El juego del gato y el ratón (Micolash)
A ver, como no todos tenéis los gustos raros como yo (no intentéis arreglarme, soy un caso perdido) y sé que vosotros no me lo ibais a pedir, pues lo hago yo: un one shot dd Micolash.
Sí, que pasa. Micolash es uno de mis cinco bosses favoritos del juego, por no decir de mis tres, es genial, joder.
Tu pasas tus primeras horas de Bloodborne y dices "wow, todos los jefes van a ser bestias grandes como la Bestia Clérigo, y cuando vea un espacio abierto, alerta boss"
Pues luego te viene un boss vestido con pantalones y zapatos, flipado de la cabeza, delgado como un palo y que te ataca de cerca con puñetazos y yo alucino con este boss, en serio. Es como el típico nerd marginado de algunas clases que se revela contra el mundo creando el suyo propio y voy a parar que me estoy yendo.
Luego, yo por ejemplo, sigamos con la Bestia Clérigo, me pasé el combate huyendo de él. Aquí al revés, hay que ir a buscar al cabeza hierro este, que no cualquiera se hace esos tour corriendo subiendo y bajando escaleras con cinco kilos de hierro en la cabeza.
¿Y la zona amplia y extensa con algunas coberturas para que te escondas? Toma biblioteca infernal con niebla, pero para que se esconda él y sus muñequitos, no tú. Ah, y otra cosa, a ver cuántos jefes habéis visto vosotros que sean el hijo bastardo de Camilo Sesto con Nicolas Cage.
Y nada, hasta aquí comentar uno de mis boss favoritos, y le hago una historia porque tengo la cabeza como una jaula de pájaros.
HOSTIA, MICOLASH LO PILLAS?? La cabeza como una jaula de pájaros JAJAJAJA, vale, ya paro...
*
La cazadora caminaba entre pasillos, escaleras, más pasillos, estanterías con libros, habitaciones... todo ello fielmente acompañaba de su sentido de la orientación nulo.
Su martillo explosivo iba arrastrando por el suelo del cansancio y del aburrimiento. Ya no buscaba un enemigo, ni un jefe... ya sólo quería salir de ahí.
Había visto unos monstruos un tanto extraños, como unas marionetas esqueleto, de las que de un golpe de su martillo hacia volar sus partes por los aires.
No le gustaba el poder arcano. No le gustaba usar objetos. La cazadora sólo confiaba en la fuerza y el fuego de su martillo. Lo otro era una pérdida de tiempo. Por eso ese lugar que desprendía un aura tan mágica le revolvía las tripas.
Llegó a un pasillo envuelto en niebla y escuchó una risa y una enorme sombra apareció en la pared. La cazadora se puso alerta rápido. Un enemigo poderoso, grande y poderoso.
- Ah, Kos... o como algunos dicen, Kosm, ¿Atiendes nuestras plegarias?
La cazadora vio el origen de la sombra. Era sólo un pringado con una de esas jaulas horteras en la cabeza. Sí, sólo los que tienen la cabeza ida aceptan ponerse eso. La cazadora preparó su martillo y se acercó a él con clara intención de quitárselo de en medio pronto. El enemigo levantó los brazos con una sonrisa.
- No... no abandonaremos el sueño... ¡Nadie puede atraparnos! ¡Ahora nadie puede deternernos! Ni siquiera... - sonrió apuntandola con un dedo - ...una cazadora sin sentido de la orientación...
La cazadora frunció el ceño. ¡¿Qué se ha creído este pringado?! Te voy a abollar la jaula a martillazos, maldito loco.
En vez de que Micolash sacara sus armas, que era lo que esperaba la cazadora, él empezó a correr entre los pasillos con niebla. La cazadora se quedó atónita. ¿¡Dónde vas, cobarde?!
Ella no tenía ganas de perseguir a un estúpido que no da la cara. Sólo irse. Empezó a correr rápido detrás de él para acabar cuánto antes.
