↳ 09: Te encontré
—¿Por donde empezamos?
YoonGi es el primero en hablar una vez que estuvieron sentados en su mesa, con el desayuno ya servido. JiMin miró su plato con detenimiento mientras se le removían las tripas por las ganas de comer.
—Háblame sobre la cena, ¿qué es lo que siempre hacen?— habló el omega, tomando su tenedor y el cuchillo para comenzar a degustar de su pan francés y huevos revueltos.
Para ser un restaurante con un menú extenso, JiMin estaba más que complacido con una desayuno así de simple. En cambio, YoonGi disfrutaba plácidamente de su muy extravagante desayuno suizo, los frutos rojos adornaban el plato con elegancia, y las fresas se veían deliciosas. De pronto, el pan francés no le sabía tan bien como esperaba.
—La cena es... — YoonGi tragó con dificultad, pensando atentamente sobre la cena. No había pasado los últimos años con su familia, por ende no sabía mucho del evento, pero estaba enterado de lo que hablaban y lo que hacían —. Originalmente todo siempre tiene que ser de máxima calidad, desde el servicio de los cocineros hasta quienes terminar por limpiar el lugar.
JiMin mastico sin ganas, esperando que de milagro un pedazo de pan se le atorara y muriera ahí mismo.
—Entiendo, no quieren un servicio mediocre. — escupió con cierta molestia.
—No mediocre, más bien, que estén preparados. Es irritante tener que estar manejando a las personas, a veces los meseros no están atentos a sus respectivas mesas y eso suele ser un problema, el ruido de la cocina cuando se pelean o se gritan es molesto, y la música, la música no tiene que ser tan exagerada, algo clásico y formal estaría bien.
—De acuerdo, meseros atentos, no ruido en la cocina y música clásica, ¿algo más?— preguntó de nuevo, alzando su mirada para toparse con aquellos ojos profundos.
Por un segundo, la palabra "hermoso" vislumbro por la mente de JiMin, quien enseguida se negó a pensar en ello. No iba a dejar que un par de ojos bonitos le hiciera bajar la guardia, pero... joder, no era sólo un par de ojos bonitos. Era Min YoonGi, su predestinado.
—Sí — suspiró el mayor con cuidado —. Mi madre quiere que te coordines con el sistema de seguridad de nuestra casa, ellos también te brindaran apoyo si no tienes personal suficiente, no quiere centros de mesa con flores, quiere figuras de cristal sobre la mesa, no importa cual sea, sólo que no sean flores. Necesita al menos 10 pinturas clásicas adornando las paredes del salón de nuestra casa; El grito, La Mona Lisa, El Jardín de las Delicias, etc.
El omega apretó sus labios en un fina línea, parpadeó constantemente mientras evitaba que le diera un tic nervioso en el ojo. En cambio, soltó una fuerte carcajada que fue obstruida por su propia mano, no quería llamar tanto la atención, pero no pudo guardar las ganas de reír que tenía desde que YoonGi comenzó a hablar de las figuras de cristal.
¿Qué era? ¿La llegada al cielo o algo así?
—¿Qué te parece tan gracioso?— YoonGi sabía, esperaba que JiMin se soltara a reír o al menos burlarse, porque él también lo había hecho cuando su madre le contó todo lo que tenían preparado para esa noche.
La mujer casi quería reunir a The Platters para ser los que ambientaran el evento.
—Todo, todo esto me parece gracioso — JiMin limpió una falsa lágrimas que se salía de su ojos —. Por dios, jamás había escuchado algo tan... ridículo.
YoonGi suspiró.
—¿Ridículo?— alzó una ceja, esperando que su rostro lleno de seriedad le pusiera un poco nervioso, pero al contrario de lo que imaginó, JiMin sólo asintió.
—Es ridículo, admitelo — bebió de su vaso de café —, los adornos que quiere en la fiesta ¿Dónde carajo los voy a conseguir? Tendría que visitar a 10 artistas diferentes que tengan las pinturas replicadas, sólo así podría conseguirlas. Las figuras necesitan tiempo, no puedo llegar al lugar y decirles que necesito ¿qué? ¿20 o 30 figuras de cristal para un evento en sólo unas semanas? Es difícil de conseguir hasta para mí.
—¿No puedes hacerlo? Creí que eras realmente bueno en tu trabajo.
—Lo soy, no digo que no puedo hacerlo, será difícil... pero no imposible — JiMin volvió su atención a su desayuno, volviendo a tomar nota —. Muy bien, música clásica, meseros atentos y sin ruido en la cocina, el salón sin flores, figuras de cualquier tipo mientras sean de cristal y pinturas clásicas para las paredes. Lo tengo.
—¿Lo tienes? ¿Estás seguro de querer hacerlo?— preguntó el alfa, mirándolo con atención.
