo?— el omega se levantó igualmente, para poder encarar al mayor —. No quiero que te quedes, no si con eso vas a caer de nuevo bajo el control de tu familia, ellos seguirán tratando de manejar tu vida incluso si ya eres un adulto. ¿No crees que sería una pérdida total?

Tal vez se sentía abrumado, su cuerpo, sus emociones, todo lo que estaba experimentando en ese momento era una completa mezcla de problemas. No había forma en que Min YoonGi decidiera quedarse sólo por él.

—Ellos trataran de hacerlo incluso si me voy — dio dos pasos al frente para acortar un poco la distancia, haciendo que el omega retrocediera —¿No es mejor quedarme? Así al menos, estoy contigo.

Pero JiMin seguía sin entender, sin comprender exactamente por qué Min YoonGi haría eso sólo por él. Aunque fuesen predestinados, aunque estuvieran unidos como almas gemelas. No soportaría que se quedara en Seúl cuando haber llegado a Grindelwald sonaba como todo un sueño para YoonGi.

—Te quedas aquí, ¿y luego qué?— el omega lo miró duramente —. Me quedo viendo como tu familia te compromete a la fuerza con alguien más, alguien de tu posición, alguien digno de ti. Porque seamos honestos, yo no lo soy.

El pelinegro tragó con dificultad después de escuchar esas palabras, el omega tenía razón. Su familia era un gran problema, y su primer obstáculo sería el casamiento.

Con lentitud, el mayor tomó una de las manos del omega entre las suyas, admirando la diferencia de tamaño y lo suave que se sentía su piel.

—Puedo arreglarlo.

No, no podía. Pero le haría creer que sí para que estuviera a su lado.

JiMin suspiró con cansancio y viendo a lo lejos a sus hijos, alejó su mano del agarre del alfa.

—Es muy tarde, deberíamos regresar.

Comenzó a caminar tan pronto dijo eso, evitando así que YoonGi siguiera con sus planes alocados que se le ocurrían a mitad del momento. Porque eso eran, planes tontos e inservibles.

No hay forma en que YoonGi y él puedan convivir juntos cuando la familia del mayor está sobre sus talones. No hay manera de manejar una relación, aún si son predestinados, todavía no es posible que sean felices juntos.

Cuando los cuatro estuvieron nuevamente dentro de aquel auto, el silencio y el incómodo ambiente fue lo primero en sentirse para todos. Incluso para los dos adolescentes en la parte trasera del auto, quienes miraban a sus espaldas de ellos.

El viaje cruzando por toda la ciudad fue silencioso, los dos alfas no dijeron absolutamente nada y sólo miraban por la ventana. Por ratos, Soobin miraba a su padre desde atrás, veía su notable incomodidad y lo rígido que estaba en su lugar, sobre todo porque ahora evitaba mirar al frente. El omega tenía sus ojos escondidos entre sus piernas, encontrando más interesante observar su pantalón y sus zapatos que mirar la ciudad o al tipo que estaba a su lado.

El carro se estacionó unos minutos después frente a la casa de la familia. Mirando desde su lugar aquel acogedor hogar.

—¿Qué hace el Señor Jeon aquí?— murmuró Beomgyu al ver por ventana del auto.

Las tres personas restantes en el auto miraron fuera del auto para ver como un alfa de traje elegante se encontraba sentado frente a la puerta de JiMin. El omega sintió algo quemar dentro de él, un para nada agradable dolor se instaló en su pecho, mirando de soslayo al alfa a su lado para después mirar rápidamente al otro alfa.

—Niños, díganle adiós a su hyung y salgan del auto. — JiMin pidió, escuchando leves quejas por parte de sus hijos al no querer despedirse del mayor.

Cuando ellos estuvieron fuera del auto, saludaron cortésmente a JungKook, quien les sonreía con amabilidad a sus hijos.

JiMin soltó un fuerte suspiro y abrió la puerta del auto.

—Gracias por traernos, nos vemos luego.

Se despidió de YoonGi como si nada para después bajar del auto. Escuchando segundos después como la otra puerta se cerraba también. JiMin miró al alfa que había bajado con él incluso después de despedirse.