Al paso del erudito de Menfis aparecían más de esos esbirros suyos, los cuáles no iban a frenarla. No iba a perder el tiempo.
- ¡Yo, Micolash, huésped de este sueño, atiende mis plegarias! ¡Igual que hiciste con el vacuo Rom, concédenos ojos!
Gracias a sus risas y sus delirios, la cazadora sabía por dónde se escondía ese tal Micolash en la niebla. Ah, conocía a Rom... eso si que fue correr con meteoritos de hielo detrás intercalados con arañitas que se tiraban de cabeza...
Su risa de loco la estaba poniendo de los nervios. ¿¡Por qué no pelea?! Se me está agotando la paciencia. Micolash subió unas escaleras y después uno de sus esbirros salió con una entrada genial.
La cazadora lo clavó en el suelo de un martillazo y siguió a Micolash, que para que ella no se desmotivase en su persecución, la iba provocando con frases poco coherentes y algunas referencias un poco humillantes sobre lo poco femenina que era siendo tan bruta. Y sí, tenía efecto. Micolash conseguía lo que quería.
Llegaron a una habitación algo más amplia sin niebla y la cazadora sonrió de lado. Ahora sí que sí, aquí caes, Micolash, ya está bien de jugar al gato y al ratón. Él se puso en una esquina mirándola con su sonrisa maliciosa. Ni siquiera jadeaba.
La cazadora pensaba para sus adentros que ese bastardo iba a pasarlo muy mal por esto. Lo agarraría y derritiría con su martillo la jaula poco a poco y que las gotas de metal fundido le quemaran la cara. Iba a gritar con mucho gusto. (Cualquiera que lea esto se piensa que ando bipolar, que al principio le estaba echando flores a este boss)
- Mereces un castigo... por suspender magia arcana - dijo Micolash con una sonrisa.
En su mano tenía un objeto que lanzaba al aire y recogía. Un hueso, pero no uno cualquiera. Un hueso de viejo cazador, con razón corría tanto y no podía atraparlo.
La cazadora apretó los dientes. Ella también tenía ese objeto. Debería haberlo sabido. ¿Podrá una chica que confía más en su físico y su arma derrotar a un hombre que confía más en su magia que en su cuerpo?
Dejó sus pensamientos a un lado para lanzarse contra él con deseos de hundirle el esternón en el pecho.
Un rato después, la cazadora jadeaba con una rodilla en el suelo en el otro extremo de la habitación dónde estaba Micolash. El sonreía mientras mecía sus manos con un brillo azul tranquilamente. Ese ataque... sea lo que fuese, no paraba de hacerlo y le impedía tocarle. Los proyectiles no dejaban a la cazadora acercarse y eran realmente peligrosos.
Cuando encontraba un hueco para golpearle, Micolash desaparecía en una nube de niebla y aparecía unos metros más alejado. Maldita magia arcana... Todo ese esfuerzo más haberle estado persiguiendo tanto la había dejado agotada y parecía que su martillo pesaba más que nunca.
Micolash se acercó a ella despacio haciendo desaparecer el brillo de sus manos.
- Bueno bueno... tu cuerpo tiene un límite... pero mi magia no - dio una risita mientras se arrodillaba a su lado - Micolash 1 Cazadora 0
La cazadora acumuló un poco de energía para lanzar un fuerte golpe sobre el pecho de Micolash, que hizo que se estrellara contra una pared, rompiendola.
Ella sonrió de lado mientras intentaba levantarse con ayuda del martillo. Micolash 1 Cazadora 1
Micolash dio un suspiro grave tirado entre trozos de pared rota y se frotó el pecho. No fue un golpe muy fuerte, pero no le había dado tiempo a reaccionar.
La cazadora se levantó y dando un grito fue a arremeter contra el hombre, que hizo brillar una de sus manos. Detrás de la cazadora aparecieron unos tentáculos enormes que la agarraron y envolvieron su cuerpo.