—Claro que estoy seguro, es mi trabajo — le devolvió la mirada —. Vas a ver la mejor jodida fiesta de fin de año para tu empresa, te lo aseguro.
YoonGi quiso retener la sutil sonrisa que apareció en su rostro, pero no pudo. La actitud que JiMin estaba teniendo justo ahora, lo hacía sentirse cada vez más intrigado por aquel chico.
Siendo honestos, YoonGi sabía que su constante necesidad por volver a tener contacto con aquel omega, no era más que simple curiosidad por querer conocerlo. Estaba inquieto constantemente desde que lo conoció, YoonGi sabía que se debía a que era su omega, y se encontró a sí mismo bajo un problema al darse cuenta de que no se negaba a las peticiones de su lobo por querer ver a JiMin.
Por dios, ya era un adulto, no estaba para actuar como un niño.
—¿Qué quieren cenar?— preguntó el omega.
—Aún no me ha dicho, pero te mantendré informado durante la semana.
—Por favor, necesito saberlo para decirles a los cocineros que conseguiré. — le dijo el menor, YoonGi asintió.
Siguieron con su desayuno, evitando mirarse a los ojos mientras que sus pies chocaban entre sí cada vez que alguno quería acomodarse. El cuerpo de JiMin se ponía tenso cada vez que se encontraban bajo la mesa, llegó a querer salir corriendo de ahí mismo por lo mal que le ponía el asunto.
—Tus hijos... ¿Saben lo que sucede entre nosotros?— esa pregunta agarra con la guardia baja a JiMin, quien siente que se le cierra la garganta mientras traga y casi se ahoga.
—Mmh no... — carraspeó con dificultad —, no saben nada más que somos conocidos, que trabajamos juntos. Eso es todo.
—¿Y no tienes pensado decírselo?— volvió a atacar el mayor.
JiMin dejó caer sus antebrazos a los lados de su plato, olvidando por completo terminar su desayuno.
—No necesitan crearse falsas ilusiones. Así que no, no tengo pensado decirles nada. — respondió, cortante y frío, haciendo que YoonGi entrecerrara los ojos con acusación.
—¿No te importa lo que opinen tus hijos?
El omega suspiró, la opresión en su corazón se hacía más fuerte cada vez que pensaba en eso. Sus hijos se saldrían de control si sabían que Min YoonGi era predestinado de su papá, pondrían el mundo de cabeza para que ambos estuvieran juntos y no, JiMin no quería eso.
—Me importa — llevó una de sus manos hasta su mejilla, recargandose en la mesa —. Pero seamos honestos, ¿para qué les digo que encontré a mi predestinado si no voy a estar con él? ¿no crees que sería muy grosero de mi parte hacerles eso? Ellos esperan que me enamore, que encuentre a alguien y me quede con esa persona, cada vez que un alfa se vuelve cercano a mí, ellos actúan extraño. Conozco a mis hijos y sé que quieren dejarme el camino despejado para que yo pueda estar con alguien, pero no lo necesito.
—¿Cómo sabes que no lo necesitas?— preguntó el alfa —. Has estado solo desde que tuviste a tus hijos, ellos saben tanto como tu que deberás encontrar a alguien muy pronto.
El omega rodó los ojos mientras se cruzaba de brazos.
—Al final del día, es mi decisión. Mis hijos son libres de disfrutar su vida, al igual que yo soy libre de decidir si quiero estar con alguien o no.
—Tienes razón — YoonGi aceptó, tomando una servilleta de tela para limpiar sus manos —. Pero si quieres que tus hijos sean libres, primero tienes que ser libre tú.
—¿A qué te refieres con eso?— confundido, JiMin lo miró levemente enojado por su actitud.
—Que tus hijos siempre te verán como su prioridad, porque ellos son alfas, está en su naturaleza ser protectores y cuidadosos con los omegas. Me supongo que la educación que les has dado sólo lo hace más difícil, mientras tú no les dejes en claro tus sentimientos y te sientas libre de amar o no amar, ellos seguirán amarrados a ti, porque pensaran que tienen que protegerte y quedarse contigo hasta que tú te sientas listo para tener una pareja.
—Eso es ridículo.
—Lo es, de hecho lo es, pero así son las cosas cuando eres padre soltero. ¿Qué pasará dentro de unos años? ¿Has pensado en que tus hijos conocerán a nuevas personas? Probablemente se enamoraran y querrán formar una familia, pero no podrán porque no pueden abandonar a su padre.
—Ellos tienen toda la libertad de formar su vida, sin mí.
—Y tú tienes toda la libertad de enamorarte — YoonGi contestó, mirándolo con aquellos ojos como si estuviera mirando más allá de su cuerpo —. Y el miedo ya no es una excusa para no hacerlo.
