↳ 01: Bodas

Debido a las constantes suplicas de sus dos alfas, Park había sido obligado a desayunar en un lujosos restaurante en la zona céntrica de Seúl. Sus hijos eran, probablemente, las personas más insistentes que había conocido en toda su vida.

Hoy debía seguir trabajando tiempo completo como siempre, no obstante, debía cumplir los caprichos de ambos alfas o no se los quitaría de encima durante todo el día.

—Papá — Beomgyu llamó su atención — ¿Hoy llegarás a cenar con nosotros? — preguntó.

—Sí, hace algunos días que ya no cenamos todos juntos, ¿tienes mucho trabajo? ¿podemos ayudarte con algo?— Soobin continuó. 

El omega chasqueó la lengua dejando de lado sus palillos para mirar con atención a sus hijos. Comprendía lo difícil que debía ser para ellos no verlo llegar durante dos semanas a cenar a la casa. El trabajo era tanto que muchas veces ni siquiera podía dormir a gusto.

—Escuchen niños, he estado algo lleno de trabajo estas semanas — suspiró, observando como ambos alfas dejaban a la vista su preocupación —, pero no tienen que preocuparse, ustedes sólo concéntrese en sus estudios y-

—Papá por favor — Soobin chilló —, siempre nos hemos concentrado en eso, pero también nos preocupa lo mucho que te exiges en tu trabajo. Sabemos que haces esto porque nos quieres dar una vida digna.

—Pero nosotros ya nos sentimos dignos. — terminó de responder Beomgyu.

JiMin suspiró conmovido por sus palabras y negó lentamente. Debía admitir que sus hijos eran demasiado comprensivos, pero también se preocupaban por él casi todo el tiempo, después de todo, ellos eran los únicos que realmente estaban para él.

—Escuchen, sé que quieren que esté con ustedes la mayoría del tiempo, y les prometo que así será la semana que viene — JiMin dijo, alcanzando con sutileza la mano de cada alfa sobre la mesa para dejarle una suave caricia —. Tengo un evento importante que realizar, después de esto, pasaremos mucho tiempo juntos.

Beomgyu suspiró, aceptando las palabras de su padre sin objeción alguna.

—¿Sabes también qué estaría bien?— Soobin continuó —, que le aceptaras la salida al señor Jeon.

JiMin rodó los ojos cuando escuchó a Soobin hablar de eso, no es que fuera un secreto que era soltero. No había forma de disfrazar lo obvio.

—Soobin.

—¿Qué? yo sólo digo. — se alzó de hombros con falsa inocencia.

—Ni en mil años, ese alfa no es digno de nuestro padre — Beomgyu atacó —, el hecho de que sea guapo no le quita lo aprovechado.

El omega miraba con atención la pequeña discusión que se originaba frente a él, sus dos hijos habían estado insistiendo desde hace algunos meses en que buscará una pareja. Por supuesto, él no les hacía caso.

Jeon Jungkook había sido uno de los tantos hombres que se encontró en uno de sus eventos, lo saludó, le agradeció por su trabajo y halago sus habilidades. Establecieron una amistosa relación, pero no era algo que JiMin pudiera llamar relación amorosa, o siquiera cerca de eso. Jeon era amigable y buen hombre, cariñoso y divertido, debía traer varios omegas colgado de sus brazos y a sus espaldas, y él no formaba parte de ellos. Ni quería serlo.

Soobin y Beomgyu tampoco eran tan fans de ese Alfa, pero debían admitir que Jungkook era agradable. Sin embargo, Beomgyu llegó a la extraña conclusión de que Jeon sólo quería aprovecharse de su padre.

A Soobin realmente no le caía mal, pero tampoco estaba dentro de su lista para ser su otro padre.

No, Soobin tenía la pequeña esperanza de que su padre JiMin, encontrara un alfa que le bajara el cielo y la estrellas si así lo pidiera, que fuera caballeroso, que le brindara todo el amor que JiMin alguna vez les dio a ellos. Soobin albergaba en su corazón, la creencia de que su padre encontraría a su predestinado.

Llámenle anticuado, chapado a la antigua o como quieran, pero él sí creía en los predestinados.

Y esperaba que su padre fuera feliz con esa persona.



—— 🍒 ——



Después del medio día, JiMin no tuvo tiempo ni de sentarse por cinco minutos. El delicioso desayuno que había disfrutado con sus dos alfas, ya se había esfumado de su estómago, estaba seguro de que muy pronto su panza comenzaría a hacer sonidos extraños pidiendo por algo de comer.

Los planes para ambas bodas ya habían sido preparados con anticipación, pero estaban por terminar de arreglar ciertas cosas que las parejas quisieron cambiar de último momento.

JiMin tuvo que hacer su mayor esfuerzo por no perder la cabeza con ambos eventos, sobre todo cuando tenía que estarse comunicando cada 20 minutos con Felix al otro lado de la ciudad. El rubio se había quedado en Seoul Park para la boda de los Kim, mientras él estaba en el Paradox arreglando el evento de los Min.