Rodearon sus piernas y las levantaron del suelo, se colaron debajo de su capa para evitar que buscase otras armas y levantaron los brazos por encima de su cabeza mientras ella se retorcía. (Alerta, hentai XD) Maldita Ebrietas, tú y todos tus tentáculos.
Micolash río levantándose. Se sacudió el polvo de su ropa con una sonrisa y se puso bien la jaula de su cabeza.
- Cuando tienes tanta práctica con la magia arcana... te das cuenta de que puede funcionar de muchas maneras... y la puedes controlar a tu antojo... siempre y cuando tengas la bendición de los grandes.
Se acercó a la cazadora mientras los tentáculos la bajaban a su altura sin dejarla en el suelo. Su mirada de enfado podría quemar la misma jaula de Micolash. Un tentáculo le ofreció el martillo de la cazadora, que se lo había quitado.
- Micolash 2, Cazadora 1... quien llegue a 3, gana este juego... y no parece que tengas muchas posibilidades... - su perfecta pronunciación lenta de las palabras era hipnótica, pero eso no le haría nada a la cazadora - Pero... soy un humilde siervo generoso, y estoy dispuesto a enseñarte a usar magia arcana. Una señorita como tú no debe ir por el mundo usando... - tomó el martillo y se impresionó de lo que pesaba - ...este arma tan vulgar con peso extra. (No hablemos de llevar peso extra que sales perdiendo, Micolash)
La cazadora bajó la cabeza dejando su barbilla en su pecho con una mueca. Le daba mucha rabia... y curiosidad.
- Deberías hacerme caso... no muchos tienen la posibilidad de aprender de alguien de la escuela de Mensis... de alguien tan conectado a la magia y a los dioses... te lo digo porque mejorarías... tu rudo cuerpo puede acumular mucha magia... y te sentaría bien una jaula sobre tus hombros. No te preocupes, te ayudaré a ponertela - Micolash río por lo bajo.
Ah no. Eso si que no. Una horterada como esa en su cabeza ni loca. Levantó la cabeza con la mirada desafiante, y en su boca, había un silbato que tenía enganchado al cuello. Micolash abrió los ojos sorprendido con una sonrisa mientras la cazadora soplaba el silbato.
Una gran serpiente salió del suelo y Micolash apenas tuvo tiempo de esquivarla hacia atrás, sufriendo parte de la mordedura. Luego, el reptil desapareció como si nada.
Micolash mandó rápidamente a Ebrietas, que con un tentáculo arrancó el silbato de su boca y pecho y tapó su boca con este. Le entregó el silbato a Micolash. Micolash 2 Cazadora 2
- Mira eso... - dijo riendo y mirando su ropa rota - ... la que no usaba magia arcana... invocando a la serpiente de Madaras... me has engañado, cazadora... y eso merece un castigo. ¿Te gusta meterte cosas en la boca, cazadora? - dijo con una sonrisa de lado dejando caer su cabeza a un lado.
La cazadora abrió los ojos. ¿¡Que insinúa el tipo este?! Un tentáculo de Ebrietas le obligó a abrir la boca y a entrar en ella, llenando su cavidad de un sabor viscoso y horrible. Se le pegaban las ventosas y era asqueroso. No podía dejar de salivar, y al no poder tragar, la saliva caía por la comisura de sus labios. Que humillante...
- No malpienses, cazadora, no soy un hombre vulgar... - la sonrisa de Micolash no desaparecía - ...pero me encanta jugar y soy muy mal perdedor.
Micolash puso una mano en la mejilla de la cazadora y se acercó. Sacó su lengua por los barrotes y lamió con la punta la saliva que caía a su barbilla. Ella hizo lo posible por quejarse y moverse, pero esos tentáculos la tenían totalmente inmóvil.
