↳ 11: Sus hijos
—¿Qué sucede aquí?— JiMin pregunta una vez que entra a su casa y ve a Min YoonGi sentado muy cómodamente en el sofá que hay en su sala, mientras sus hijos están alrededor de la pequeña mesa del centro jugando bajara española.
—¡Bienvenido, Papá!— Beomgyu agita sus manos con alegría —. Llegaste justo a tiempo, la pizza no tarda en llegar.
—YoonGi Hyung se ofreció a enseñarnos a jugar bajara española — Soobin habló, señalando despreocupadamente el juego sobre la mesa —. Nos estábamos aburriendo aquí solos después de la escuela, así que decidimos llamar a Hyung.
Hyung, cada vez que esos niños decían esa palabra le hacía querer tener una convulsión. Le habían agarrado tanta confianza a ese hombre que parecían los amigos más cercanos, ¿Qué acaso no era raro? Dos adolescentes teniendo una amistad con un adulto de más de 30 años, por dios.
—Dejen de llamarle Hyung al señor Min, hablen le con respeto. — contestó el omega, dejando su bolso sobre el sillón individual de la sala.
—No me molesta que me llamen así — YoonGi habló, mirando fijamente al rostro del omega —. Además, sólo los empleados me llaman "Señor Min" y tus hijos son mis... amigos.
—¿Qué no tienes amigos de tu edad?— atacó el omega, provocando una sonrisa arrogante en el mayor.
—Los tengo, pero tus hijos son agradables — se alzó de hombros restándole importancia —. Y ellos me llamaron, así que aquí estoy, es lo justo después de que se queden solos en casa casi todo el día, ¿no lo crees?— preguntó, alzando una ceja con seriedad.
JiMin jadeó sorprendido, ¿Estaba tratando de hacerlo sentir culpable? No tenía ningún derecho, sus hijos eran perfectamente capaces de quedarse solos sin nadie que los cuide, cuando eran más pequeños tal vez si necesitaba ayuda. Pero desde que sus dos alfas mostraron que eran capaces de hacerse de comer o preparar cualquier cosa para ellos, ya no le atormentaba tanto dejarlos solos en casa.
Claro que había muchas veces que buscaba la forma de dejar rápidamente el trabajo y regresar con ellos, pero no era posible. De por sí tener un trabajo que te de horas libres era difícil en Corea, no había forma de que se llevara las cosas con calma.
Min YoonGi sólo habla desde su privilegio.
Cuando estuvo apunto de decir algunas palabras de vuelta, el timbre de la casa sonó, haciendo que ambos adolescentes se levantarán para traer las cosas. JiMin aprovechó ese pequeño momento para enfrentarse contra el alfa.
—¡Tú...! Ni siquiera deberías estar aquí sin avisarme. Es raro llegar a casa y verte aquí. — JiMin armó un pequeño escándalo en voz baja para no llamar la atención de sus hijos.
—Necesitas pasar más tiempo con tus hijos — YoonGi ignoró rotundamente sus palabras —, ellos van a la escuela de 9 a 3 y luego se quedan 2 horas más para sus actividades escolares, no te ven en casi todo el día porque llegas muy noche a casa, ¿no crees que es muy tarde?— acusó mientras veía el reloj en su muñeca —. Va a ser media noche y recién estas llegando, si yo no vengo con tus hijos ¿Nadie lo hace? ¿Ni siquiera tus padres?
JiMin cerró los ojos mientras escuchaba los regaños de YoonGi cerca de él. Por favor, no lo culpen por tener un trabajo tan ocupado, le gustaría llegar a casa temprano pero el día no le alcanzaba, para empezar, él no era su propio jefe, podía ser el que llevaba la organización de los eventos y coordinaba todo, pero él tenía su propio jefe. Y mientras su jefe no lo dictara, no iría a casa temprano.
—Mis papás no vienen porque ellos piensan que yo llego a casa temprano, por eso casi no vienen a vernos. Y la mayoría del tiempo, ellos tienen otras cosas que hacer, o planean simplemente salir con sus amigos.
—Exacto, ¿y siquiera sabes dónde están la mayoría del tiempo después de la escuela?— atacó el mayor, obteniendo una mirada acusadora del menor —. No me mires así, tú eres el padre de esos dos chicos. Aunque ya sean grandes, no tienes porque dejarlos de lado así.