JiMin no pudo seguir respondiendo a eso, las palabras del alfa habían calado en su mente con fuerza, y en su corazón también. No es que tuviera miedo al amor, honestamente, durante toda su vida, en el fondo nunca se ha sentido vivo.
—¿Y entonces qué hago? ¿Fingir que estoy bien para que ellos lo estén? ¿O me consigo una pareja de mentira para crearles la idea de que todo está bien conmigo? No lo entiendo.
—Ellos lo sabrán de cualquier modo, tus hijos son listos — murmuró el alfa —. Si ya terminaste, ven conmigo, te llevaré a tu trabajo.
El mayor no le dio tiempo de responder, simplemente se levantó de su lugar y caminó directamente a la caja para pagar lo que habían ordenado. JiMin se desplomó sobre el respaldo de su silla, queriendo llorar y gritar porque sentía que no podía solucionar los problemas en su corazón.
Era tan extraño, la forma en la que sus problemas seguían corriendo sin cansancio por su mente, parecía que cada vez que arreglaba uno, otro más aparecía. Min YoonGi era el más grande problema de todos, especialmente ahora que comenzaban a pasar más tiempo juntos.
Entablar una conversación con aquel alfa, había sido más sencillo de lo que había imaginado. Pero no le había gustado, pues todo resultó en una clase de terapia hacia su persona.
—Gracias por traerme. — JiMin dijo, mirándolo a un metro de distancia cuando ya estuvo fuera del edificio en donde trabajaba.
YoonGi lo miraba con atención, se encontraban recargado sobre la puerta de su auto, la cuál aún seguía abierta.
—Gracias por desayunar conmigo. — respondió el alfa.
JiMin asintió como despedida, no supo que más decir ante el silencio que se formó entre ambos, así que sólo dio media vuelta y comenzó a caminar hasta las puertas de su edificio.
—Soobin ya sabe que somos predestinados.
Aquélla sola frase hizo que el omega detuviera su paso de golpe. Se quedó mudo durante unos segundos, con el cuerpo paralizado y la preocupación creciendo en su pecho.
—¿Qué? Pero... ¿Por qué...? ¿Cómo lo sabes?— cuestionó, dándose la vuelta para darse cuenta que ahora, tenía a Min YoonGi a unos cuantos pasos de distancia.
—Me lo dijo aquel día cuando fuimos a tu trabajo — suspiró, caminando unos cuatro pasos más para acortar la distancia entre ambos, aunque aún había una notable separación —. Dijo que se le había hecho muy rara tu actitud desde que nos conocimos, tu accidente en el Paradox y luego en el restaurante, despertaron sospechas en él que le hicieron investigar un poco más en la biblioteca de su escuela.
A JiMin se le cortó la respiración por una milésima de segundo cuando YoonGi estuvo tan cerca de su cuerpo, levantó su barbilla, debido a la diferencia de estatura que ambos tenían. Sus ojos se encontraron con los del alfa, tan profundos, tan llamativos y encantadores.
—¿Sabes qué fue lo que me dijo?— le preguntó, a pesar de que sabía que la respuesta sería negativa. JiMin negó lentamente después de sentir una de las manos de Min delinear su mandíbula —. Él dijo: "... Cuando sus sentimientos sean reales, cuide de mi padre como su más grande tesoro. Él no necesita a cualquier alfa, él necesita a su predestinado."
El cuerpo de JiMin tembló bajo aquellas palabras, las caricias que YoonGi daba a su rostro se detuvieron, y sintió que le faltaba el aire cuando una de las manos del mayor cubrió su mejilla, con sutileza y cariño. Cariño, sí.
—P-pero tú... no tienes sentimientos por mí. — JiMin respondió, esperando que con eso, YoonGi se alejara.
—Es cierto — murmuró el alfa —, mis sentimientos por ti apenas están comenzando, porque a pesar de que mi lobo te anhela como no tienes idea, esto es nuevo para mí — su pulgar acarició su piel con cuidado —. Ya no somos unos niños, JiMin. Encontré a mi predestinado, y no pienso dejarlo ir.
El omega apretó en una delgada línea sus labios, evitando soltar un sollozo cuando la presión de unos labios contra su frente lo dejó sin palabras.
Deseaba tanto llorar, deseaba dejar escapar esas lágrimas que sentía en lo profundo de su pecho. Pero no sabía por qué quería tanto hacerlo, no estaba pasando nada malo. Sólo... quería desalojar el sentimiento de soledad que había mantenido durante muchos años, y que al parecer, por fin dejaría que sentir.
———— 🍒 ————
No tengo idea de cuantos capítulos serán de esta historia, pero recién vamos comenzando, así que esperó que les esté gustando. ♡
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