Joder.

Estar en ese lugar sólo le provocaba dolor de cabeza.

Principalmente porque estaba organizando un evento de bodas para una familia tan prestigiosa y reconocida a nivel internacional por sus demasiadas empresas en el extranjero, y las obras de caridad que las mujeres de esa familia hacían cada año a casas hogares, refugios de animales, o asilos.

Los Min podían ser bien considerados como la clase alta de los cuentos de hadas, aquellos héroes sin capa que siempre hacían todo por los más necesitados.

Pero la verdad es que, organizar un evento tan grande como este para ellos, había sido suficiente para JiMin el darse cuenta como eran.

No lo malentiendan, eran agradables, pero vivían encerrados en su propia burbuja y sólo se regocijaban en sus privilegios.

Además, había descubierto que la boda que se estaba llevando a cabo había sido un acuerdo por parte de la propia familia, claro que no estaban de acuerdo, pero veían el dinero y los beneficios caer del cielo juntando a su hijo con la hija menor de los Jung.

No es que JiMin buscará el chisme, pero por alguna extraña razón, el chisme siempre venía a él.

El timbre de su celular sonó dentro de su bolsillo, se disculpó con la chica que le estaba ayudando y sacando rápidamente su dispositivo, contestó.

—¿Bueno? ¿qué sucede?— interrogó, pensando que era Felix o Hyunjin.

—¡Papá! ¡cielo santo! ¡gracias por contestar!— el gritó de Soobin le sobresaltó al otro lado del celular —, lamento molestarte en tus horas de trabajo, pero-

—Maldición, Park Soobin, estoy trabajando y voy muy atrasado, ¿qué diablos haces?— regañó JiMin en voz baja para que no lo escucharan.

—Señor Park.

A lo lejos, una voz llamó al organizar de la boda. JiMin entró en pánico cuando su hijo comenzó a alardear sobre que su hermano tenía planeado irse a una fiesta con universitarios, y luego todo se volvió un caos cuando su otro hijo comenzó a interrumpir la conversación, comenzando así una discusión entre los dos.

—¿Saben qué? ¡Adiós! no me llamen a menos que sea algo urgente. — regañó antes de colgar y girar sobre sus talones.

La cara para nada agradable de la matriarca de la familia Min, le hizo lanzar un jadeo de sorpresa. Para después sonreírle con felicidad fingida y estrechar su mano con algo de fuerza.

—La-lamento eso, mucho gusto en conocerla, Señora Min. — JiMin dijo, tratando de verse cortés.

La omega, quien le dedicó la misma sonrisa fingida que él, comenzó a revisar los arreglos flores que ya estaban siendo colocados en los asientos de los invitados.

—Está haciendo un buen trabajo, joven Park — la mujer se cruzó de brazos mientras observaba al personal trabajando —, le recuerdo que esta es una boda de suma importancia para la familia Min, después de tantos años, uno de mis hijos está por casarse — la cara de felicidad que tenía sólo demostraba lo contrario, pero JiMin no hizo ni dijo nada —. Espero estar tomando la mejor decisión al haberte contratado para esta boda, no queremos tener problemas, ¿o sí?

El frío susurro que la mujer sacó de entre sus labios le hizo estremecer un poco. JiMin negó, evitando que una mueca le dañara el rostro.

—¡Perfecto! confiaré en ti y en tus trabajadores — aplaudió levemente, aturdiendolo un poco cuando un ligero aroma a pino se robó su atención —, mi asistente te pagará todo después del evento, ahora, si me disculpas, tengo otras cosas que atender — la mujer dejó de sonreír cuando sus ojos se fijaron detrás del omega —. Cariño, ya era hora de que llegarás.

—Lo siento, el vuelo se atrasó un poco.

Una ronca y tranquila voz se coló por sus oídos desde atrás de él, JiMin tuvo que controlar sus impulsos para no voltear tan rápido como escuchó a aquel tipo hablar.

Sus ojos buscaron al hombre detrás de él, un hombre alto de piel blanca, portaba un traje gris con unos delgados anteojos sobre sus ojos y su cabello largo, casi cerca de sus hombros.

—¿Necesitas algo más?— la pregunta que salió de la boca de la matriarca de la familia le hizo salir de su burbuja.

JiMin negó tan rápido como se dio cuenta de que se había encontrado a sí mismo perdido en aquel hombre. El cual ahora tenía los ojos sobre él.

—No, nada más. Me retiro. — JiMin obligó a su cuerpo a moverse lo más rápido posible, sin tener oportunidad de volver a  mirar a aquel alfa.

Porque su agradable aroma a pino y arándanos le había hecho entender que ese era un alfa, y no cualquier alfa, al parecer era uno dominante. Porque también pudo percibir un ligero olor a café.

Imposible.

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