—¿Y qué hago entonces? ¿renuncio a mi trabajo? ¿qué se supone que debo hacer? Mi trabajo hace que tengamos dinero, todo funciona gracias a que hago las cosas bien. No sé qué se supone que debo hacer.
—Sólo... trata de llegar más temprano a casa, intenta hacerlo por tus hijos — comentó el mayor —. No me importaría venir a hacerles compañía, pero también te quieren aquí.
JiMin suspiró, sintiéndose abrumado, un poco afectado por lo que el alfa le había dicho. Sabe que no está bien dejar a sus hijos abandonados tanto tiempo, a veces no tenía ni tiempo de mirar su teléfono y saber cómo estaban. Pero se preocupaba por ellos, es sólo que cada día más le resultaba imposible deshacerse de su trabajo para poder llegar a casa temprano.
Para cuando los dos chicos interrumpieron su platica, les llamaron desde la cocina para que fueran a cenar con ellos. Nuevamente, YoonGi sólo probó unos cuantos trozos de pizza, pues su estómago y mente le pedían a gritos no ingerir demasiado.
Como recompensa, JiMin obtuvo una agradable media noche acompañado de sus hijos y aquel alfa. Desde un inicio se le había hecho complicado tener que lidiar con él, pero ahora se sentía normal, bien, confundido pero bien, porque podía sentir el cómodo ambiente en su hogar.
Sus hijos no paraban de hablar de cosas sobre la escuela, sobre el cómo les iba en sus talleres, la carta de literatura de Beomgyu y la competencia del club de arquería que Soobin tenía la semana entrante. Y JiMin supo lo mucho que se perdía de sus hijos, porque él no estaba enterado de esas cosas hasta este momento.
Tal vez se hubiera sabido antes, hubiese ayudado a Beomgyu con su carta, hubieran celebrado juntos su calificación. Hubiera acompañado a Soobin a sus prácticas para verlo entrenar, pero no había forma de hacer eso, porque no tenía tiempo suficiente.
A menos que estuviera a las carreras, y no le gustaba hacer eso.
Después de sus hijos se quejarán un poco más acerca de algunas materias y compañeros, ambos habían jalado de la mano al alfa para que los acompañará a la parte de arriba. JiMin no les prestó mucha atención puesto que YoonGi tampoco puso objeción alguna.
Lo cual lo hizo sentir más confundido, ¿realmente a Min YoonGi le gustaba pasar tiempo con sus hijos? Porque dios mío, no había escuchado queja alguna, y cuando le dijo que no era problema para él hacerles compañía por las tardes, realmente le había dejado pensando.
La imagen del alfa con dos mocosos pegado a sus espaldas le hizo sonreír como idiota mientras terminaba de lavar los platos que habían usado. No pudo evitar sentirse animado en segundos, su lobo cada día estaba más a gusto con la presencia del alfa, tanto que incluso ya se había acostumbrado a verlo merodeando a su alrededor cada cierto tiempo.
Pero era diferente cuando se trataba de sus hijos.
Carajo, sus hijos son su adoración, jamás había visto que ellos se llevarán tan de maravilla con otro adulto, sobre todo un alfa. Por lo regular, Beomgyu era de ser grosero, un poco tosco y travieso con los alfas que se le acercaban, Soobin era completamente diferente, no le hablaba o fingía no prestarle atención a los hombres que coqueteaban con él.
Incluso con JungKook eran así.
El alfa se había vuelto amigo suyo desde hace ya algunos meses, intentó coquetear con él y a veces los abrazos y muestras de atención que le daba iban más allá, con otra clase de intención, evidentemente.
JiMin lo ignoraba, trataba de hacerlo casi todo el tiempo.
Pero ahora, resulta que le hablan con YoonGi con respeto y confianza, lo llaman y pasan la tarde con él, ya sea jugando o comiendo. Era increíble la forma en la que lo podían sorprender sus hijos.
—Ya me tengo que ir.
La voz del mayor le hizo pegar un salto en su lugar, pues se había hundido en cuyos pensamientos estaban llenos del alfa y sus hijos. El omega miró el mayor, dándole suave mirada, está vez no había ni un rastro de enojo o incomodidad en él, lo cual sorprendió un poco a YoonGi.
—Bien. — JiMin murmuró, secó sus manos rápidamente y acompañó al alfa hasta fuera de su casa, pues necesitaba hablar un momento con él.
Y era todo un riesgo hablar aún enfren de la puerta, pues sus hijos podían simplemente salir de la habitación a escondidas y escucharlos.