Micolash se separó y miró por el balcón con una sonrisa.
- Este juego lo gano yo... ha sido divertido y con sorpresas... espero que vuelvas a verme pronto, porque esto - levantó sus manos con el martillo y el silbato - no te lo voy a devolver, es el premio del ganador. Hasta que los dioses nos vuelvan a unir, cazadora...
Micolash salió riendo de la habitación mientras los tentáculos la acercaban al balcón. La cazadora pensó que sería lanzada contra el vacío, pero entonces lo vio. La luz naranja del edificio. Maldito Micolash... esto es más típico suyo.
La luz constante hizo que su frenesí aumentara y sus nervios la volvieron loca, sin poder moverse, hasta que ella perdió el conocimiento. Micolash 3 Cazadora 2.
*
La cazadora despertó un tiempo después dentro de un pequeño edificio. Lo primero que vio fue un cadáver en una silla, con una jaula en la cabeza. Se levantó mirando alrededor. No estaban ni su martillo ni su silbato.
Apretó la mandíbula y miró la momia. Puede que esa momia... fuera Micolash en este mundo de vigilia, y al tocarla, viajara a su sueño, a su mundo, dónde el era felíz. Pero ella no era felíz sin su martillo y también odiaba perder.
Unos momento más tarde, la cazadora estaba de nuevo en el pasillo de niebla y se detuvo al ver a Micolash sentado al final de la escalera.
- Ah... cuánto has tardado... me estaba desilusionando... supongo que vienes a por tu revancha, ¿No es así? - dijo mientras se levantaba - ¿Que nueva arma horrible llevas esta vez?
La cazadora enganchó el báculo que llevaba en la mano derecha a su espalda y un horrible sonido de sierra hizo que Micolash pusiera una mueca. La Sierra Giratoria.
- Ah, que horror... no aprendes nada, que disgusto...
Pero la cazadora sonreía. Que Micolash hubiese puesto esa mueca era justo lo que quería. Ella no era tan tonta como el loco de Mensis pensaba.
Empezó a correr subiendo las escaleras mientras Micolash empezaba su carrera de nuevo, pero la cazadora hizo girar su sierra golpeandola contra las escaleras y la pared, provocando un ruido horrible y chirriante.
Micolash apretaba los dientes y se llevó las manos a los oídos. Pero no podía. No podía taparlos por la jaula y metiendo el dedo no llegaba. Ni siquiera podía concentrarse para desaparecer. Bien visto, cazadora...
- ¡Detén ese ruido! - dijo levantando la cabeza.
Micolash lo hizo justo en el momento en que pasaba por una puerta, levantar demasiado la cabeza. Levantarla demasiado hizo que la parte de arriba de su jaula chocara contra el marco de la puerta y derribándolo. (Esto llega a pasar en el juego y me estoy riendo de él hasta que acabe todas las mazmorras)
Micolash quedó tumbado boca arriba en el suelo adolorido. Al intentar levantarse notó un peso en su cabeza anormal. La cazadora se había subido a su jaula impidiendo que se levantara, mirándolo con una sonrisa de oreja a oreja mientras acercaba despacio su sierra hacia su cara. Si no le puede derretir los hierros, los cortará y le quemarán las chispas. Micolash 0 Cazadora 1
Micolash sonrió emocionado. Que divertido iba a ser el juego esta vez. Se esfumó en una bola de niebla, lo que hizo a la cazadora caer al suelo en un saltito, y lo encontró corriendo por el pasillo de al lado, y no dudó en seguirle con una sonrisa.
Micolash se lo pasaba estupendamente. Ojalá la cazadora nunca le ganase, pues su juego del gato y del ratón con una chica indomable detrás sería increíblemente placentero con el tiempo... si ella llegaba a mostrar tanto interés por Micolash como él mostraba por ella.
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Creo que es la parte de las que llevo escritas de esta historia más larga y que más contenta estoy con ella :3
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