↳ 12: Indeseado



—¡¿Qué tú qué?!— el grito que pegó Felix al cielo casi hace que más de uno en la oficina se exalte.

—Cállate, no tienes por qué gritar — JiMin regañó al rubio, quien se tapo con la palma de su mano la boca —. Sólo necesito tu ayuda en esto, no sé qué hacer y comienzo a creer que es una mala idea pensar en ello.

—Bueno — Felix carraspeó mientras indaga con cuidado en su cerebro —. Dudo mucho que mi opinión cuente en todo esto, principalmente porque es decisión tuya aceptar el cortejo del alfa o rechazarlo. Sin embargo, tienes que entender que rechazar es completamente un rechazo, no hay forma de que vuelvas a intentar algo a menos que él quiera, así que, sólo piénsalo con cuidado.

—Esto se pone cada vez peor — el omega suspiró con el cansancio marcado en todo su rostro —. Debo decir que lo he pensado, pero aún veo demasiados problemas si acepto su cortejo.

—¿Cómo cuáles?— preguntó el otro omega, mirando con atención a JiMin.

—¿Qué sea Min YoonGi no es suficiente problemático? Los medios tienen los ojos puestos en toda la familia Min, son personas endiosadas por la sociedad. Y yo soy sólo un simple mortal a su lado, no estoy tan seguro de que podré soportar las consecuencias de nuestra relación.

—Su felicidad — Felix corrigió —. Se te olvida mencionar que no pones en juego nada más que tu corazón, y tienes que cuidarlo, porque quieras o no, tus hijos también se ven involucrados en esto.

—¡Eso es lo que más me preocupa!— JiMin gritó abrumado —. Mis hijos le han agarrado un cariño enorme, deberías verlos, le tienen tanta confianza que incluso lo llaman por las tardes. YoonGi llama al menos cada dos días por la noche para saludarlos y preguntar cómo van las cosas en casa, y es-

—¡Oh por dios!— Felix exclama con evidente emoción al descubrir esta nueva información —. Parecen toda una pareja de esposos a distancia.

JiMin rueda los ojos con fastidio, más que nada porque su amigo parece tomarse eso a la ligera. Y debería ser así hasta para él, pero no puede tomarse las cosas con calma cuando está decisión podría condenar su vida entera, y la de sus hijos.

—Por favor, esto es algo serio.

—Bien, bien — el rubio se alza de hombros y lo mira sin mucha emoción —. Puedes elegir entre ser feliz y no serlo, así de simple, porque tú y yo sabemos que, aunque lo niegues, ese alfa te puede dar la felicidad que siempre has querido.

JiMin se queda en silencio después de escuchar las palabras de su amigo atacarlo, porque se siente así, atacado y apuñalado por la verdad. Es cierto, YoonGi puede ser todo un tonto desvergonzado, atrevido e idiota alfa impulsivo. Pero eso no hace que JiMin lo odie, porque no hay forma en la que pueda engañar a su corazón y a su lobo con pequeñas mentiras.

Bien, tomaría una decisión, pero la tomaría bien, con calma.

No quería poner en juego su corazón, ni el de sus hijos.

Mira su celular por algunos segundos y luego lo toma entre sus manos para ver los mensajes que tiene sin leer de él.

"¿Qué piensan hacer hoy?"

"Tengo una reserva para cenar en un restaurante cerca del Río Han, ¿quieren venir?"

Suspiró viendo los mensajes que aquel alfa le había enviado ese mismo día por la mañana. JiMin no quería aceptar porque no estaba seguro de querer verlo, pero hace algunos días que sus hijos no veían al alfa, desde aquella vez que fue a casa y terminó comiendo pizza con ellos en la cocina.

"Bien, pasa por los niños a la casa y luego ven por mí."

"Será un placer."

YoonGi sonrió después de enviar ese último mensaje al alfa. Estiró su cuerpo sobre el sillón y luego se levantó para bajar a la sala principal de su casa.

El día estaba tranquilo, soleado y cálido. Aún podía sentir el suave frío de las madrugadas, pero poco a poco se iba consumiendo.

Al llegar a la primera planta, su sonrisa y su buen humor se esfumó tan pronto como vio a sus padres sentados sobre la elegante sala de su hogar, hablando sobre dios sabe que.

—Oh, cariño. Que bueno que bajas, justo estaba por pedir que te llamaran. — la omega sonrió con suavidad, tratando de disfrazar la incomodidad de su rostro.

—Ven, siéntate con nosotros. — ahora su padre habló, palmeando a su lado en el sofá.

YoonGi quiso quejarse, decirles que tenía otras cosas que hacer, aunque en realidad no había nada que se llevara su tiempo. No en estos momentos.

Así que resignado, se sentó a lado de su padre, quedando los tres juntos en aquella sala.

