⠀⠀⠀⠀01. Make some friends!

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💥 Capítulo uno:
¡Haz algunos amigos!



all my troubles on a
burning pile.

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⠀⠀⠀La vida de Sophia había ido de mal en peor desde que su madre tomó la decisión de mudarse de su casa de la infancia en North Hills a un diminuto apartamento en un edificio cuyas condiciones eran deplorables. Entendía que no habían tenido otra alternativa, su madre fue despedida y ese lugar quedaba mucho más cerca de su nuevo empleo así que debía adaptarse para no darle más problemas a su madre; el único detalle es que ella odiaba East Valley. La preparatoria, a sus compañeros, el lugar donde vivían, todo.

Ella jamas habia sido el tipo de chica que pudiera permitirse ser exigente con su madre, había sido solo ellas dos desde que su abuela falleció y su padre se mudo para hacerse cargo de su otra familia, así que, Julia, su madre, tuvo que cuidarla y al mismo tiempo trabajar para llevar la comida a la mesa. Su madre había hecho todo lo que estaba en sus manos para protegerla y ella había intentado hacer lo posible para no darle más problemas, lo que era bastante difícil porque ella tampoco era el tipo de persona que se quedaba callada cuando algo no le parecía justo.

En su anterior escuela la tenían señalada como "la chica problema del Valle" más allá de que habían compañeros que se saltaban clases y que se metían en peleas por pequeñeces, a ella es la que siempre recordaban por haber roto una ventana cuando lanzó un libro que pertenecía a su profesor de química cuando la reprobó por haber respondido mal una pregunta en un exámen, por haber arrojado su bandeja de comida en la cara de una chica que se había burlado de su bufanda que le había regalado su abuela en su último cumpleaños, y la que había golpeado en el rostro a uno de sus compañeros en un ataque de ira. Como si nadie hubiera cometido errores en su vida.

En fin, la habían expulsado, su madre fue despedida, se mudaron a un lugar con más ratas que personas, el nuevo jefe de su madre había tenido que interceder por ella en la escuela para que se le permitiera inscribirse aún con su extenso expediente. Aún cuando todo parecía ser de lo peor, su madre se había planteado una misión personal que hacía que Sophia quisiera desaparecer en el agujero más profundo que pudiera encontrar.

── ¡Haz amigos! ── escuchó gritar a su madre desde el auto que le habían proporcionado en su nuevo trabajo.

Sophia apretó los labios y se volvió a ver a su madre, igual que el resto de los estudiantes que iban pasando por ahí y la escucharon.

── ¡Basta! ── le dijo llegando a la ventanilla del auto. ── ¿Qué haces? ── le preguntó con el ceño fruncido.

Julia se encogió de hombros y le sonrió fingiendo inocencia. ── Estoy intentando que consigas algunos amigos, eso es todo.

── No es necesario.── dijo Sophia mientras se marcaba más la arruga entre sus cejas.

── Claro que lo es, cariño── la chica suspiró negando con la cabeza. ── Escucha, Sophie, se que no es sencillo para ti hacer amigos desde── Sophia le hizo una seña a su madre para que no siguiera ese camino. ── es solo que no quiero que vuelvas a ese momento de tu vida, ¿de acuerdo?

── Si, mamá. ── respondió entre dientes.

── Escuché que habrá un baile por Halloween, deberías ir con tus amigos, divertirte, ¿qué tal si vas con los chicos de los que me hablaste? ── le preguntó mientras aprovechaba de retocar su labial reflejada en el espejo del auto.

── Por supuesto, mamá, iré al baile con los chicos con los que comparto dos frases durante el almuerzo, que gran idea. ── ironizó poniendo los ojos en blanco.

── Bueno, ¿y qué tal si vas con Sam y sus amigas?, Amanda me ha dicho que están planeando disfraces a juego, tal vez pueda buscar uno para ti. ── propuso, pero eso le parecía peor.

Samantha LaRusso, la hija mayor de Daniel LaRusso, el jefe de su madre, no era más que una chica rica cuyo mayor problema en la vida ha sido que color de esmalte iba a usar ese día. Sophia la había conocido en la casa de los LaRusso cuando las invitaron a cenar, Amanda LaRusso se había afligido cuando escuchó su historia y se encargó de ayudarlas en lo posible, como la escuela y el auto que tenían ahora. Sin embargo, Sophia no tenía en su gracia a ninguno de los LaRusso, le parecía muy falsa la fachada de familia perfecta que intentaban proyectar. La había visto algunas veces en clase, Sam había intentado unirla a su grupo de amigas pero Sophia no soporto un segundo mas de conversaciones sobre ropa y como Yazmín se burlaba de personas que no seguían sus ridículos estándares.

Así que, por esto, su contacto había sido pobre, y ella pretendía seguir así.

── No lo sé, mamá.── respondió por fin. ── debo ir a clase, nos vemos luego.

