↳ 04: Familia
Las cosas se pusieron difíciles para YoonGi después de la boda de su hermano. Desde que había tomado el vuelo aquélla mañana para poder volver a Seúl, un retortijón en la parte baja le había avisado que algo iba a salir mal ese día.
Y por supuesto, no se equivocó.
El simple hecho de regresar a casa, con su familia, para presenciar la boda de su hermano, había sido suficiente dolor de cabeza para él. Sobre todo porque, no podía evitar imaginar que él hubiera sido la persona que se estaría casando ese mismo día si no hubiera decidido irse de Seúl.
A él nunca le había gustado los acuerdos nupciales de su familia, no era sorpresa para nadie, ni siquiera para los civiles, que muchos de esos matrimonios que conformaban a la familia Min, eran falsos. Mentiras estúpidas que sólo traían dinero a sus bolsillos.
Pero YoonGi no podía quejarse mucho al respecto. Sería demasiado hipócrita de su parte hacerlo, cuando claramente él se había regocijado con ese dinero.
No se tomen la molestia de juzgarlo, él ya se juzgó a sí mismo lo suficiente.
Dos días habían pasado desde que despertaba todas las mañanas a las 5:30, jadeante y con un dolor en su pecho, el sudor cubriendo la mayoría de su cuerpo. Luego, venían los dolores de cabeza insoportables, para terminar por desmayarse tan pronto como su cuerpo tocaba la cama.
Había estado pensando seriamente sobre lo que había pasado el día de la boda. Haberse encontrado con aquel omega sólo había complicado las cosas para él.
Después de irse de Seúl y alejarse de su familia, todo en lo que pensaba era en visitar nuevos lugares, ser un nómada conociendo nuevos países, ciudades y pueblos. Nunca le había importado sentar cabeza con alguien, sí, tuvo unas cuantas aventuras durante sus viajes, del tipo "un acostón y adiós" pero nunca se había preocupado por algo más.
Y es que, conocer a ese chico organizador del evento, fue todo un golpe para su lobo.
Porque desde entonces, podía sentir como su lobo pedía a gritos volver a ver al omega. Le había dolido y quemado tanto haberlo dejado irse aquel día con el otro alfa, pero tuvo que disfrazarlo, morderse la lengua y clavarse las uñas en su mima piel para no asustar al pobre omega con su actitud de alfa mandón.
La verdad es que se había encontrado a sí mismo bajo un problema, se había sorprendido por su actitud y eso jamás dejaría su mente.
No es que se negara a encontrar a su predestinado.
Pero tampoco se sentía listo para eso.
Después de desayunar algo ligero y sentirse un poco mejor, su tarde fue arruinada por los nuevos integrantes de la familia. Uno de los tantos jardines de la casa estaba siendo ocupado por los padres y hermanos de su nueva cuñada, quien estaba ahí de visita todavía con su -ahora- esposo.
-¡Oh! ¡Es increíble verte, YoonGi!- el señor Jung sonrió en grande cuando lo vio.
-Lo mismo digo. - respondió el alfa, saludando cortésmente a sus padres y la otra familia.
-Sabes, Hyeri. Tu hijo es demasiado apuesto, no será un problema para él encontrar a una buena omega en el futuro, incluso si ya es todo un adulto, tendrá un futuro brillante. - Eunji, la madre de la esposa de su hermano, le dijo mientras se concentraba en él.
-Creo lo mismo, YoonGi es muy apuesto - su madre sonrió complacida -, pero es cosa de que él decida sentar cabeza y quedarse aquí.
-¿Aún sigues viajando tanto? ¿Cuánto tiempo te quedarás? - preguntó el señor Jung.
-Sólo un mes, luego volveré a Suiza. - respondió, no esperaba palabras de ánimos, la verdad es que sabía que su familia y amigos de su familia, estaban todos en desacuerdo que siguiera viajando a tantos lugares.
-¡Ah! Suiza es hermoso, tal vez deberíamos ir para la luna de miel. - comentó Chaewon, la esposa de su hermano.
-Creo que Suiza es muy... poco para su luna de miel.
-Sí, ¿qué puede haber de emocionante en Suiza?- preguntó su padre.