Lo que no sabía, es que ya había dos chicos abriendo la ventana de la habitación de su padre para escuchar con más atención lo que ambos adultos decían desde afuera.
—¿Cuánto a que YoonGi hyung lo besa?— preguntó Beomgyu.
—¿Cuánto a que papá lo golpea?— atacó su hermano.
Beomgyu lo pensó.
—Mejor no apostemos nada.
Riendo de modo bajito, los dos siguieron mirando por la ventana para poder observar con atención a los dos adultos.
—Estoy algo... impresionado — JiMin murmuró con dificultad —. Te llevas tan bien con mis hijos, que siento que te quieren más a ti que a mí.
YoonGi negó con una sonrisa divertida en su rostro.
—No es verdad, me llevo bien con ellos por alguna extraña razón — respondió mientras miraba el interior de su auto — sólo para que lo sepas y no haya malentendidos más adelante — el alfa suspiró —. Vi a tus hijos ayer, después de que viniste a buscarme, ellos me contaron algunas cosas de su familia, y tienes todo el derecho de enojarte ahora mismo, pero sólo conmigo, ellos no tienen la culpa.
JiMin jadeó con indignación.
—Por supuesto que me enojare contigo, por dios, de hecho tengo tantas ganas de golpearte ahora mismo — el menor se veía algo agitado —. Pero no lo haré porque aún no logro entender cómo diablos le hiciste para agradarle tanto a mis hijos.
El alfa se quedó un momento en silencio, mientras veía directamente a los ojos del omega, esos bonitos y rasgados ojos que brillaban gracias a la luz de la luna.
—La primera vez que vi a tus hijos no fue en el restaurante, aquel día cuando ellos y tú estaban con tus padres. La verdad es que ya los había visto antes — sus palabras dejaron en blanco al omega —, ya sabes que mi familia se dedica mucho a hacer donaciones de todo tipo, mi hermano, quien se casó ese día, es fanático de los deportes, principalmente del tiro con arco puesto que durante sus años de estudiante, él practicaba ese deporte. Abrió su propio campo de entrenamiento en una instalación cerca de la escuela a la que asisten tus hijos, ese día me pidió acompañarlo porque casi no hemos pasado mucho tiempo juntos, así que lo hice. Me encontré a tus hijos en ese lugar, Beomgyu venía acompañando a Soobin y, debo admitir que Soobin se llevó toda la atención de las personas, es realmente bueno en la arquería.
JiMin mantenía una cara de completa sorpresa, aún escuchando las palabras del mayor.
—No puedo entender esto, y para serte sincero no quiero entenderlo, pero desde que me encontré con tus hijos esa vez, supe que eran tuyos. Fue tan fácil adivinar que alguien había estado antes con mi omega, tu aroma se les pega al cuerpo y tu esencia está en ellos, sería prácticamente imposible no haberme dado cuenta — rió con un poco de burla —. Pero como soy algo idiota, me hice la idea de que estaba alucinando y no era real, así que ignoré todo eso, pero cuando los encontré en el restaurante, todo se confirmó para mí.
—Para empezar, no pensaba esconder a mis hijos, cualquiera que se me acerca siempre sale huyendo por lo mismo. No porque seas mi predestinado significa que eso va a cambiar. Puede que no sean tus hijos, pero son los míos, y no pienso dejarlos de lado por nada en el mundo.
—Lo sé — YoonGi se irguió aún más en su lugar, cortando un poco la distancia entre sus cuerpos al haber dado unos cortos pasos, JiMin tuvo que subir un poco la mandíbula para poder mirar al alfa frente a él —. Puede que esos dos no sean mis hijos, pero mi lobo los acepta como tal.
JiMin tembló en su lugar cuando esas palabras fueron susurradas con sutileza.
—¿Y tú? ¿qué hay de ti? — el omega trató de mirarse firme ante el alfa —¿Puedes aceptarlos como tus hijos?
El alfa podía sentir su cuerpo quemar y las ganas que tenía de tomar al omega en sus brazos y besar sus labios hasta dejarlos mordidos y lastimados. Pero tuvo que controlarse, o podía terminar arruinando eso.
—Eres tan tonto, Park JiMin — sonrió a medias —. Ni siquiera te has dado cuenta de que ya lo he hecho.
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Aquí tienen un nuevo capítulo, espero lo disfruten, los quiero mucho a tod@s. ♡♡
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