—¿Qué haz estado haciendo en estos días?— preguntó su madre con cautela —. Casi no te vemos en casa, y se supone que regresaste para pasar más tiempo con tu familia.

Error, él no había vuelto por eso.

Volvió porque su hermano se lo había pedido, porque se iba a casar y quería tener a su hermano mayor presente en la ceremonia más importante de su vida. Así que por eso regreso, no para estar con su familia.

—. He estado con TaeHyung, también lo extrañaba a él, así que pasó algunos días con él en la tienda.

La tienda de ropa que TaeHyung cuidaba era un negocio hecho por los dos, tanto su amigo como él habían puesto de su parte para crear una tienda de ropa que les veneficiara a los dos. Además de que, a TaeHyung siempre le había gustado la moda en los hombres, su amigo tenía muy buenas ideas para el negocio y él no se negó a dejar que TaeHyung llevara el control de este una vez que él se fue de Seúl.

—Es bueno saber eso — su padre le sonrió levemente —. Escucha, hijo. Tu madre y yo hemos estado hablando durante estos días, tenerte de vuelta en casa es realmente increíble, sobre todo porque nunca entendimos la razón por la cual te fuiste. Aún así,  queríamos discutir contigo acerca de tu regreso a Suiza.

—Padre... — YoonGi suspiró —, la razón por la que me fui es la misma razón por la que me iré de nuevo — el alfa se mantuvo firme, mirando por ratos a los dos adultos —. Quedarme en Seúl no es precisamente lo que deseo, Suiza se volvió un lugar muy preciado para mí.

—Pero YoonGi — su madre habló rápidamente —, no digas tonterías, Suiza es un lugar lindo. Pero tu casa está aquí, tu familia está aquí en Seúl y tu empresa-

—Exactamente es por eso que no quiero quedarme — YoonGi la interrumpió abruptamente —. Mamá, mi sueño no es quedarme siendo prisionero de la empresa familiar, sé que es obligación de los hijos herederos pero no es mi obligación si no lo deseo. Pueden pedírselo a mi hermano, estoy seguro de que él estaría más encantado que yo.

—YoonGi, tu hermano es un buen candidato para esto, pero me gustaría que tú estuvieras al frente. Eres el mayor, inteligente y sabes manejar las cosas en el mundo empresarial.

—Papá, mis objetivos son diferentes.

—¿Diferentes?— su madre alzó una ceja con seriedad, azotando su perfecta y bien arreglada mano sobre el cristal de la mesa —¿Qué piensas hacer con tu vida? ¿Viajar de aquí para allá hasta que no tengas a donde ir?— preguntó ella con enojo —. Tu vida está aquí, la empresa te beneficiará y conseguirás una esposa, una esposa muy buena, ordenada y elegante, a tu altura. Debes tener hijos y educarlos con cariño y amor, como nosotros te educamos a ti.

El alfa saboreo con amargura las palabras dichas por su madre, ¿cómo ellos lo educaron? no, no había forma en la que él pudiera educar a sus hijos a la manera de su familia.

¿Amor y cariño? Sí, sabía dar esa clase de cosas, pero él nunca recibió nada de eso por parte de sus padres. Tal vez su padre, siendo más tranquilo y poco autoritario, le haya hecho sentir mejor, pero eso no quitaba el peso de sus palabras y los golpes que se llevaba cuando en su adolescencia comenzaba a equivocarse.

Tampoco los constantes insultos de su madre, insultos que justificaba con la palabra "educar" para hacerlo sentir menos, y esos golpes, esas cachetadas que recibía cada vez que pedía un poco de atención cuando era un niño.

Estaba más que claro que para ser padres no necesitaban golpearlo. Era algo habitual, casi de todos los días. Pero unas cuantas caricias en la cabeza y palabras de "ánimo" no solucionaba todo lo que sus padres le habían hecho.

Pero no había mucho que pudiera esperar de sus padres en aquellos años. Eran un matrimonio igual de arreglado que todos los demás, su madre ni siquiera quería quedar embarazada de él porque no deseaba tener un hijo.

¿Qué podía obtener de una madre que no quería tenerlo?

—YoonGi, tu madre y yo sólo queremos lo mejor para ti. — su padre le dio una suave palmada en el hombro.

El alfa se removió incómodo, apartando la mano de su padre y dejando a ambos con una mueca de confusión y molestia.

—Ustedes no quieren lo mejor para mí, quieren lo mejor para su empresa, para el prestigio de la familia — contesta para después levantarse de su lugar —. Pero tendrán que pedirle a otra persona que cumpla sus expectativas, porque no lo haré.

Salió de ahí tan pronto como dijo esas palabras, ignorando los llamados y regaños de su madre. Sus gritos de loca se escuchaban por toda la casa y a YoonGi no podía importarle menos.

Había lidiado durante largos años con sus padres.

Ya no quería seguir haciéndolo.

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