YoonGi suspiró, tratando de no perder la paciencia con su familia ni con sus invitados.
-Suiza es un país tranquilo, pero todo depende del lugar que quieran visitar, y que clase de luna de miel quieren tener. - respondió.
-Creo que viajar a Indonesia estaría bien - Minhyuk cortó el tema de conversación acerca de la ciudad en donde su hermano se estaba quedando -. Ya habíamos acordado eso.
YoonGi agradeció que su hermano hubiera cambiado el tema, pues no tenía muchos ánimos de seguir hablando con ellos acerca de la ciudad en la que ahora vivía. Para ellos, lo que YoonGi hiciera fuera de Seúl siempre estaba mal visto.
No era sorpresa que toda su familia estaba disgustada por la decisión que había tomado al irse. Y aunque a él no podía importarle menos, odiaba tener que lidiar con los regaños constantes de su familia, como si realmente hubiera hecho algo malo.
Considerando que él sabe que estuvo mal haber dejado a su familia con la estúpida decisión de querer casarlo a la fuerza, no había manera en el mundo en que él cambiara de opinión, mucho menos ahora.
-Y dime, YoonGi ¿sólo visitas Suiza por un tiempo, o piensas quedarte ahí para siempre? ¿tienes negocios?- preguntó una vez más el padre de Chaewon.
-Sólo me familiarizo con las personas del lugar, probablemente... me quede a vivir ahí.
Su respuesta pareció sorprender a todos en aquel jardín, tanto a su familia como a la de Chaewon. Su madre fue la primera en reír para calmar la tensión del momento, pero la formar en la que abrió los ojos con una expresión horrorizada, le hizo saber a YoonGi que no estaba feliz con su respuesta.
-Mi hijo sólo está jugando, por supuesto que volverá a Corea, pero por ahora él quiere viajar, ya saben.
El alfa rodó los ojos, se cruzó de brazos y cuando estuvo dispuesto a atacar, otra voz interrumpió el momento.
-Creo que vivir en ese lugar es genial, si yo tuviera la oportunidad, también me iría. - quién respondió aquello, se llevó toda la atención del alfa.
Era el hermano mayor de Chaewon, Jung Hoseok, un alfa de sangre pura, el chico que reconocía todo mundo por ser encantador, amigable y escandaloso. Despreciable a los ojos de Yoongi, pues Jung Hoseok era todo lo que detestaba.
Ese alfa era como el alma de la fiesta en un funeral, y Min YoonGi consideraba eso una molestia.
Una vez más, las palabras que salieron de la boca de los demás fueron un montón de murmullos y regaños, diciéndole a Hoseok que ni siquiera pensara en eso.
YoonGi conocía muy bien a esas familias, todos aquellos que tuvieran dinero, fama y control total de la vida, sólo pensarían en expandir y expandir sus riquezas, también a su misma familia, desde luego.
Y es que, así funcionaba eso.
Sólo las familias poderosas podían estar con otras familias poderosas, por eso los matrimonios eran arreglados a su conveniencia, porque buscaban quienes les dieran más dinero y más poder. Un omega o alfa que no formara parte de una familia prestigiosa, no valía nada para ellos.
Min estaba tan harto de esa ideología que su familia cargaba, por eso estaba pensando seriamente en irse a vivir a Suiza y nunca más volver. Tal vez cambiar su nombre, fingir su muerte, o cualquier cosa que le ayudara a deshacerse de su familia estaría bien.
-Tengo que salir - YoonGi avisó, dándoles una leve reverencia a todos en el jardín -. Volveré en unas horas.
Sin esperar una respuesta adecuada, dio media vuelva y se fue. No tenía planeado salir a ningún lado, pero quería irse de aquélla casa por algunas horas, despejar su mente antes de querer descargar su mierda contra su familia.
Por mucho que los despreciaba, no quería iniciar una guerra con ellos durante esas semanas que se quedaría ahí.
Sólo cuatro semanas, y se iría para siempre.
Sin embargo, no supo por qué razón la idea no le caía del todo bien a su lobo, probablemente porque había estado actuando como un idiota durante esos tres días que llevaba ahí. O tal vez porque sabía que había encontrado a su predestinado.
Y su lobo parecía reacio a renunciar a él.
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