Pero se dio cuenta de que sus objetivos eran diferentes después de ver como sus ojos brillaban con cierto color al mirar con atención a Jeon.

La incomoda situación obligó a los dos hijos de JiMin a abandonar la escena, cerrando rápidamente la puerta de su casa y subiendo a sus habitaciones para dejar a fuera a los tres adultos arreglando sus asuntos.

—JiMin — el alfa Jeon lo saludó con una calmada sonrisa —. Lamento venir tan tarde y sin avisar, sólo quería pasar a saludarte.

—Oh... — el omega sintió un poco de alivio después de escuchar las pacíficas palabras del otro tipo —. Lo siento, salimos un rato y se nos hizo tarde.

JungKook asintió, desviando su mirada hasta el otro hombre que estaba ahí. No se sorprendió para nada al ver a Min YoonGi, tal vez porque ya se lo esperaba después de haberlo visto aquella vez en el restaurante. Miró con atención al alfa, el cual guardaba silencio a pocos pasos de distancia de ellos, cruzado de brazos y sin expresión alguna en el rostro.

Pero JungKook podía ver una ligera arruga en su entrecejo, provocando la satisfacción en su lobo al sentirse una amenaza para el alfa de los Min.

—Bueno, vengo regresando de una reunión, uno de mis mejores amigos está por casarse — comentó, importándole muy poco la presencia del otro hombre —. La boda será la semana que viene, y me preguntaba si querías ir conmigo. Me pidieron llevar a alguien más, así que pensé en ti como mi acompañante, siempre y cuando puedas.

El omega guardó silencio después de escuchar la petición de Jungkook, las bodas ajenas no eran precisamente de su agrado, claro, a menos que fueran bodas de las cuales él llevaba la organización. Pero ser acompañante de Jungkook a una boda de sus amigos sólo podría significar una cosa.

La gente pensaría que ellos están juntos.

Y por alguna razón, no quería que las personas pensaran eso.

Así que declinó la oferta.

—Lo siento, tengo cosas que hacer — contestó —. Estoy organizando el evento para la familia Min, y es esa misma semana, así que no podré acompañarte.

—Oh, de acuerdo — la forma tan despreocupada en que Jungkook respondió le hizo sentirse mejor —. Sólo venía a invitarte en caso de que estuvieras desocupado, pero ya que no es así, espero que nos veamos pronto.

JiMin sólo pudo responder que sí, a pesar de que no estaba muy seguro de querer salir con JungKook en alguna otra ocasión. El alfa era amable y atractivo, probablemente el sueño de cualquier persona, pero no estaba muy seguro de que fuera correcto estar con él.

JungKook pasó su mirada de JiMin a YoonGi y ahogó una carcajada.

—Creo que mejor me voy antes de que ese alfa se ponga más celoso.

La broma que lanzó Jeon fue suficiente para que JiMin le prestara atención de nuevo a YoonGi, el cual aún se mantenía firme en su lugar con una expresión para nada agradable.

JiMin se encontró a sí mismo queriendo acercarse a él para descansar su mano sobre su hombro y acariciar su mejilla para hacerle saber que no tenía por qué estar en alerta.

Honestamente, Jungkook no era su tipo, y ya le había dejado muy en claro que sólo serían amigos.

—¿Por qué te llevas con Jeon Jungkook?— preguntó YoonGi una vez que se encontraban solos de nuevo.

—Bueno, no lo sé, sólo nos conocimos y nos hicimos amigos. Nos llevamos bien, eso es todo.

YoonGi dejó escapar un bufido con notable burla, una media sonrisa se asomó por sus labios.

—Es claro que no sabes leer sus intenciones.

—Es claro que lo sé, porque él me lo dijo. Aún así... bueno, no te corresponde saberlo, así que adiós.

Tenía que recordarle que aún estaba molesto con él, sin ninguna razón aparente, pero lo estaba. Por haberse tomado el atrevimiento de preguntar acerca de su vida, y de obtener respuestas que le hicieron sentirse mal.

Antes de que su mano tomara el picaporte de la puerta, otra más fue puesta sobre su brazo, impidiendo que siguiera su objetivo de irse sin despedirse.