── ¡Cuidate cariño!── después de responderle un "tú también" su madre se fue y ella dio un largo suspiro antes de entrar a la preparatoria de East Valley.




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El día había sido exactamente igual a los demás. Era de esperarse. Los adolescentes de East Valley eran los más egocéntricos e insoportables que había conocido, uno de ellos se había pasado toda la mañana molestando a una chica de cabello cobrizo a tal punto que la chica había tenido que ocultarse en la biblioteca durante su hora del almuerzo.

Sophia tenía la bandeja de comida entre sus manos, a la distancia podía ver la mesa de las chicas populares compuesta por Sam, Moon y Yazmín, en una mesa cercana estaban los chicos más idiotas del planeta, Kyler y otro montón de chicos que solo se dedicaban a hacer miserable la vida de los demás, por último, miró la mesa en la cual se sentaba cada día de esa última semana.

Demetri Alexopoulus la saludó cuando la vio acercarse mientras que Eli Moskowitz se dedicó a darle una pequeña sonrisa, Sophia les respondió con una mueca que ella había considerado una sonrisa. Se sentó y comenzó a comerse su sándwich mientras les dedicaba una corta mirada a sus compañeros, pensando en cómo haría para que su madre dejara la insistencia sobre los amigos que debía tener. Consideraba en los pros y contras de cada uno de los muchachos sentados frente a ella, hasta el momento, Eli era la mejor opción de amigo para presentarle a su madre, como era una persona de pocas palabras lograría evadir el millón de preguntas que Julia seguramente le haría, Demetri era un NO rotundo, hablaba demasiado y sinceramente, Sophia no disfrutaba de oírle quejarse de todo, también tenía otra opción de la cuál tampoco estaba convencida y era el chico que iba hacia la mesa con una sonrisa tan amplia que dejaba ver sus frenillos.

── ¿A alguno de ustedes le gustaría aprender kárate en el mejor dojo del mundo? ── fueron sus primeras palabras tras dejar caer la bandeja en la mesa.

── Absolutamente no. ── respondió Demetri.

Eli se encogió de hombros pretendiendo desinterés. Los ojos marrones del muchacho se posaron en la última persona de la mesa que permanecía jugando con uno de sus anillos mientras terminaba de masticar su sándwich.

── ¿Qué hay de ti? ── preguntó Miguel a Sophia.

La chica se quedó en silencio, analizando si él verdaderamente estaba hablándole a ella. Cuando se dió cuenta de que la estaba mirando fijamente supo que aquella pregunta iba dirigida a ella no pudo resistirse a soltar una risita.

── ¿Kárate? ── preguntó. Miguel asintió con emoción, sus frenillos brillaron cuando le sonrió.

── Es ridículo ── volvió a hablar Demetri. Tanto Miguel como Sophia dirigieron su atención a él. ── ¿Quién aceptaría voluntariamente ingresar a una clase extra de deportes? ── cuestionó el chico.

── Personas que son buenas en deportes. Claramente tú no. ── le dijo Sophia con un poco de ironía. Demetri la miró ofendido.

── La primera vez que utilizas una oración completa y es para burlarte de mí, muchas gracias. ── agregó lo último con un toque de sarcasmo.

── ¡Vamos! ── exclamó Miguel dejándose caer en la silla. ── mi dojo está buscando reclutas y puedo conseguirles un descuento. Les prometo que será genial.

── Cuando empiezas a prometer cosas debes asegurarte de que se cumplan, Miguel. ── le dijo Sophia segundos antes de darle un mordisco al sándwich.

── ¿Lo estás considerando? ── preguntó Miguel inclinándose un poco sobre la mesa, Sophia frunció el ceño.

── ¿A esa conclusión llegaste con lo que te dije? ── preguntó la chica. Miguel suspiró y volvió a mirar a su amigos.

── Creo que preferimos pasar nuestra tarde jugando videojuegos, y lo que sea que haga ella en su tiempo libre, ── fue señalada mientras comía ── y no recibiendo golpes en la cara. ── agregó Demetri negándose. Sophia pudo notar que Eli abría la boca para decir algo pero se limitó a quedarse en silencio mientras revolvía su comida.

Sophia continuó jugando con su bebida mientras pensaba. Realmente estaba considerando el ir a aquél dojo, pero no por el entrenamiento, más bien porque sabía que podía obtener algo que ella necesitaba a costa de una tarde en quien sabe dondecon Miguel y su "sensei" , dejó su comida sobre la bandeja en la mesa y miró a Miguel con un brillo en los ojos.

── Iré a tú dojo de karate ── le dijo. Miguel sonrió ampliamente. ── pero necesito que hagas algo por mí antes de eso. ── agregó. El chico frunció el ceño confundido, el brillo en los ojos de la chica le hacía dudar.

El plan de Sophia bien podría salir muy bien, o podría salir muy mal.

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