JiMin reprimió un gemido de disgusto evidentemente falso, cuando sus ojos se encontraron con aquellos profundos y encantadores del mayor. Su corazón latió un poco más fuerte, queriendo salirse de su pecho y ser entregado a aquel hombre.

—Respecto a lo que hablamos — el tema salía de nuevo —. Sólo quiero que sepas que el haberte conocido no es un obstáculo, es todo lo contrario.

JiMin se perdió entre sus ojos, aquellas perlas negras parecían transmitir la seguridad y firmeza de sus palabras. Haciendo promesas silenciosas hacia JiMin, haciéndole sentirse especial y con esperanza.

—Será mejor que vayas a tu casa — el omega dijo —. Nos vemos luego.

Se soltó de su agarre, el cual aún seguía firme en su brazo, dándose media vuelta una vez más, está vez con más tranquilidad para abrir la puerta.

Le hubiera gustado ser un poco más valiente, tal vez haberle dicho que todo estaba bien, que no había malentendidos entre ellos. Pero como siempre, resultaba haciendo las cosas más difíciles y huía de todo eso.

Cuando la puerta se cerró a sus espaldas, se dejó caer suavemente sobre esta, echando su cabeza hacia atrás y sintiendo lo difícil que era respirar para él.

Su corazón seguía su ritmo alocado, sus manos sudaban y no podía evitar pensar que seguía siendo un idiota. Min YoonGi era el sueño de toda omega, y él lo tenía, lo tenía y lo quería con él.

¿Por qué le gustaba complicar tanto las cosas?

Luego, después de unos segundos pensando acerca de aquel hombre y sus palabras, de sus hijos y él, de cómo se preocupaba por su trabajo, como le hacía compañía a sus hijos cuando él no llegaba a casa. La forma en la que parecía tan complacido con su presencia y la de sus dos chicos.

Todo eso, hizo que actuara sin pensar y presa del pánico abrió la puerta de su casa una vez más. Un fuerte alivio recorrió su cuerpo al ver el auto de YoonGi todavía estacionado y al hombre a punto de cerrar la puerta del conductor. Lo cual, no hizo.

Pues al ver como JiMin salía con prisa de su casa en busca de él, dejó el asiento del piloto lo más rápido que pudo para encontrar a JiMin en su camino al auto. Viendo desde la distancia esos bonitos ojos que se veían ansiosos, esos labios semi abiertos por su agitada respiración, y esas feromonas de angustia que su lobo estaba soltando.

YoonGi extendió sus brazos rápidamente y a los pocos segundos, ya tenía el cuerpo del omega aferrado a él, estrechándolo entre sus brazos mientras sus manos sostenía sus mejillas y luego, sus labios se conectaron con los suyos, haciendo que la mente de YoonGi quedara completamente en blanco.

Lo estaba besando con tranquilidad, sus labios sólo se estaban tocando sin movimiento alguno, pero era un beso. JiMin tenía los ojos cerrados con fuerza, sus pestañas se agitaban mientras sus manos aún seguían sosteniendo sus mejillas.

YoonGi dejó sus manos a ambos lados de su hombro, bajando con una suave caricia hasta rozar sus omóplatos y apretarlo más contra su cuerpo, haciendo que cualquier espacio entre ellos fuera borrado.

JiMin lanzó un quejido cuando sintió la fuerza con la que YoonGi lo tomaba, y como este se aprovechaba de que sus labios se habían abierto un poco para profundizar el beso. Está vez, comenzando a moverse lentamente mientras ladeaban sus rostros en sentido contrario para tener mejor acceso.

JiMin no sabe si está en el cielo en estos momentos, pero agradece haber tenido el coraje para salir de su casa y entregarle a Min YoonGi una pizca de esperanza.

Y es que si ambos lo querían, no habría forma de que se separaran.









Hola, después de unas semanas por fin vine a dejarles este capítulo. Espero que les guste, quiero decir, este sólo es un capítulo para alborotar los sentimientos entre los dos, eso no quiere decir que estarán juntos desde ahora, sólo que comenzarán a experimentar más cosas hasta hacerse pareja oficialmente. ♡

Gracias por leer.

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